¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, abril 14, 2012

VIVA LA REPUBLICA ESPAÑOLA


Atilio Boron


El entredicho entre el gobierno argentino y la empresa Repsol-YPF ha desencadenado una virulenta reacción de parte de funcionarios del gobierno ultraconservador español. Las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; de la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la del Secretario de Estado de España para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, revelan que a pesar del largo tiempo transcurrido estos funcionarios de la Corona todavía no se percataron del resultado de la batalla de Ayacucho que, en 1824, terminó de demoler los restos del imperio español en esta parte del mundo. Tanto su “puesta en escena” –rostros endurecidos de furia, frases altisonantes, dedo índice en ristre de García-Margallo- como el contenido amenazante de sus declaraciones, especialmente la del tal Méndez de Vigo diciendo que la Argentina se convertiría en un “apestado internacional” y sufriría “consecuencias malísimas” en caso de que se afectaran los intereses de Repsol-YPF son un oportuno recordatorio de que, lamentablemente, las peores tradiciones del colonialismo español siguen vivas y regurgitan cada vez que sienten que alguna de sus antiguas colonias se aparta del curso de acción fijado por la antigua metrópolis.
La violencia simbólica desatada en estos días se inscribe en el sórdido panorama que presenta la España actual, atribulada por una profunda crisis económica y por el fenomenal retroceso experimentado en materia de derechos ciudadanos y libertades públicas. Hace apenas un par de días que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo pública su intención de vigilar y maniatar las redes sociales por lo que toda convocatoria a protestas o manifestaciones políticas de cualquier tipo hecha a través de las mismas será tipificada nada menos que como un delito penal. A partir de esa iniciativa, el gobierno español podrá perseguir a quienes, en su peligroso delirio, califica como “grupos radicales antisistema” involucrados en novísimas formas de “guerrilla urbana”. Todo esto con el afán de impedir que las víctimas del brutal ajuste neoliberal impulsado por el Partido Popular puedan oponer resistencia y luchar contra la injusticia de un proyecto al que sola y exclusivamente le preocupa salvaguardar los intereses del capital, no el bienestar del pueblo. Pese a ello son muchos quienes con ingenuidad todavía confunden un régimen capaz de producir estas muestras de despotismo con la “democracia.”
El argumento más socorrido por estos enardecidos funcionarios de la Corona es que cualquier agresión a Repsol-YPF sería un ataque a España y, por ende, a los españoles. No hay que caer en esa trampa. El pleito no es con España o los españoles sino con su burguesía, que explota y desangra a los pueblos tanto fuera como dentro de España, cosa que hoy es evidente hasta para un ciego. Porque España no es esa pandilla de saqueadores profesionales, dignos descendientes de quienes cometieron en nuestras tierras el mayor genocidio de la historia, amparados por la maléfica alianza entre la cruz y la espada. España no son esos especialistas en vaciar empresas y en arrancar pingües ganancias como lo han hecho por toda Latinoamérica y el Caribe bajo la protección de sus padrinos políticos, sean estos Felipe González, José María Aznar o Mariano Rajoy. España no es esa Corona nauseabunda y parasitaria, hundida en una ciénaga de escándalos que “la prensa seria” de la península se encarga de disimular. Para nosotros España es la poesía de Miguel Hernández, Rafael Alberti y Federico García Lorca; las pinturas de Pablo Picasso; la música de Manuel de Falla y Pablo Casals; la filosofía de Manuel Sacristán Luzón, y de mi inolvidable maestro Adolfo Sánzhez Vázquez. España es la extraordinaria labor de los republicanos exiliados en México: Wenceslao Roces, José Gaos y Eugenio Imaz, entre otros, eximios traductores al castellano de El Capital y otros textos de Karl Marx, así como de muchos otros autores del pensamiento clásico. España, por último, es el indoblegable heroísmo de la Pasionaria y los anarquistas y comunistas que lucharon contra la barbarie franquista, de la cual Rajoy, Aznar y el Partido Popular son sus indiscutibles herederos. Estos energúmenos, tardíos sobrevivientes de un conjuro medieval, representan con sus exabruptos de hoy lo peor de España. Son los perros guardianes de los filibusteros de traje y corbata que siembran miseria dentro y fuera de España. La lucha es contra esa España, no contra los españoles ni mucho menos contra la otra España, con la cual nos sentimos hermanados.

- Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina www.centrocultural.coop/pled http://www.atilioboron.com

Buen día de la República

Por: | 14 de abril de 2012

Hoy se cumple un nuevo aniversario de la II República, que dejó de existir tras el triunfo del golpe de Estado que organizaron Franco, Mola y otros generales aupados a la idea de destruir aquel sistema democrático por dirigentes políticos y por ciudadanos poderosos o notables que desde antes de la proclamación republicana ya se habían asociado para borrarla.

Como se suele decir en estos casos (y es verdad), la República cometió muchos errores, y a otros fue inducida, o de otros se ha hecho más leyenda que juicio sobre los hechos. Lo cierto es que la República aportó a la historia de este país una discusión nueva sobre la educación, sobre la responsabilidad de los ciudadanos en el gobierno de lo público, y agrandó las fronteras de la creatividad. Eso es incuestionable, y eso es lo que me gustaría celebrar hoy.

Durante años Rafael Azcona,el añorado escritor, noble intérprete de la historia de su generación, mantuvo la costumbre de felicitar a sus amigos el 14 de abril. Tuve muchos amigos republicanos que cantaban La Marsellesa cuando se encontraban felices, y esa expresión, "España, mañana, será republicana", fue la expresión nostálgica de aquellos que, en el exilio, esperaban que la caída de Franco fuera más rápida. Aquella guerra que Franco ganó generó un exilio que desposeyó a este país de una energía que la República convirtió en una esperanza de progreso y de libertad civil. Eso es lo que celebraba Azcona con sus amigos; Marsé le respondía enviándole al propio Azcona y a otros reflexiones dibujadas sobre el poder de la Iglesia entonces y cuando Franco. Buen 14 de abril, pues, y buena memoria a quienes la tengan.


España vuelve a helar el corazón .

Por Oscar González *

Hace 81 años, el 14 de abril de 1931, una de las dos Españas de las que hablaba Antonio Machado proclamaba la Segunda República. Ese grito, soterrado bajo siglos de opresión y oscurantismo, daría paso a una etapa, breve pero luminosa, en la que las clases populares no sólo disputarían el poder político, sino que pondrían en cuestión la organización de la economía, las ideas vigentes, la tutela de la Iglesia sobre la educación y la vida cotidiana y hasta la distribución de la tierra.

La España clerical y reaccionaria no perdonó jamás esa osadía y apenas cinco años más tarde, con el apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista, se alzó contra el nuevo orden y ahogó en sangre ese grito de libertad. Durante tres años, obreros, campesinos y no pocos maestros, intelectuales y artistas, combatieron heroicamente, pero la barbarie terminó quebrando las últimas resistencias en abril de 1939. Así se inició la dictadura del generalísimo Francisco Franco, caudillo por la gracia de Dios, que se prolongó hasta 1975 y sumió a esa nación en una de sus etapas más sombrías.

Durante la Guerra Civil y los años de la dictadura, se perpetraron en España numerosos crímenes contra la humanidad, como parte de un plan sistemático de exterminio de los partidarios de la República, que incluyó secuestros, ejecuciones y desapariciones. El objetivo no era sólo castigar la audacia del pueblo, sino erradicar la idea misma de que cualquier rebelión fuera posible.

España ingresó a la modernidad y a la transición democrática bajo un pacto, el de La Moncloa, que incluía olvidar aquellos crímenes. Pero como la memoria no se administra por decreto, tantos años después, las víctimas siguieron clamando justicia y hubo un magistrado valiente, Baltasar Garzón, que había investigado los crímenes de las dictaduras argentina y chilena, que decidió hacer lo mismo en su propio país. Fue el fin de su notable carrera judicial y su condena, un signo ominoso de los tiempos que se avecinaban con el triunfo conservador.

Poco amante de la sutileza, el nuevo gobierno no hace grandes esfuerzos por ocultar cuáles son sus objetivos y la crisis ha sido la coartada perfecta para aplicar un ajuste brutal que no hará sino profundizar los niveles de desempleo que padecen hoy los trabajadores españoles y que, además, conspira contra la propia recuperación de la economía.

Como era de prever, las primeras víctimas de la ofensiva son los trabajadores, la educación, los programas sociales y la ayuda al desarrollo, que ha caído a su mínima expresión. Pero el programa máximo comprende el propósito explícito de desmantelar por completo el Estado social. Previendo alguna resistencia, ya se ha anunciado que se endurecerá la legislación vigente, no sólo para castigar la “violencia” de los “colectivos antisistema”, sino toda una serie de comportamientos que involucren algún tipo de protesta.

Es triste que hoy, a 81 años de la proclamación de la República de la esperanza, la otra España, esa que ya no debía ser, vuelva a helar el corazón.

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