¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

jueves, abril 29, 2010

Tuvieron jefes civiles....


La caída del Muro de Hoz

Por Jorge Giles

Son muchas las informaciones que se suceden, provocadas por la dinámica vertiginosa que adquirió el proceso político.

Ayer Pepe Mujica y Cristina brindaron un ejemplo de unidad rioplatense, luego de la reunión que mantuvieron en Olivos; se frustró una nueva sesión en Diputados porque el Grupo A no logró el quórum para tratar el dictamen inconstitucional del Senado por la "ley del cheque"; el Frente para la Victoria convocó, en consecuencia, a una sesión especial para debatir el proyecto de matrimonio gay; la derecha parló en el recinto del Senado, en línea con el discurso del grupo Clarín. Y otras noticias más.

Pero hay una que merece un análisis más profundo y desmerece a la vez, el interesado intento de arrojarla al rincón de las cosas fugaces.

Como se informó, Martínez de Hoz ya no tiene los fueros del indulto que le otorgó Carlos Menem.

Conserva sí el poderío económico como para financiar la costosa solicitada donde, sin vergüenza alguna, pretende victimizarse.

Será procesado y probablemente termine sus días en prisión.

Las víctimas del terrorismo de estado del que formaba parte como jefe civil, sólo esperan verdad y justicia.

No hablamos solamente de los empresarios secuestrados ilegalmente para favorecer una operación comercial.

Hablamos de todas las víctimas de la dictadura cívico-militar instaurada a sangre y fuego el 24 de marzo de 1976.

¿Cuál es el valor histórico de esta decisión de la Corte Suprema?

Es precisamente la caída del muro de impunidad del poder económico que provocó y dirigió el golpe de estado más cruel y sangriento de la historia argentina.

Reducir el genocidio comandado por la Junta de Videla, Massera y Agosti, a la sola maniobra militar de las fuerzas armadas de entonces, es no entender el origen y el fin de esa dictadura. Y que no fue otro que cortar de cuajo con el modelo de país que, con virtudes y defectos, el primer peronismo había cimentado en el estado, en la cultura y en la identidad política de los sectores populares.

Hasta aquí, la democracia juzgó solamente a los militares acusados de los crímenes de lesa humanidad. Es justo y necesario que así sea.

El que arrojó a un solo hombre, a una sola mujer, desde un avión al río o al mar.

El que empuñó su arma para asesinar ciudadanos desarmados.

El que arrancó a un niño del vientre de su madre, para robarlo y entregarlo a una apropiadora o un apropiador.

El que marcó para siempre la piel y el alma del detenido amarrado a un camastro con el dolor lacerante de una picana eléctrica.

El que desapareció personas por pensar diferente y por la razón que fuera.

Todos ellos, bien juzgados están.

Pero el jefe civil del crimen colectivo no debía zafar de la justicia.

Los mandantes civiles no fueron cómplices indirectos de la dictadura.

Fueron los comandantes sin uniforme de un poder oligárquico y financiero que estimularon y planificaron el golpe para imponer el Plan económico que representó a los intereses más concentrados, aniquiló a las representaciones genuinas de los trabajadores, sembró de miedo a todos los argentinos, intentando quebrar el espinazo de la cultura nacional y popular, democrática y progresista.

La crueldad violenta del fusil y la picana impusieron un modelo económico que debía persistir mucho tiempo después que ellos, los dictadores, entregaran el gobierno a la democracia.

Y así fue, Menem y Cavallo mediante.

"El poder económico de este país no se toca", decían.

Y quien mejor representó y expresó ese poder fue el ex "superministro", como lo llamaban.

Es esa impunidad asentada en el terror la que hoy se desmorona con este "desafuero" de Martínez de Hoz, abriendo las puertas para investigar a todos los civiles que en distintos ámbitos colaboraron con la dictadura.

Se trata, ni más ni menos, de mejorar y profundizar la calidad institucional de la democracia. Y ello sólo es posible a través del ejercicio pleno de la justicia.

La verdad sigue abriéndose paso: la dictadura no mató por ideología sino por dinero. Martínez de Hoz lo sabe mejor que nadie.

sábado, abril 24, 2010

Además de franquistas asesinos,son ladrones


MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ ARIAS

* Miguel Ángel Rodríguez Arias
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NUEVATRIBUNA.ES -

“Cuando haya sangre en las calles, compra propiedades”, ya lo decía el Barón de Rothschild allá por el año 1757.

Aunque a nuestros victoriosos cruzados patrios que, efectivamente, hicieron correr la sangre por las calles de toda España, ni siquiera les hizo falta comprar nada. Simplemente cometieron la práctica totalidad de los crímenes contra la humanidad, de guerra y contra la paz que existen y, después, despojaron a sus víctimas de cuantos bienes se les antojó.

Mejor dicho, utilizaron los resortes del nuevo “Estado”, la absoluta impunidad que el mismo les brindaba, para robar, durante años, a las familias de quienes habían defendido nuestra República.

Al igual que los propios nazis, apropiaciones de inmuebles, de tierras, de instalaciones industriales, de obras de arte y otros bienes, requisas coactivas de papel moneda, imposición arbitraria de tipos de cambio abusivos en zonas fronterizas y explotación empresarial de mano de obra esclava, fueron buena parte de sus hazañas redentoras de la cristiandad.

Todo ello a pesar de que ya desde el derecho de la Haya de 1907 estuviese prohibido someter a la población civil a saqueo, y se estableciese, además, que la propiedad privada debía ser en todo caso respetada, sin que pudiese ser confiscada ni objeto de pillaje.

A pesar de que no sólo es imprescriptible el enjuiciamiento de los verdugos, sino también lo es el derecho de las víctimas a la restitución y la reparación de los perjuicios causados. O tal y como señalan los principios ONU de protección de los Derechos Humanos mediante la lucha a la impunidad: “la amnistía y otras medidas de clemencia no afectan al derecho de las víctimas a reparación (…) y no menoscabarán el derecho a saber”. Lo que no sólo es aplicable a la restitución del patrimonio histórico de partidos y sindicatos, como sí que hemos hecho, sino también al patrimonio de las familias perseguidas. Fuera de España casos como el de la Ley de restitución de tierras a los descendientes de sus legítimos propietarios hecha por el Presidente Mandela en Sudáfrica tras el apartheid –incluida la expropiación a las familias blancas que se beneficiaron del robo a partir de 1913 y la creación del tribunal especial de reivindicación de tierras–, son otro buen recordatorio.

Sin olvidar tampoco la expresa prohibición de la cesión de penados “a particulares, compañías o personas jurídicas de carácter privado” derivada del Convenio OIT contra el trabajo forzado –ratificado por España en 1931–; ni el propio antecedente del juicio a los empresarios de Hitler en Nuremberg y todos los posteriores procesos judiciales en Alemania relativos al pago de indemnizaciones, como fue el caso de las empresas del Cartel IG Farben, responsable de campos de trabajo como el de la filial IG Auschwitz.

A los empresarios de Franco, en cambio, el negocio les salió redondo y nadie les ha pedido, todavía, responsabilidades por las distintas violaciones de derechos humanos de los “esclavos de Franco” –prisioneros de guerra con derechos, según la Convención de Ginebra de 1929– y de cuya explotación sacaron, ilegalmente, buen provecho, tal y como queda de manifiesto en el punto 67 del Balance de Crímenes denunciado por el Consejo de Europa en 2006. También recogida, en su punto 71, la "privación de bienes" por parte de la legislación franquista en contra de los "considerados republicanos".

Como dice irónicamente Jean Ortiz en uno de sus poemas de Mi guerra civil, “El carro de mi abuelo se lo robaron…/y no se lo devolvieron”.

Y ya sabemos por el drama abierto de los desaparecidos, de las fosas clandestinas, de los niños perdidos, –a los que ninguna institución busca todavía, por mucha vergüenza que dé hasta el mencionarlo– lo muy poco que le ha importado al actual Gobierno del PSOE cumplir en este tema con nada de lo que haya dicho Naciones Unidas, ni el Convenio Europeo, ni nada que se le parezca. Mientras tanto, ya se sabe, en la España post genocidio los crímenes económicos del franquismo, como todos los demás, van a misa. Con la imprescindible ayuda del velo de impunidad tejido por nuestras autoridades. Qué duro resulta constatar también esto último.

La España post genocidio que viene a ser Ruanda o la antigua Yugoslavia, con todas las consecuencias familiares, sociales, económicas, políticas, culturales, que aún perduran entre nosotros, todavía no es capaz de soportar su propio reflejo, ni mirar de frente a los miles de muertos insepultos que salen a la luz con tan sólo rasgar unos centímetros de tierra o de memoria.

“Verdad, justicia y reparación”, por tanto, también a los registros de la propiedad, hasta lo más oscuro de los balances contables de los empresarios de Franco, porque los responsables del franquismo, al igual que los del nazismo, fueron en primer lugar genocidas, sí, pero también fueron ladrones. Y nuestro Estado de Derecho no puede reconocer validez jurídica alguna a ninguno de sus crímenes, ni a su posterior saqueo del país. No podemos seguir llamando “derecho” al botín de guerra.

El disfrute de las rentas de todo ello debe dejar de engrosar las cuentas de las familias de los genocidas para pasar a los descendientes de sus legítimos propietarios: víctimas robadas y exterminadas por haber sido defensores de la Constitución y la República española, dejadas de lado por nuestra transición ejemplar de las fosas clandestinas y, finalmente, desamparadas por las ilegalidades internacionales de un Gobierno que ha defraudado todas nuestras esperanzas de justicia y derechos humanos para estas personas. ¿Por qué?

Miguel Ángel Rodríguez Arias es profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha, autor del libro "El caso de los niños perdidos del franquismo: crimen contra la humanidad" y otros trabajos pioneros sobre desapariciones forzadas del franquismo que dieron lugar a las actuaciones de la Audiencia Nacional.

jueves, abril 22, 2010

Murió,otro hijo de Franco

Murió Samaranch, el señor de los anillos

Su gestión transformó los Juegos Olímpicos en una meca deportiva de profesionalismo y comercialización. Múltiple funcionario de Franco en España, usó el deporte para trepar a la consideración mundial.


Por Sebastián Fest

Con la muerte de Juan Antonio Samaranch se fue un hombre que aprovechó como nadie el deporte para llegar a la cima.

“Me voy porque me tengo que ir, no porque me quiera ir. No me queda más remedio”, dijo en julio de 2001 en Moscú, cuando el belga Jacques Rogge lo relevó al frente de un Comité Olímpico Internacional (COI) que dominó con mano de hierro envuelta en guante de seda.

Así fue hasta el último instante Samaranch, fallecido a los 89 años en una clínica de Barcelona: tenaz, ambicioso y extremadamente pragmático para aprovechar las posibilidades que le daba “reinar” sobre el deporte mundial. Era miembro del COI desde 1966; fue su presidente durante 21 años, desde 1980.

“Se extraña”, dijo Samaranch durante una entrevista con este periodista en 2008, cuando se le preguntó si añoraba la presidencia del COI. El español estuvo al menos una vez en todos los países del mundo y dio más de un centenar de vueltas al planeta en avión. No extraña que alguna vez fuera definido como un “Papa laico”.

El deporte lo recordará como el presidente más importante desde el propio Barón de Coubertin, fundador del olimpismo moderno, pero sobre todo como el hombre que abrió los Juegos al profesionalismo y la comercialización casi sin límites. También por el escándalo de corrupción que sacudió al organismo en 1998 y 1999, del que salió mejor parado de lo que se creía en un primer momento.

En Samaranch, el deporte del poder, la biografía más documentada que sobre él se haya escrito, los periodistas españoles Jaume Boix y Arcadi Espada pusieron al personaje en perspectiva. “Era un político que había elegido el deporte como campo de actuación pública. Porque le gustaba y porque era probablemente el único territorio de poder que le resultaba accesible”, escribieron.

Samaranch siempre tuvo vocación política, algo de lo que se le pasó factura durante sus años al frente del COI, con los medios anglosajones recordándole siempre su pasado franquista. Al dejar la presidencia del COI confesó su hartazgo por esas críticas: “Me sentí incomprendido y atacado injustamente con todo eso del franquismo, sobre todo por parte de un mundo determinado que además no conoce nada de lo que pasó en España”.

Ocupó incontables cargos en la España de Francisco Franco, pero el de delegado nacional de Deportes (una especie de ministerio) entre 1966 y 1970 y el de presidente de la Diputación de Barcelona entre 1973 y 1977 son los más recordados. Luego, entre 1977 y 1980 fue embajador de España en Moscú, antes de asumir la presidencia del COI.

Supersticioso a más no poder –dormía con una castaña en el bolsillo de su pijama, no volaba en martes 13 e intentaba hacer coincidir todos los actos importantes de su vida con el día 17, el de su nacimiento, en julio de 1920– obsesivo y minucioso, creó en los años ’40 y ’50 prácticamente de la nada un deporte como el hockey sobre patines para llevar a España al título mundial. Sus intentos de promover el deporte en la atrasada España de entonces chocaban muchas veces de forma brutal contra la realidad. “Y esos animalitos, ¿comen mucho?”, le preguntó un alcalde andaluz cuando Samaranch le prometió potros para la práctica de gimnasia.

“Muy bien Samarán (sic). Pero medallas... ¿cuántas?”, le dijo Franco cuando el catalán regresó como jefe de misión de México ’68 sin un solo metal. Dieciocho años después, un nada casual 17 de octubre, se dio el gusto de decir “Barcelona” al anunciar a la capital catalana como sede olímpica del ’92.

Convencido de que sin su control personal las cosas no funcionaban, se enorgullecía especialmente de su lista de logros políticos, que fueron desde la presencia simultánea de China y Taiwan en los Juegos, hasta la reintroducción del concepto de “tregua olímpica” y cierto deshielo en las relaciones entre las dos Coreas. “Si hablamos de derechos humanos, muchos países que atacan a China deberían mirarse a ellos mismos por lo que están haciendo”, dijo desafiante cuando se le cuestionó su apuesta por Beijing 2008.

“Era un maestro en consultar gente. Cuando tomaba una decisión sabía que tendría probablemente una amplia mayoría a su favor. Su antecesor, Avery Brundage, tenía una imagen fuerte, pero no precisamente la de escuchar mucho. Samaranch era un trabajador en equipo”, aseguró su sucesor al frente del COI, Jacques Rogge.

“Samaranch fue exitoso en elevar el nivel de los Juegos y llevarlos a lo que son hoy. Creía que las reglas del amateurismo eran totalmente hipócritas, algo con lo que yo coincidía, y que había que abrir los Juegos a todos los deportistas.”

miércoles, abril 21, 2010

UN MELLIZO SIN IGUAL

Al derechista Kaczynski lo enterraron como un santo y no era ningún angelito

Después de una semana de funerales fue enterrado el presidente polaco, Lech Kaczynski. Descansa en el castillo de Wawel, con dos reputados santos y varios reyes, sin ser ningún angelito.

Por Emilio Marín

La muerte de Kaczynski fue impactante porque se produjo en un accidente de aviación, el sábado 10, cuando volaba rumbo a Smolensk, en el oeste de Rusia, con una nutrida comitiva gubernamental. Fallecieron 96 personas, entre éstas la esposa del mandatario, el jefe de Estado Mayor del Ejército, el vicecanciller, el titular del Banco Central y otros funcionarios de alta jerarquía.

La catástrofe fue de tal magnitud, que en la semana de los funerales el premier Donald Tusk lanzó una comparación que sonó exagerada: “es la mayor tragedia en la historia de Polonia desde la Segunda Guerra Mundial”.

Como para sembrar un poco más de cizaña en las difíciles relaciones que Polonia y Rusia han mantenido a lo largo de la historia, y que trascienden largamente el lapso de la Segunda Guerra, el avión presidencial siniestrado era de fabricación rusa. Un Tupolev 154, marca que la compañía Aeroflot ya ha dado completamente de baja.

Para disipar toda sombra, el presidente ruso Dmitri Medvedev designó a una comisión investigadora del accidente y puso al frente al primer ministro Vladimir Putin. Rápidamente se concluyó que la máquina estaba en buenas condiciones y el accidente se había debido a una falla humana. En varias oportunidades desde el aeropuerto de Smolensk le aconsejaron a la tripulación que no aterrizara por la niebla y que siguiera viaje a otras ciudades rusas.

Aparentemente la sugerencia fue desobedecida porque el pasajero polaco, ferviente anticomunista, estaba desesperado por llegar a tiempo a Katyn, para hacer una segunda conmemoración del 70º aniversario del fusilamiento por orden de José Stalin de algunos miles de oficiales polacos, en el curso de la gran contienda.

Una semana antes el premier polaco, Tusk, había sido invitado por Putin a un homenaje en Katyn a esas víctimas polacas. Kaczynski estaba furioso porque él no había sido convidado y sí su rival, el premier, perteneciente a una agrupación liberal de centro, Plataforma Cívica. Putin había lamentado aquellas muertes de 1940 pero no había pedido disculpas oficiales a Polonia. Entonces el mandatario polaco, del ultraderechista partido Ley y Justicia, sintió que debía hacer su propio homenaje. En ese viaje redundante y sectario perdió la vida.

Lech Kaczynski fue asesor de Lech Walesa en el anticomunista sindicato Solidaridad y luego hizo carrera junto a ese ex sindicalista devenido en presidente en 1991. Luego se enemistó con su jefe político, más pragmático. El ultraderechista, homofóbico y conservador mellizo Kaczynski (con su gemelo Jaroslaw de alter ego), fue capaz de prohibir hasta las marchas del orgullo gay cuando era alcalde de Varsovia.

Los hermanos se alejaron de Walesa y crearon su propio partido, en el extremo derecho y nacionalista del espectro político. En 2005 Lech ganó las presidenciales y su mellizo Jaroslaw fue su primer ministro, hasta que dos años después éste debió dejar el cargo al más liberal Tusk, en el marco de la negociación europea del Tratado de Lisboa. En la Unión Europea los detestaban a los gemelos; a Jaroslaw un poquito más.

Muchos pero no tantos

El accidente de aviación en Smolensk despertó más adhesión al mellizo Lech. Como es sabido, en la ciudadanía se suelen agrandar los méritos de un muerto, más allá de los que se les reconocía en vida. Además, el partido donde militaba el fallecido, suele hacer un circo político para tratar de capitalizar aquél dolor cívico, tratando de formar un colchón de votos necesarios para la transición. En Argentina se ha visto esta película.

Y eso parece haber ocurrido en Polonia en estos días. El presidente provisional es ahora el titular de Diputados, Bronislaw Komorowski, quien deberá convocar a comicios para el 20 de junio como fecha tope (en principio estaban fijados para octubre).

El partido del fallecido, Ley y Justicia, corre serio riesgo de perder la elección a manos de la Plataforma Cívica, del premier Tusk. La agrupación de los mellizos necesitaba hacer de los funerales un “compromiso nacional” para la continuidad de las políticas oficialistas.

Y por eso organizaron una semana completa de funerales, desde el domingo 11 en que el cadáver fue regresado desde Rusia, hasta el domingo 18, cuando el féretro fue ubicado en el castillo de Wawel, en Cracovia. Allí estaban hasta ahora dos polacos declarados santos y 17 reyes. Aún con polémica, seguramente alimentada por los opositores, el féretro del jefe de Estado fallecido fue ubicado allí, entre angelitos y ex monarcas pese a no ser ni una cosa ni otra (estaba más cerca de lo segundo, por la forma autoritaria como ejercía el poder).

En ese operativo luto y clamor, según quién escribiera la noticia ponía muchos o menos ceros. Las agencias internacionales que fueron citadas por los otros mellizos argentinos, La Nación y Clarín, contaron así la historia: “los funerales duraron casi seis horas, durante las cuales se celebró una misa en la Basílica de Nuestra Señora, que en su interior recibió a unas 800 personas entre ellas huéspedes extranjeros, y 150.000 en el exterior, en la Plaza del Mercado y en todas las calles del centro”.

En cambio en Página/12, en una nota firmada por Tony Paterson, del The Independent de Gran Bretaña, presente en el sepelio, se pudo leer: “bajo un radiante sol primaveral, una multitud de casi 60 mil personas se congregó para asistir a los funerales de la pareja presidencial, en la antigua ciudad de Cracovia”.

Parecido a los Beccar Varela

En lo que no hubo diferencias entre los oradores en la despedida del accidentado fue en la definición de su ideario. “Usted luchó por la libertad, la justicia y la presencia de la cruz”, dijo el actual dirigente del sindicato Solidaridad, Janusz Sniadek. A su turno, el cardenal de Polonia, Henryk Muszynski, afirmó que el lema de Kaczynski podía sintetizarse en “Dios, honor y patria”.

Al cronista le pareció estar leyendo algún artículo del grupo ultraderechista argentino de los Beccar Varela cuya sigla y lema era “Tradición, Familia y Propiedad”. Kaczynski podría haber sido un gran lector de la revista nazionalista (con z) argentina, Cabildo.

Ahora, acallados “un poco” los ecos del sepelio, se reavivará la lucha política y electoral en Polonia. Las comillas relativizadoras obedecen a que hubo 40.000 polacos enemigos de enterrar al muerto en el castillo de Wawel y así lo hicieron saber con un grupo de Facebook. Posiblemente estas personas busquen votar a un candidato de centro y europeísta, y no como el fanático fallecido, que se llevó a su tumba los elogios de Barack Obama como un gran amigo y aliado de Estados Unidos.

Washington diseñó una base de misiles en Polonia y una estación de radar en la República Checa, como parte de un operativo contra Moscú. Kaczynski estaba de acuerdo con ese emprendimiento, fiel al resentimiento polaco contra Rusia y luego la URSS heredado de uno de sus mayores próceres reaccionarios, el mariscal Pilsudski.

Como el presidente polaco halló la muerte viajando hacia Katyn, todas las crónicas han afirmado unánimemente que allí fueron fusilados miles de militares polacos por orden de Stalin. En ese enfoque superficial, Polonia queda como mártir y la URSS como genocida. ¿Habrá sido así la historia?

Para entender ese conflicto se puede apelar a alguien muy distante del bolchevismo como Winston Churchill y sus “Memorias de la Segunda Guerra Mundial” (Peuser, 1060 páginas). Dice el autor, refiriéndose a 1939: “Gran Bretaña avanza, llevando a Francia de la mano, para garantizar la integridad de Polonia, de esa misma Polonia, que con apetito de hiena apenas seis meses antes había participado en el saqueo y la destrucción del Estado checoslovaco”.

El conservador británico que en mayo de año 1940 sería primer ministro relata que en abril de 1939 la cancillería soviética propuso un “frente unido de ayuda mutua entre Gran Bretaña, Francia y la URSS que con la adhesión de Polonia debían ofrecer garantías a aquellos estados de Europa central y oriental que se hallaban bajo la amenaza de una agresión alemana”.

¿Por qué se frustró esa justa propuesta de Stalin? Lo cuenta Churchill: “la conferencia militar no tardó en fracasar al negarse Polonia y Rumania a permitir el paso de tropas rusas (para atacar a Alemania). La actitud de Polonia era: ´con los alemanes corremos el riesgo de perder nuestra libertad; con los rusos, nuestra alma´”.

Si los rusos hicieron un homenaje a los muertos en Katyn, los polacos tendrían que hacer una autocrítica mucho mayor y rendir homenaje a los 20 millones de soviéticos muertos en la guerra. Una parte de éstos se debió a la política tan reaccionaria de Polonia.

La Arena

martes, abril 20, 2010

ESTO ES LO QUE NO QUIEREN QUE SE SEPA

LOS NIÑOS ROBADOS DEL FRANQUISMO

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AGNESE MARRA

Técnicas nazis, tramas casi policíacas con monjas, curas, médicos y funcionarios con los papeles protagonistas. Un negocio inventado por Franco que nació con la intención de “sacar el germen marxista” de los hijos de los republicanos. El resultado son alrededor de 30.000 niños robados. Los especialistas nos cuentan el modus operandi de una de las mayores atrocidades del franquismo.


NUEVATRIBUNA.ES - .


Técnicas nazis, tramas casi policíacas con monjas, curas, médicos y funcionarios con los papeles protagonistas. Un negocio inventado por Franco que comenzó con una misma intención: “Sacar el germen marxista” de los miles de niños con madres o familia republicana. La persecución de ese gen, tal y como mandaba Vallejo Nájera, es una de las pruebas más rotundas del genocidio que supuso el franquismo.

Miles de niños robados, ultrajados, con nuevos apellidos, identidades, lugares de origen. Miles de personas que ya superan los cuarenta años y que continúan con su vida sin conocer quiénes son, amparados bajo un engaño que ni el Estado español ni las autoridades pertinentes quieren desenmascarar.

Sin emabrgo hay otras personas, que van desde abogados, psicólogos, antropólogos o periodistas que están dedicados a sacar a la luz uno de los crímenes más brutales del franquismo. Tres de ellos se reunieron la tarde del lunes en la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad Complutense, donde se mantiene el encierro de apoyo al Juez Garzón. Como ya se contó en este periódico, este encierro ha devenido en un espacio de memoria y de denuncia para que España pueda conocer las cientos de páginas de Historia que Franco y sus secuaces eliminaron de un plumazo.

Los datos que ofrecen son estremecedores. Las imágenes llegan a la memoria en blanco y negro, pero estos crímenes también son de la etapa de technicolor. “En España se han robado sistemáticamente niños. Empezaron con el franquismo y la situación ha perdurado hasta entrados los años ochenta”, dice el sociólogo y experto en el tema Paco Tena. Durante las décadas de los 40, 50, 60 y 70, los robos tenían una connotación claramente política, sin embargo en los 80 estaba orientado a la mera ganancia económica, sólo al negocio.

Los primeros robos comenzaron en los años 40. Sus víctimas eran las mujeres que entraban embarazadas en la cárcel. Todavía quedan testimonios que han denunciado cómo les robaban los hijos a las presas republicanas. Una de las matronas de aquella época, que hoy cuenta con 95 años, reconoció el robo de los niños en las prisiones y contó cómo las monjas les ponían un pañuelo en la cara a los bebés cuando les daban de mamar para que no le cogieran cariño a su madre. Guillermo Fouces que trabaja como psicólogo para la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) también recuerda: “Además que les dejaban muy poco tiempo de lactancia siguiendo las órdenes de Vallejo Nájera, para que no se les contagiara el gen del marxismo”.

LA IGLESIA SE ENCARGABA DE TODO

“Lo llevaron a bautizar y no me lo devolvieron. Yo reclamaba el niño, y que si estaba malo, que si no estaba. No lo volví a ver”, le dijo Emilia Girón a la periodista María José Esteso Poves, una de las asistentes a la mesa redonda. Lo que le dijeron a Emilia se lo decían a todas. A pesar de que el niño nacía bien y las madres eran capaces de verlo, rápidamente una enfermera les indicaba que tenían que llevarlo a una incubadora. Al día siguiente le comunicaban a la madre que el bebé había muerto. Nunca más volvían a ver a su hijo.

Tampoco se volvía a ver la documentación. Ni el certificado de nacimiento, ni el de defunción, y ni siquiera el de la madre que estuvo hospitalizada y fue a dar a la luz: “Muchas de las madres han ido después a las clínicas para pedir su ficha y no se las han dado, dicen que han desaparecido”, cuenta indignado Paco Tena. Estas madres ya pertenecen a la segunda etapa. Ya no son las presas. Las víctimas eran aquellas mujeres a las que podían relacionar con la República o con una ideología de izquierda.

Un médico que en esa época (años 60 -70) trabajaba en la Fundación Jiménez Díaz, y que se ha negado a mostrar su identidad ha reconocido las investigaciones a las que han podido llegar expertos y víctimas: “Era sabido que existían ’chanchullos’ en los hospitales en esos años. En la Fundación se sabía que entraba por una puerta una parturienta y que a la vez era registrada una mujer no embarazada en la zona de partos, incluso eran ingresadas en la zona privada y la familia adoptante pagaba todos los gastos. Una salía sin su bebé y la otra que no estaba embarazada quedaba registrada como la madre. En ese hospital apareció una vez una pareja de chilenos que querían un niño, a los tres días salieron con dos bebés. Y se marcharon a Francia. Los niños eran para enchufados, y había cierto secreto en las maniobras. Hubo gente que quiso denunciar y fue apartada”, narra la periodista que pudo hablar con él.

El crimen se cometía a lo largo y ancho de la península, incluso hay casos documentados en las islas Canarias. Un entramado bien pensado, con varios protagonistas que cumplían papeles claves para que el negocio nunca se descubriera y se pudiera sacar el mayor beneficio. “Las monjas de la inclusa de Burgos se subían al tren cargadas de capazos con recién nacidos que llevaban hasta la inclusa de Valencia. Esta operación se repetía de punta a punta. Se trataba de desarraigarnos. Tuvimos bebés que viajaron de Canarias a Granada y de allí a Valencia para ser adoptados. Otros fueron a parar al extranjero. Se sigue diciendo en los registros de la Iglesia y en las diputaciones que no hay documentos una riada o un incendio sirven para no entregarlos, pero hay leyes que obligan a hacerlo”, le dijo otra de las madres usurpadas a María José Esteso.

La Iglesia no sólo estaba en cada una de las etapas del ‘robo’ sino que además castigaba a las parturientas por entender que las ayudaban a dar a la luz: “Después de parir y robarles los hijos, las mantenían durante años limpiando los suelos de los hospitales para que pagaran su deuda por haber sido atendidas”, cuenta Paco Tena.

‘ENDEMIA DE OTITIS’

Las instituciones y administraciones también estaban metidas en el ajo. Los partes de defunción existentes tenían todos la misma causa de la muerte: otitis. En un registro de la comunidad de Madrid hay incluso un día en el que en el mismo hospital mueren siete bebés por otitis, explica el sociólogo y lo corrobora la periodista. Ambos han trabajado juntos y cuando vieron esa información no tardaron en hablar con varios pediatras: “Todos nos decían lo mismo, que era imposible que un bebé muriera por otitis, es más en el registro de enfermedades de muerte infantil hay muchísimas y ninguna es por otitis”.

El Registro Civil es una de las instituciones que se niega a ofrecer datos a las víctimas que hoy buscan a sus padres, a sus hermanos o a sus hijos. “Es que tenían funcionarios comprados. En el parte de defunción hablaban de otitis, pero ni siquiera decían si les habían enterrado o incinerado, por no hablar de las partidas de nacimiento falsas con nuevos nombres y por supuesto todos los partes de defunción falsos”, señala Tena. Y es que el negocio que inventó Franco daba mucho dinero. No era de extrañar que las familias más adineradas llegaran a pagar hasta 200.000 pesetas de la época, dinero que se repartían entre la Iglesia, los médicos y los funcionarios ‘comprados’.

Las clínicas que más han sido investigadas están en Madrid. La Clínica de O’Donell y la maternidad de Santa Cristina (amabas en la misma calle) y una tercera que actuaba coordinándose con las anteriores, la clínica San Ramón. Las tres practicaban el mismo modus operandi: niño en la incubadora, después decir que estaba muerto y registrar como parturienta a la madre adoptiva y no a la verdadera. Algunos de los médicos que trabajaban allí en aquella época y que presumiblemente organizaban los robos hoy siguen vivos. Es el caso del tocólogo Eduardo Vela Vela o el del ginecólogo Villa Elizaga, que hoy se encuentra dando clases en la Universidad de Navarra. Entre estas ‘curiosidades’ también está el hecho de que el directo y fundador de la clínica O’Donell fue José Botella Llusía, tío de Ana Botella, mujer de José María Aznar.

LA IMPUNIDAD CAMPA A SUS ANCHAS

Aunque parezca mentira gran parte de estas atrocidades estaban amparadas por ley. Algunas de las Leyes de Franco menos conocidas y más brutales hoy saltan a la palestra en medio de una mesa redonda que los asistentes siguen con los ojos bien abiertos. La periodista María José Esteso nos refresca la Historia menos contada: “El rapto se convirtió en ‘legal’ por la Orden de 30 de marzo de 1940 en la que se daba la patria potestad al Estado. Pero en 1941 otra ley terminó por empeorarlo más ya que se autorizó cambiar los apellidos”. El sociólogo interrumpe y dice: “Es un peligro que miles de personas crean que tienen una pasado médico con la identidad de padres falsos, es una atrocidad”.

Pero el esperpento continúa cuando se conoce la Ley de Patrimonio 16/85 que recoge que para proteger a la madre no se pueden ofrecer sus datos a quien la busque hasta pasados cincuenta años. La película se pone cada vez más negra para todo aquel que quiera conocer lo que sucedió en aquellos años. Además los que lo han intentado han salido mal parados. Los ejemplos son muchos.

En los años 90 cuando surgió el programa de televisión ¿Quién sabe dónde? llegaron a la redacción cientos de casos que buscaban a sus familiares desaparecidos en el franquismo, mucho de ellos hablaban de sus hijos robados. La intensidad de llamadas fue tal que el propio presentador, Paco Lobatón, animó a las víctimas a unirse en asociación. Le hicieron caso y formaron Derechos a saber ANDAS. Sin embargo el periodista del programa no tuvo tanta suerte ya que tras sacar a la luz un caso, y en plena subida de audiencia, Televisión Española decidió acabar con el programa, cuenta Paco Tena.

La periodista María José Esteso, cuenta algo parecido que le sucedió a ella cuando fue a entrevistar a María Cruz, la entonces presidenta de la asociación ANDAS y uno de los testimonios que más ha luchado por conocer la verdad: “En ese momento trabajaba de free lance para el grupo PRISA y cuando les conté el tema, cómo había ido mi entrevista, me dijeron que no les interesaba publicar ese tipo de cosas. Les terminé convenciendo y lo sacaron, pero tuve que dulcificar muchísimo todo lo que me había dicho”.

El caso más reciente lo ha sufrido Paco Tena, quien ha publicado numerosas investigaciones sobre los niños robados: “Hace tan sólo tres meses me llamaron y me dijeron que no siguiera investigando por ahí, que tenía que tener cuidado. Esa es la mejor prueba de que el franquismo sociológico sigue vivo”.

UNA PARED DE FRENTE

Las víctimas que han intentado conocer su historia se han encontrado siempre con la misma respuesta: el silencio. Los especialistas y los familiares coinciden en que la Iglesia y el Registro Civil son las dos instituciones que lo ponen más difícil, por no decir imposible. “La Iglesia es la que tiene todo, los registros de bautismo originales, con los nombres de los padres verdaderos, las defunciones, los nacimientos, ellos tienen todo, pero no nos lo quieren mostrar”, señala el sociólogo.

Tanto Paco Tena como la periodista María José Esteso coinciden que los expertos no pueden hacer mucho más: “Es el Estado quien se tiene que encargar de todo esto, es la Fiscalía la que tiene que llevarlo y obligar a las instituciones a que muestren las pruebas”, dice Tena. Pero de repente se acuerda: “Bueno, la verdad es que hemos venido aquí para apoyar a Garzón, la única persona que ha intentado investigar esto, y por eso mismo está en el banquillo. Todo esto es un sin sentido”.

lunes, abril 19, 2010

¿ES MALO LO NUCLEAR?

El renacer nuclear de la Argentina




Por Ignacio Jawtuschenko
Periodista

La posición de la Argentina en la cumbre Nuclear Mundial celebrada en Washington consistió en acompañar las medidas de seguridad que prevengan posibles ataques terroristas a las instalaciones nucleares, pero que estas medidas preventivas no sean pretexto para impedir el avance y la autonomía del desarrollo nuclear pacífico. Es que la Argentina tiene una larga historia en este campo.
El origen de la actividad nuclear en la Argentina en la década del ’50 no podía haber despertado más fantasías. En una isla paradisíaca, la Huemul, en el lago Nahuel Huapi, el austríaco Ronald Richter experimentó como un alquimista solitario con sus máquinas e instrumentos la secreta posibilidad de la fusión nuclear. Algo que aún hoy, seis décadas después, es un objetivo no alcanzado.

Luego de aquella aventura, la nuclear se volvió una empresa colectiva organizada, con instituciones, grupos de investigación, industriales. Hoy como ayer la actividad nuclear es factor de independencia económica.

La Argentina domina esta tecnología desde sus albores. Desde el RA1 inaugurado en 1958, todos los reactores de investigación argentinos fueron proyectados y construidos en el país. Los reactores de investigación son instrumentos complejos usados para formar ingenieros, físicos y químicos nucleares, testear materiales, fabricar radioisótopos, sustancias químicas radioactivas de uso médico e industrial.

En los ’80, días antes de que asumiera Raúl Alfonsín, la Cnea anunció al mundo que el país disponía de tecnología para enriquecer uranio. Fue el primer país emergente que logró dominar la totalidad de ese ciclo de combustible.

Es que cuando nuestro país emprendió el camino nuclear no lo hizo comprando paquetes tecnológicos llave en mano, sino con la decisión política de desarrollar su infraestructura con la máxima autonomía posible. Se trata de desarrollos que van desde la minería de uranio –prospección, explotación, extracción–, la producción –concentración y purificación– de dióxido de uranio, la fabricación de vainas de zircaloy, la producción de agua pesada para los reactores, la operación de las centrales y la gestión de los residuos radiactivos.

Con una historia a hombros de gigantes como José Balseiro, Jorge Sábato y Franco Varotto, esta actividad científico-tecnológica es una política de Estado que mira el porvenir: en noviembre pasado se aprobó prácticamente por unanimidad la primera Ley Nuclear de la democracia que apunta a permitir la construcción de la cuarta central Atucha III de 1.500 megavatios de potencia, la extensión de vida por otros 30 años de la eficiente Central Nuclear de Embalse y el desarrollo del prototipo del primer reactor de diseño argentino, el Carem.

Poder nuclear. Diez gramos de uranio produce tanta energía como una tonelada de carbón. En términos simples, toda central nuclear funciona como una cacerola. La fisión nuclear genera un inmenso calor que calienta el agua y produce vapor para rotar una turbina, su rotación impulsa un generador que convierte el movimiento mecánico de rotación en electricidad, como el dínamo de una bicicleta. Esa electricidad es transmitida a los usuarios. Detrás de esos artefactos está la teoría física atómica y la fórmula científica que es un ícono de la cultura universal: E=MC2.
La producción nuclear de energía eléctrica se desarrolla dentro del cuadrilátero de política energética, cooperación internacional, aceptación pública y medio ambiente. Algunas ventajas que siempre se destacan de la energía atómica: competitiva frente a las fluctuaciones de los hidrocarburos –petróleo y gas–, constante porque trabaja las 24 horas, todos los días del año –a diferencia de la hidráulica y la solar–, limpia, porque evita la emisión de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Aquí, allí y en todas partes el aumento del precio del petróleo, el incremento de la demanda de electricidad y la dependencia energética a los países productores de combustibles fósiles ha propiciado la vuelta a lo nuclear. Energívoro, en los últimos 15 años el mundo consumió más energía que en toda la historia.

Un ejemplo, Italia, considerada el emblema de los países antinucleares, ya no posterga su retorno a esta energía. Es que se volvió una isla que compra electricidad a los vecinos nucleares, por ejemplo, Francia. El país de los perfumes y la alta costura es también el más nuclear del mundo, allí 8 de cada 10 lámparas de luz son alimentadas por nucleoelectricidad.

Según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea), el 15 por ciento de la electricidad que consume el mundo es nuclear, la producen 440 reactores. La energía nuclear es sinónimo de desarrollo. Mientras en la Unión Europea el 35 por ciento de la energía que se produce es nuclear, en América latina el panorama es el opuesto, sólo el 2,5 por ciento es nuclear. Sólo Argentina, Brasil y México tienen nucleoelectricidad.

La Argentina cuenta hoy con dos centrales nucleares que suministran un 7 por ciento de electricidad. Atucha I, de origen alemán, en 1974 fue la primera central latinoamericana, puesta en marcha en tiempo récord. La Central de Embalse, en Córdoba, construida en 1984, de tipo Candu, batió récords de eficiencia con un factor de disponibilidad del 87% por ciento. Produce allí el cobalto 60, un radioisótopo que se usa para irradiar y preservar alimentos, esterilizar insumos quirúrgicos y tratar enfermedades tumorales. La Argentina, a través de Dioxitek, es el tercer productor y exportador mundial de fuentes de cobalto 60.

Atucha II será la máquina térmica más grande del país. Durante los ’90 fue un monumento al abandono. Olvidada en el medio de un baldío de pastizales altos, frente al Paraná, ese caudaloso río que –como la tecnología–, no detiene su marcha.

Trunca, la central era un mecano disperso. Sus componentes –85 mil piezas, de unas 40 mil toneladas– se almacenaron en carpas especialmente acondicionadas para evitar la corrosión, para hibernar, resistir. Eran tiempos en que las carpas fueron sinónimo de resistencia política. La carpa blanca docente frente al Congreso, es la más emblemática de todas.

Hoy Atucha II es un hormiguero con cientos de cascos verdes, azules, blancos, amarillos, que se mueven de un lado a otro. A cargo de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (N.A.S.A.) trabajan 5.200 personas. Es una mezcla de veteranos recuperados con jóvenes que recuperaron el sentido de futuro.

Cargada de simbolismos, Atucha II es tanto un emblema de reconstrucción, como un ejemplo de lo que no hay que hacer: ninguna obra puede tardar 30 años en terminarse.

Estrategia de dos patas. La Argentina nuclear se sostiene sobre dos patas. Una se hunde hasta la rodilla en el sistema científico tecnológico con la formación de recursos humanos de alto nivel y los proyectos de investigación y desarrollo. La otra se apoya en sectores industriales, con la producción de radioisótopos para la salud pública, la fabricación de combustible nuclear y la provisión de nucleoelectricidad. Casi el 80 por ciento de los fondos asignados al sector nuclear fueron destinados a proyectos referidos a la generación nucleoeléctrica.

Nuestro país ha liderado por décadas el espacio nuclear regional, formando a científicos de países vecinos en investigación y protección radiológica. Pero así como los científicos nucleares argentinos son reconocidos en todo el mundo, la mayor parte de la sociedad desconoce la existencia de este tesoro atómico, que, cuando se conoce, es irremediablemente motivo de orgullo. Sucede que en el sector nuclear son más que discretos a la hora de dar a conocer su trabajo. A diferencia de otros, hacen mucho y hablan poco. Tal vez sean inercias de décadas pasadas, en las que el sector tuvo que resistir en silencio.

Nunca es suficiente la cantidad de especialistas en el campo nuclear. No obstante, el andamiaje necesario para la formación de recursos humanos es uno de los méritos de la Cnea. Mediante acuerdos con universidades, la Cnea creó institutos universitarios, radicados en sus centros atómicos. En 1955 se creó en acuerdo con la Universidad Nacional de Cuyo el Instituto Balseiro en Bariloche, un centro de excelencia donde se forman ingenieros y físicos nucleares de toda América latina. Desde 1993 en acuerdo con la Universidad Nacional de San Martín, el Instituto Tecnológico Jorge Sábato diseñó carreras en ciencias de materiales. Y desde el 2004 el Instituto Dan Beninson ofrece maestrías en reactores nucleares y radioquímica. En Mendoza funciona la Escuela de Medicina Nuclear y Radiodiagnóstico.

Algo más que soja. La Argentina ha demostrado que además de su carne o sus jugadores de fútbol es un proveedor nuclear confiable. La primera exportación de tecnología nuclear fue una serie de elementos combustibles que compró Alemania en 1958. En los ’80 la construcción de un centro nuclear en Perú –el Cnip– fue el más importante proyecto de cooperación nuclear sur-sur. También Argelia optó –entre ofertas de las principales firmas del mercado mundial– por comprarle a la barilochense Invap su primer reactor experimental –el NUR–, con el objetivo de desalinizar agua de mar y favorecer la agricultura en el desierto.

Desde 2002 la Cnea produce en su Centro Atómico Ezeiza molibdeno 99, un elemento radiactivo esencial en medicina nuclear, para el diagnóstico por imágenes y que se exporta a Brasil y países de la región.

En 2005 la exportación más grande de la historia de la Argentina fue el reactor que también Invap vendió a Australia, el Opal, construido para la Ansto, (Agencia de Ciencia y Tecnología Nuclear de Australia). Alta tecnología al precio más conveniente, sería un lema posible.

miércoles, abril 14, 2010

¡¡¡Hay Carmela,Carmela,Carmela!!!!!

El estado español podría toparse en Argentina con el fantasma de un régimen que aún oculta en su casa

Ante las reiteradas trabas del Estado español para investigar y buscar la verdad respecto a los crímenes cometidos durante el franquismo, las víctimas apelan al amparo internacional con una querella que presentan hoy ante los Juzgados Federales de Argentina.

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Ruben PASCUAL

Miércoles, 14 de abril. Tal día como hoy, hace ya 79 años, se proclamó la Segunda República española. Casualmente -o tal vez no tanto- el de hoy es el día que han elegido las víctimas del franquismo y las distintas asociaciones de derechos humanos para presentar, ante la Justicia argentina una querella contra los responsables de los crímenes cometidos por el régimen que, en 1936, puso fin a aquella etapa y escribió, sin ningún género de dudas, una de las páginas más trágicas de la historia del Estado español.

Tampoco es casual que esta demanda tenga que presentarse ante los Juzgados Federales de Argentina. Las innumerables zancadillas y piedras puestas en el camino por las distintas instituciones del Estado español para recuperar la memoria histórica y poner fin a la impunidad de la que, al menos hasta ahora, han gozado los responsables del régimen del general español Francisco Franco, han obligado a Darío Rivas (hijo de un alcalde de la localidad de Castro de Rei, Lugo, fusilado en 1936) e Inés García Holgado (tiene un tío desaparecido y dos abuelos fusilados) a recurrir a la comunidad internacional para la búsqueda de la verdad que se les oculta.

«Reclamo algo que me corresponde: justicia para gente que fue asesinada sin justicia. No estoy reclamando para mí solo, sino por todas las víctimas. Franco dijo que iba a dejar todo atado y bien atado y que iba a seguir gobernando después de muerto y en España se siguen sufriendo los 40 años de dictadura», denunció Rivas.

Estos dos querellantes particulares no estarán solos al frente de la acusación. Según el abogado de origen argentino afincado en Madrid e impulsor de la iniciativa, Carlos Slepoy, también encabezarán la denuncia diversas organizaciones de derechos humanos, como Abuelas de Plaza de Mayo, el Servicio de Paz y Justicia (presidido por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel), la Central de Trabajadores Argentinos o la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la asociación de derechos humanos más antigua de este país sudamericano, que data del año 1935.

La representación española, además, estará formada, entre otros, por la Asociación para la Memoria Histórica. El letrado argentino asegura que estos querellantes sólo son los primeros, ya que, a medida que avance el proceso, se irán sumando muchas más personas y asociaciones.

La iniciativa, que ha obtenido un amplio eco internacional y en los medios, está fundamentada en el principio de jurisdicción universal, conforme al cual los crímenes de guerra, como los de lesa humanidad y genocidio, pueden y debieran ser perseguidos por distintos tribunales del mundo, independientemente del lugar el que se cometan, el tiempo en el que se hayan cometido y cualquiera que sea la relación que ese Estado tenga con víctimas y victimarios.

Slepoy precisa que «aquí no se tienen en cuenta principios como, por ejemplo, el de la nacionalidad o el de los intereses del Estado que ejerce la jurisdicción».

«Se actúa en nombre de la comunidad internacional y con el objetivo de que estos crímenes no queden impunes», recalca.

Proyección internacional

Paradójicamente, basándose en este mismo principio, el Estado español fue pionero al investigar y desarrollar procesos judiciales relativos a los regímenes dictatoriales de Argentina, Chile y Guatemala. Sin embargo, la mala instrucción del juez español Baltasar Garzón -conocido internacionalmente no por sus como poco polémicos sumarios contra la causa nacional vasca sino por los citados procesos- a la hora de investigar el sacrosanto e intocable régimen franquista ha encontrado dificultades innegables para salir adelante, dejándole incluso al borde de la suspensión. La virtud del caso es que ha permitido que empiece a cuestionarse a nivel internacional la forma en la que se produjo esa transición que las autoridades españolas se han empeñado incansablemente en vender como «modélica».

Beinusz Szmukler, presidente del Consejo Consultivo Continental -organización no gubernamental que trabaja con la ONU-, asegura rotundo a la agencia Efe que la «paralización» de las pesquisas en el Estado español ha incentivado el avance de la querella ante la Justicia argentina.

«En virtud de todo esto, y como un efecto de devolución por lo que se ha hecho en distintos lugares del Estado español en relación a los crímenes cometidos en nuestro país [Argentina], es que se ha impulsado esta iniciativa», afirma el jurista, especialista en materia de derechos humanos.

Según relata, los crímenes que se pretenden investigar son aquellos que van desde el 17 de julio de 1937, un día antes del alzamiento militar, «porque ese mismo día ya se cometieron asesinatos», hasta el 15 de junio de 1977, día en el que se celebran las primeras elecciones tras la muerte de Franco. De acuerdo a las investigaciones que desarrolló Garzón, en ese periodo hubo 113.000 desaparecidos y más de 30.000 niños secuestrados y privados de su identidad.

Por todo esto, los querellantes acusan a los responsables -«por acción u omisión»- del régimen franquista de dos delitos. Por un lado, están los delitos de genocidio , «porque entendemos que hubo un propósito deliberado y un plan sistemático de eliminación de los distintos grupos existentes en el Estado».

«En el caso del País Vasco y de Catalunya es un ejemplo claro de cómo se prohibió el uso de la lengua, cómo se reprimió a las distintas instituciones de estas Comunidades Autónomas y se pretendió eliminar a las distintas agrupaciones y colectividades de distinto tipo: culturales, políticas...», añade.

«Hay que tener en cuenta que además de los centenares de miles de asesinados y desaparecidos, hubo centenares de miles de exiliados, niños secuestrados y privados de identidad y entregados a familias del régimen u orfanatos con la idea de expulsar el virus marxista de la sociedad española», describe Carlos Slepoy, que también intervino como abogado querellante en los procesos judiciales contra el dictador argentino Jorge Rafael Videla y otros miembros de su régimen. «El proyecto fue, por tanto, recrear la sociedad que querían los represores, y esto no tiene más nombre que el de genocidio», sentencia.

Sin embargo, si el juez de turno no estimara esta acusación, se trataría, de acuerdo a los querellantes, de crímenes de lesa humanidad, que tienen una característica diferente, porque éstos consisten ataques generalizados y sistemáticos contra la población civil. Precisan que, «a nuestro entender, no fue esto lo que pasó en España, sino que hubo un intento de eliminación de distintos grupos humanos de la sociedad».

El argumento esgrimido por el aparato español para taponar el avance de las indagaciones a este respecto es la llamada Ley de Amnistía de 1977, a través de la cual «quedan amnistiados aquellos que hayan cometido delitos con intencionalidad política».

Imprescriptibles y perseguibles

En derecho internacional, los crímenes de lesa humanidad no están considerados como políticos, sino que son crímenes imprescriptibles internacionales que deben ser juzgados y, por tanto, sus responsables han de ser sometidos en cualquier caso al pertinente proceso judicial.

Respecto al procedimiento a seguir, en caso de que el juez admitiera a trámite la demanda que se presenta hoy, «se va aportar una larga lista de pruebas y se va pedir que, por parte del Gobierno español -a través de los organismos correspondientes- se envíe al Juzgado de Argentina una relación de todos los ministros del Gobierno franquista, de todos los mandos de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil, de la Policía y de los dirigentes de la Falange».

Paralelamente, se solicitará otro listado en el que se recoja, entre otras cuestiones, la información relativa a las fosas comunes, los cuerpos que han sido exhumados, y una relación de los niños privados de su identidad.

«Es decir, se inicia una investigación con el objetivo de profundizar en la verdad histórica de lo que ocurrió en España, e imputar, cuando existan pruebas claras y concretas, a los distintos responsables -ya sea por acción u omisión- que han cometido los crímenes anteriormente citados», apunta Slepoy, que afirma que este proceso tendría un desarrollo similar al que investigó las dictaduras argentina y chilena.

«Empezarán a declarar las víctimas, sus familiares... Se determinará también cuáles de los represores están vivos al objeto de llamarlos a declarar, o bien dictar órdenes internacionales de detención contra ellos», señala.

La acusación afirma que se presenta optimista ante el Juzgado porque, además de que «la querella está sólidamente fundamentada», se está creando «una movilización social importante en el Estado español pidiendo que estos crímenes sean juzgados: se están haciendo actos, concentraciones...»

Así, Slepoy asegura que «el trabajo que han hecho desde hace años las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica en la exhumación de cadáveres, en la búsqueda de la verdad y en la petición de justicia empieza a fructificar», y sentencia: «Creo que se está generando un importante movimiento social que puede terminar con esta negra página del Estado español», donde tanto en la dictadura, como después, «se ha querido ocultar la verdad para dejar estos crímenes impunes».

martes, abril 13, 2010

LA TRAICION A GARZON


El caso del juez Garzón es dificilmente comprendido fuera de España.
Se han elaborado mil teorías sobre el caso y mi buen amigo Carlos Slepoy les ha devuelto a los españoles la pelota.Aunque el gobierno socialista dice que no es posible.
Pero la situación se define muy bien con una anécdota que circula por los pasillos de la Audiencia Nacional en Madrid.
Cuentan las secretarias que llega Garzón y les suelta:
--Buenos días,todos de pié que llega el enviado de Dios...
...el juez Varela,"ex-amigo"de Garzón,que está en la sala se levanta y espeta...
--No puede ser,YO no envié a nadie...
Porqué Varela,"progre" o zurdo en lenguaje argentino,se lanzó a la yugular del juez justiciero no es ningún misterio ni hay que buscar teorías "conspiranoicas",ni psicoanalíticas.
Varela no se banca que nadie sea más importante que él.
Y así,aunque no nos guste a muchos,funciona la justicia y funcionamos los seres humanos.
Maradona lo hunde a Messi,porque ningún macho alfa de una manada vende su puesto de líder por nada,el desafiante deja su sangre en la arena.
Con Maradona allí,Messi tiene que hacer él solo siete goles por partido y así,el gordito villero ,quizás le reconozca algo.
Decía mi padre,que "a nadie le huele su propia mierda" y mi tío Joaquín,su hermano,también del pueblo de Jayena en Granada,le contestaba...."ni tiene hijos feos".
Dígale Ud. a un castrista que Fidel se equivoca,y no se mueva de Argentina,todavía se creen que Peron era perfecto,como los comunistas siguen adorando a Stalin,los italianos votan a un pagliachi llamado Berlusconi,los católicos se niegan a aceptar que el Papa alemán,además de nazi es gay y que una pléyade de curas son pedófilos.
Lo que no sabemos es si se hacen pedófilos dentro de la iglesia o entran en la iglesia porque son pedófilos,que parece protegerlos.
En el "caso Garzón"para darle un nombre muy a tono con la justicia,se agregan exquisiteces tales como que Garzon es un juez constitucional,es decir,pos-franquista y Varela es un juez pre-constitucional,que no juró por la Constitución y casualmente juró defender los principios del Movimiento,la Falange.
Quizás o también por eso,defiende la denuncia que ha hecho contra su compañero y envidiado ,la Falange,el partido nazi o fascista de España,que aún es legal.
Muchas veces uno se pregunta si es posible hacer una tortilla sin romper huevos.
No se puede,y como decía aquel cómico de la TV,es imposible.
Cuando murió el asesino Franco,sus hijos y nietos--una gran mayoría de españoles--que se habían beneficiado de las matanzas ,robos,corruptelas y torturas;decidieron que se cuidarían entre ellos,cosa que vienen haciendo desde la conquista de América.
Tradición heredada de la Iglesia,la milicia,la Banca,o las finanzas en general.
Los mayores escándalos de corrupción política del planeta Tierra,pasan en España.
Como antes no había elecciones ni una pseudo democracia como ahora,no había elecciones y nadie podía castigar al delincuente,ya que la Justicia española es ,como lo vemos con Garzón,de las más viles y corruptas que se conocen.
Se podría decir que en España""..todo Juez es corrupto,hasta que se demuestre lo contrario...""hasta el mismo nombrado,que me gusta porque persigue torturadores,pero nada más.
Tras cada caso de corrupción de todos los partidos políticos,esos políticos ganan las elecciones por mayoría!!!!!!!!!!!.
Solo puede significar que sociologicamente,la gran mayoría de los españoles(el 75 % vota a los partidos mayoritarios corruptos)son corruptos y no roban,matan,estafan o hacen trapicheos por la sencilla razón que no pueden,u otros se les adelantan,o no los dejan.
En los años'60 gobernaba en Brasil,en San Pablo un politico llamado Adhemar do Barros,el hizo famosa la frase ""Roba,pero hace"".
En este bendito país peninsular del sur de la civilizada Europa la frase sería:""Roba,pero dejame también a mi""
Garzón,cuando pudo,metió la mano en la lata....
Pero en el fondo,este asunto está mostrando que en España,las cosas siempre están incompletas,quizás por incompetentes,inútiles,vagos,malentretenidos,pícaros o escasa inteligencia emocional.
Ahora se está viendo que la Ley de Amnistía de 1975 es una chapuza de chantas de cuarta división,y que al final,los muertos siempre salen del armario,como los homosexuales.
"Mala gente que camina"es un excelente libro y pone a la luz que los milicos argentinos,uruguayos,brasileños,chilenos y hasta los nazis de Hitler,eran nenes de pecho comparados con los falangistas de la guerra y que la ganaron.
Como mínimo 100.000 niños fueron asesinados,fusilados,secuestrados,desaparecidos,robados por los ganadores católico falangistas.
Ayer en la segunda cadena pasaron la película EXILIO,con el guión del antiguo vicepresidente español,socialista él,Alfonso Guerra.
Allí uno advierte porque hubo una transición.Solo se explica por el salvajismo de los crímenes cometidos por algunos que hoy don miembros del Partido Popular,que han gobernado y pretenden gobernar.
Tendrían que ir a los tribunales para explicar,que además de ladrones y corruptos,son asesinos.
El chiste fácil es que hoy los curas le recriminan tantos niños muertos por abortos porque no los pueden violar,esa secta legal de pedófilos.
¿Que esconden, que no quieren que se hagan,reabran o comiencen juicios?
¿Quién presiona en ese sentido?
Cabría preguntarse que quizás son los jueces unos delincuentes escondidos,como dijo el ex-fiscal anticorrupción Jimenez Villarejo,que acusó al Supremo de albergar torturadores.
Algo de eso hay.
Acá en España no hay inocentes,como no los hay en Alemania o en la antigua URSS,y mucho menos en Argentina de donde vengo y a donde fue mi padre corrido por el hambre.
Allí era el "por algo será",cuando la patota te mataba.
No hay tontos que no vieran nada,había españoles que para vivir bien dejaban que otros hicieran el mal.
Ahora,la gran mayoría de la sociedad española,no quiere que eso se sepa.
Da pena y dan lástima.Llevan 500 años mirando para otro lado mientras el oro ,la plata y las riquezas llegaban de América,África y Asia para su disfrute y el reparto de las migajas.
Así ha sido y así será,no quieren cambiar porque los tontos viven en estado de perpetua felicidad.
En eso residen las marchas y contramarchas de la historia.Garzón será juzgado porque tiene conciencia de lo que se hace e hizo en España en 500 años bajo el poder de la banca,milicia e iglesia.
Si se los deja,habrá otros años más.

sábado, abril 10, 2010

Gracias Mossad,gracias Israel


Quien me viera a mi agradeciendo al Mossad y a Israel un acto de terrorismo.
Pero nobleza obliga.
Ahora la han hecho brillante,una jugada maestra.
Años de esperar una gran venganza,devolverle al catolicismo su actitud criminal contra los hebreos en la historia,al acusarlos de ser deicidas.
Machacar a la elite nazi-fascista de la iglesia .
Suben en un avion a toda la elite polaca nazi,politicos,militares,curas,empresarios,TODOS y les vuelan el avion.
Hay dos paises nazis católicos en Europa,uno es Polonia,otro es España.
Los españoles son más listos,cultivan la amistad con Israel,no vaya a ser cosa que el Mossad decida un dia acabar con toda la elite del poder español.
Los gayegos no son tan imbeciles como los polacos.
A nadie se le ocurre meter a los 100 cargos más importantes de un país en un solo avion.
Habrá sido un stinger yanqui?
Adios Woytila,cuidate Ratzinger.

viernes, abril 09, 2010

IGLESIA MISOGINA

Ellas y la Iglesia


Por Lisa Miller

Aquí están, los miembros del club exclusivo para hombres más antiguo y selecto de la historia, tratando de manejar una crisis con final abierto. Durante décadas, sacerdotes de EE. UU., Europa, Irlanda, Brasil (y Dios sabe dónde más) abusaron —sexualmente o de otras formas— de niños y adolescentes, no en los salones decorados con frescos del Vaticano, sino en campamentos y autos, en residencias de estudiantes y en confesionarios. Los pocos niños y niñas lo suficientemente seguros como para revelar su secreto lo contaron a las mujeres en las que confiaban: madres, tías, abuelas. Las pocas mujeres lo suficientemente valientes para cuestionar a la autoridad o pedir justicia a los obispos fueron calladas. En este caso, Jesús se equivocó: los mansos no heredaron la Tierra. Recibieron un piadoso e interesado sermoneo.

“Ciertamente —escribió el cardenal de Boston, Humberto Medeiros, a una madre furiosa por el abuso sexual de siete chicos de su propia familia— no podemos aceptar el pecado, pero sabemos bien que debemos amar al pecador”.

Aun con una madre, María, en el centro de la historia cristiana, las mujeres de la Iglesia de hoy fueron marginadas y recibieron prédicas en medio de las interminables revelaciones de escándalos de abuso sexual. Sus oraciones a la Virgen, protectora de la humanidad, parecen haberse quedado sin respuesta.

No es de sorprender que los hombres encargados del control de daños enfrenten una falta de credibilidad, la sensación de que ellos —que leen disculpas prefabricadas— parecen no lo suficiente aterrados ante el daño provocado. El Domingo de Ramos en Nueva York, el cardenal Timothy Dolan condenó el abuso sexual desde su trono en la catedral de San Patricio luciendo ante todo el mundo como un bien alimentado director de una empresa de la lista Fortune 500. Un video de YouTube muestra a Sean Brady, cardenal de Irlanda, donde 15.000 niños sufrieron abusos durante 40 años, desestimando autoritariamente los pedidos para que renuncie. Después de que en un reportaje de The New York Times se informó que el papa Benedicto XVI (en ese entonces cardenal Joseph Ratzinger) no destituyó a un sacerdote que abusó de 200 niños sordos en Wisconsin, el Papa arremetió contra los medios. La fe, dijo, impide que una persona “se sienta intimidada por el insignificante chismorreo de la opinión dominante”. Una y otra vez, el Papa y sus representantes no logran convencernos de su pesar.

El problema no es el celibato, como afirman muchos progresistas. Ni sus atuendos —las mitras y capas—, aunque estas vanidades sirven como recordatorios de la enorme distancia entre los que tienen el poder y los que no. El problema es que los obispos y cardenales que dirigen la Iglesia institucional viven detrás de paredes custodiadas en un mundo anterior a la Ilustración. Dentro de su enclave, se quedaron en gran parte impasibles ante las revoluciones Francesa y de EE. UU. Con respecto a la moral, consideran al grupo —en este caso, a la Iglesia— por encima de la persona y ven la modernidad como una amenaza. En cambio, aquellos que en el Occidente democrático critican a la jerarquía por su terrible pasividad dan por sentada la supremacía del individuo. Los miembros del Vaticano que critican a los medios de comunicación por estar “sesgados contra el Papa” valoran la cohesión eclesiástica por encima de todo. La diferencia es real. No los entendemos. Y ellos no nos entienden a nosotros.

Sin embargo, al mantener la modernidad a raya, los hombres que dirigen la Iglesia Católica hicieron caso omiso de uno de los grandes logros de la era moderna: la integración de las mujeres en la vida pública y laboral. En EE. UU., 50 millones de mujeres trabajan full-time; en la Unión Europea, son 68 millones. En la mayoría de las principales naciones protestantes, estas luchas sobre la profesionalización de las mujeres fueron libradas, y perdidas, hace medio siglo. En Dinamarca, a las mujeres luteranas se les concedió los derechos de ordenación en 1948; en EE. UU., la primera sacerdotisa episcopal fue ordenada en 1976.
Pero en la corporación católica romana, los altos ejecutivos viven y trabajan, como lo hacen desde hace un milenio, evitando no sólo el matrimonio, sino también la intimidad y las relaciones profesionales con las mujeres, por no mencionar cualquier oportunidad de familiarizarse con los desórdenes terrenales y primarios de la familia y los hijos. De hecho, parece que cuanto más se aleja un sacerdote de la parroquia, más probable es que valore la conformidad y el orden por encima del caos de la vida real.
“Veo que la jerarquía se muestra escandalosamente indiferente ante el bienestar de los niños”, dice una furiosa Elaine Pagels, catedrática de religión en Princeton. “Para usted y para mí, esto es difícil de comprender. Nos parece algo fuera del ritmo del mundo. Pero ellos no quieren ir al ritmo del mundo”.
Si hubiera habido un padre en la habitación donde un obispo decidía el destino de un sacerdote abusador, se habría ahorrado toda una vida de dolor a incontables familias. “Es muy probable que no estuviéramos en este mismo aprieto si las mujeres pudieran participar”, señala Frank Butler, presidente de FADICA, un grupo de fundaciones de familia católicas. “Seguramente”, subraya.
Por lo tanto, es un momento de reforma, una oportunidad de que los hombres del Vaticano lleven a la práctica la sabiduría de sus propias palabras. El Concilio Vaticano Segundo, realizado a comienzos de la década de 1960, fue un esfuerzo de integrar mejor a la antigua Iglesia con el mundo moderno, y en sus documentos se aborda el lugar cambiante de las mujeres. “Se acerca la hora —se lee en los documentos finales del concilio— en la que las mujeres adquirirán una influencia, un efecto y un poder en el mundo como el que nunca lograron hasta ahora. Es por ello que, en este momento… las mujeres, imbuidas del espíritu del Evangelio pueden hacer tanto para ayudar a la humanidad a no caer”. El papa Juan Pablo II habló sobre la situación primordial de las mujeres en la Iglesia en su encíclica de 1988 titulada Mulieris Dignitatem (“Sobre la dignidad de las mujeres”), aunque reiteró la negativa de la Iglesia de considerar su ordenación sacerdotal seis años después.
Existe un gran abismo entre los principios establecidos de la Iglesia y su realidad funcional. En EE. UU., el 60 por ciento de los asistentes a las misas dominicales son mujeres; por lo tanto, la mayoría de las limosnas, US$ 6.000 millones por año, es aportada por mujeres. Y con todo, la presencia de mujeres en cualquier sitio dentro de la estructura de poder institucional es prácticamente nula. El número de mujeres que ocupan puestos de primer nivel en alguno de los dicasterios, o comités, que conforman la estructura del Vaticano puede ser contado con los dedos de una mano. Pocas mujeres ocupan puestos de dirección prominentes, como el de canciller, dentro de las diócesis. Y aunque en todo el mundo las monjas superan notablemente en número a los sacerdotes, son tan invisibles que cuando un grupo de ellas se manifiesta, como lo hicieron hace poco sobre la reforma del sistema de salud en EE. UU., todos se dan cuenta.
Ocho años después de los escándalos de Boston, “sólo son hombres que escuchan a otros hombres” acerca del abuso sexual, dice Kathleen McChesney, ex oficial del FBI encargada de estudiar y remediar el problema del abuso sexual en las diócesis estadounidenses después de 2002.
Kerry Robinson viajó a Roma el mes pasado para hablar con los cardenales sobre ascender a más mujeres. Como director ejecutivo de National Leadership Roundtable, un grupo de empresarios estadounidenses que espera incorporar las mejores prácticas corporativas en la Iglesia, Robinson, con un grupo de colegas mujeres, esperaba demostrar su punto de vista. “Una joven mira el mundo corporativo y ve que puede llegar a los niveles más altos del liderazgo”, dice Robinson. “Pero se ve frustrada ante la falta de oportunidades de vivir su liderazgo en la Iglesia. La consecuencia de ello es que la Iglesia se vuelve cada vez menos relevante para las mujeres. Y, así, se vuelve cada vez menos relevante para sus hijos”.
“Es importante —añade Robinson— la forma en que la Iglesia es vista. Ahora mismo, se la ve como los pecados y los crímenes cometidos por hombres, encubiertos por hombres y mantenidos por hombres. Para superar eso, la Iglesia debe incluir a más mujeres”, exhorta.
Desde luego, las mujeres no son una panacea. La historia muestra que ellas en el poder pueden ser tan despiadadas y egoístas como los hombres. Y evidentemente, la simple presencia de mujeres no inocula una organización contra la criminalidad o la corrupción. Además, es difícil demostrar que la atmósfera dominada por hombres de la Iglesia Católica Romana genere un invernadero único para depredadores sexuales; y de hecho, la mayoría de los buenos sacerdotes de todo el mundo sigue cuidando a sus fieles (en algunos de los casos europeos recientes, las perpetradoras fueron mujeres). De hecho, los investigadores piensan que los índices de abuso dentro de la Iglesia probablemente se pueden comparar con los de otras denominaciones, y organizaciones juveniles, escuelas y familias. “Las encuestas indican que una de cada tres niñas experimentaron un contacto sexual no deseado por parte de un adulto antes de los 18 años”, señala Margaret Leland Smith, investigadora de la Universidad John Jay de Derecho Penal, que analizó los datos de los casos de abuso sexual en EE. UU. Entre los niños varones, dice, el índice es de uno en cinco.
Sin embargo, es indiscutible que la jerarquía católica, compuesta sólo por hombres, respondió a la crisis con demasiada lentitud y —aun después de las revelaciones en EE. UU.— en una forma que protegió instintivamente sus propios intereses por encima de los de los niños. “La Iglesia Católica podría haber destituido a estas personas en cuanto lo hubiera deseado”, dice la reverenda Marie M. Fortune, ministra de la Iglesia Unida de Cristo y fundadora del Instituto FaithTrust, una organización ecuménica cuyo objetivo es terminar con la violencia sexual. “Puede demostrarse que parte del problema es la jerarquía, que es un club exclusivo para hombres, una institución anquilosada, conservadora y sin contacto con la gente”.
Los estudios muestran lo que sabemos intuitivamente: sin supervisión y equilibrio, los grupos cerrados de hombres hacen cosas malas. Nicholas Syrett, historiador y autor de “The Company He Keeps: A History of White College Fraternities” afirma que los estudios indican que entre el 70 y el 90 por ciento de las violaciones múltiples en los campus universitarios son cometidas por hombres que pertenecen a clubes estudiantiles masculinos. Obviamente, añade, hay diferencias importantes entre la jerarquía católica romana y las fraternidades masculinas de las universidades: “Los miembros de las fraternidades son alentados a tener relaciones sexuales con muchas mujeres. Evidentemente, no es así en el caso de los sacerdotes”. Pero en ambos casos, “los hombres son alentados a creer que están en una posición de poder por una razón… Pienso que si la jerarquía de la Iglesia Católica no disciplina a estas personas porque está preocupada por su reputación, genera un espacio donde aquellos que abusan de los niños son llevados a creer que todo lo que hagan está bien”.
Richard Sipe está de acuerdo. Es un ex sacerdote que dedicó los últimos 30 años de su vida a investigar las enseñanzas sexuales de la Iglesia y sus efectos sobre el comportamiento del clero. “El clero —señala— es un grupo que se considera muy privilegiado. Tiene un sentido de derecho innato. ¿Qué otra cultura existe que sea completamente masculina en la teoría y en la práctica?”.
Desde luego, Jesús no dijo nada sobre el papel que las mujeres debían tener en su futura Iglesia. Como líder de un movimiento pequeño y radical, invitó a todos a unirse, incluyendo a mujeres casadas, solteras y prostitutas; y los relatos evangélicos asignan una función especial a las mujeres. Son ellas quienes encuentran al Señor resucitado e informan a los hombres sobre este hecho sobrenatural.
Las mujeres trabajaron en la iglesia primitiva. En su Epístola a los Romanos, que data de cerca del año 50 d.C., el apóstol Pablo escribió sobre una diaconisa llamada Febe, una “compañera de trabajo” de nombre Prisca, y las “trabajadoras en el Señor” Trifena y Trifosa. Incluso menciona a una “apóstol” llamada Junia, un hecho tan terrible para varias generaciones de escritores que imaginaron que los apóstoles sólo podían ser hombres, y que “malinterpretaron” deliberadamente la intención de Pablo. “Con mucha frecuencia, Junia se transforma en un nombre de varón”, señala el autor Diarmaid MacCulloch, cuya obra más reciente es “Christianity: The First Three Thousand Years”. Con esas deformaciones del texto original, indica, “se tiene la sensación de que la iglesia temprana rehúye el hecho de que las mujeres tengan puestos de poder”.
Pero también sería un error considerar los primeros siglos del cristianismo como un apogeo del feminismo. Las mujeres eran consideradas casi universalmente como seres inferiores, a las que un buen hombre cristiano debía controlar. “Nuestro ideal —declaró Clemente de Alejandría en el siglo II— es no experimentar ningún deseo en absoluto”. Y, a pesar de que los clérigos e incluso los Papas solían estar casados, la capacidad de las mujeres de despertar el deseo sexual en los varones cristianos las relegaba al papel de la tentadoras Evas, en contubernio con Satanás. Para las mujeres, el celibato era una forma de adquirir poder en el mundo de los hombres; al imitar a María, una mujer podía encontrar independencia y fortaleza.
Para el siglo XII, la separación de hombres y mujeres en la Iglesia estaba completada. El celibato del clero se volvió obligatorio en 1139, y en las grandes universidades de Europa, donde los intelectuales cristianos establecían las bases de la filosofía, las matemáticas, la astronomía, la ciencia, la literatura y la teología modernas, las mujeres fueron excluidas del todo. A partir de entonces, la única forma de que una mujer cristiana adquiriera prominencia era como profetisa o mística, observa MacCulloch, y luego sus hermanos podrían considerarla loca.
Hacía falta otro ladrillo para que los clérigos del Vaticano se separaran de sus fieles para siempre. Kevin Schultz, historiador de la Universidad de Illinois en Chicago, explica que Roma se opuso enérgicamente al individualismo que condujo a la Revolución Francesa (1789) y a la de EE. UU. (1776). Como reacción, los intelectuales católicos revivieron algunas de las ideas de Tomás de Aquino, en especial su insistencia de mantener a la comunidad por encima del individuo. La preeminencia de estas ideas constituyó una “oposición a lo que la Iglesia considera como la modernidad”, explica Schultz. “Esto crea una situación de ‘nosotros contra ellos’ y alcanza este nivel de secretismo. Los Papas se vuelve mucho más poderosos”.
Ninguna explicación esclarece mejor la desconexión actual entre los hombres del Papa y los fieles progresistas. En un mundo donde el todo importa más que las partes, reina una rígida moralidad, a veces brillante, a veces cruel. Esta elevación de la Iglesia por encima de todo explica cómo una institución dedicada a servir a enfermos y pobres también niega condones a las personas en riesgo de contraer SIDA. Permite entender cómo una organización comprometida con la institución de la familia puede negar píldoras anticonceptivas a las madres. Y explica, tristemente, cómo un obispo confrontado con un pederasta en una parroquia podría decidir no llamar a la policía.
Para romper los viejos hábitos de la insularidad y el pensamiento de grupo, el abrazo de la modernidad que empezó con el Concilio Vaticano II debe comenzar de nuevo. “Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y que las personas puedan ver hacia dentro”, dijo el papa Juan XXIII al referirse a ese esfuerzo. El primer lugar para empezar, y quizás el más fácil, es con las mujeres.
Más del 60 por ciento de los católicos estadounidenses apoya la ordenación de mujeres, y aunque los tradicionalistas insisten en que es un sueño imposible, los realistas piensan lo contrario. Con la creciente reducción de las vocaciones sacerdotales en EE. UU. y con el 80 por ciento de los ministerios parroquiales dirigidos por mujeres, la ordenación de sacerdotisas parece inevitable. Un pequeño grupo de unas 100 mujeres renegadas ya fue ordenado “por un obispo de prestigio”, afirma Eileen McCafferty DiFranco, que es una de ellas. Aunque excomulgada, DiFranco se mantiene firme. “Jesús nunca dijo que sólo los hombres podían ser sacerdotes”.
En EE. UU., los incidentes de abuso sexual en las diócesis católicas disminuyeron gracias, en gran parte, al trabajo de McChesney y su equipo. Ahora, cada diócesis debe establecer un comité asesor sobre abuso sexual, un grupo que se ocupe de manera profesional y personal del bienestar de los niños. McChesney piensa que estos comités asesores tienen que crearse en todas las diócesis, y también en el Vaticano. “Benedicto XVI debe establecer un grupo que no esté formado sólo por clérigos. Necesita un comité asesor de personas expertas en el abuso infantil, en temas de investigación, en resolución de problemas. Se requiere la participación de profesionales laicos”. Y si estas personas son mujeres, tanto mejor.
En su misión diplomática al Vaticano, Kerry Robinson tenía otro objetivo más espiritual. Año tras año, las historias de los Evangelios y del Antiguo Testamento sobre las mujeres desaparecieron lentamente del calendario litúrgico, que indica las lecturas bíblicas que los fieles escuchan cada domingo. Robinson señaló este hecho a los cardenales y descubrió que algunos no habían notado que las historias habían desaparecido. “Siempre se trata de los hombres”, dice Robinson. “Van a misa constantemente y no distinguen, no piensan en esto desde la perspectiva de una mujer que va a misa el domingo”. María, la madre de Jesús, era humana. Siendo una mujer tradicional, sacó el mayor provecho de una situación extraordinaria y luego miró estoicamente el sufrimiento de su hijo. Es una historia universal. Si las historias de las mujeres y niñas de la Biblia no se cuentan, las madres e hijas dejarán de verse a sí mismas como parte del cuerpo de Cristo. Se alejarán. Y se llevarán a sus hijos con ellas. n

Con Pat Wingert, Jessica Ramirez, Ian Yarett, y Daniel Stone.