¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

miércoles, junio 13, 2012

UNA PERDIDA PARA LA CULTURA NACIONAL ARGENTINA

El pájaro en su nido

POR Alicia Dujovne Ortiz

« Mosca blanca » le llamaban en su familia de inmigrantes piamonteses que labraban la tierra árida de la pampa cordobesa y no entendían a ese chico lector, atraído por el orden perfecto del jardín de su madre y espantado por el horizonte inacabable que extrañamente lo hacia sentirse preso. El mismo sostenía que su amor por la lengua francesa se originaba en el horror a la llanura infinita: "Cuando en castellano se dice pájaro, uno imagina el vuelo, mientras que cuando en francés se dice oiseau, las vocales cerradas forman un nido en donde el pájaro esta quieto, y yo prefiero el nido". También afirmaba que esas vocales cerradas las había conocido desde siempre, a través del dialecto piamontés que fue su lengua materna. Paradoja de la historia, ninguna de sus novelas transcurre en Francia. La pampa fue para siempre el escenario de sus ficciones y de sus "autoficciones".
No he conocido lector más delicado que Héctor Bianciotti. Cuando me pidió que escribiera una biografía de Eva Perón, él que de peronista no tuvo nada la fue leyendo con atención, de a poco. Si algún párrafo lo molestaba le ponía al lado un puntito con lápiz. Solo eso, un puntito, pero tan revelador que me bastaba para entender. Más no necesitaba decirme, porque si algo nos unía era el amor a la palabra. También nos unía, es claro, su generosidad. Entré a desempeñarme en la editorial Gallimard como lectora gracias a él, publiqué algunos libros gracias a él. Decir que en Francia se lo debí todo no es exagerar. Sin embargo, el momento decisivo en nuestra amistad se produjo en 1978. Yo acababa de llegar a Paris con mi hija de trece anos, dos valijitas y algunos pocos números de teléfono, entre otros el suyo. Un día Héctor Bianciotti me llamo al hotelucho donde vivíamos y me preguntó como me iba. Nos habíamos visto una sola vez. "Muy bien", le mentí. "No mientas- me contestó- No te puede ir muy bien, yo sé lo que es ser extranjero, dejame que te ayude". Aquellos francos que jamás me permitió devolverle significaron, para mi hija y para mí, una primera fiestita en tierra extranjera, y además nos entibiaron el corazón en uno de esos momentos de particular soledad. Un adiós al refinado y sutil escritor argentino que se convirtió en miembro de la Académie Française no sería completo sin mencionar ese gesto fraterno que no ha dejado nunca de hacerme llorar.


Por supuesto,no quizás para los nac&pop...pero si para el país.
Una bella persona,solidaria con todos los que vivimos el exilio.
 

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