¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

domingo, enero 08, 2012

EL ULTIMO QUE SE VAYA,QUE APAGUE LA LUZ

Me voy de España

«El golpe de Franco me dio el empujón definitivo para marcharme del país, pero me hubiera ido de todos modos»


LA trayectoria científica de Juan Negrín, menos conocida para el gran público que sus avatares políticos, nos trae alguna historia jugosa.

El futuro presidente del Gobierno había adquirido en Alemania una sólida preparación científica. En 1916, cuando regresa a España, ya como doctor en Medicina, la Junta de Ampliación de Estudios en Investigaciones Científicas (JAE) le encarga la dirección del Laboratorio de Fisiología General, un fantástico lugar para realizar las clases prácticas con sus alumnos.

Ya en los años veinte, con Negrín bien asentado como secretario de la Facultad de Medicina, un joven científico, brillante estudiante de medicina, queda deslumbrado por la figura del profesor Negrín. Severo Ochoa, futuro premio Nobel, echa a andar en el Laboratorio de Fisiología dirigido por Negrín. De sus años como alumno, Ochoa recuerda a Negrín como un profesor exigente, quien «frecuentemente llenaba la pizarra de fórmulas químicas». En cuanto a su método de enseñanza, Ochoa dice que tenía una cierta torpeza en su expresión. Negrín no fue nunca un gran orador, ni en las aulas ni en el parlamento. Famoso igualmente por la considerable cantidad de suspensos entre su alumnado, pronto se convirtió en un profesor bastante impopular. Pero Ochoa se sentía fascinado por Negrín. Lo que más le atraía de su maestro eran las referencias que hacía en clase a sus propias contribuciones a la ciencia. Fue en 1926 cuando Severo Ochoa alcanza la categoría de discípulo de Negrín en el Laboratorio de Fisiología, trabajando bajo su cargo como becario.

Pero las relaciones entre maestro y alumno pasaron por momentos oscuros. En 1929, cuando Negrín ingresa en el PSOE y, sobre todo, a partir de 1931 cuando es elegido Diputado a las Cortes republicanas por Las Palmas, su atención al Laboratorio disminuye alarmantemente. Ochoa, al constatar el distanciamiento de Negrín, intenta alejarse de él, algo que no sentó nada bien al profesor. Al hilo de la tensión creciente entre ambos: una de las últimas actividades científicas de Juan Negrín fue su participación en un Congreso de Fisiología celebrado en San Petersburgo. Nada hizo el profesor por incluir a Ochoa (el más brillante de sus discípulos) entre los ponentes. La sorpresa de Negrín fue mayúscula cuando se encontró con que su antiguo alumno se las había apañado para conseguir fondos para el viaje y pudo presentar su comunicación.

En esos mismos años, se puso en marcha el Laboratorio de Investigaciones Médicas de la Ciudad Universitaria. El director del laboratorio, Jiménez Díaz, estaba interesado en la inclusión de Ochoa en el proyecto. El joven científico acepta. Juan Negrín, cuando se entera, monta en cólera.

Las chispas entre ambos cristalizan definitivamente cuando Ochoa es obligado a firmar las oposiciones a la Cátedra de Fisiología de Santiago, por las que no tiene ningún interés. Juan Negrín era el presidente del tribunal. La cátedra la obtuvo finalmente Jaume Pi Suler, hijo de un catedrático de Barcelona amigo del propio Negrín.

Al poco de aquel hecho, en enero de 1936, Ochoa es nombrado Jefe de Sección de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas. Ya con una cierta estabilidad en lo laboral, estalla el golpe fascista. Este hecho es el acicate definitivo para que decida abandonar España. Negrín le facilitó los contactos para obtener la documentación que le permitiera abandonar el país. En palabras del propio Ochoa: «La guerra civil me dio el empujón definitivo para marcharme de España, pero me hubiera ido de todos modos. Aunque sea triste decirlo, siempre me encontré mejor en el extranjero que en España. Pura y simplemente porque pude trabajar mejor fuera».

La paz definitiva entre Negrín y Severo Ochoa tuvo lugar en 1948. En una visita a Nueva York, Juan Negrín acudió al laboratorio de Ochoa. Un conocido común avisó a este último: «Un amigo te quiere saludar». Con gran sorpresa para Ochoa, apareció Juan Negrín en la puerta del laboratorio y ambos, por fin, se fundieron en un largo abrazo.


Miles de jovenes españoles huyen de España,en el ultimo mes,tras el triunfo de la derecha,salen corriendo hacia Brasil,Argentina,EEUU,Australia y Alemania.

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