SU MUJER LE HIZO LA BOLETA

Cuando la pasión impacta en el poder

Por Ricardo Roa

La Argentina nos da sorpresas también el primero de enero. El país despertó en 2012 con la noticia de la desventurada muerte del gobernador de Río Negro . La provincia es una novela de rumores y secretos a voces. Si son ciertos, la violencia doméstica se convirtió en violencia política. El amor, el despecho y los celos son cosas que impactan sobre el poder desde siempre .

La lista de víctimas de fin de año incluyó a Carlos Soria. Había asumido la gobernación apenas veinte días atrás . La versión oficial habla de un accidente por “la manipulación de un arma de fuego”. Pero no fue una bala perdida: la que lo mató habría sido disparada por su mujer a las cinco de la mañana , luego de una pelea que arrancó en una mesa familiar tan cargada de alimentos y bebidas como de pasiones (Ver: Murió Soria de un disparo en un confuso incidente).

Para bien o para mal, la última cena del año es un ritual perturbador: nunca nos deja indiferentes . Es de balance y de sueños, de frustraciones y pérdidas y también de expectativas. La alegría o el malestar no suelen disimularse . Y pueden reabrirse heridas.

Dicen que en la mesa de los Soria la discusión habría sido filosa: desgaste y viejos reproches de pareja y visiones antagónicas sobre la conducta del mayor de sus cuatro hijos , abogado y que vive en Buenos Aires. El corazón del problema parece clásico: el camino de la vida de un hijo juzgado por el padre con desencanto y desilusión .

Soria tenía muchas armas en la casa y le gustaba exhibirlas. Casi hiere a su esposa cuando se le disparó accidentalmente una de ellas , años atrás. Esta vez fue diferente: estaban cargadas las armas y las almas. La gente que tiene armas en la casa es, en general, la que no debiera tenerlas .

Otra vez, l a historia de las pasiones no políticas cambia el mapa de la política . Río Negro no tiene gobernador y no lo tiene porque dejó de existir envuelto en un drama pasional , según todos los comentarios.

La política misma es aquí profundamente pasional. Esa furia no está al margen de los hombres del poder, sino todo lo contrario.