¿HƉROE O VILLANO?

ĀæHƉROE O VILLANO?

domingo, abril 01, 2012

FORZA WILLY!!!!!!!!!!!!

PersecuciĆ³n del actor Guillermo Toledo

Por: | 01 de abril de 2012

Guillermo Toledo es un actor que ha merecido carteles importantes en el cine y en el teatro de este paĆ­s. Su actividad pĆŗblica tiene que ver tambiĆ©n con su manera de ver la vida, la polĆ­tica, la sociedad, las relaciones laborales. Es una persona vehemente y pacĆ­fica, como un campesino del sur, firme en sus ideas, a veces inconmovible. Un hombre comprometido con el mundo en el que vive hasta las Ćŗltimas consecuencias, incluso en contra de su propia supervivencia, pues este es un paĆ­s muy poco comprensivo con las posturas que no tengan el consenso que se reclama para que coexistan el derecho al trabajo y el derecho a disentir. PaĆ­s que amenaza en cuanto dices no, o quizĆ” no.

En los Ćŗltimos aƱos, sobre todo desde que ocurrieron las manifestaciĆ³n contra la intervenciĆ³n espaƱola en la guerra de Irak, a Toledo, a quien su familia y sus amigos llaman Willy desde que era, como decimos en Canarias, un fisco chico, lo persigue la ultraderecha mediĆ”tica, que cada vez es mĆ”s amplia. Por lo que se ve, a esa derecha se le adhieren cada vez mĆ”s adeptos, y ahora a Toledo se le han echado encima, literalmente, tambiĆ©n los guardianes del orden, celosos de seguir pistas no absolutamente seguras para detener al actor de madrugada en virtud de una sospecha, que al parecer desatĆ³ la propia policĆ­a, segĆŗn la cual Guillermo y unos compaƱeros suyos de piquete habĆ­an irrumpido en un bar de LavapiĆ©s para ponerlo patas arriba, destruir su mobiliario y amenazar a propietario y a clientes la noche en que empezaba la huelga general.

Al principio se dijo (y era incierto) que el actor habĆ­a sido detenido, y la noticia corriĆ³ como la pĆ³lvora mientras Willy descansaba en su casa de Carabanchel. Pero fue tan fuerte el despliegue mediĆ”tico que, aunque eso no era verdad, la policĆ­a terminĆ³ haciĆ©ndolo cierto, y acudiĆ³ a buscarlo con nocturnidad para hacer verĆ­dico lo que hasta ese momento habĆ­a sido un bulo infundado. Cierta prensa lo dio por detenido, y no cejĆ³ hasta convertir su bulo en un hecho.

Y Toledo fue ingresado en un calabozo, a la espera de una resoluciĆ³n judicial que determinara si era para tanto. El juez ha dicho que no era para nada, que eso no ocurriĆ³, que Toledo no tenĆ­a por quĆ© estar en el calabozo donde estuvo. Ahora resulta que el propietario del bar no recuerda bien, los testigos se escabullen, y es el propio Toledo quien busca reparaciĆ³n a una persecuciĆ³n que ha tenido todos los visos de una vendetta que en algĆŗn momento tendrĆ” nombre y apellidos, o responsables institucionales.

QuerĆ­an un chivo expiatorio, alguien a quien clavarle flechas, y encontraron la fotografĆ­a del actor. LeĆ­ ayer en un periĆ³dico de tirada nacional esta perla: "Willy no es violento por llevar al extremo su manera de pensar, sino porque ha llegado al nivel de decadencia Ć©tica en el que se confunde el bien y el mal". ConocĆ­ muy bien al padre de Wily, un mĆ©dico de una generosidad legendaria, y de una Ć©tica que parecĆ­a de granito, y conozco a su viuda, que es otra persona de cuya rectitud Ć©tica se podrĆ­an citar muchos ejemplos; y conozco a Willy. Lo he visto reĆ­r, y dudar, y actuar, desde que era un niƱo; conozco su nobleza de roble, su capacidad para entender y discutir, y respetar.

He leĆ­do de Ć©l, y he escuchado, las mayores atrocidades, como si fuera posible decir de cualquier persona cualquier cosa en base a suposiciones que vienen bien para cerrar un comentario o para montar una crĆ³nica. Ahora el asunto que ha servido para perseguirlo empieza a darse la vuelta, a estar, como se dice, sub judice, pues imagino que el actor emprenderĆ” acciones contra los que lo han acusado con migajas de las que han extraĆ­do deducciones insidiosas. Pero el tĆ³pico (Willy es violento) ya estĆ” dando vueltas entre los comentaristas desaforados, y conviene avisar, pues termina la gente creyendo que todo el monte es orĆ©gano. LlegĆ³ a mi twitter un mensaje como si fuera un eslogan: "No soporto a Willy". Y otro. "He visto la foto de Willy ser recibido como un hĆ©roe por sus compaƱeros". Triste paĆ­s que antes de pensar desenfunda y que se solaza acusando a todo aquel que no le gusta, aunque no haga otra cosa que existir.

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