¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, noviembre 21, 2015

EL INVENTO DEL HOMBRE BLANCO....LOS DEMAS SOMOS BESTIAS LLAMADAS NEGROS,GRONCHOS,AMARILLOS,ETC.ETC.

Deshumanizar al enemigo y anular la empatía


Muy al contrario de la creencia popular, está demostrado por varios estudios psicológicos que los terroristas no son psicópatas de manual ni tampoco padecen ninguna patología mental en mayores tasas que las que existe en cualquier otro grupo. 
Profundizando un poco más, nos encontramos que algunas de las carencias de los jóvenes que se integran a los grupos terroristas se ven satisfechas al unirse a estas bandas. Una intensa necesidad de pertenencia e identidad suele ser el denominador común. Pertenecer a estas comunidades alivia su sentimiento de separación de la sociedad a la vez que refuerzan su identidad. Pero algunos adolescentes y jóvenes encauzan estos sentimientos de manera inofensiva: haciéndose miembros de tribus urbanas o asociaciones, perteneciendo a equipos deportivos o formando parte de algún club de seguidores de alguna estrella del pop o el rock. 
El problema es que si a los factores anteriores le añadimos el extremismo religioso, el resultado final de todo puede ser explosivo. Esta es la razón por la que los jóvenes son vulnerables al islamismo extremista. Pertenecer a un grupo terrorista con religión radical proporciona una estructura mental que argumenta esos pensamientos de odio a la vez que proporcionan una familia. También es la oportunidad perfecta para aumentar la posición social o estatus que nunca poseyeron en sus comunidades de origen. 
"Además, la ideología de la que los terroristas se alimentan ve el mundo en abstracto y no mediante la experiencia directa. Perciben el mundo en términos de conceptos y categorías, desarrollando una mirada al exterior muy rígida, la cual se convierte en muy poderosa. El resultado es una separación total con el mundo real, la experiencia y el contacto. Les prepara para ver a las personas occidentales o no creyentes como unidades y no individuos", piensa el psicólogo de la Universidad de Leeds Steve Taylor. 
En varias ocasiones, se ha definido el problema del terrorismo islámico como la consecuencia de una narrativa o literatura ficticia del extremismo religioso por el cual se ven influídos algunos jóvenes. Esto está ocurriendo tanto en países como Siria o Irak, como también en países occidentales donde reclutan a algunos de sus hombres más peligrosos.  
Entonces, ¿qué provoca que hombres y mujeres tan jóvenes sean susceptibles al veneno de esta narrativa y pierdan todo el sentido de la humanidad y la moralidad? Taylor cree que uno de los aspectos más relevantes que diferencian a estos terroristas de otros delincuentes o personas comunes es la facilidad que tienen para desconectar la empatía en un momento dado y ponerla al servicio de sus objetivos y creencias. 
Los seres humanos venimos al mundo con una capacidad llamada "preocupación empática", la cual nos hace estar atentos de aquellos que sufren y nos avisa del sufrimiento que podemos hacer pasar a otros si no nos controlamos. Esto significa que uno de los pasos fundamentales para todo yihadista es desconectar esta empatía que poseemos todos los seres humanos de manera innata, ya que así pueden tratar a otros seres humanos como si fueran cosas. Es la única manera posible de matar sin remordimiento, negándose a conectar con ellos. Es una completa falta de empatía la que hace posibles actos tan horribles como la masacre de París, los atentados en Libia, el 11S o el 11M. 
La auto-percepción sobre la identidad propia y la búsqueda de significado en la vida, cuando son intoxicados por líderes manipuladores pueden acabar anulando la empatía. Para ello, estos líderes emplean diversas técnicas mediante las cuales deshumanizan al enemigo. Nos ven como un colectivo y no como personas o individuos. Nuestro dolor se ve minimizado. Para ellos, cualquiera de nosotros es responsable de los crímenes de los que nos culpan y por esa razón consideran que sus actos de brutalidad son necesarios. 

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