¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

viernes, diciembre 16, 2011

¿FELIZ? NAVIDAD


Les deseo felices fiestas
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Carina Toso

Que la Navidad en realidad tiene más de 4.000 años quizás no sea un hecho que muchos quieran aceptar, sobre todo desde la religión católica que se apropió la fecha para darle vida a esta celebración al marcar el 25 de diciembre el nacimiento de Jesús. Pero esa época del año era la elegida por muchos pueblos, tanto de los hemisferios norte como sur, desde hace miles de años para sus celebraciones. Y esto tiene que ver con el solsticio de invierno en una parte del mundo y al de verano en otra. Lo mismo pasa con el 24 de julio cuando éstos se invierten según el lado del globo terráqueo en donde uno se encuentre.

Y partiendo de este punto, en que parece ser que el catolicismo intentó meterse en el significado de estas fiestas paganas y ganar protagonismo imponiendo, sutil o forzadamente, sus creencias, se puede seguir un atrapante camino sobre muchas de las costumbres y símbolos de la Navidad: entre ellas, existen tantos Papás Noel como culturas hay a pesar de la globalización de este señor con barba blanca y atuendo rojo que es el más visible hoy en día y sobre todo en Occidente. Los hay con diferentes ropas, colores, rostros y no todos traen sólo regalos. Los árboles de Navidad también tienen su historia, y así cada ornamento que se cuelga en hogares y parques. No, todo eso no surgió de la Navidad católica ni mucho menos. Mitos y leyendas fueron forjando una celebración que ya no es considerada pagana pero que mantiene entre sus características detalles arrastrados de aquellas épocas y de diferentes lugares del mundo. Y esto es un hecho comprobable si uno se pregunta por qué Papá Noel anda tan abrigado por estas tierras o los banquetes navideños tienen tantas calorías para los casi 40º que se intentan soportar en diciembre.

“La Navidad es, de todas las fiestas religiosas, la menos cristiana. Esto tiene que ver con una elección que hizo la iglesia y sus autoridades en su momento. Eligieron para el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre porque esta fecha era importante dentro de lo que es el calendario astronómico ya que es el solsticio de invierno para los pueblos europeos (entre el 21 y el 25) y en esa época se celebraban las fiestas paganas más importantes. Para el Hemisferio Sur en cambio es el solsticio de verano, las celebraciones paganas fueron otras pero también las hubo en ese momento del año”, explicó el antropólogo Diego Viegas, quien se dedicó entre otras investigaciones a buscar los orígenes de la Navidad más allá del catolicismo.

En todos los tiempos y en las diferentes culturas, siempre fueron importantes los solsticios y los equinoccios. Celebrar e identificar los movimientos del sol, las rotaciones de las estrellas, las estaciones tenía que ver con las señales de cuándo cosechar o cultivar, con las ofrendas al sol y con el contacto con la naturaleza, entre otras cosas.

“Todas las culturas tuvieron en los solsticios y equinoccios distintas festividades que coincidían más o menos con este calendario astronómico. En la época del 24 de diciembre, en la que todos festejamos la Navidad católica, se recordaba por ejemplo la muerte de Osiris en Egipto, la Saturnalia en Roma, los celtas festejaban el Alban Arthuan (fiesta del muérdago en el solsticio 13de invierno), el Yavé Yalda que todavía se festeja en Irán aunque es un estado mulsumán. Así también en Letonia, y sobre todo en los pueblos nórdicos, existía el Yuletide, ellos a la Navidad le siguen llamando así o Yul, que ya venía de la época de los viquingos”.

La creencia por aquellos tiempos en los pueblos nórdicos era la de que luz le ganaba a la oscuridad en el solsticio de invierno, celebraban el nacimiento del sol, el hecho de que los días comenzaban a alargarse al comenzar el verano. Para los pueblos del sur esas celebraciones eran en los días cercanos al 24 de julio, fecha en que en este hemisferio en realidad se da el solsticio de verano. Esa es la fecha del Inti Raymi en Perú, que todavía se celebra en el Cusco, una celebración relacionada al Dios Sol y las cosechas. Los aymaras tienen el Mara Taka, que para ellos es el año nuevo, y los maoríes celebraban el Maruaroa.

Derechos de autor

Para Viegas, se puede marcar un momento originario de la Navidad actual 4.000 años atrás en Babilonia. Allí realizaban a fines de diciembre el festival en honor a Tamuz, hijo de la diosa Semiramis. Las celebraciones duraban 12 días y se superponían al solsticio de invierno. Básicamente son las 12 noches de incienso que todavía mantienen los nórdicos, tanto alemanes como daneses. “En Europa, cuando no se había importado todavía el incienso de oriente utilizaban el pino o el abeto como ramas aromáticas”, explicó Viegas. La nieve tapaba todo de blanco y ellos vieron que había plantas siempre verdes como los muérdagos, que se siguen colgando en las paredes en Navidad sin saber quizás que el sentido original es el de la protección del hogar. Suponían que si había vida en esa planta que en pleno invierno seguía estando verde, lo interpretaban como un hilo de esperanza y que la vida no se terminaba con el crudo invierno.

Los nórdicos europeos también tenían sus chamanes y mujeres herboristas, que fueron las famosas brujas, que tenían una sensibilidad muy especial en relación a la naturaleza. Y esas plantas o árboles que homenajeaban, hoy forman parte de la decoración de la Navidad. A pesar de las prohibiciones de la iglesia, era tan fuerte ese sentimiento por estos ornamentos, como el arbolito de Navidad, que siguen presentes aunque ahora son de plástico o imitaciones y antes eran de ramas y los pinos eran del bosque.

“Es interesante conocer qué es lo que realmente se festejaba en ese momento y por qué la iglesia astutamente cuando tuvo que colocar una fecha de nacimiento para Jesús la elige. Hay que tener en cuenta en primer lugar que no se sabe si hubo un Jesús histórico, hay muchas discusiones todavía al respecto, y suponiendo que haya existido nunca se supo cuándo fue su verdadera fecha de nacimiento. La iglesia impone en el año 300 y pico como fecha el 25 de diciembre. Lo que va cambiando entonces son las significaciones. Las festividades del solsticio de invierno precristianas eran muy difíciles de suprimir por eso se fueron transformando a medida que la iglesia lograba filtrar sus creencias”, dijo el antropólogo.

Regalo o castigo

Hoy quien llega con la bolsa de obsequios es Papá Noel para muchos países del mundo, aunque no en todos. Algunos siguen conservando a su personaje mitológico como el proveedor de los regalos en Navidad. Como por ejemplo la bruja Befana en Italia, que montada en su escoba reparte hasta hoy sus regalos. Pero en su origen esta bruja tenía que ver más con cuestiones relacionadas a las herboristas mencionadas que tenían un enorme conocimiento de las propiedades de las hierbas y plantas. “No eran ni viejas ni feas con un grano en la nariz. Sí existía la creencia de que uno podía proteger las casas con plantas perenmes, sobre todo si la ponía atrás de las puertas o en las chimeneas porque pensaban que las brujas podían ingresar por el techo.

De ahí que la bruja Befana, ya transformada en personaje mitológico, entra por los techos como Papá Noel para dejar los regalos. Igual que el Señor Navidad o el Señor Invierno, como se lo llama en otros países, que fueron recreados de una figura antiquísima que se puede remontar al dios griego Pan o al fauno de los romanos, ese hombre con medio cuerpo animal y mucho pelo, con una rama en la mano para castigar a los niños”, relató Viegas y agregó: “Similar es Krampus, una especie de macho cabrío que castigaba a los niños en Austria, que tenía una imagen un tanto diabólica”.

Otro punto que sostiene el antropólogo es que en un principio estos personajes paganos no traían específicamente regalos materiales sino que se trataba de algo mucho más profundo que tenía que ver con otorgar dones de la naturaleza, hasta se puede decir de forma mágica.

“En un momento dado la iglesia quiso superponer a estos seres que entregaban regalos o dones con San Nicolás, un obispo católico que destruyó muchos templos paganos y del que no se sabe prácticamente nada, solamente que estuvo en el concilio de Nicea y muy poco más. Este obispo era de Mira, Turquía, pero también se lo conoce como San Nicolás de Bari porque sus restos fueron llevados a Bari, Italia. En el medio deben haber pasado cosas o un aprovechamiento de parte de la iglesia porque se cuentan muchos milagros de su parte. Algunos antropólogos creen que hubo una sustitución simbólica de duendes paganos por él”, aseguró Viegas.

Pero siguiendo con las diferentes versiones de Papás Noel, para los niños vascos el que entrega los regalos sigue siendo el Olentzero, un gigante carbonero del bosque que para esta fecha a los niños malos les da un carbón y a los buenos regalos. El personaje viene de una figura que pertenece a la mitología vasca y muchos le tenían miedo ya que en su figura también se concentraba el castigo para quienes no habían hecho las cosas bien durante ese año.

El Father Christmas es otra de las representaciones inglesas. Existe una referencia histórica del 1686 en donde aparece en una ilustración de un señor que era como la representación del espíritu de la Navidad. Se lo ve como una especie de rey sentado en un trono y vestido de verde. Otro caso es el de Rusia, donde durante mucho tiempo estuvo prohibida la Navidad pero no el arbolito ni el Abuelo Invierno, en este caso vestido de azul, aunque ya la influencia de Occidente les llevó el rojo. “Surge de cuentos de hadas rusos porque siempre está la relación con la magia”, explicó el antropólogo.

Holanda tampoco se pudo sacar la influencia pagana porque este su San Nicolás, más bien vestido como un obispo, está acompañado por dos negritos, que visten como en el siglo XVII. “Son los Pedritos Negros, algunos los asimilaron a los cuervos de Odín, que es un anciano con barba larga y tiene a sus lados dos cuervos negros, que recorrían el mundo, veían todo y le entregaban los mensajes de lo que ocurría. También Odín volaba en su caballo blanco que tenía ocho patas, y a los niños buenos les entregaba regalo y a los malos los castigaba”.

Aunque es popular el dicho “más bueno que Papá Noel”, sólo hace referencia al contemporáneo porque muchos de los citados tenían también la función de castigar y no sólo de premiar a los buenos. Algunos aparecen en las ilustraciones con una rama en la mano para este fin. “Eran también una especie de nuestro hombre de la bolsa pero todo estaba concentrado en un solo personaje. Y el por qué de estas ramas tiene que ver con los dioses de la fertilidad y los aspectos bondadosos y negativos de las plantas. En estas cosmovisiones no había una polarización entre el bien y el mal. A medida que se cristianizaba lo que era pagano, se van separando y ya no es Santa Claus el que mete en una bolsa a los chicos malos o les da carbón, sino que son otros”, afirmó el antropólogo.

Mientras tanto, muchos padres se esfuerzan todavía para que los más chiquitos mantengan viva esa creencia de un Papá Noel que llega volando en su trineo para dejar bajo el árbol los regalos, que de alguna manera no es otra cosa que seguir manteniendo viva la llama de aquellas costumbres paganas que nacieron en múltiples rincones del mundo.



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