¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

jueves, diciembre 31, 2009



El timo de Air Comet

Juan Francisco Martín Seco

Las Navidades han venido acompañadas por la espantada de Air Comet. Se repite el fiasco de Air Madrid de hace unos años. La historia es bastante conocida. Suele manifestarse allí donde el pensamiento imperante logra nuevas liberalizaciones. Los beneficios son para los empresarios privados, y el sector público, los trabajadores y los consumidores tienen que asumir los costes. Existen sectores económicos esenciales para la sociedad en los que resulta utópico hablar de liberalización. La protección y el respaldo del Estado resultan imprescindibles.

Quizás uno de los problemas que arrastra la economía española es la de una clase empresarial incapaz de la innovación y de correr riesgos adentrándose en sectores realmente abiertos. Por eso nuestra balanza de pagos ha supuesto siempre un estrangulamiento para el crecimiento económico. La mayoría de los empresarios han preferido situarse en las aguas tranquilas de los mercados cautivos, apropiándose de suministros y servicios en los que el respaldo del sector público tuviese que estar presente. De ahí el éxito de las privatizaciones. Es en esa simbiosis público-privado donde algunos ganan siempre, sobre todo si mantienen buenas conexiones con el mundo político.

El señor Díaz Ferrán ha sido -al menos en los últimos años- un buen exponente de este colectivo. En los gobiernos de Aznar consiguió hacerse con su compañía aérea y que la SEPI le adjudicase Aerolíneas Argentinas, propiedad de Iberia, recibiendo 955 millones de euros que, según el Tribunal de Cuentas, no destinó a su finalidad: compra de aviones, amortización de deuda, ampliación de capital. En su contencioso con el Gobierno argentino reclamó la ayuda de papá Estado, y desde 1996 el sector público le financia, mediante la deuda que mantiene con la Seguridad Social, por un importe de 16 millones de euros. Su compañía de autobuses también ha precisado del apoyo del gobierno regional, bien es verdad que él ha sabido corresponder con sustanciosas aportaciones a las fundaciones del Partido Popular.

Ahora la aventura ha terminado. Los trabajadores se quedan en el paro y ni siquiera saben si van a poder cobrar lo que se les adeuda. Caja Madrid, de quien Díaz Ferrán era consejero, ¡oh, paradoja!, se verá en dificultades para poder recobrar su crédito y siete mil viajeros, la mayoría emigrantes, pierden sus billetes y ven trastocados todos sus planes en unas fechas especiales. Una vez más, el sector público, es decir, todos los contribuyentes, ha tenido que aportar recursos para paliar las situaciones más duras.

El ministro de Fomento ha hecho declaraciones defendiendo la actuación del Gobierno, pero sus propias palabras indican lo contrario, que no se tomaron a tiempo las medidas adecuadas y que se permitió a Díaz Ferrán, quizás por su condición de presidente de la patronal, ir demasiado lejos. Según el ministro, el 6 de noviembre se planteó revocar la licencia a la compañía pero se acordó "no hacerlo público para no perjudicar a nadie". Se ha perjudicado a los consumidores que, de haberlo sabido, no hubieran adquirido los billetes y, colateralmente, a los contribuyentes.

lunes, diciembre 28, 2009

ELLOS DIERON LAS ORDENES

El Washington Post destacó los juicios a militares

28-12-2009 / "Ningún país fue detrás de agentes de estado tan a fondo como Argentina", celebró el texto y agregó que el país está cerca de "hacer justicia para las cerca de 30 mil personas asesinadas por los servicios de seguridad del Estado", durante la última dictadura militar.

The Washington Post celebró los juicios a militares de la última dictadura.
El diario estadounidense The Washington Post destacó hoy, en un artículo, en papel de la Justicia argentina a la hora de juzgar a militares y civiles que participaron de los crímenes perpetrados durante la última dictadura militar.

El matutino sostuvo que a la hora de "dictar justicia" para las víctimas de dictaduras y gobiernos vinculados con escuadrones de la muerte "ningún país ha ido detrás de agentes de estado tan a fondo como Argentina". Así, el país "está finalmente cerca de hacer justicia para las cerca de 30 mil personas asesinadas".

El artículo titulado "Argentina pone a juicio a funcionarios por los abusos de la 'Guerra Fria'", menciona que con "tribunales envalentonados para dictar penas severas" el país "está finalmente cerca de hacer justicia para las cerca de 30.000 personas asesinadas por los servicios de seguridad del Estado, incluyendo algunas que fueron arrojadas desde aviones después de haber sido torturadas y sedadas".

Si bien "Argentina juzgó militares antes", el juicio a "oficiales y policías que dirigían los centros clandestinos de tortura conocidos como el Club Atlético, Banco y Olimpo es uno de una serie de nuevos procedimientos que para el próximo año cerrará algunos de los casos más emblemáticos de presunto terrorismo de Estado bajo la dictadura argentina" durante 1976 y 1983, señaló.

Así, la nueva etapa de juicios por delitos de lesa humanidad "incluye algunas de las figuras más notorias" de esa época como "el ex general Jorge Rafael Videla y el último dictador de la Argentina, Reynaldo Bignone", así como a "Alfredo Astiz apodado 'Angel Rubio de la Muerte'", destacó el Post tras repasar las "condenas ganadas" contra Luciano Menéndez y Miguel Etchecolatz, entre otros.

De esta manera, haciendo uso de "la ley penal ordinaria y los tribunales penales, los fiscales ganaron cerca de 60 condenas desde 2005 contra los acusados de violar los derechos humanos” sumado a “un adicional de 627 ex militares, policías y funcionarios acusados".

"En total 325 casos están abiertos en todo el país, la mayoría involucrando a ex miembros de los servicios de seguridad acusados de secuestro y asesinato de izquierdistas", describió el matutino tomando al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) como fuente.

Por su parte, la justicia estadounidense pidió la desclasificación de documentación que detalla lo que Estados Unidos sabía acerca de las operaciones militares durante ese período.

No obstante estos documentos son "muy ricos" en información, presentan "ciertos agujeros" que podrían ser completados "con documentos que están en manos de las agencias de inteligencia estadounidense", explicó el supervisor del proyecto argentino para el Archivo de Seguridad Nacional en Washington, Carlos Osorio.

Según el especialista, la petición de apertura de archivos a éstas agencias ya fue realizada por el embajador argentino ante la Casa Blanca, Héctor Timerman.

sábado, diciembre 26, 2009

agitese antes de leer


¿Quiénes son peores, nuestros políticos o los ciudadanos?

FERNANDO VALLESPÍN


A nadie ha sorprendido que "la clase política" figurara en el CIS como el tercer problema

Como los padres de hoy con sus hijos, piensan que perderán el favor de sus gobernados si no están siempre pendientes de cada uno de los caprichos. Además, su gestión la presentan siempre en positivo, como si el más ligero reconocimiento de sus faltas fuera a provocar nuestra ira y, sobre todo, beneficiar al adversario. Algunos llaman a esta forma de proceder "gobernar con las encuestas", y es la actitud que ha suplantado al más tradicional "liderazgo".

No parece, sin embargo, que tanta desconsideración hacia los políticos obedezca a que los ciudadanos echen en falta más liderazgo; lo que ahora se añora es la unidad. Su reproche va más bien en la línea de que parecen preocuparse más por sus intereses partidistas que por el bienestar general. Y que esa persecución del interés propio, paradójicamente, ha acabado por objetivarles dentro de una "clase" o "casta" con atributos comunes a todos ellos. Lo primero sería el interés del partido, luego ya los intereses generales. Se da así la curiosa contradicción de que aquéllos que supuestamente están encargados de resolver los problemas de todos son vistos a su vez como un problema. El colmo.

Mal lo tenemos, porque la confianza, como bien sabemos por los sociólogos, es la sustancia que sirve para cohesionar las sociedades y para hacerlas más capaces de facilitar la convivencia y de encontrar soluciones a cualesquiera que sean las dificultades. Capital social se llama. Y se refiere tanto a la confianza entre las personas y grupos sociales como a la que se tiene hacia los gobernantes y las instituciones. En todo ello nos ubicamos siempre en la parte baja de la tabla de las democracias avanzadas. Si esto es así, no sólo tenemos un problema en la política, sino también en la propia sociedad. Uno de los rasgos de la cultura política española estriba, precisamente, en nuestra poca implicación en lo colectivo, en el escaso sentido comunitario, en el desinterés por todo cuanto huela a política. Pero, también, en nuestro tozudo sectarismo. ¿Cómo explicar si no que puedan salir reelegidos candidatos acusados de corrupción?

Lo fácil en las sociedades donde existe un exiguo arraigo de la responsabilidad individual es echarles siempre las culpas a los dirigentes cuando las cosas nos van mal. A nadie se le ocurre hacerse la reciente reflexión de Barack Obama, parafraseando un discurso de Kennedy, "no te preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país". Cuestión difícil, porque, para empezar, no todos entendemos lo mismo por "país"; para algunos es su propia Comunidad Autónoma, sea o no "nación", y para otros es España.

Pero no hace falta ir a la comunidad más amplia, nuestro poco aprecio por lo público se manifiesta también al nivel más local. Si las virtudes de la ciudadanía se miden por la predisposición hacia los intereses generales, nuestros privatizados conciudadanos -sólo atentos a la política cuando alguna decisión que viene de ésta puede afectar alguno de sus intereses privados-, no desmerecen de lo que ellos mismos opinan de sus políticos.

Es indudable que gran parte de las imputaciones que se dirigen hacia los políticos tienen un importante sustento en los hechos. Pero debemos considerar también las dificultades de gobernar una sociedad tan plural, corporativa y fragmentada como lo es la nuestra. Antes de proceder a descalificaciones generales convendría hacer un esfuerzo por discriminar entre unos y otros y por identificar con claridad cuáles son las causas de nuestro desapego y nuestra propia responsabilidad en este estado de cosas. Es difícil que haya políticos de baja calidad en una sociedad de ciudadanos exigentes. Exigentes no sólo para lo propio, claro, sino para la realización de aquellos valores en los que nos reconocemos todos, como la libertad, la seguridad la estabilidad. Sí, el famoso interés general, algo sobre lo que ya apenas se habla.

martes, diciembre 22, 2009

M A T A R A L H I J O


Las balas perdidas de Abel Posse

La historia del suicidio de Iván, hijo del cuestionado ministro de Educación porteño, ocurrida en 1983.

Por Walter Goobar
wgoobar@miradasalsur.com

[Nota relacionada: ¿En manos de quién está la educación de nuestros niños y jóvenes?]

El domingo 9 de enero de 1983, Iván buscó el Colt calibre 38 de su papá, regresó a su cuarto, se sentó frente a su escritorio y se descerrajó un tiro en la sien. Tenía sólo 15 años, vivía en París, le gustaba el heavy metal y quería estudiar Historia. No está claro que fue lo que lo llevó a tramar su propia muerte. Lo más probable es que nunca se sepa; porque en todo suicidio las certezas siempre escapan a la mirada de los vivos.

Lo único cierto es que el adolescente eligió matarse con el arma de su padre y no lo hizo en una fecha cualquiera, sino dos días después del cumpleaños del dueño de la Colt al que –incluso– le había regalado una novela con una afectuosa dediicatoria. El libro se titulaba P-38. o sea, el nombre de la pistola Walther calibre 38 que era el arma favorita de las Brigadas Rojas italianas. No es exagerado sospechar que el suicidio de Iván fue un acto dedicado a un padre ausente, narcisista e intolerante que sólo conoce la indulgencia y la empatía para sí mismo.

En los días que siguieron a su muerte, el padre de Iván –el cuestionado ministro de Educación porteño, Abel Posse– descubrió que ese hijo al que había dado una vida de príncipe era un extraño al que, en realidad, no conocía.

Tal vez sea el duelo jamás elaborado por la muerte de ese adolescente rebelde, rockero y contestatario, lo que ha congelado a Abel Posse en el bizarro papel de exégeta del autoritarismo, la doctrina de la seguridad nacional y la misoginia y lo ha convertido en un furibundo enemigo de todos los jóvenes que ahora están bajo su responsabilidad.

En la violencia de su discurso, en la elección de cada una de sus metáforas, el ministro Posse parece condenado a repetir con cada joven que se le cruce en el camino el acto final de ese hijo tan único como incomprendido.

Iván vivía con su padre y con su madre en una pintoresca casa ubicada en el 25 de la calle Saint Louis en L’Ille, París, en donde el actual ministro de Mauricio Macri se desempeñaba como diplomático de la dictadura. “En 1981 –reconoce Posse–, después de una etapa en Buenos Aires sin funciones especiales (hacía, como siempre, los discursos de la Cancillería), mi amigo Tomás de Anchorena, embajador, me invitó para ir a Francia como jefe del Centro Cultural de la embajada en la rue Pierre 1er. de Serbie 27”, y se preocupa de aclarar que la institución “no tenía nada que ver con el Centro Piloto”, una central de espionaje que los marinos habían montado en Francia para rastrear a opositores. “Yo llegué cuando se cerró”, acota Posse.

“Aunque tenía una vida de príncipe, con todas las comodidades, Iván no quería terminar siendo un burgués. Sabía que si no se iba, iba a terminar siendo parte del engranaje”, admite el padre.
En cuadernos escondidos en los cajones de la ropa se encontraron notas en las que Iván escribía cosas como “(...) tengo que escapar, tal vez a Perú, ahogarme en cocaína, enrolarme en Sendero Luminoso, morir a los treinta años dejando detrás de mí una vida intensa, brillante, contestataria y violenta que valga por mil vidas comunes”. Minutos antes de morir escribió una carta en la que se quejaba de no haber encontrado coraje para arrojarse bajo el Metro: “Es ya el 9 y todavía no pude dármela (...) Entonces cambié de idea y decidí matarme de un balazo en la cabeza”.

De alguna manera, Abel Posse ha vivido la muerte de su hijo más que su vida, y ha convertido en un hecho público este desgarrador episodio de la esfera privada en una novela que lleva el impersonal título Cuando muere el hijo.

En el relato de Posse no hay espacio para los cuestionamientos, los porqués o los remordimientos: todo el libro es una apología del suicidio.

“Yo no siento pudor de que mi hijo se haya suicidado. Creo que de alguna manera se liberó”, confiesa el padre, sin que aparezca un atisbo de remordimiento, de culpa o introspección autocrítica ante todas las señales anticipatorias de la muerte que no quiso o no pudo ver.

“Iván tenía una rebeldía violenta”, diagnostica su rígido progenitor limitándose a admitir que no supo acompañar a su hijo, que no supo compartir su depresión evidente. “Me conformé con la idea de que tenías un rezago de mononucleosis. ¿Cómo no supe ver los abismos que te estaban llevando? Ceguera y comodidad”, admite el hombre a quien ahora Mauricio Macri le ha confiado la formación y la educación de miles de niños y adolecentes que enfrentan una modernidad mucho más compleja que aquella de la que escapó Iván hace casi 27 años.

Posse dice que no necesita saber sobre educación para desempeñar su tarea, pero esta omnipotencia fue justamente la que le impidió ver la disfuncionalidad en su propia familia, y la que lo lleva a asumir el cargo con ansias de tomarse una revancha de ese hijo al que todavía hoy parece no conocer y menos aún comprender.

Hace unos días el flamante ministro de Macri publicó en La Nación una nota en la que dio su visión sobre la educación y la seguridad. “Todos los días nos revuelve la noticia del comerciante, padre, estudiante, baleado a mansalva por el asesino-joven (no el niño-asesino, porque cuando se asesina disparando sobre alguien indefenso, a los 14 o 16 años, no hay niño que valga, la entidad ‘asesino’ prevalece sobre la entidad biológica)”, filosofó el papá de Iván.

El problema es que algunos de los escritos de su hijo no se diferencian demasiado de lo que dicen los pibes-chorros que Posse quiere externinar.

En las notas que el hijo del actual ministro de Educación garabateó a escondidas aparece el pensamiento nietzscheano, la violencia, el abandono definitivo de la infancia y el cimbronazo que eso siempre significa. De hecho, en las cartas que Iván le había escrito a un amigo, se descubren datos terribles: que quería matar a un compañero al que apodaba “el inglés” por sus burlas durante la guerra de Malvinas, para lo cual había comprado un cuchillo y que había intentado incendiar el colegio en medio de la noche, esparciendo dos bidones de combustible sin lograr encender el fuego porque el encendedor estaba descargado. “Me voy a suicidar. Yo soy un privilegiado, me dicen. Pero no quiero saber nada de las malditas responsabilidades de prepararse para el futuro. Un solo instante de opresión o de tristeza echa a perder el sentido de la existencia (…) Viva la muerte (Todo lo que escribí es público). I.P.”, había garabateado seis días antes de morir, en uno de los escritos que más afectaron a su padre.

En otro borrador tenía anotadas sus máximas: “Mejor un día de pecador que cien años de santo / Mejor una dictadura inmoral que una democracia moralista / Ama a los otros como se ama a las serpientes”.

En una entrevista en la que desplegó su habitual cinismo, Abel Posse dijo que a Iván “le podría haber comprado un Alfa Romeo, pero le compré una tumba en Père-Lachaise”.

En ese cementerio –que es una suerte de Recoleta parisina–, el hijo de Posse descansa cerca de la tumba de un icono del rock: Jim Morrison.

Buceando en la trágica historia de Iván se comprende que cuando Abel Posse hace una encendida defensa del autoritarismo y la doctrina de la seguridad nacional, despotrica contra el rock y las víctimas de Cromañón, no está haciendo otra cosa que volver a colocar en la cabeza de miles de adolescentes porteños la pistola con la que su hijo se quitó la vida.

También, ha comparado la legitimidad del derecho de huelga con un revólver en la sien de un niño. En boca de Posse, esto es algo más que una desafortunada metáfora.

En el retrato que el propio Posse pinta de su hijo aparecen de manera casi obscena los rasgos más oscuros de su propia personalidad. Son los mismos que ahora pretende trasladar a la política educativa porteña: Posse detesta todo lo que su contestatario, disconforme e incomprendido hijo amaba: el rock y la rebeldía, entre otras cosas.

En realidad, cuando Posse pide una amnistía para los genocidas no está haciendo otra cosa que reclamar una amnistía para sí mismo, porque nunca se ha atrevido a preguntarse si acaso su nihilismo maniqueo, su misoginia, contribuyeron a sellar la suerte del chico.

Su visceral odio al rock, su cruzada para bajar la edad de imputabilidad de los menores, su prédica de amnistiar a los genocidas y criminalizar la protesta no son otra cosa que un arsenal de balas perdidas en la batalla que perdió contra un adolescente solitario un 9 de enero de 1983.

lunes, diciembre 21, 2009

2 0 0 9



Gracias año; nos dejaste con la boca abierta

Por Orlando barone



Quedan pocos días para el festejo de año nuevo. Un festejo que 2009 se merece. Demos gracias a los malos augures que desde aquel año nuevo de hace doce meses anunciaron catástrofes que no se cumplieron. Gracias por el vasto desacierto. Por dejar que fracasaran los heraldos del fracaso. Fuera con las malas pitonisas y los malos deseos. Gracias a esos feroces y divulgados economistas, políticos, periodistas, medios, fundaciones, consultoras, oenegés y charlatanes sueltos, por equivocarse en augurar colapsos; gracias por no acertar, gracias por dejar expuestos al ridículo a las profecías y a sus profetas. Gracias buen año por dejarnos entender qué significa y qué no significan los significantes que vienen envueltos con las noticias. Un aire de cambio de época atraviesa el calendario. Un aire que se lleva a antiguos y yertos anacronismos. Gracias a este despabilamiento que nos permite ver desnudos y sin máscaras a tantos intereses largamente disfrazados de desinterés y ética pomposa. Gracias por revelarnos qué diferencias hay entre el credo y el poder cardenalicio; entre el judaísmo y un rabino rabioso; entre la justicia y el linchamiento; entre la promesa política y romperse el trasero; entre rechazar leyes y crearlas; entre la negación y las ilusiones. Entre la burbuja especulativa y el Estado sólido. Entre el rezongo de la inseguridad jurídica y la convicción soberana. Gracias 2009 porque lograste que las realidades felices desplazaran a las fabulaciones amargas; y porque empujaste a la derecha a salirse de la hipocresía. Gracias por sincerar a los opositores. Por enseñarnos la diferencia entre un gaucho de departamento y un gaucho, entre un campesino y un rentista, entre un aspirante al ALCA y uno al Alba ; entre un colonizado que soba al emisario y un descolonizado que lo pulsea; entre un alcahuete y un militante. Y gracias por dejar que la Argentina pudiera transparentarse a pesar de las veladuras que se propusieron enturbiarla. Y que pudiera dejar a la vista a los alborotados alborotando y a los hacedores, haciendo. No es para tirar manteca al techo pero por suerte hay manteca; no es para tirar la casa por la ventana pero hay casa; no es para hacer aspavientos de consumo, pero hay consumo. No es para exagerar que los jubilados son prósperos pero ya no son excluidos. No es para decir que la Argentina es una fiesta, pero se alejó del plano inclinado. No es para decir que esta es la llegada, pero este puede ser el camino. Sí, año 2009, gracias. Nos dejaste con la boca abierta y a los agoreros con la boca cerrada.

martes, diciembre 01, 2009

¿ONG?

U N O
Vamos a contar mentiras, tra, la, la.
Una ONG(catalana) viaja con una caravana de 13 camiones de la empresa farmaceutica NOVARTIS para regalar medicamentos usados y vencidos a los negritos de Mauritania, Senegal y de por ahí....
Tal ONG está fundada y dirigida por empresarios del ladrillo de la ciudad de Santa Coloma del Gramanet,donde la corrupción ha hecho escuela, uniendo en sus afanes a todos los partidos políticos de la localidad, castellano y catalano parlantes juntos, socialistas y convergentes, independentistas y españolistas.
Si Ud. ve en la TV los 12 camiones de la caravana pintados con publicidad de El Corte Inglés y de un montón de marcas comerciales de deportes--no de alimentación, allí nadie come--se piensa que es otra vez Paris-Dakar.
Tal "bocato di cardinale", con la hambruna que está cayendo ,cae en manos de ""...al Queda del Maghreb...""el ministro español de Interior dixit, a quien ya no cree nadie desde hace muchos años por sus reiterados anuncios de que ETA está terminada, el mismo día que esos sujetos incalificables matan.


D O S
Allí enfrente nomas, el gobierno de derechas de Rodriguez, decide aceptar y recibr,expulsada de su país, a una activista de izquierda de la ex-colonia española del Sahara Occidental, (donde fui voluntario internacionalista tres meses con las armas en la mano) junto con un destacamento de latinonamericanos , proclamada independiente el 26 de mayo de 1975. La colonia fué ocupada militarmente al día siguiente de la retirada española por el Reino asesino de Marruecos y su rey pedófilo.
Ergo,los saharauis son prisioneros en su país. Si le molestan, el Trabubu V de allí les roba el pasaporte Saharaui y los pone en Las islas Canarias en bolas y sin documentos.
Esta vez le toca a una frágil mujer,delgadita y esmirriada por tanta cárcel y que declaró para ejemplo de tantos "dueños"catalanes de ONG y ponedores de bombas en supermercados y bares de Bilbao que ella es "independiente", porque el "Cerdo español (en árabe es el peor insulto)llamado Moratinos le quiere dar el pasaporte español.
-Que me devuelvan mi pasaporte los marroquíes,no quiero su limosna española..."
La indignación de Moratinos, que nunca perdió el control, ni cuando ordenaba bombardeos a los indefensos servios para defender a los "inocentes"ustachas croatas, que tampoco se irritó al ver bombardear libaneses de Hamás por cristianos maronitas, mucho menos barrer con bombas de racimos a Palestina, ese mismo declaró solemne creyendo que el micrófono estaba cerrado:""Que coño quiere esta mora de mierda, les doy la nacionalidad española y no la acepta, debería agradecer,la gente se mata por ser española....jajajajjjajj""

T R E S
Los españoles acabaron primero los atunes del mar Cantábrico,cuando los exterminaron,se fueron a las costas de Cádiz,de donde ya no pueden pescar, de allí quisieron ir al Caribe,pero allí,los yanquis los echaron de patadas en el trasero al grito,"" en mi casa no ladrón"".Tan luego los gringos...
Así que se fueron al Indico,previa destrucción comprando jefecitos tribales, de la estructura social de Somalía.
Pero no pagaron a todos los jefes y algunos quisieron participar en el festín.La verdad es que son un poco miserables a la hora de pagar.
Los españoles,con esa muestra de soberbia imbécil de hidalgo muerto de hambre y de nuevo rico, que cambió a crédito la mula por el Audi les dijeron que no y los somalies que son negros pero no tontos,les contestaron con secuestros.
Como se sabe un solo vasco de Bilbao--que no quiere se español--vale más que millones de no vascos infieles de San Ignacio.
El resultado fue´un secuestro en plan ""a mi no me moja nadie la oreja"",es lo que pasa cuando dejan dirigir a un militar cosas de civiles.


Y F I N A L
Así que , sigamos contando mentiras, una ONG que que no es tal, simples comerciantes en plan de PPRR --yo creo que en realidad no existen ONG(Otro dia lo comento), salvo algún descuido --un ministro de exteriores que ayuda a los contrarios en vez de a los propios y unos marineros vascos,que no quieren ser españoles, pero que piden que los españoles le paguemos las piraterías y los robos que ellos mismos hacen.
Seguimos con las mentiras otro día y si algún español conoce la canciones de Serrat , habrá oido aquella del "pirata honrado" y del "lobito bueno", ese es Moratinos, se le rien los corderos.
Eso son nuestros compatriotas desde el genocidio de América, piratas buenos.








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viernes, noviembre 27, 2009

E S T O S C O N T A B L E S !!!!!

Ya se sabe, los contadores tienen su propia visión de las cosas…


La amiga = Activo disponible
La amante = Cuenta puente
Los difuntos = Activos diferidos
Los cuñados = Pasivo de contingencia
Las cuñadas = Reservas de capital
La despedida de los novios = Cierre de ejercicio
La esposa = Pasivo fijo
El esposo = Bolsa de valores
Los hijos = Estado de pérdidas
Las hijas = Estado de ganancias
Los hijos naturales = Cuentas de orden
La sobrina = Depósito en garantía
La abuela y el abuelo = Reserva para baja de valor
La novia = Inversión
La suegra = Activo despreciable
La prometida = Superávit ganado
La secretaria = Reserva de reinversión
La señora esperando familia = Producción en proceso
La sirvienta = Reserva ilegal u oculta
La vecina = Futuras inversiones

jueves, noviembre 19, 2009

M U E R T E D I G N A


Los médicos piden que se pueda objetar a la ley de muerte digna

"La objeción de conciencia no cabe en esta norma", responde el PSOE

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El derecho de los médicos a acogerse a la objeción de conciencia para no aplicar la futura ley de muerte digna de Andalucía ha centrado este martes gran parte del debate que se ha celebrado en el Parlamento autonómico. El presidente del Consejo de Colegios Profesionales de Médicos de Andalucía, Juan José Sánchez, reclama que los profesionales puedan acogerse a esta figura. La misma petición hizo la asociación conservadora Profesionales por la Ética, invitada al Parlamento por el PP.

Esta norma, aprobada por la Junta en junio, ha comenzado este martes su trámite parlamentario. A la Comisión de Salud acudieron los representantes de los agentes sociales para dar su visión sobre la futura ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de la Persona en el Proceso de la Muerte, la primera norma de este tipo que se impulsa en España.

"La objeción de conciencia no cabe en esta norma", ha sido la respuesta que ha dado Rosa Isabel Ríos Martínez, del PSOE. El PP, sin embargo, ha anunciado que tiene previsto incluir una enmienda para que se recoja este aspecto en la norma. Juan José Sánchez ha valorado en términos generales la ley. Aunque ha expuesto sus dudas sobre algunos de los aspectos más polémicos. Como el de la objeción.

Según Sánchez, jamás se da el "encarnizamiento de los médicos en este tipo de casos". No hay denuncias: "Al revés, los familiares nos instan a prolongar la vida". Según el presidente del Consejo de Colegios Profesionales, el código ético de los médicos ya contempla la obligación de limitar el soporte vital para evitar prolongar de forma cruel los últimos momentos de vida. "Es la práctica común".

Según ha reconocido Rosa Isabel Ríos, la nueva ley "está inspirada" en casos como el de Inmaculada Echeverría, que fue obligada a vivir enganchada un respirador en un hospital granadino que estaba gestionado por una orden religiosa. O en otros como el del hospital de Leganés. El doctor Luis Montes, ex jefe de Urgencias del Severo Ochoa de Madrid, llegó a ser procesado por un presunto caso de sedaciones ilegales, que se quedó en nada cuando llegó a la justicia.

Miguel Gómez de Agüero, presidente de la asociación Profesionales por la Ética, también ha sostenido que la norma no aborda directamente la eutanasia, aunque podría hacerlo "de hecho" al regularse la suspensión del soporte vital. Rosa Isabel Ríos Martínez, del PSOE, ha respondido a esto: "La ley ni regula la eutanasia ni regula el suicidio asistido. El Código Penal no nos lo permitiría". "Eutanasia activa, en ningún momento", ha añadido el PP.

Otra de las dudas que suscita entre los profesionales la futura ley son las comisiones éticas que decidirán los tratamientos en los casos más complicados. Según ha asegurado Álvaro Gándara, presidente de la Asociación de Cuidados Paliativos de Madrid, debe fijarse bien quiénes compondrán estos órganos. Juan José Sánchez ha pedido que también estén representados en estos comités los colegios profesionales. Por último, el doctor Álvaro Gándara ha mostrado sus dudas por el fuerte esfuerzo presupuestario que esta norma va a requerir.

"Sería desobedecer un derecho de los pacientes"

Luis Montes es uno de los "inspiradores" de la ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de la Persona en el Proceso de la Muerte de Andalucía. Este doctor, ex responsable del área de Urgencias del hospital Severo Ochoa de Madrid, tiene atragantado, como si fuese el hueso de una manzana, el calvario que pasó cuando fue denunciado por unas presuntas sedaciones ilegales en su centro médico. El asunto se quedó en nada y la Audiencia de Madrid archivó el caso definitivamente en enero de 2008.

¿Qué hubiera ocurrido si en Madrid hubiera existido una norma como la que pretende aprobar la Junta? Pues todo hubiera sido igual, afirma Montes: "Nos acusaron de homicidio. Con ley o no hubieran actuado de la misma forma". Este doctor se lamenta de la postura del Gobierno regional de Madrid.

Montes era uno de los invitados a participar en el debate sobre la ley de muerte digna en el Parlamento autonómico. Su presencia la había solicitado IU, pero finalmente no ha podido acudir debido a compromisos laborales. En declaraciones telefónicas al diario EL PAÍS, Montes ha felicitado a la Junta por abordar este asunto y dar garantías a los pacientes. Respecto a la objeción de los médicos, Montes lo tiene claro: "No me parece que este asunto pueda caber la objeción. Sería desobedecer un derecho que tienen los pacientes".

A pesar de estar a favor de la norma andaluza, este facultativo cree que el verdadero debate que se debe abordar en la comunidad y en el resto del país es el de la eutanasia activa y el suicidio asistido. Aunque reconoce que este asunto "no es una competencia de las autonomías". El Gobierno central es el que tendría que hacerlo.

lunes, noviembre 16, 2009

LOS DESCONFIADOS E INSOLIDARIOS

martes 10 de noviembre de 2009

A los argentinos, aunque valoran la amistad, no les gusta confiar en los otros

Un estudio mundial reveló que los argentinos tienen un bajo nivel de capital social. Son poco participativos y más del 80 % prefiere no fiarse de los demás. Mostrar sólo la fachada, para no ser vulnerable.
Amigueros y sociables. Que estas cualidades describen a los argentinos en el mundo no es una novedad. Pero que entre 104 naciones nos encontremos entre los 50 países con menor capacidad para creer y confiar en los otros representa más bien una paradoja. El fenómeno tiene su explicación: los expertos sostienen que si bien los lazos de amistad siguen siendo muy fuertes en nuestra sociedad, la confianza es un valor que ya no prima tanto en estas relaciones.
Un estudio proveniente de Inglaterra reveló semana algunos aspectos de la personalidad criolla. Se trata del índice de prosperidad que cada año realiza el instituto Legatum para medir la calidad de vida de los diferentes países. Uno de los aspectos que considera el trabajo es el "capital social", un conjunto de características que marcan la cohesión que tiene la comunidad, un valor fundamental para el desarrollo. Un ítem en el que Argentina está a un paso de desaprobar.

Aunque en el ranking general de países nuestro país aparece en una buena posición, el puesto 38, en la evaluación del capital social, Argentina muestra debilidad y baja varios escalones para ubicarse en el punto 56. Las cifras son hasta escalofriantes: menos de dos de cada 10 argentinos cree que puede confiar en otros. En una comparación con los demás países aparece, por ejemplo, que los uruguayos y colombianos confían hasta siete veces más que los argentinos en los otros.
En contraste con esta realidad, una gran proporción de habitantes de este país cree que los amigos son importantes y el 90 % de ellos asegura que confía sólo en sus amistades y en su familia cuando lo necesita.

Superficiales
Las relaciones más superficiales podrían ser la explicación para la gran distancia que hay entre la valoración de la amistad y la confianza en los demás.
Confiar supone asumir el compromiso de animarse a exponerse frente al otro, a entregar cada vez mayor cantidad y calidad de información, y la confidencialidad se construye por la reciprocidad de esta actitud, explica el psicólogo Arturo Gómez López.
"La disminución en la capacidad de confiar en el otro reside en que las personas prefieren mostrarse sólo superficialmente, un fenómeno que se revalorizó en las últimas dos décadas. El slogan social de hoy parece ser 'hay que tener y mostrar una buena fachada, pero no te expongas, no muestres mucho tus ideas ni tus sentimientos, pues eso te hace vulnerable frente a los demás'", sostiene.

Según el especialista, en la actualidad los grupos de pertenencia que más se cultivan son los que nos permiten "pasarla bien". Esto es lo más importante y para tal fin hay que mostrarse simpático, lindo, amistoso y divertido. "Esto en sí mismo no es un problema, pero imposibilita el avance a otro estadio vincular como el de la confianza", apunta.

Personalidad argentina
De toda la vida.-
Amistades largas y muy importantes. Así describen algunos tucumanos las relaciones con sus pares. "Mis amigos más íntimos están al lado mío desde la infancia. Yo trato de fomentar eso en mis hijos, que lleven amigos a casa. Eso no es común en otros países", sostuvo Miguel Sánchez, que se dedica al comercio exterior y viaja por todo Latinoamérica.

Demostrativos.- "Quizás el argentino es más cálido y demostrativo", define Martina Bollea. Esta tucumana que hace una década tuvo que abandonar su país para radicarse en Estados Unidos confiesa que todavía sufre porque no ha podido encontrar amigos y porque extraña demasiado a los que dejó en la otra punta del continente.

Individualismo.- "La amistad, a pesar de constituir un aspecto ponderable y favorable, muchas veces no alcanza para explicar o analizar con profundidad el germen de desconfianza e individualismo dentro de una sociedad fragmentada e individualista", resaltó el abogado Agustín Torres, investigador sociológico.

Cinco amigos por habitante.- Otra encuesta de cohesión social que se realizó entre 10.000 habitantes de Latinoamérica el año pasado ubicó a Argentina en el tercer lugar con promedio de cinco amigos por habitantes. Los brasileños son los más amistosos: tienen siete amigos por persona mientras que los chilenos aparecen en el último puesto con cuatro amigos.

Poco solidarios.- Además de individualistas y desconfiados, la investigación del instituto Legatum reveló otros aspectos menos gratos de la personalidad argentina: los niveles de solidaridad y trabajo voluntario son bastante bajos. Sólo el 51 % de los argentinos asegura haber ayudado a un extraño en el último año.

Mediciones.- El Indice de Prosperidad Legatum combina crecimiento económico, nivel de libertad, democracia, mediciones de felicidad y calidad de vida de un país. Entre 104 países, Argentina quedó debajo de Chile y Uruguay, y por sobre Brasil, México y Venezuela. La mejor cualidad de nuestro país es la libertad personal. El lugar más próspero del mundo es Finlandia.

lunes, noviembre 09, 2009

LEER EL BOLETIN ARGENTINO








Muere alguien en un asalto y no falta nunca el comentario de rigor: a estos delincuentes menores de edad, pobres, villeros, la vida no les importa. Mueren cuatro jóvenes de teórico buen pasar, en un barrio de habitantes ídem, presuntamente alcoholizados y conduciendo un auto a velocidad desbocada, al caer a un lago artificial. Claramente, tampoco les importa la vida, se la autodestruyen sin hesitar. El desprecio por la vida es común a nuestros jóvenes, pobres y ricos. Es lo que les enseña una sociedad que se mofa de aquellos que buscan hijos desaparecidos o nietos robados y piden justicia. Sólo si entendemos que la vida es lo más, como dicen ellos, podremos abrigar esperanzas.

Ana Patrizio






www.boletinargentino.com/

jueves, noviembre 05, 2009

Cuando Buenos Aires era extranjera


De la revista Ñ suplemento culrural del diario Clarín

El escritor Alberto Sarramone investigó el impacto inmigratorio a principios del siglo XX. Allí rastreó los orígenes de una nacionalidad argentina que se presenta como una pregunta de respuesta incierta.

SARRAMONE busca las huellas del fenómeno en la literatura, el ensayo y el tango, entre otras

En Inmigrantes y criollos en el Bicentenario, bajo la égi­da de un enfoque predomi­nantemente sociológico, Alberto Sarramone se aboca a la tarea de mensurar el impacto inmigratorio en la formación de la nacionalidad argentina, ese aluvional crisol de razas que torna temeraria y, en muchas ocasiones, imposible de responder la pregunta por el ser nacional (una extraña quintaesen­cia que se pretende prototipo de rasgos y características singulares y, a un tiempo, compartidas). El peso que comportó el carácter inmigratorio se ilustra con clari­dad en la progresión de carácter numérico: en el Censo Nacional de 1895, una de cada cuatro per­sonas era extranjera; en el Censo de 1914, una de cada tres, pero los dos tercios de argentinos res­tantes eran hijos o nietos de in­migrantes. Pero si en el resto de América latina hay fundamentos suficientes para hablar –según la expresión ya consagrada de Haya de la Torre– de "pueblos indoame­ricanos", en Argentina, señala el autor, se torna inevitable la expre­sión "euro-americano" en virtud de la genealogía inmigratoria.

En términos generales, indica Sarramone, no sería un error des­estimar la figura paradigmática del inmigrante que arriba "con una mano atrás y otra adelante", tal y como reza el lugar común, no pudieron salir de su tierra quienes eran extremadamente pobres en tanto que el pasaje en barco había que pagarlo y no era barato, aun viajando en clase hacinada y eco­nómica.

Según las cifras del Censo de 1914, el cincuenta por ciento de la población que moraba en Bue­nos Aires era inmigrante; no en vano unos años antes, en 1887, Sarmiento se interroga: "¿Esta­mos en Italia o en Buenos Aires?, ¿en Europa o en América?" Julio Argentino Roca reflexiona: "Bue­nos Aires no es la Nación porque es una provincia de extranjeros", y Juárez Celman abunda: "Seré el presidente de la inmigración". Notablemente, nada afectó la in­tensidad del flujo inmigratorio, ni siquiera la tristemente célebre Ley de Residencia, promulgada en 1902 (y recién abolida en 1958) e inspirada en las huelgas de fines del siglo XIX, que autorizaba al Poder Ejecutivo a expulsar del país a cualquier extranjero que "com­prometa la seguridad o perturbe el orden público". El sentimiento enraizado en una genuina xeno­fobia, el temor a lo radicalmente otro, la inmigración externa o la migración interna contempladas como una de las formas más ve­jatorias de invasión al espacio propio y (en principio) intocado alimentaron manifestaciones lite­rarias tan disímiles en tiempos y ejecución como las novelas En la sangre (Eugenio Cambaceres), La Bolsa (Julián Martel) y los cuentos "Casa tomada" (Julio Cortázar) y "Cabecita negra" (Germán Roz­enmacher). No menos evidentes resultan los aportes inmigrato­rios a la formación del porteño de fines del siglo XIX y principios del XX, nacido y crecido –como bien apunta Sarramone– al calor de movimientos socioculturales propios y extraños; la presencia de la inmigración italiana en los nombres del tango es considera­ble: D'Arienzo, De Caro, Piazzo­lla, Franchini, Di Sarli, Discépolo, Pugliese, Troilo, Canaro, Bassi y un larguísimo etcétera. Así como los títulos de algunas letras: des­de "Giusseppe el zapatero" hasta "Canción del inmigrante". En este marco resulta, cuanto menos, as­tigmático el fervoroso anhelo de Ricardo Rojas proponiendo "res­taurar el alma nacional" o la mal­hadada descripción de Leopoldo Lugones definiendo a los grupos inmigratorios como "la plebe ul­tramarina".

Por fortuna, los afanes de Sarramone no se circunscriben a Buenos Aires sino que abarcan, con minucia y holgura, todo el te­rritorio, desglosando el tipo y las características de inmigración que correspondieron a cada provincia y zona geográfica. Así, el autor in­forma que en fecha tan temprana como 1826 se produjo el arribo de inmigrantes alemanes que fueron alojados en la entonces Chacarita de los Colegiales. Treinta y cua­tro años después da comienzo la formación de colonias en tierras cordobesas, a cargo de ingleses, italianos y suizos. No deja de re­sultar curioso un dato señalado por el autor respecto a la inmigra­ción en la Patagonia: el aporte más importante fue de raíz religiosa, debido a la congregación de los salesianos, fundada en Turín en 1859 por Juan Bosco, cuyo sueño era la evangelización de la Patago­nia. Así como no puede dejar de mencionarse el duro inicio que tuvieron que superar los prime­ros colonos judíos que llegaron a afianzarse en el país.

Por el notable rigor de datos y estadísticas, Inmigrantes y criollos en el Bicentenario está destinado a ser un libro de estudio necesario e imprescindible lectura.

miércoles, noviembre 04, 2009

C U R D E L A S

Lección de humanismo etílico

El alcohol, en su justa medida, humaniza. El alcohol, en exceso, deshumaniza lo previamente humanizado. Bajo sus efectos algunos usuarios de mi taxi se vuelven pesados, o incluso violentos (como bien dijo Sabina: "me encantan las drogas y el alcohol, pero no soporto a los drogadictos ni a los borrachos"). Pero también los hay que se vuelven verborreicos, o audaces, o risueños, o cariñosos, o somnolientos, o reflexivos, o nostálgicos, o filosóficos.

Como aquel usuario del sábado pasado (noche de Halloween):

- Mi amigo Josete me dijo que Dios existía, que estaba en todas partes, y esta noche lo busqué en el fondo de una Mahou. Catorce Mahous después, efectivamente, lo encontré ahí flotando. Boca abajo. Ahogao. ¡Hip! - me dijo embutido en su disfraz de koala (lo juro). Al finalizar el trayecto incluso trató de pagarme la carrera con un paquete de chicles sabor eucalipto.

Otros acaban confesándote lo inconfesable:

- Ssé que mi marido me la esstá pegando con la asisstenta. Él sse cree que ssabe que yo no ssé que lo sssé. Pero lo que ssé que él no ssabe ess... lo mío con su primo el de Cádiz - me dijo una mujer de ojos cándidos de camino a su casa.

O les da por llorar:

- ¿Tiene algún problema? - le pregunté a otro usuario afterhours en plena eclosión llantil:

- Lo dejé, snif, hace dos semanas, snif, con mi novia, snif, y estoy, snif, muy feliiiiz...

- Si está feliz, ¿por qué llora?

- Porque no es normaaal, snif, que no la eche de menos, snif, ni una mierdaa... Soy un monstruo, snif, sin, snif, sentimientooos - y en ese punto se rompieron del todo sus lacrimales hasta el final del trayecto.

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Y ante tal catálogo de reacciones etílicas, yo me pregunto: ¿Cuando bebemos nos convertimos en la exageración de nosotros mismos, o sencillamente somos otros?

sábado, octubre 31, 2009

SER CHORRO DA PRESTIGIO....y votos

Cuanto más corrupto, más te votan

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Les pueden ver esposados entrando en los juzgados, puede ser vox populi que las arcas del ayuntamiento y las suyas son lo mismo o les pueden pillar en una orgía con un montón de prostitutas… Da igual: los votos no se resienten. El aparentemente escaso impacto electoral que tienen escándalos de lo más diverso hace que muchos electores se pregunten, en una sociedad donde las investigaciones judiciales se suceden a un ritmo mucho mayor que las sanciones políticas y penales por esas mismas conductas, si ser corrupto no hace que se ganen votos.

Según Arantxa Capdevila, profesora de Comunicación Política en la Universidad Rovira i Virgili, la incidencia electoral de los múltiples escándalos en que se ven inmersos los políticos contemporáneos, que es más negativa para los afectados de lo que suele pensar la opinión pública, depende de dos factores. Por una parte, “hay que valorar tanto las normas que se transgreden como la consideración que tienen esas normas en la sociedad en la que se produce el escándalo. Hay países que no tienen demasiado en cuenta los asuntos relacionados con el sexo, como Italia, y otras, como EEUU, donde los toman muy en consideración”. En otro sentido, también debe valorarse el contexto político concreto. En España, “donde votamos listas cerradas, que haya casos determinados de corrupción no afecta demasiado, ya que se votan partidos y no personas”.

Sin embargo, el problema de la valoración electoral de las conductas de nuestros cargos públicos se extiende más allá de los casos de corrupción, apuntando algunas novedades en el terreno de la comunicación política. Hay una serie de dirigentes, desde Berlusconi hasta Sarkozy (pasando por Fabra), que han tomado como puntos fuertes de su comunicación aspectos que en teoría les resultaban negativos. Así, Bush utilizó sus supuestas debilidades, en tanto persona con peor formación intelectual que sus contrincantes o con un historial juvenil negativo, para ganar las elecciones. Y las salidas de tono de Berlusconi parecen granjearle simpatías entre sus electores, quizás porque genera fenómenos de identificación: “él mismo decía que la mitad de los italianos le envidiaban”. ¿Es ese el asunto? ¿En el fondo queremos ser como Berlusconi y por eso le votamos?

Pere-Oriol Costa, catedrático de Comunicación Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, no cree que estas personalidades desatadas acaben siendo una buena apuesta electoral. Otra cuestión es que los políticos hayan aprendido a sacar partido hasta de sus deficiencias. “Jacques Séguéla inició una técnica en la campaña de Miterrand contra Giscard que consistía en buscar el reverso de las cualidades negativas de tu candidato y de las positivas de tu adversario. Y eso lo volvimos a ver, entre otros muchos ejemplos, en las campañas estadounidenses. Así, la etapa alcohólica de Bush se convierte en un elemento político atractivo al presentarle como un hombre reformado que ha sabido sobreponerse a la adversidad; al mismo tiempo, el Al Gore experimentado con una carrera sólida como senador es dibujado como un ineficiente burócrata de Washington”. Este tipo de juegos discursivos, frecuente en las campañas actuales, parece que lo será aún más en el futuro.

Sin embargo, más allá de estrategias comunicativas, los asuntos que explicarían la ratificación electoral de un cargo público tocado por el escándalo estarían relacionados fundamentalmente con cuestiones de poder cotidiano. Así, como señala Pere-Oriol Costa, “suele coincidir que el dirigente corrupto posee un gran control de los medios de comunicación. Tanto Valencia como Italia son casos ejemplares, con Berlusconi dominando las televisiones y con Camps manejando férreamente los medios públicos”. Los medios, subraya Capdevila, “no fabrican los escándalos, pero juegan un papel fundamental a la hora de difundirlos. Aunque no tanto como les atribuyen quienes se dejan llevar por teorías conspirativas, como esas que afirman que ahora salen los escándalos del PP porque el PSOE controla los medios”.

El otro asunto relevante, y en muchos casos decisivo, para explicar la permanencia en el poder de los afectados por escándalos tiene que ver con la falta de una oposición política que sea visualizada como alternativa real. Según Pere-Oriol Costa, Italia y Valencia son también casos paradigmáticos en este sentido. “La alternativa a Berlusconi vive en un permanente clima de división mientras que, en el caso valenciano, el PSOE no parece contar para los votantes como opción de gobierno”. Si a esta dificultad para encontrar unas siglas que encarnen el cambio le sumamos, como afirma Jordi Rodríguez Virgili, Subdirector del Master de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, que “cuando hablamos de corrupción en el terreno municipal, encontramos también mucho clientelismo”, la dificultad para que los corruptos pierdan toda clase de comicios quedaría explicada. Y ello a pesar que de, en este contexto, es fácil encontrar enganches comunicativos sólidos. Como asegura Rodríguez Virgili, “si la oposición tiene un mensaje regeracionista claro, si apuesta por la limpieza y la honradez y sus líderes son creíbles, entonces tiene muy sencillo ganar las elecciones”.

Sin embargo, lo que suelen producir estos escándalos es una profunda desafección de los electores, elemento que suele cristalizar en un aumento de la abstención que suele venir bien a quien están en el poder. Incluso esa sensación de que todos son iguales puede repercutir positivamente en los dirigentes corruptos si trasladan a la gente el mensaje de que “aunque se lleven su 3% ellos funcionan. Si logran que los electores crean que todos roban pero que, al menos, ellos son eficaces y hacen algo por la gente, están manejando un mensaje que les será muy útil”.

Y es que, como asegura el consultor político Antoni Rodríguez- Rubí, “si bien los electores no se identifican con las conductas ilícitas o poco ejemplares, tampoco están dispuestos a que su decisión política (su voto) sea cuestionado permanentemente por la oposición, por los medios… o por la justicia”. En ese sentido, se da “algo de resistencia emocional y de pereza ideológica o intelectual a cambiar de posición. Admitir que ha sido un error haber confiado en alguien del que, finalmente, te defrauda tiene un coste personal (y en la vida cotidiana de las personas) bastante importante. Los electores necesitan su tiempo, su proceso. Cambiar de voto es un coste emocional importante”.

Para la mayoría de los expertos, sin embargo, lo importante no reside en el hecho en sí, sino en cómo maneje la situación. El castigo electoral dependerá, entonces, mucho más del modo en que se reaccione ante las acusaciones que del hecho de que éstas sean o no probadas. Como sintetiza Gutiérrez-Rubí, “en comunicación, la clave está en la gestión de la percepción, del tempo político y de los símbolos y lenguajes metafóricos. A veces, una buena estrategia de comunicación puede mejorar determinadas percepciones que son, en definitiva, las protagonistas de nuestras decisiones. «Comprender» todo lo que sucede reclama mucho tiempo, esfuerzo y conocimiento. «Intuir» la verdad, la sinceridad, la transparencia es una información de carácter emocional que se puede obtener con un gesto o una mirada. Y las primeras palabras, declaraciones, y reacciones son determinantes en la primera impresión (que se instala con mucha facilidad y consistencia) en los procesos de creación de opinión pública”.

Coincide Rodríguez Virgili en señalar la importancia crucial de la reacción, en tanto “la ciudadanía entiende que el ser humano es falible y que las organizaciones están compuestas por muchas personas que pueden equivocarse”. Por lo tanto, disculpará hechos aislados siempre y cuando se conteste con prontitud y acierto a las acusaciones. En este orden, una buena respuesta puede incluso reforzar a la organización y, por el contrario, una mala política será nefasta. Y eso lo ve ejemplificado Virgili en asuntos recientes: “El tomate central del caso Gürtel está en Madrid y sin embargo allí se reaccionó a tiempo; en Valencia, sin embargo, la reacción no fue la adecuada y es donde el asunto está teniendo mayor repercusión política”.



Cuanto más corrupto se es,se sacan más votos y se es más popular,eso parece indicar la reacción de la gente en casi todos los países del mundo.
La honestidad no vale ni trae votos.

viernes, octubre 30, 2009

LOS MILICOS SOBRAN(y son caros)

OPINIÓN INVITADA

Más adiós a las armas

Parece que los medios argentinos no hablamos de eso: que decidimos hacer como si ya no tuviéramos ejército

Parece que los medios argentinos no hablamos de eso: que decidimos hacer como si ya no tuviéramos ejército. Es curioso; el viernes pasado publiqué, aquí mismo, un artículo –Adiós a las armas– que discutía, en síntesis, si vale la pena seguir gastando una fortuna en unas fuerzas armadas mal armadas y peor preparadas y que, sobre todo, no tienen ninguna hipótesis sensata de conflicto porque una guerra con los vecinos es impensable y una con Inglaterra es insostenible, o sea: un cuerpo que está ahí porque siempre estuvo ahí, porque los estados tienen ejércitos, por el peso de la tradición y la conservación.

Esa tarde un programa de radio Nacional –Carbono 14, conducido por Miriam Lewin y Eduardo Anguita– me llamó para comentar el asunto. Conversamos; hasta allí, seguía siendo pura opinión, eso que no nos interesa. Pero poco después la radio recibió una llamada del ministerio de Defensa: querían contestar algunas cosas. Plural, curioso, el programa puso en el aire al secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Germán Montenegro, el segundo en la jerarquía del ministerio. El secretario dijo que “la Argentina, que no tiene hipótesis de conflicto a corto o mediano plazo, configura a sus Fuerzas Armadas teniendo en cuenta un escenario de incertidumbre”. Eso sí era lo que los libros suelen llamar información y, como tal, fue reproducida en un cable de la agencia oficial Telam a las cinco de la tarde: la Argentina no tiene hipótesis de conflicto para sus fuerzas armadas porque “en lo inmediato no hay un país que pueda amenazar la soberanía argentina”, aunque –dijo el secretario Montenegro– “tenemos recursos muy importantes, un territorio rico, presentamos reclamos sobre la ampliación de la plataforma continental y no sabemos qué amenazas pueden surgir desde el escenario internacional incierto y cambiante”. O sea: que están ahí por si acaso y ya veremos. El cable de Telam fue un pif casi perfecto; sólo lo reprodujo un medio on line de la Patagonia –y ningún otro. Que el Estado argentino no defina ni piense definir la función de su ejército no parecía un tema que tuviera por qué importarle a nadie.

O eso, por lo menos, supusieron los grandes medios de la patria. En Criticadigital.com, en cambio, la discusión hervía desde la mañana. O, dicho de otro modo: hacía mucho que no me puteaban tanto.

–Pero si a usted le gusta, Caparrós, no se me queje.

–Sí, claro. Nada me calienta más que cuando me amenazan o me mandan al carajo. No me diga que a usted no.

Y eso que yo había tratado de ser calmo, ecuánime, exponer razones. Que –muy expresamente– no escribí ni una palabra sobre el hecho de que el ejército argentino es la institución más violenta de nuestra historia, la más homicida, porque no quería que las emociones tiñeran una propuesta que iba más allá: que, en el famoso concierto de las naciones, el poder moral de desarmarse es mucho mayor que el escaso y costosísimo poder de fuego de un ejército que no tiene objetivos. Fue un vendaval. Pero había, también, en medio de las puteadas argumentos, y me interesa discutirlos.

El más repetido tuvo que ver con la costumbre: siempre hubo un ejército, todos los países –casi todos– tienen un ejército, así que tiene que seguir habiendo. No hay nada más triste como base para una discusión: los grandes momentos de la historia son aquellos en que algunos no aceptan ese principio y deciden pensar algo distinto. Incluyendo, por ejemplo, a ciertos militares de esta tierra que supusieron, a principios del siglo XIX, que el hecho de que los españoles siempre la hubieran gobernado y gobernaran el resto del continente no era razón suficiente para no repensar el asunto. No revisar los conceptos que parecen evidentes es la mejor garantía para seguir cayendo.

Otra línea de argumentación fue la “mal de muchos”. Una síntesis posible es la de un tal Jacinto Chiclana, fugitivo de Borges: “Las fuerzas armadas no tienen función alguna, la policía no te protege, los maestros están siempre de paro o vacaciones, los políticos son corruptos e incompetentes, la industria argentina no puede competir con nadie, los hospitales no tienen ni curitas, el periodismo descubre escándalos que terminan en nada, los impuestos se utilizan para favorecer a los amigos del gobierno de turno. Haciéndola corta: el país y sus instituciones son tan inútiles como el ejército (eso es coherencia): ¿por qué no abolirlos también?”, proponía, mordaz, el falso Jacinto. ¿Es necesario aclarar la diferencia entre una institución que funciona mal pero necesitamos y una que, por carecer de un sentido claro, tal vez no? ¿Decir que sabemos para qué están los hospitales y las escuelas y no parecemos saber para qué está el ejército, y que entonces tenemos que mejorar quirófanos y aulas pero quizá podemos mandar a casa a los soldados?

La discusión seguía. Muchos ponderaban el trabajo humanitario del ejército, sin duda muy útil pero que puede y debería ser encarado por un cuerpo especializado: ¿o se necesita saber manejar un tanque para reconstruir un puente, un fusil fal(Cetme en España) para rescatar pobladores de la inundación? Otros –los más insultantes– me recriminaron que hubiera descrito la guerra de las Malvinas como “la tontería soberbia de pensar que una banda de inútiles mal preparados y peor equipados podía mellar siquiera la carrocería de uno de los ejércitos potentes de este mundo”.

Me exigían respeto por “la sangre vertida en las Malvinas”. Es cierto que los soldados que llevaron a pelear eran inútiles para ese trabajo, pobres, por culpa de sus jefes y sus equipos perimidos. Me da muchísima pena –y he escrito sobre eso–, pero detesto el chantaje de la sangre, tan en boga en la Argentina actual: que te maten es horrible pero no da derechos ni silencia a los vivos ni cambia tu historia. Si no se puede pensar qué hicieron los que perdieron su sangre por su patria también habría que alabar a los sargentos nazis, por ejemplo. Lo cual me hizo acordar del 2 de abril de 1984, cuando Jorge Dorio y yo conducíamos un programa de radio –Sueños de una noche de Belgrano– y dijimos que era complicado hablar de esa guerra y de sus muertos porque, entre otras cosas, el primer soldado argentino caído en las islas, el primer mártir, era un capitán Pedro Giachino que si no hubiera muerto allí habría tenido que responder a acusaciones graves sobre violaciones de derechos humanos. Y entonces un comando nazi encabezado por un autodenominado Castrogé tomó el estudio, nos tuvo de rehenes, nos dijo muchas veces que nos iba a matar. Fue una noche difícil –y sigue siendo otra discusión que no se ha dado.

Entre los argumentos que más me impresionaron –y fueron numerosos– están los de la línea Malena: “Sucede que somos un país semicolonial y Caparrós lo asume, pero derrotado. ¿Acaso no tenemos que recuperar nuestros recursos para desarrollar la industria y terminar con el hambre? ¡Cómo que no hay hipótesis de conflicto! Por favor, el agua, la minería, el petróleo…”. Ése sí que es un triunfo de la ideología contra la historia: imaginar, pese a tantos hechos y evidencias, que el ejército va a proteger los recursos naturales argentinos. ¿Para quién, para la Barrick Gold, para Repsol? Cuando tuvo poder, el ejército entregó más recursos que nadie. La tal entrega no es como en las películas: no vienen hordas de soldados a ocupar los pozos o las minas; llegan en jets privados ejecutivos con valijas de dólares para los funcionarios, jueces, periodistas, militares que pueden ayudarlos a quedárselos. Y el ejército después, si acaso, se los cuida.

Había otros argumentos, pero vuelvo a lo que más me sorprendió: que el segundo del ministerio de Defensa diga que nuestras fuerzas armadas no tienen hipótesis de conflicto –y no le importe a nadie. Aún cuando la ley 23.554 de Defensa Nacional, promulgada en 1988, diga tan claro en su artículo 8 que “el sistema de defensa nacional tendrá por finalidad: a) Determinar las hipótesis de conflicto y las que deberán ser retenidas como hipótesis de guerra; b) Elaborar las hipótesis de guerra, estableciendo para cada una de ellas los medios a emplear…”. Alguien debería explicar por qué no cumplen con la ley.

Una noche, a mediados de los noventas, estuve en una rara cena en la embajada de México –yo no suelo estar en esas cosas– con Dante Caputo y Raúl Alfonsín. En un momento comenté lo curioso de que hubiera sido Menem quien limó el poder del ejército argentino, y Alfonsín y Caputo dijeron que esa debilidad les parecía contraproducente. Les pregunté por qué y Alfonsín dijo que el ejército era necesario porque servía de contrapeso; que, sin él, la policía sería la única fuerza armada en la Argentina y que no habría quién la controlara.

Era una hipótesis de conflicto muy rara –ejército versus las policías– pero, por lo menos, era una. Si el gobierno sigue diciendo que no tiene ninguna, deberemos quedarnos con la sospecha de que, en realidad, las fuerzas armadas argentinas están ahí para mantener, dentro del país, el poder de los que tienen poder en la eventualidad de que los que no tienen puedan amenazarlo: para la represión, que es lo que siempre han hecho. Lo cual está muy prohibido por la ley de Defensa Nacional, pero ya sabemos cuánto pesa eso en la Argentina. En todo caso, insisto, vale la pena discutirlo en serio.

viernes, octubre 23, 2009

ERAN LOS MEJORES


Hablamos de política, sobre quien es peor si Rajoy o Zapatero?
O de fútbol?
El Atlético de Madrid es una mierda? Mi mierda.
Pero River es peor? También es mi mierda.
Me abstengo de hablar de la selección que da vergüenza ajena. Otra merde...
Así que podemos hablar de cine...pero desde los 400 golpes de Truffaut o la Naranja Mecánica, Apocalipsys Now o El Padrino, por no mencionar Un verano con Mónica, no volví a ver nada bueno.
Algo medianamente pasable que me conmoviera no me viene a la memoria.
Así que podemos charlar de literatura, eso si que está bien.
Me quedé en Rayuela , en García Márquez, Alberti, García Lorca y Neruda. No me olvido de mi querida science-fiction con Los Mercaderes del Espacio.
Que quieren que les diga, veo en mi salón todos los días el cuadro que me regaló Carlos Alonso, sobre su hija, que fue amiga mía (desaparecida)o voy cuando puedo al Prado y me quedo fijo estático en los fusilamientos de Goya.
Un poco viejo y antiguo soy.
Releo a Gramsci, Bakunín o Marx y debido a la influencia de mi hijo Juako(20 años) a Espinoza--sublime,este judío sefardí inventó el mundo moderno--.
Y de música?
Hablamos de Mercedes Sosa o de Frank Sinatra? Del grone Amstrong o de Julio Sosa.
No avanzó mucho el mundo, solo nuestros valores, que sin cambiar, se nos quedaron viejos, antiguos llenos de moho y en el desván de los sueños.
Quien me hubiera dicho en 1965 cuando me incorporé en un grupo de apoyo a la futura guerrilla del Ché que en 2009 el mundo sería una mierda controlada por la derecha más rancia, casposa , cutre y gorila.
Donde están los gloriosos años con el Ché, en Brasil con Marighella, en Angola de voluntario...o en mi querida Argentina al lado de la lucha popular.
No fue una mierda fueron cosas hermosas, conocí compañeras únicas, tipos excepcionales, gente que marcó mi vida y me enseñaron a ir por la vida con dignidad y no ser un corrupto de merda, no venderme cuando ante las dificultades económicas y con cuatro hijos, me flojeaba la moral.
Me paso el vídeo en el replay de mi vida y aparecen a saltos nombres de gente ejemplar.
¿Porque los mataron, desparecieron, secuestraron,aniquilaron?
Quizás porque eran mejores que yo.

sábado, octubre 17, 2009

A D M I R A D O R E S D E LO A J E N O

Algún día, hijo, este país será tuyo

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Algún día, hijo, este país será tuyo

No son sólo Sarkozy y Gaddafi los que colocan a sus hijos en cargos públicos sin contar con más mérito que su parentesco. Si nos fijamos en el ámbito patrio, nos encontraremos con que Zapatero tiene un primo, José Miguel Vidal, en su equipo de presidencia, que Rajoy tiene a su cuñado, Francisco Millán, como eurodiputado por el PP o que la hija de Fraga, Carmen, también ocupa escaño en Estrasburgo; también con que el dimitido Ricardo Costa es hermano de Juan Costa, quien ya fuera ministro con Aznar, que Chaves ha tenido algunos problemas últimamente por favorecer a la empresa en la que trabaja su hija, que Maragall y Carod situaron a sus hermanos en importantes cargos públicos en la Generalitat o que el hijo de Pujol, Oriol, es hoy el portavoz de CIU en el parlamento catalán. Y eso sin olvidar que Ana Botella, y antes Carmen Romero, iniciaron una larga carrera política sin otro aval que el de ser esposas de sendos presidentes del Gobierno. Y estos son sólo unos cuantos ejemplos de cómo sangre y cargo público se complementan sin problema.

Lo que ocurre es que la actitud de Sarkozy, que ha colocado a su hijo Jean, estudiante de Derecho y sin experiencia alguna, al frente de EPAD, el organismo público que regula La Défense, el barrio de los negocios, tiene un matiz simbólico importante en la medida en que el dirigente francés llegó al poder apoyándose en el discurso del mérito y del esfuerzo. En principio, el caso de Jean Sarkozy no sería más que otra expresión de esa divergencia entre argumentos electorales y el ejercicio real del poder, entre lo que se dice y lo que se hace. Para Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia política de la Universidad Autónoma de Madrid y ex director del CIS, (Centro de Investigaciones Sociológicas) hay un elevado componente de autoengaño en decisiones tan arbitrarias, ya que “muchos padres piensan que sus hijos son estupendos y que, por tanto, se merecen el cargo que se les regala”. Un problema que tiende a ser mucho más propio, asegura Vallespín, de los países mediterráneos que de las culturas nórdicas, ya que “el valor de la familia en el mundo latino hace que se vean como algo natural este tipo de actitudes. Al fin y al cabo, en España muchas personas piensan que ellos no se comportarían de modo distinto si se tratase de su hijo”. El sociólogo de la Universidad de Navarra Alejandro Navas también señala que en el sur de Europa se mima mucho más a los hijos, y que eso termina teniendo una correspondencia en la vida pública, pero percibe un elemento más en estos nombramientos familiares para cargos de confianza. “Se trata una actitud muy propia de los autócratas, de esos líderes que por definición desconfían del todo el mundo. El monarca absoluto, el jefe de estado totalitario, el jefe de una mafia viven siempre con miedo porque piensan que están rodeados de conspiradores. Por eso colocan en los puestos clave a la familia, asegurándose que los resortes decisivos del poder estén en manos de gente de confianza”.

Vallespín entiende, no obstante que el asunto es más complejo, en tanto se mezclan “un problema de lealtad y otro de familiaridad. No es el caso de Sarkozy y de su hijo, pero puede serlo el de otros políticos. Si colocas de jefe de gabinete a un familiar tuyo que está plenamente capacitado, puedes sentirte más respaldado y más cómodo, y no te da corte llamarle a las cuatro de la mañana si es necesario”. Y probablemente, dice, ese sea el caso del primo de Zapatero: “mucha gente que le conoce asegura que hace una labor estupenda, muy técnica. Por eso, es lógico que, a capacidades iguales, se termine eligiendo a aquella persona que te merece más confianza”.

Pero además de esa necesidad que todo dirigente tiene de rodearse de gente con la que se sienta seguro, Alejandro Navas entiende que a la hora de elegir altos cargos influyen factores perversos ligados a la propia tipología que el poder produce. “El que está arriba, ya sea en la empresa, en la corporación, en el sindicato o en el partido tiende a perder fácilmente el contacto con la realidad. El que llega a la cúpula suele pensar que es un fenómeno. Y si encima asciende contra el sentir general, como pasó con Helmut Kohl o con Aznar, acaban pensando que ellos tienen la clave, que saben lo que quiere el pueblo, que son los únicos que conectan con sus aspiraciones más íntimas, y por eso desprecian a la opinión pública e ignoran los resultados de las encuestas y lo que periodistas e intelectuales dicen”. Ese gobernar sin prestar atención más que a las propias percepciones, que aquí se ha dado en llamar 'Síndrome de La Moncloa', tiene como consecuencia, advierte Navas, el rodearse de gente cuya mayor virtud es la no de llevar nunca la contraria. “Como dependen del líder, sus asesores tienden a presentarle una visión edulcorada de las cosas, y a no oponérsele nunca. Es una tentación peligrosa en la que los gobernantes suelen caer. Les ha pasado a todos nuestros presidentes que han estado tiempo en La Moncloa”.

Para Víctor Sampedro, catedrático de comunicación política de la Universidad Rey Juan Carlos, el nepotismo no es un fenómeno localizado geográficamente sino que se trata de algo extendido y que afecta a la naturaleza misma de nuestro sistema político. Desde Europa a América del Sur, estamos viendo cómo “hay una serie de dinastías, cuyas cabezas más visibles son los Clinton, los Bush y los Kirschner que entienden el poder como susceptible de transmisión hereditaria”. Aunque para acceder a los cargos hayan de pasarse por procesos electorales, lo cierto es que “una vez que se está arriba, los mecanismos de control del poder son tan dependientes de círculos en los que amistades y negocios terminan por ser lo mismo es lógico que reaparezcan estas dinastías que parecían propias del pasado o de regímenes autocráticos tipo Corea”.

Puesto que vivimos en un tiempo, asegura Sampedro, en que asociaciones y colectivos sociales han perdido el protagonismo político, terminan siendo “las redes de intercambio de favores mutuos las que ofrecen estabilidad a un clan político”. No es extraño, pues, que en ese contexto en el que se intenta asegurar la lealtad termine triunfando el recurso a colocar a los familiares en puestos clave. Y máxime cuando “las normas impuestas por la burocracia weberiana de mérito y anonimato para el acceso a los altos cargos no funcionan debidamente”. Pero, advierte Navas, se trata de algo que no sólo se da en la política: “el nepotismo es un fenómeno transversal, que sólo exige un prolongado uso del poder, ya sea en la empresa, en los partidos o en la universidad”. Siempre que se prefiere la lealtad a la capacidad, se termina incurriendo en este tipo de prácticas.

El problema, pues, tendría una doble vertiente. En primera instancia, por las consecuencias sociales que tendría este privilegiar la obediencia en detrimento del mérito. Y, en segunda, porque eso significaría que vivimos en una sociedad donde no se pueden alcanzar metas significativas si no se goza de enchufe. Algo que, sin embargo, es posible, asegura Víctor Sampedro. “Se puede hacer algo al margen de los clanes, pero no contra ellos. Costará llegar a un cargo muchísimo más esfuerzo y mucho más trabajo haciéndolo desde la periferia y no desde dentro de estos grupos, pero no es imposible”. Para alcanzar ese objetivo, es esencial lograr “avales externos que sean irrefutables”. En el caso de la universidad, un entorno donde no es raro encontrar fenómenos de nepotismo, “habría que publicar en editoriales de reconocido prestigio o colaborar con equipos internacionales que no están al alcance de las redes clientelares locales”. Eso sí, advierte Sampedro, “quienes lleguen por esas vías, que son pocos, que son los mejores, encabezarán el sistema universitario que sobrevivirá tras la aplicación de Bolonia”. Y ello porque “lo que el nepotismo no soporta es la sociedad abierta y por eso desaparece en cuanto no hay públicos cautivos”.





Los argentinos,como viven en el culo del mundo, siempre quieren compararse con los demás.
Viven obsesionados con Europa,a la que critican y denuestan por imperialista,al tiempo que aman a los EEUU.
La red está llena de mail de copatriotas argentinos que se comparan siempre.
Hace poco recibí uno de un pariente que alababa la eficacia y eficiencia de Sarkozy.
Si a corrupto nadie le gana a Berlusconi, a trepador,mentiroso y tramposo,el "Sarko" se lleva varios premios.
Pero ahora,a esos que lo tenían de ejemplo y que critican los enchufes de España y sus políticos y de los acomodos del matrimonio Kirchner o de Chávez, Evo o Lula, un sencillo estudio les muestra que desde los tiempos de los habitantes de Uruk hace 5.000 años, cada uno y cada cual trata de acomodar,enchufar o nombrar a los parientes.
Yo lo confieso,a quien primero colocaría si tuviera poder,sería a mi familia....