¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

martes, marzo 22, 2011

Loretta Napoleoni: «Garzón no es de izquierdas, solo es de sí mismo»

«Dicen ahora que Garzón quiere hacer en La Haya la investigación sobre Gadafi, pero no creo que pueda, porque él allí es un consultor externo»

.
ÓSCAR DEL POZO
.

- ¿En puridad es Garzón un juez?

—Es un personaje.

—¿Cómo definiría su figura?

—Es un espejo de nuestro mundo, de nuestra sociedad, y de cómo ha cambiado en los últimos treinta o cuarenta años. El problema es que la realidad se mueve más rápida que la ley, y Garzón también. Cuando estuve en Marbella y me entrevisté con el juez que era su jefe en 1988, nos dijo que entonces ya utilizaba grabaciones telefónicas. Y él mismo asegura en el libro de Pilar Urbano que es frustrante ir por delante de la norma. Lo malo es que lo hace cuando no puede hacerlo, y después siempre tiene que quedarse detrás.

—Al menos por esa osadía (o temeridad) se le reconoce como impulsor de la Justicia internacional.

—Si se leen bien los capítulos sobre su aportación a la Justicia internacional, se ve que en realidad esta lucha la empieza otra gente, no él. El trabajo fundamental en ese campo lo han hecho otros, como Carlos Castresana o Carlos Slepoy. Pero la estrella es siempre Garzón, frente a esta gente que no busca nada a cambio. Estaría bien que él saliera a primera línea siempre que dijera: «He hecho esto con otros». Pero nunca lo hace. Y esa es una de sus facetas negativas.

—¿De ahí viene que se haya granjeado tantos enemigos de todos los colores?

—Sí, pero no confundamos: al final, el Tribunal Supremo va a decidir sobre un asunto que es jurídico, no personal. Y en el «Gürtel» hay unas escuchas que no se pueden hacer. Por eso ese caso es, sin duda, el más grave de los abiertos contra él.

—¿Y qué hay de la supuesta prevaricación por inadmitir una querella contra Botín después de que el BSCH le financiara un curso en Nueva York?

—Eso es mucho más ambiguo. Las universidades norteamericanas funcionan de otra manera, y tendría que probarse que algo de ese dinero se ha puesto directamente en su bolsillo.

—En 2008 Garzón activó judicialmente la memoria histórica con los argumentos contrarios a los que había utilizado en 1998 para desechar una querella contra Carrillo...

—Pero eso se puede hacer. No es ético, pero no es ilegal. Tú puedes ir contra ti mismo después de un tiempo, y él es así. Hace lo que considera conveniente en cada momento. Además, el caso de la memoria histórica es muy político, no es fácil que le cojan por ahí...

—¿Ha ejercido «de facto» más como político de izquierdas que como magistrado?

—A mí no me parece ni de izquierdas ni de derechas, sino solo de sí mismo. De hecho, su relación con la derecha ha sido siempre muy ambigua. Por eso al final se ha quedado sin amigos, no porque él encarne una justicia independiente, sino por todo lo contrario, por sus bandazos. Ya vemos el resultado: solo le quedan los actores...

—¿Qué me dice de esa habilidad para que en el reparto le toquen siempre los casos más lucidos?

—Se le ha llamado «el Pimpinela» porque, siempre que hay un caso importante, él llega. Y ahora dicen que en La Haya quiere hacer la investigación sobre Gadafi, pero no creo que pueda porque él está allí como consultor, y no veo cómo un juez externo puede hacer la investigación. La podría hacer otro, como Moreno Ocampo, pero no él.

—¿Tiene solidez intelectual?

—Si es el campeón de la Justicia internacional, a mí me choca que no haya escrito cosas importantes sobre este asunto en publicaciones jurídicas...

—¿Cómo cree que acabará?

—Creo que le van a condenar por las escuchas de la Gürtel, y no veo fácil la rehabilitación de su figura. Además, en un momento de crisis muy dura para España y para todo Occidente, un verdadero héroe no se pone él por delante de todo lo demás y monta una campaña mediática en favor de su persona.

.
.

No hay comentarios.: