¿HÉROE O VILLANO?

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viernes, mayo 16, 2014

Qué difícil es hablar el español







Por Esteban Rey

En la Argentina, la enseñanza de español atrae más de 35.000 estudiantes extranjeros. Mientras los hispanoparlantes, día a día se multiplican, aquellos que hablan chino e inglés se reducen. Pero, ¿existe un castellano más puro? ¿O una nación que hable mejor que otra?

Sabe la cantidad de lenguas que se hablan en el mundo? ¿Cuántas? ¿500? Mmm. Un poco más. ¿2500? No, no. Más aún. ¿4500? Se queda corto. Hoy en día, el hormiguero de la humanidad cierra negocios, entabla guerras, venganzas, olvida, escribe en cuanta plataforma encuentre, sueña y se enamora en 7000 lenguas diferentes. Naturalmente, muchas de ellas, sólo tienen un pequeño alcance.

Ahora bien, si existiera un ranking idiomático planetario, los hispanoparlantes estarían celebrando, cual victoria en el mundial de fútbol. Bueno, no es que sean número uno. Pero, al menos, se llevan el segundo puesto. En el nuevo siglo, el castellano escaló a segunda ubicación en cantidad de habitantes que lo hablan. Tiempo atrás, ese lugar lo ostentaba la lengua inglesa.

Hoy en día, la música del español resuena en boca de casi 500 millones de personas a lo largo y ancho del planeta. Hasta las dos comunidades de la Antártida, se entienden en castellano. La población total de hispanoparlantes, para ser exactos, según un estudios del Instituto Cervantes es de 495 millones. Sólo lo supera en cantidad el chino mandarín: 1.000 millones de parlantes, muchísimo.

Existen 21 países donde el español es lengua oficial. En China, 12 años atrás estudiaban español apenas 1500 alumnos. Hoy se dispararon a 25.000. Y si algo es tendencia en China, en el mundo se contagia. Estudiantes extranjeros de castellano, hay 18 millones que se empapan de las melodías del Quijote en todo el planeta. Y la explosión sigue. En los últimos diez años, la presencia del español en la web creció, abra bien los ojos, en 800%. Es el segundo idioma más empleado por usuarios de Twitter. Y 80 millones de cuentas de Facebook se escriben en castellano.

Por si fuera poco, se transformó en segunda lengua de comunicación internacional, detrás del inglés. ¿Y en el futuro sabe dónde estará la mayor concentración de hispanoparlantes del globo? ¿España? No. ¿México? Intentelo otra vez. En fin, no lo haremos perder más tiempo. El epicentro del castellano tendrá lugar en los Estados Unidos. Así es.

En la Argentina, la enseñanza de español atrae más de 35.000 estudiantes extranjeros que dejan al año 2.500.000 dólares –en cinco años, las cifras se duplicaron–. Pero esto que puede sonar motivo para el festejo, puertas adentro, entre académicos, lingüistas, profesores y alumnos, puede resultar un dolor de cabeza. Mientras se multiplican los flamantes adeptos al idioma, mucha gente empieza a preguntarse, con cierto temor: ¿será que, dada la ola de masificación de la lengua, ésta perderá su pureza? ¿Existe, de todas las regiones que hablan castellano como lengua materna, una que responda mejor que otra a los cánones de perfección del idioma?

Este hombre se llama Santiago Kalinowski. Es licenciado en letras de la UBA. Completó un doctorado en Canadá en estudios hispánicos. E hizo un curso de lexicografía en la mismísima Real Academia Española. Desde el 2010, trabaja en la Academia Argentina de Letras, los Templarios del idioma en el país. Allí, junto a cuatro colegas del departamento de investigación, reciben 4000 consultas cada año. Gente que busca dilucidar si aquello que escriben está o no dentro de la etiqueta del buen castellano. Por lo general, un puñado de ellos redacta currículums a la caza de nuevos empleos y no quiere que, una falla idiomática, los deje fuera de la lista de candidatos. “Un error en un currículum puede recibir una sanción social. Si está bien o mal escrito es lo primero que se fija la gente”, dice Kalinowski. “Hay un standard de prestigio en el uso del idioma. La Academia busca asistir a la comunidad para que el dialecto rioplatense que se habla en Buenos Aires responda a esas exigencias. Para dominarlo, se necesitan pasar diez años en la universidad. Es el dialecto que sostiene la elite intelectual”.

La pregunta del millón: ¿existe un castellano más puro que otro? ¿Existe una nación que hable mejor que otra? Kalinowski niega con la cabeza. Dice que todo eso es parte del folklore de la gente que poco sabe de lingüística. “Eso presupone que existe un español puro. Pero la realidad indica que así como no hay español puro tampoco hay un inglés puro. Existe un marco general que le da la lengua. Pero todos hablan en dialectos. No existe la lengua sin dialecto. Y todos los dialectos están en el mismo nivel”. Así como el español abre puertas culturales, de negocios y demás, también presenta piedras en el camino. “El subjuntivo”, apunta Kalinowski de la Academia de Letras. “Para los extranjeros es muy complejo. En inglés las conjugaciones verbales son mucho más sencillas”.

La población total de hispanoparlantes es de 495 millones. Sólo la supera en cantidad el chino mandarín, con 1000 millones de parlantes.

Para no perdernos en un mar de dialectos sin rumbo fijo, toda lengua tiene su unidad fundamental. Un código compartido inamovible que hace que un argentino se entienda con un español, y un mexicano con un chileno. Hubo un tiempo en la historia, sin embargo, con la caída del imperio romano donde el dialecto se hizo tan marcado que un hablante de latín de la Península Ibérica no podía entenderse con otro de la península Itálica. “Pero esas condiciones históricas son irrepetibles”, tranquiliza el experto de la Academia de Letras. “Eso nunca va a suceder con el español”.

Desde el 2007, Magdalena Cambiasso dirige el instituto VOS –ella la llama “escuela boutique” –, donde recibe 250 estudiantes extranjeros de español al año. Cambiasso no sólo les enseña, además busca que sus alumnos se empapen de la cultura porteña. Ella es de las que creen que el español no sólo es una lengua, además es una forma de ver la vida. “Aprender una lengua te hace abrir puertas dentro y fuera de vos mismo”, dice la directora de Vos. “Además, la lengua va ligada a la cultura. A veces lo cultural les juega en contra y se vuelve una dificultad. Cuando no logran entender porqué comemos a las 9 de la noche o hacemos filas para todo, quizás se enojan con la lengua y surge un pequeño bloqueo. Pero esto siempre es parte del shock de vivir en una cultura diferente, en general pasa y la cultura termina colaborando con el aprendizaje de la lengua. Nosotros ayudamos a los estudiantes a conocer la cultura argentina desde su propia lengua, así pueden entender la letra de un tango, un cuento de Borges, a hablar de vinos”.

-Más allá de otras lenguas latinas, a las cuales el español les resulta más cercano. ¿Algunas nacionalidades encuentran más difícil aprender el español que otras?

-Sí, los brasileños no comienzan nunca desde cero. Al lado de un alemán, están familiarizados con las raíces de la lengua. Hay estudiantes que no comparten con nosotros ni el alfabeto, eso es claramente un tema a trabajar. Y luego cualquiera que hable más de una lengua aunque sea una lengua específica de una región muy pequeña tiene mucho a su favor.

Cada año en el Laboratorio de Idiomas de la UBA, 300 profesores asisten a 10.000 estudiantes. Dos mil de ellos son alumnos extranjeros de español que atraviesan uno tras otro de los nueve niveles del curso. Un laboratorio: la palabrita exacta para dar cuenta del idioma como un organismo vivo. “La gente piensa que hoy se habla “peor”, porque percibe que usamos menos vocabulario, sumado a palabras extranjeras que el español va incorporando, especialmente del inglés”, advierte Alejandra Elichabe, vicedirectora de servicios lingüísticos del Laboratorio de Idiomas. “Sin embargo, las lenguas están en cambio constante, y así como parece que palabras se pierden, otras se incorporan o que se vuelven a utilizar. Por otra parte, cuando se dice que el español de España es mejor que otras variedades es porque se prioriza la cuestión histórica, ya que es el lugar de origen de la lengua que hablamos. Pero no se tiene en cuenta que en España también conviven variedades. No es lo mismo el español de Andalucía que el de Madrid. Cuando se habla de español “puro”, se refiere a una variedad con la menor cantidad de rasgos propios. Y eso es una abstracción que no existe en la realidad cotidiana”.

Así como toda lengua tiene su particularidad. También cada región le pone su condimento. “Si hablamos del español de América en términos amplios, por ejemplo, podemos considerar que una característica que no es tan frecuente en otros idiomas es la cantidad de vocabulario proveniente de las lenguas indígenas. En América hay mucho léxico muy frecuente para la región que no proviene de España”, cuenta Elichabe. “Palabras como chiche, pampa, maíz, cacao, designan elementos propios de nuestro territorio”.

¿Sabe cuántos dialectos existen del español? Ningún experto quiere arriesgarse. En la Argentina, hay dialecto rioplatense, en Córdoba, en La Pampa, donde quiera que mire en el mapa hay un dialecto nuevo. En España y México, ni qué hablar. Basta con subirse al auto y manejar un puñado de kilómetros para que el dialecto cambie. Si quiere más detalles, tome nota: hay un dialecto churro, un dialecto llanero, un dialecto ecuatoguineano, dialecto amazónico y dialecto camba. Hay un dialecto vallegrandino, ecuatorial y ecuatoriano. En fin, la lista es larga y trae debate en cola.

Es tal la diversidad, claro, que las competencias abundan. Néstor Zacco es uno de los más reconocidos coachs de español neutro. Trabaja en telenovelas, en programas for export. Vivió un tiempo en México donde lo contrataron como actor y luego como asistente de neutro. Da clases grupales, particulares y on line: unos 400 alumnos reciben sus lecciones. Puso su voz y acento lavado de toda tonada en publicidades de Avon y Volkswagen. Y asistió a tiras como “Amas de casa desesperadas” y “Los exitosos Pérez” -la versión for export de “Los exitosos Pells”-.

El neutro es un dialecto que no tiene región de origen. Bueno, excepto que consideremos el cine y la televisión como regiones. “Más que un idioma es un acento”, dice Zacco. “Ahora bien el neutro es un acento que no se habla en ningún país excepto en la tele y el cine. El neutro es más aceptado porque trasciende mejor las fronteras”.

Semanas atrás, Zacco vio cómo sus videos instructivos en youtube se plagaban de una polémica inesperada: la puja por saber cuál de todas las nacionalidades era más neutra que la otra. “Allá estaban los peruanos diciendo: nosotros somos más neutros que ustedes. Los españoles dicen que son ellos. Y los venezolanos también reclaman su parte”, se asombra Zacco. “Pero la verdad es que nadie es neutro. Cada uno tiene su acento. Es una disputa que no tiene sentido. Además, ahora el intercambio cultural es riquísimo. La gente viaja más y se adaptan modismos. Yo recuerdo que en los '80 cuando vivía en México, se escuchaba 'qué buena onda' y ahora los argentinos lo repetimos a cada rato”.

El español, ahora lo sabe, desborda. Y en cuanto a cifras y proyecciones, deja a sus espaldas, cual velocista en carrera de cien metros, al portugués, al alemán y hasta el japonés. Mientras los hispanoparlantes, día a día se multiplican, aquellos que hablan chino e inglés se reducen.

En la actualidad, compartir el español aumenta 290% el comercio bilateral. Así que vale la pena hacerle frente a esos subjuntivos, ¿no es cierto?

Los sellos editoriales de habla hispana tienen presencia en 28 naciones y, de acuerdo al Instituto Cervantes, los hispanos son el grupo inmigrante que más conserva su lengua en las sucesivas generaciones. Se preserva y se expande.

Y, para despedirnos, un dato a futuro: cuando nuestros nietos dirijan este mundo, se entenderán en español uno de cada diez habitantes del planeta. No importa el destino que nos departe la copa del mundo en Brasil, pues tarde o temprano, el mundial del idioma, se quedará en casa.

Cielos Argentinos
 

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