¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, junio 18, 2011

¿HACIA DÓNDE VA EL 15M?


“Espero que el siguiente paso no sea poner un muerto sobre la mesa”

.“Espero que el siguiente paso no sea poner un muerto sobre la mesa”

Un acampado levanta una pancarta en Sol (EFE)

“Quieren reventar el 19J. No hay otra intención detrás de las acusaciones de violencia más que desactivar lo que puede ser un salto en el movimiento”. Para Víctor Sampedro, catedrático de Comunicación Política de la Universidad Rey Juan Carlos, lo que el 15 M está exigiendo a las instituciones (“apertura, cambios, transparencia”) es totalmente asumible. Y frente a eso, las respuestas que ha recibido han sido “la adhesión simbólica, paternalista y cargada de nostalgia de una parte de la política para luego pasar, una vez demostrado que no es un fenómeno pasajero y que no está vinculado a objetivos partidarios, a la exigencia de su desaparición de la esfera pública, primero mediante el desalojo de las plazas y una vez limpias éstas, mediante su parálisis total, intentando que cesen de una vez sus intentos de de interpelación a las instituciones”. Ahora nos hallaríamos en la fase de la marginación social a través de “la utilización de los estigmas mediáticos habituales, empezando por la actuación de infiltrados policiales que están tratando de desprestigiar el movimiento”.

Pero este intento de disolver las adhesiones que el 15M se ha ganando entre la ciudadanía no es otra cosa que “un intento de bunkerización de las élites para asegurarse la continuidad de su exclusividad de la representación democrática”. Y entre esa élite incluye Sampedro a intelectuales como Fernando Savater, quien llamó “mastuerzos” a los indignados y, al hacerlo, “se ha alineado en el mismo bando que una Rita Barberá que los califica de marihuaneros o de una Esperanza Aguirre que los acusa de totalitarios. Al mantenerse con los protocolos del poder en una situación como la actual, demuestra que forma parte de ellos y que esa es su función social”.

El problema, señala Sampedro, es que el camino seguido en los últimos días por esas élites para negar el 15M ha sido el de elevar el techo de la represión permisible. ”Espero que el siguiente paso no sea poner un muerto encima de la mesa, como ocurrió en Génova en 2001 con la muerte de Carlo Giuliani. Espero que Felip Puig diga hasta dónde está dispuesto a llegar y si es eso lo que tiene en la cabeza”.

¿Cuál es el futuro del movimiento?

En todo caso, el 19M marcará el comienzo de un nuevo rumbo en el 15M, sobre todo porque se empezará a dar contestación a la pregunta sobre cuál va a ser el futuro del movimiento. Hay quienes señalan que se trata de algo que acaba de nacer y que por lo tanto deberemos esperar algún tiempo a que su camino pueda definirse; que de momento está sirviendo para activar a la ciudadanía y para poner en marcha muchas acciones concretas de resistencia. El próximo objetivo, señalado por gran parte de las organizaciones presentes en el 15M será combatir el Pacto del euro, lema que quieren que esté muy presente en las manifestaciones del domingo. Sin embargo, más allá de estas acciones puntuales, aparece un horizonte de posibilidades poco definidas. Entre ellas:

1. Encontrar un espacio electoral propio. Parece una opción escasamente probable, y no sólo porque el movimiento haya asegurado en múltiples ocasiones que esa no es su intención. Como asegura Juan Carlos Jiménez, profesor de sociología de la Universidad CEU San Pablo, “su heterogeneidad imposibilita la conversión en una formación electoral”. Salvador Cardús, profesor de sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona, coincide en el diagnóstico, señalando que ni siquiera han dado el paso previo, “como sería convertirse de movilización en movimiento. Para llegar a esta categoría, hace falta tener un liderazgo claro, una organización, una perspectiva de futuro y algún contenido ideológico común, lo que no es el caso”. Además, afirma, en el 15M se han reunido perspectivas no sólo dispares sino contradictorias, desde grupos de carácter reformista hasta otros que son antisistema, y se han mezclado protestas conservadoras con progresistas y revolucionarias, lo cual hace muy difícil que puedan sintetizarse en algo común. Por eso, concluye Jiménez, no es posible que el movimiento llegue a constituirse en partido político, ya que carece de los mimbres institucionales o intelectuales necesarios. “En cuanto pretendiese dar un paso hacia algo común, la heterogeneidad haría que saltaran por los aires”.

2. Encontrar aliados en los partidos, algo que también aparece altamente improbable. Como señala Jiménez, se trata de un movimiento “en el que hay de todo, pero que no es movilizable en términos electorales. Son de izquierdas, pero no van a integrarse en el PSOE o en IU. Por eso se equivocan dirigentes como Cayo Lara o Tomás Gómez, cuando quieren capitalizar ese movimiento”. Para Jiménez, hay una parte del PSOE que quiere acercarse al 15M “para hacer ver que ellos escuchan a los ciudadanos y que están dentro de los que ellos plantean. Pero ahí se equivocan, porque estos chicos se representan a sí mismos y a nadie más”.

Además, señala Jiménez, ese cabreo de la gente con los bancos o los políticos, “carece de una dimensión electoral clara, como se vio el 22M. Todo el mundo esperaba que con la debacle del PSOE, IU capitalizase parte de sus votos. Pero sólo subió un 1%, lo que prueba que la incidencia en ese terreno ha sido muy escasa, ya que hablamos de un movimiento peculiar que va contracorriente. La única posibilidad en ese sentido es que algún nuevo actor, tipo Equo, pueda aprovecharse del clima creado”.

3. Convertirse en un factor electoral de segundo orden. Como asegura Cardús, estamos todavía en una fase en que no se sabe a qué darán lugar las movilizaciones, por lo que hacer predicciones sobre las consecuencias del 15M para la dinámica política es prematuro. “Sin embargo, lo que sí sabemos es que en las elecciones del 22 de Mayo la derecha tuvo un avance importantísimo en todos los ámbitos. Si, por lo tanto, buscásemos algún tipo de relación directa entre las elecciones y este tipo de manifestaciones, veríamos que paradójicamente han acabado por perjudicar a la izquierda, que ha visto cómo sus bases se desmovilizaban”.

4. Persistir como puro movimiento de contestación. En tanto mucha gente tiene razones para el enfado, hay una evidente sensación de falta de horizontes y la crisis de las clases medias está acentuándose, es lógico pensar que ese caudal de descontento va a seguir gozando de gran fuerza. Para Cardús, esta es la posibilidad más natural, toda vez que lo que une al movimiento es la irritación. “Estamos ante algo reactivo, donde se unen ideas y proyectos diversos y contradictorios sin saber muy bien dónde van a ir a parar, por lo que su destino más probable es continuar por el camino de la movilización”. Pero, para Jiménez, eso le llevaría directamente “a convertirse en un movimiento anti PP; algo que en lo probablemente ya se ha convertido”.

En la medida en que como se dedicarán a plantar cara al poder legalmente constituido, y en tanto éste obra mayoritariamente en manos del PP, “es muy probable que las protestas se recrudezcan teniendo a los populares como objetivo”. Sin embargo, apunta Sampedro, eso está muy lejos de los objetivos de un movimiento “que lo único que quiere es transparencia, responsabilidad y capacidad de remoción de las élites políticas cuando no cumplen su función. Son los principios de Giovanni Sartori, (y los de la Ilustración misma) los que ha retomado el 15M. Por eso resulta sorprendente que ningún interlocutor institucional y que ninguna organización los recoja, y que sólo reciban desdén por parte de la derecha, que les deslegitima con eslóganes como ‘esto es democracia y no lo de Sol’ o que la respuesta del PSOE a estas demandas sea hacer unas primarias con un solo candidato”. Para Sampedro, en cuanto el 15 M pasó de la demanda expresiva abstracta de más democracia a proponer contrapolíticas públicas concretas o a movilizarse contra los recortes en los nuevos presupuestos de las administraciones y contra el Pacto del euro, “se ha recurrido a la estigmatización. Pero oponerse a ese tipo de medidas es esencial”.

Valorado (4/5)

No hay comentarios.: