¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, octubre 08, 2011

ARGENTINA 4 - CHILE 1

Con cartas españolas


MESSI, HIGUAÍN Y DI MARÍA. Las tres estrellas argentinas que brillan en Barcelona y Real Madrid le dieron el toque de calidad a la Selección Argentina. Entre ellos se las arreglaron para las asistencias y los cuatro goles.

En el mazo de cartas de la Selección que baraja el entrenador Alejandro Sabella hay tres cartas que se distinguen por su peso propio. Son las que brillaron anoche, en el claro triunfo argentino. Son las barajas españolas, que llegan desde el Real Madrid y Barcelona, las que hicieron la diferencia para arrancar con el pie derecho este camino que tiene punto de llegada en Brasil 2014. Son las cartas de Higuaín, Messi, Di María. Son la esperanza de los pocos que se acercaron anoche al Monumental a ver a la Selección.
Sabella sabe que en el mazo de jugadores argentinos hay tres cartas que vienen marcadas. Y hay que aprovecharlas. Lo supo desde el día que asumió y decidió darle la capitanía a Messi. No sólo era un símbolo: era la idea de armar el equipo alrededor de él. Argentina funcionó bien porque tiene a esos tres ases para marcar la diferencia de mitad de cancha para adelante. El ex técnico de Estudiantes no será un crupier profesional pero se las ingenió para darle el lugar justo a esas barajas españolas. Por eso se preocupó en armar una defensa que sea sólida, porque arriba ya tenía asegurada la contundencia. La idea de armar una estructura en el fondo para que exploten las individualidades, porque si esos tres se entienden a una velocidad que es difícil entenderse como pasó ayer, son imparables. Por más que las cartas vengan marcadas y Borghi las conozca, son indecifrables.
Porque Di María es esa pieza esencial que necesita un equipo cuando apuesta al contragolpe. Porque Angelito es fundamental cuando Chile pierde la pelota en mitad de cancha y él despega rápido, saca sus alas para volar y le pone un pase preciso de 30 metros a un Higuaín que es letal, que ayer se vistió de ancho de espadas. Porque esa asistencia de Di María la mató con la misma técnica con la que le reventó el arco a Bravo para meter el primer gol. Y no se quedó en eso, porque después se juntó con el otro ancho que tiene Sabella: Messi. Le dejó la pelota servida para la zurda a la Pulga, que definió con clase y se sacó la mufa que lo perseguía de los 16 partidos sin goles en la Selección.
Pero el ancho de espadas no sólo apareció en la primera mano. Higuaín, el goleador que llegó para tapar la melancolía del 9 que no aparecía desde la época que lo lucían Batistuta o Crespo, también asomó la cabeza en el segundo tiempo: agarró de zurda un centro de Di María para marcar el 3-0. La misma conexión del primer gol, la de los madridistas. Y el cuarto llegó como el segundo. Bravo le dejó la pelota como un regalito a Messi. Doble pared con el Pipa, control y triplete de Higuaín, esta vez con un toque de zurda. El segundo hatrick, como ante Corea del Sur. Los números del hombre del Real Madrid en la Selección son temibles: 10 partidos oficiales (Eliminatorias, Copa América y Mundial), 9 goles. Asustan a cualquiera. Como esas barajas españolas que aparecen el mazo de Sabella, las de Higuaín, Messi y Di María. <

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