¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

jueves, mayo 29, 2014

Pablo Iglesias: "No queremos ser una colonia de Alemania"

Pablo Iglesias
En sólo unos meses, Pablo Iglesias ha pasado de ser prácticamente un desconocido al político más buscado en España. Su partido, Podemos, fue la gran sorpresa de las elecciones europeas celebradas el domingo y uno de los responsables de que, por primera vez desde la Transición a la democracia, se hable de un posible fin del bipartidismo en el país.
Beneficiario directo del descontento que desde hace varios años experimenta la sociedad española, y también de su propia imagen televisiva, Iglesias es la cabeza visible de Podemos, partido que logró cinco escaños en las últimas elecciones al Parlamento Europeo.
El ascenso de esta agrupación se alinea con los buenos resultados obtenidos por partidos de izquierda en Grecia (Syriza) o centroizquierda en Italia (Partido Demócrata).
Aunque algunos medios españoles han destacado las afinidades entre el nuevo movimiento y la llamada revolución bolivariana del fallecido Hugo Chávez -incluso la admiración personal que Iglesias ha expresado en el pasado hacia el líder venezolano-, en entrevista con BBC Mundo no quiso identificarse con ningún gobierno de la región en particular aunque dijo que España "puede aprender" de esas experiencias.
El joven líder político, profesor universitario y presentador de televisión, atrae a los votantes desencantados con el centro izquierda y simultánemante genera recelo entre quienes lo perciben como la amenaza extremista.
¿Estas elecciones recientes son apenas un termómetro de lo que está ocurriendo en España o un fiel reflejo de lo que puede ocurrir?
Yo creo que son ambas cosas. Estas elecciones han revelado la crisis de los partidos de la casta política que llevan gobernando el país durante mucho tiempo. PP y PSOE han tenido el peor resultado de su historia desde el inicio del régimen del 78 (año en que se aprobó la Constitución). Está claro que esto anticipa escenarios en que la superación del bipartidismo sea posible, pero debo decir que todavía nos les hemos derrotado ni los hemos superado; tenemos un buen resultado pero toca hacer un trabajo muy serio ahora.
Algunos de los que denomina "la casta" dicen que ustedes son cinco diputados y Europa es muy grande. El resultado no es extrapolable.
Puede ser, lo que pasa es que yo en su lugar estaría preocupado porque tanto los estudios de opinión como lo que se está percibiendo en las movilizaciones sociales apuntan a una mayoría social que los señala claramente como responsables de lo que está ocurriendo. Y al mismo tiempo la gente toma conciencia de que la democracia es elegir.
Democracia es mucho más que elegir…
Claro, pero es elegir algo y en este país lo que ocurría es que al final era elegir entre lo mismo y lo mismo, PSOE y PP, que en las cuestiones fundamentales estaban de acuerdo. Todavía siguen teniendo un nivel de votos importante, pero nosotros vamos a trabajar para tener un gobierno decente en nuestro país.
Muchos sospechan que su interés no es realmente Europa sino entrar al parlamento español.
Pablo Iglesias
"No queremos ser una colonia de Alemania", dice Iglesias.
Europa es el espacio en que se están tomando decisiones, en particular para los ciudadanos de los países del sur. Nosotros vamos a decir en el Parlamento Europeo que no queremos ser una colonia de Alemania, ni del Banco Central Europeo ni del Fondo Monetario Internacional. Vamos a decir que estamos por Europa, pero no una al servicio de los bancos sino de los ciudadanos. Y no es aceptable que Europa esté comandada por Mario Draghi o José Durao Barroso.
¿Y cuál es la alternativa? ¿Uds. qué proponen como política para Europa?
Lo primero que hay que hacer es una auditoría de la deuda. En segundo lugar, una reforma fiscal para que paguen los ricos. En España ya tenemos un fraude fiscal que llega al 23% del PIB y que corresponde a las grandes fortunas. Hacen falta investigadores en el Ministerio de Hacienda que persigan a los que nos están robando todo y a todos. Acabar con los paraísos fiscales, terminar con las puertas giratorias que comunican consejos de gobierno y consejos de ministros con los consejos de administración de las grandes empresas.
Una cosa es decir eso frente al poder y otra muy distinta hacerlo. ¿Cómo harían, en el caso de que lleguen al poder, para no convertirse en lo mismo que critican?
Con controles y con garantías. No creo en la política de las promesas. Nosotros hemos firmado un protocolo en el que los eurodiputados de Podemos cobrarán como máximo tres salarios mínimos españoles (1.930 euros). El resto del sueldo de un europarlamentario, que alcanza la cifra de los 8.000 euros, tendremos que donarlo a iniciativas sociales o ciudadanas, o al mismo partido. También hemos renunciado al plan de pensiones privado que ofrece el Parlamento Europeo. Al mismo tiempo establecemos la prohibición de viajar en bussines class.
Los socialismos de América Latina son muy variopintos. Hay algunas semejanzas y profundas diferencias entre unos y otros. ¿Con cuál se identifica?
Con ninguno en concreto. Somos españoles y sabemos que no hay medidas que se puedan aplicar de manera directa. Sin embargo, hay experiencias muy interesantes, tanto en América Latina como fuera de ella.
Por ejemplo…
La auditoría pública de la deuda, que se hizo en Ecuador y eso sirvió para poner firmes a los poderes financieros, mejorar los niveles de desempleo, los niveles de vida y la redistribución de la renta. Los resultados macroeconómicos en los últimos años revelan que con una auditoría de la deuda se puede trabajar en función de los ciudadanos.
¿Prefiere Ecuador que Venezuela, en ese sentido?
Claro, claro.
¿Por qué Maduro no?
Creo que lo que ha ocurrido en Venezuela hay que juzgarlo más allá de los estilos de los liderazgos personales que hayan aparecido. ¿Los estilos de los liderazgos políticos de Venezuela son extrapolables a España? Evidentemente no. Sin embargo, hay políticas públicas que me merecen todo el respeto.
¿Qué extrapolaría, no de Venezuela, sino de los modelos latinoamericanos?
Pablo Iglesias
El caso de Venezuela no se puede comparar, porque es un país petrolero, pero plantear que hay que hacer políticas redistributivas y que hay que reducir la desigualdad es una cosa que han hecho muchos países latinoamericanos, es algo que me gusta y de lo que podemos aprender mucho. También la figura del referéndum revocatorio de mandatos populares.
Su movimiento tiene mucho que ver con el 15M, donde concluye gente que plantea muchas cosas distintas y las une el desencanto. ¿Qué trabajo le falta a Podemos en ese sentido?
La clave es escuchar a la gente. El 15M cambió nuestro país al convertir el dolor en un problema político y señaló las claves políticas que todos los actores han tenido que reconocer: la cuestión de la democracia y de la soberanía. Hay evidentemente sensibilidades pero creo que en las cuestiones fundamentales lo que dice Podemos, no sólo lo tenemos claro sino que es representativo de lo que piensa la mayoría social de España.
Siendo la horizontalidad del liderazgo en Podemos una norma, parece contradictorio que hayan tenido que apelar a usted, una figura pública de la televisión, para catapultar el movimiento.
Eso revela no una fortaleza por nuestra parte, sino una debilidad. Nosotros no teníamos el dinero de los bancos porque renunciamos a pedir créditos, ni amigos poderosos que nos financien para pagar anuncios en periódicos, cuñas en televisión y radio, vallas publicitarias; teníamos un tipo con coleta que salía en los medios de comunicación y eso podría servir para abrir espacios desde abajo. Al mismo tiempo tenemos claro que la televisión es un espacio de socialización política crucial.
Es decir, les disgusta la herramienta pero la tiene que usar.
La tenemos que usar. Ya le gustaría a nuestros adversarios que renunciásemos a estar en la televisión debatiendo, pero no lo vamos a hacer. Hacemos política en serio.

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