Lacrada por la crisis, las protestas callejeras, los escándalos de corrupción y los conflictos empresariales, la imagen de España se está deteriorando rápidamente en Latinoamérica. La “madre patria” está dejando de ser un modelo a seguir en un vecindario que hoy parece volver a confiar en su propio futuro. Paralelamente, el país de moda es ahora Estados Unidos, una bandera cuya popularidad se mantiene alta desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.
Una encuesta de opinión presentada la semana pasada por el prestigioso Latinobarómetro (similar al Eurobarómetro) intenta desgranar con números esta percepción extendida. “España pierde 20 puntos de opinión favorable entre 2011 y 2013, pasando de ser el país con mayor aprobación en 2011 a quedar ahora por detrás de Estados Unidos, Brasil, Japón y China”, subraya el estudio.
La imagen de España se ha hundido en toda Latinoamérica. Hemos dejado de ser el país favorito, una plaza que ahora ocupan los Estados Unidos. Se nos valora ya peor que a Brasil o incluso a China. La brecha es especialmente profunda en países como Argentina, México o ColombiaEn la edición anterior, la de 2011, un 71% de los latinoamericanos decían tener una impresión positiva de España, en contraste con el 51% de 2013. Nuestra imagen está hoy ligeramente peor que en 2003, año en el que se empezó a realizar este estudio. El mejor momento se alcanzó en 2006, cuando a nuestro país lo veían con buenos ojos tres de cada cuatro latinoamericanos (un 76%).
Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, cree que el principal motivo detrás de estos datos es la situación económica, pero admite que es difícil analizar las causas y que tampoco existen precedentes, que nunca un país había perdido tanta reputación en tan poco tiempo. “La caída es muy fuerte y sugiere que se trata del desempeño económico”, explica a El Confidencial. Como atenuante, Lagos hace notar que la Unión Europea, como institución, también ha sufrido un notable descalabro.
Existen en todo caso fuertes diferencias entre unas y otras nacionalidades. Por ejemplo, más de la mitad de los argentinos y de los mexicanos tienen una opinión negativa de España. Y al otro lado de la balanza se encuentran paraguayos y hondureños. “El perfil de la imagen de España es muy disperso, hay casi 30 puntos de distancia entre el país que evalúa mejor y el que evalúa peor”, comentan los autores del informe.
Argentina, Venezuela o Ecuador nos 'ganan' en democracia 
No se trata sólo de simpatías en abstracto. También se ha deteriorado vertiginosamente la imagen de nuestra democracia y nuestro modelo de Estado. “En una clasificación donde diez significa democracia total, la imagen de España ha caído a lo largo de la crisis del 7,4 en 2009 a un 6,3 en 2013”, refleja el informe, subrayando que los latinoamericanos valoran nuestro sistema político sólo una décima por encima que la media de sus respectivos países.
En lugares como Uruguay, Argentina, Venezuela o Ecuador, la población tiene la sensación de que su democracia es mejor que la nuestra. Con algunos casos extremos. Por ejemplo, los uruguayos piensan que incluso China es hoy más democrática que EspañaEs más, en lugares como Uruguay, Argentina, Venezuela o Ecuador la población tiene la sensación de que su democracia es mejor que la nuestra. Con algunos casos extremos. Por ejemplo, los uruguayos piensan que incluso China es hoy más democrática que España.Los analistas de Latinobarómetro (una organización que no está afiliada a ningún movimiento político ni es sospechosa de nada) son los primeros sorprendidos y creen que en algunos casos, como el venezolano, la gente “no está hablando de separación de poderes o del funcionamiento de un Estado de derecho cuando hablan de democracia”. “¿Qué es democracia para ellos?”, se preguntan. “La imagen –continúan– está claramente relacionada con el desempeño de los Gobiernos y (en el caso de España) la extensa cobertura de las protestas durante la crisis económica terminó minando la imagen de ese país”.
El periodista mexicano Jaime Hernández, que fue corresponsal en Madrid durante más de una década, está convencido de que los latinoamericanos han seguido con mucho interés las noticias sobre la crisis. “Ha dañado sobre todo ese Estado del bienestar que siempre se envidió desde América Latina. Además, se ha venido abajo la historia de la transición democrática como modelo a seguir y que había sido un referente en toda Latinoamérica”, comenta.
El escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka apunta que los flujos de inmigración también podrían estar influyendo en el deterioro de la imagen de España. “Tanto por las noticias que cuentan los latinoamericanos que viven en España como por los españoles que ahora viajan a Latinoamérica, estamos viendo la España en crisis, la que ha vuelto a emigrar buscando trabajo en nuestras tierras”, dice.
El ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo durante una visita a Puerto Rico (Reuters). El ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo durante una visita a Puerto Rico (Reuters). "La debacle de España es responsabilidad de sus gobernantes"
Según Hernández, el deterioro de la imagen de España no tendrá demasiadas consecuencias concretas. “La opinión pública considera que, en muchos sentidos, la debacle en España es responsabilidad de los gobernantes, pero no de su sociedad. Además, aun con todo y la crisis, las capacidades culturales, productivas y emprendedoras de los españoles siguen hablando muy bien de la Marca España en América Latina”, sentencia.
'Aun con todo, las capacidades culturales, productivas y emprendedoras de los españoles siguen hablando muy bien de la Marca España en América Latina'Curiosamente, la percepción de lo que es España no tiene un perfil ideológico marcado, como sí ocurre con Estados Unidos, potencia mayoritariamente bien vista por los latinoamericanos que se consideran de derechas y mucho menos por quienes se autodefinen como de izquierdas. En el caso español, la división es mucho más débil, pero la tendencia parecida: la izquierda también nos ve con peores ojos (54% de opiniones favorables), que la derecha (61%) o el centro (62%).
Finalmente, la encuesta ofrece asimismo datos sobre la relación entre los respectivos países latinoamericanos y España. El 59% de los encuestados cree que las relaciones de su Gobierno con el de Madrid son “buenas o muy buenas”, la cifra más baja desde que se realiza el estudio y una caída de 12 puntos respecto al anterior informe. Aquí las diferencias son todavía más grandes que en otros capítulos. Así, mientras que el 74% de los uruguayos y el 71% de los hondureños opinan favorablemente, sólo el 39% de los bolivianos y el 43% de los venezolanos creen que las relaciones funcionan bien.
La encuesta también refleja que los latinoamericanos valoran con mucho más optimismo sus propios países que hace una década. Los analistas aventuran que dicho cambio de actitud podría influir en su visión del mundo. “No parece ser una coincidencia estadística, sino más bien un fenómeno social. La prosperidad de la región, la disminución de la pobreza, el aumento de la educación y tantos otros factores parecen estar haciendo efecto en el comportamiento colectivo. Los latinoamericanos parecen haberse puesto más exigentes no sólo con los gobernantes de sus países, sino también en su visión de mundo”.