No hay una condena moral en la clase media a la burocracia sindical, hay envidia.
Me llama mucho la atención la critica al sindicalismo en los empleados públicos, que dicho sea de paso, son en un gran porcentaje una verdadera lacra lumpen parasitaria, anti-política, chusma de lo peor, muchos de ellos envidian a los corruptos gremialistas no solo por sus fortunas, sino porque son tan flojos como ellos, tienen el sueño de algún día vivir sin trabajar.
No hace falta que aclare cual es su complejo con la militancia y la política en general: les preocupa tener algún tipo de pensamiento en su frágil cerebro que los motive a mover el culo por convicción y sin cobrar horas extras.
A ninguno les preocupa si le roban el dinero a los trabajadores, o si transan con la patronal, su moral no se explica en la vieja historia del anarco-sindicalista que encontraron desmayado luego de atravesar un largo camino sin recibir alimento, cuando lo asistieron, encontraron que en su bolsillo había un fajo de dinero, a lo cual contesto: “es del sindicato”.
Vivimos en una sociedad corrupta, digo sociedad, no clase política, en este país hay un inmenso banco de suplentes que espera ansioso no tener que trabajar o enriquecerse ilícitamente a costa de los trabajadores.
De paso, le hacen el caldo gordo a pelotudos mala leche como De Narváez, que ayer lo escuchaba en TN pedir una “profunda reforma del modelo sindical argentino”, pensada por los patrones como el.
¿Que es más grave, ser sindicalista y dejarse coimear por la patronal o hacerse millonario gracias a los trabajadores? Generalmente en este país son dos caras de la misma moneda, un buen ejemplo de esto es Dante Camaño o Luis Barrionuevo, ambos afines a las propuestas del colorado.
Todo esta reflexión claro esta, por los suceso de ayer, que duelen por la muerte del joven militante, ver nuevamente un rostro pálido agonizando luego de una movilización, una imagen tan parecida a la de Darío Santillán.
Y por todo lo demás, por la violencia injustificada, por la burocracia sindical corrupta, por el rol de la policía, porque la CTA esta pelotudeando desde hace años, porque Duhalde siempre está, porque un chorro como Pedraza, acusado de estafar a sus "compañeros" y embargado por 50 millones de dólares, conduce el gremio de los ferroviarios, y porque en este país, repito, en la sociedad, no es los gremios ni en los partidos solamente, hay un montón de chorros y de ñoquis que les encantaría vivir cagando a los trabajadores y a costa del patrimonio público sin laburar.
Mientras tanto, escucharemos las declaraciones de los socios radicales (UCR) y duhaldistas, cansados de matar gente en las calles, relacionando todo esto con “el clima de crispación”, a Clarín buscando de cualquier forma vincular a estos hechos con el gobierno (por las dudas no a Scioli ni a su policía, claro está) y al troskismo encontrando el motivo justo para salir a desenmascarar “el verdadero rostro fascista” del gobierno.
Y los gordos, que seguramente poco dirán, porque saben que los cañones, para los medios y la derecha, siempre apuntan a Moyano y porque todo pasa, además seguramente sus patotas son re porongas, se cargaron otro zurdo.
No se preocupen, no estoy desesperanzado, sigo pensando que tenemos a la mejor presidenta que puede tolerar este país, con todos sus conflictos, con todos los padecimientos estructurales, con todos los boludos que nos corren por izquierda y por derecha y no respetan que lo nuestro también es una posición sustentada ideológicamente.
Que se investigue hasta las últimas consecuencias, que se haga justicia, para que se sepa una vez más que los responsables son los mismos de siempre, los que buscamos también nosotros desterrar, para que nos lamentemos una vez más, de un lado y del otro, de la falta de unidad para combatir a los enemigos del pueblo.
El sueño de la clase media, principalmente estatal, vivir como Pedraza rascandose las pelotas, sin saber un carajo para que mierda estan
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