Sociólogo Zygmunt Bauman: los gobiernos ya no mandan, pues el poder es de la elite del dinero

Michelle Bachelet
asume el gobierno, pero ¿y el poder? Toda una incógnita, si la Nueva
Mayoría acabará o no con el lucro en la educación o si liberará la
democracia "secuestrada" con una nueva Constitución. Desde Barcelona, Zygmunt Bauman,
el padre de la "modernidad líquida", señala que los gobiernos ya no
mandan, pues el poder, escindido de la política, es de la elite del
dinero
|
Los programas no se cumplen
“Los electores
(ciudadanos) pueden cambiar un gobierno, pero no su política”, aseguró
el sociólogo polaco de la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) Zygmunt
Bauman, en un ciclo sobre identidad europea que se celebra en Barcelona
dentro de la conmemoración del Tricentenario de la Guerra deSucesión (1701-1713), que afianzó la unidad de España, en detrimento de las naciones periféricas, como Cataluña.
La afirmación del
sociólogo, puesta en el Chile de hoy, sugiere la interrogante de si el
cambio de gobierno, de la Alianza “conservadora” de Piñera a la Nueva
Mayoría “progresista” de Bachelet, producirá o no un cambio de política,
como se ha prometido.
Un Primer Ministro (o
una Presidenta) como político busca ser reelegido, recuerda Bauman.
Para eso, se conecta con los votantes, promete un programa, pero luego
no puede cumplirlo, porque los mercados globales imponen ajustes y
medidas que deforman o anulan aspectos esenciales del programa
comprometido. Y el sociólogo polaco se pregunta si los políticos se dan
cuenta o no que no tienen poder.
El parecido de Zapatero y Rajoy
Es lo que le pasó en
España al socialista Rodríguez Zapatero cuando, en mayo de 2010, bajo
presión de la llamada troika (CE, BCE y FMI) se sometió e incumplió sus
promesas o a su sucesor, el conservador Rajoy, que a menos de un mes de
asumir la presidencia del gobierno comenzó a contravenir su programa en
forma sistemática.
“En un momento
determinado lo que hizo Zapatero no se distingue de lo que hace Rajoy”,
acotó Bauman. Una percepción similar se ha arraigado en Chile, cuando
diferentes gobiernos han incumplido la promesa de disminuir las
desigualdades socioeconómicas y cambiar un sistema electoral que
distorsiona la voluntad de los ciudadanos, banalizando la democracia.
La gran escisión entre
el Poder y la política es uno de los signos de este siglo. Los mercados
mandan y los gobiernos ceden a costa de los ciudadanos. Así, la
democracia se deteriora y pierde crédito. En Europa se advierte con el
ascenso de la ultraderecha populista y en Chile con el abstencionismo electoral de millones de ciudadanos.
La democracia suplantada por el dinero
Bauman describe cómo
las grandes corporaciones financieras e inversionistas actúan en un
espacio global, mientras los gobiernos lo hacen en un espacio local
(Estado-nación), heredero, de la Paz de Westfalia (1648) que dio origen a los principios de la soberanía nacional y territorial, actualmente erosionados por el Poder del dinero.
La democracia
representativa en Europa (como en Chile) es suplantada, de facto, por
la dictadura de la élite mundial que mueve sus capitales libremente por
el mundo, subordinando o simplemente atropellando a los países y sus
gobiernos elegidos democráticamente.
Esta élite, que se ha
separado de la política y de los ciudadanos, es muy diferente a la del
siglo XVIII, cuando aquella se planteaba como perspectiva elevar el
nivel social y cultural de pueblos sumidos en la miseria e ignorancia y
lograr formar ciudadanos con derechos.
La ruptura entre el siglo XX y XXI
Bauman ejemplifica con
Henry Ford, cuando éste, en pleno siglo XX, duplicó el salario de los
trabajadores con la intención que éstos adquirieran sus automóviles.
Aunque no lo logró, su opción traslucía la creencia en una relación
interdependiente y en la idea de promover una mano de obra formada,
hábil y, así, evitar que la competencia se los levantara.
Ahora, la elite tiene
un comportamiento muy diferente. Ha roto unilateralmente esa
interdependencia. Los trabajadores siguen dependiendo de los grandes
inversionistas, pero éstos no más de los trabajadores.
Las grandes compañías,
ahora, con sólo apretar el botón de un ordenador, dice Bauman,
transfieren sus capitales a otras partes, cuando movimientos sociales
presionan contra grandes inversionistas o cuando los gobiernos desafían o
no obedecen las señales del mercado o no aceptan la impunidad de los
abusos de la dictadura del Poder del dinero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario