Lo que parecía una frase militante contra el gobierno nacional que se limitaba a las fronteras de la Argentina, quizá termine por convertirse en una denominación de carácter internacional.
"Macri gato" ya es un clásico que cruzó el océano y hoy rompe con aquello de que en Europa no se consigue. Por lo menos así resulta del ticket de un restaurante de comidas argentinas en Suiza.

¿Cuál será la próxima escala de un reclamo que ya parece imparable?