¿HÉROE O VILLANO?

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sábado, marzo 31, 2012

el rugby argentino en la encrucijada

¿Los “Pumas franceses” sin trabajo?

El calendario de la Selección se superpone con fechas clave del torneo galo. Por eso, los clubes despedirían a los jugadores argentinos.

Hernández quiere revancha en la selección. Hernández quiere revancha en la selección.

La participación de los Pumas en el torneo de Cuatro Naciones (en realidad llamado Super Championship), a partir del 18 de agosto, provocará una serie de daños colaterales imprevistos para los treinta internacionales argentinos que juegan en 12 clubes franceses de primera división: el calendario de compromisos que tienen los Pumas hasta fines de noviembre amenaza con colocar a varios equipos del llamado Top 14 en inferioridad de condiciones durante la primera mitad del campeonato 2012-2013, que empieza a fines de agosto.

Frente a esa situación –que debilitará claramente los planteles y les obligará a seguir pagando sueldos a jugadores ausentes– varios clubes estarían pensando en rescindir los contratos de los argentinos a fin de temporada o negarse a renovarlos.

Un indicio de lo que puede pasar en el futuro inmediato de los “Pumas franceses” lo dio la actitud del club británico Leicester, que ya se negó a renovar el contrato de Horacio Agulla.

El programa de test-matches armado por la Unión Argentina de Rugby (UAR) para preparar el Four Nations comienza con el partido con Italia, previsto para el 9 de junio. Eso significa que, en la mejor de las hipótesis, los argentinos del exterior deberán ponerse a disposición del entrenador Santiago Phelan a comienzos de ese mes. Precisamente en ese momento, el campeonato francés entrará en su fase decisiva: las dos semifinales del Top 14 se disputarán el 1° y 3 de junio, y la final en el Stade de France, en París, está agendada el sábado 9 de junio.

Entre los favoritos para llegar a esa fase, hay cinco clubes –Toulouse, Toulon, Stade Français, Racing Metro y Montpellier– que tienen en total 19 Pumas en sus planteles. Algunos quedarán liberados después del 3 de junio, pero los otros no podrán dejar sus clubes en el momento más importante del año.

Eso en definitiva no es demasiado grave porque no es necesario que los jugadores “expatriados” participen en los test-matches. Phelan incluso dejó abierta la puerta a una solución de interés recíproco: los Pumas que participan en los campeonatos europeos podrían descansar hasta que finalicen los test-matches, a fines de junio.

El problema se planteará después: el programa de preparación de seis semanas organizado por la UAR para un plantel de 30 a 35 jugadores se extiende desde principios de julio hasta el comienzo del Cuatro Naciones, el 18 de agosto. El segundo problema será la reanudación de la temporada, prevista a partir del fin de semana del 17 y 18 del agosto. Esa fecha coincide con el debut de Argentina en el Four Nations frente a Sudáfrica en Ciudad El Cabo.

“¿Phelan dejará volver algunos jugadores en ese momento histórico para Argentina?”, se atrevió a preguntar Fabien Galthié, actual entrenador de Montpellier, ex medio-scrum del Stade Français y del seleccionado tricolor, y comentarista de rugby en la segunda cadena de televisión francesa (France-2). Galthié, reconocido admirador de los Pumas, es uno de los entrenadores franceses que más argentinos contrató, tanto cuando era entrenador del Stade Français como ahora en Montpellier.

La superposición del calendario del Four Nations con el Top 14 muestra que los jugadores seleccionados por Phelan no podrán participar en las ocho primeras fechas del torneo francés 2012-2013. Los dramas de los clubes franceses no terminarán en ese momento. Los Pumas que disputarán su último partido del Cuatro Naciones el 6 de octubre contra Australia en Rosario, difícilmente podrán estar presentes en Francia una semana después para jugar la primera fecha de la Copa de Europa.

Finalmente, Phelan –con toda legitimidad– pretenderá alinear a los mejores elementos durante la gira europea de Argentina, que prevé tres partidos con Gales, Francia e Irlanda entre el 10 y 24 de noviembre. Durante todo ese período de seis meses, los clubes no tienen ningún arma a su disposición para obligar a la UAR a devolverles sus jugadores. El artículo 9 del International Rugby Board (IRB) obliga a los clubes a poner los internacionales “a disposición de sus [respectivos] seleccionados”.

Frente a esa encrucijada, varios clubes están pensando cómo actuar. Algunos equipos reflexionan en la posibilidad de obligar a los jugadores a optar entre el equipo o la selección. Como los clubes no pueden esquivar el escollo que representa el artículo 6 del reglamento del IRB, la única alternativa es que los jugadores declaren públicamente que no están interesados en vestir la camiseta nacional.

“Queremos encontrar una solución en buena armonía con los clubes franceses”, declaró Agustín Pichot, que tuvo una participación decisiva en la integración de Argentina a la élite mundial del rugby. “Los jugadores consideran que lo más importante es jugar para los Pumas. Pero muchos se encuentran entre la espada y la pared, pues están preocupados por su futuro profesional y financiero”, reconoció.

Esa contradicción empezará a resolverse en los próximos días, cuando algunos jugadores tengan que negociar la renovación de sus contratos. Muchos de los Pumas no querrán dejar sus clubes. Francia es el país que paga los mejores salarios a los jugadores de rugby. Aunque gran parte de los clubes aún no se pronunció públicamente, la mayoría de los entrenadores no parece dispuesto –a primera vista– a perder sus jugadores durante casi la mitad de la temporada.

Ante esa disyuntiva de hierro, obligarán a los jugadores a elegir. ¿Qué harán los Pumas en esa situación? “Unos pocos se quedarán en Francia y otros preferirán jugar para los Pumas y luego adaptarse a la nueva situación”, estimó Pierre Albaladejo, ex jugador internacional de Francia y uno de los mejores comentaristas de rugby. La “nueva situación” consistiría en que, en lugar de emigrar a Europa, los argentinos traten de exiliarse en Australia, Nueva Zelanda o Australia a fin de adaptarse a las exigencias del futuro calendario de los Pumas.

El recambio no será fácil, por lo menos al principio. En primer lugar, los reglamentos de esos tres países permiten a cada club contratar dos extranjeros “seleccionables”, pero –hasta ahora– ningún Puma firmó contrato en el hemisferio sur. Por otra parte, los contratos de los clubes australes están lejos de competir con las fortunas que se pagan en Europa. Eso explica que muchos jugadores de Australia, Nueva Zelanda o Australia opten por jugar en Europa, aunque no tengan la posibilidad de intervenir en la Tri Nations (ahora Four Nations). La astucia consiste en volver a sus países de origen en el año previo a la Copa del Mundo para poder integrar el seleccionado de su país.

“Es evidente que ese nuevo contexto obligará a los clubes franceses a reflexionar dos veces antes de contratar un jugador argentino”, reconoció Mario Ledesma, ex hooker de los Pumas que durante años brilló en Clermont-Ferrand y ahora entrena a la primera línea del Stade Français.

En otras palabras, eso significa que –para los argentinos– Francia está dejando de ser la Meca del rugby.

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