¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

viernes, agosto 16, 2013

VIVIENDO EN LA HABANA

Cómo el "cuentapropismo" está cambiando Cuba

"Solía trabajar para el Estado. Ahora trabajo lo más duro que puedo, tratando de proporcionar un buen servicio para que los clientes sigan viniendo", dice Jorge Peña.
Peña y su tío han hecho algo que habría sido impensable en Cuba hace una década: abrir un negocio. Y no uno cualquiera, sino un cine en 3D en el que proyectan los últimos estrenos de Hollywood, ubicado en lo que antes era el aparcamiento de la casa familiar.
Como él, cuenta Peña, otros han seguido el mismo ejemplo y se convirtieron en trabajadores "por cuenta propia"; abrieron restaurantes, alquilaron habitaciones e improvisaron todo tipo de emprendimientos.
"Puedes ver que más cambios están por venir y esto es muy importante", dice, y admite que a veces no duerme pensando en cómo prestar un mejor servicio a sus clientes.

Batería de reformas

Las dificultades económicas han sido constantes en Cuba desde que el grifo de subsidios procedentes de la Unión Soviética se cerró en seco en los años 90 tras la caída del bloque socialista. Y aún hoy se mantiene el embargo económico impuesto por Estados Unidos en los años 60.
Durante la última década, Venezuela fue el bálsamo que alivió en parte, a base de inyecciones de petróleo, la economía del país caribeño.
A cambio de unos 100.000 barriles diarios de petróleo venezolano, Cuba proporciona a Venezuela personal médico y logístico.
Sin embargo, la enfermedad del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el miedo a seguir dependiendo de una inestable Venezuela son, según algunos, parte de las razones que habrían apresurado la aprobación en 2011 de la batería de 300 reformas.
Conocidas como lineamientos, este paquete de reformas viene desde entonces transformando lentamente la vida de los cubanos.

El cuentapropismo

Cafetería en Cuba
Una mujer espera clientes en una cafetería de la Habana.
Una de las más notorias fue la reforma sobre el trabajo por cuenta propia. A finales de 2010, el gobierno aprobó 178 categorías de autoempleo, que luego fueron ampliadas a 181.
Según el último informe presentado por la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba, en julio de este año la cifra de trabajadores por cuenta propia ascendía a 429.000 personas, cifra que, de acuerdo al gobierno cubano, es tres veces superior a la que existía antes de la reforma.
Entre las ocupaciones más comunes figuran la venta de alimentos, transporte, venta ambulante y alquiler de viviendas, entre otras actividades privadas que se engloban dentro del término de "cuentrapropismo".
"El cuentapropismo en Cuba ha existido desde el inicio de la revolución"
Roberto Armengol, antropólogo
No obstante, según destaca el antropólogo Roberto Armengol de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, quien realizó un trabajo de campo sobre el llamado "cuentapropismo", esta modalidad de trabajo en Cuba no es nueva.
"El cuentapropismo en Cuba ha existido desde el inicio de la revolución", explica. "Varias veces en la historia de la revolución se expandió y luego hubo un reajuste, una contrarreforma. Ha habido muchos experimentos sobre el socialismo".
"Pero es cierto que esta vez es más significativo que las anteriores", destaca, "lo que ahora sí será posible, aparentemente, es hacerlo con menos dificultad y preocupación, con más visibilidad".

Una nueva clase media

A pesar de esta nueva visibilidad de empleos que hasta hace poco se desempeñaban en la clandestinidad, economistas consideran que el "cuentapropismo" todavía no supone un cambio profundo en la economía de la isla.
Mujer comprando vegetales
El trabajo por cuenta propia estaría dando pie a la aparición de una nueva clase media.
"Está creando más clases y una estratificación donde cada vez más gente tiene acceso a divisas", explica a BBC Mundo Jared Genova, de la Asociación para el Estudio de la Economía de Cuba en Estados Unidos.
"Pero gran parte de estas divisas llegan a la isla a través de las remesas, que todavía ayudan a un privilegiado grupo de gente". Unas divisas que, destaca, "ascienden a US$2.500 millones al año".
Por otra parte, señala, los empleos legalizados todavía son aquellos que no pueden generar mucho dinero. "Si incluyera a profesionales como médicos y abogados, podría generar una mayor apertura".
"Yo diría que el cuentapropismo es un paso importante, pero al mismo tiempo, no es un cambio profundo en cómo circula el dinero. Las redes informales todavía generan lo mismo, si no más dinero en La Habana hoy".
"No representa un cambio profundo como otras reformas", comparte Armengol, "en mi opinión van a ocurrir otras transformaciones más importantes".
"De entre las reformas más interesantes está la del establecimiento (en principio) de cooperativas entre los cubanos, que aparentemente van a poder operar en cualquier industria, no solamente la agricultura como era antes", señala el experto.

Competencia

Una de las consecuencias más notorias del auge de los "cuentapropistas" y de su regulación, cuenta el corresponsal de BBC Mundo en Cuba, Fernando Ravsberg, es que cada vez hay más competencia.
"Habrá más aperturas, pero a un ritmo muy lento, serán cambios muy calculados"
Jared Genova, economista
Según indica Ravsberg, eso ha llevado a que negocios que antes funcionaban de forma informal tengan menos ingresos que antes debido a la proliferación de establecimientos similares.
"Cuando había tres restaurantes privados hacías dinero, pero con 400 en La Habana, ¿qué negocio vas a hacer? Antes el dueño de un restaurante podía permitirse viajar. Pero eso era en tiempos en lo que todo estaba prohibido. Hoy hay miles de cafeterías".
"Un taxista me decía que ganaba el mismo dinero, pero antes la reparación del auto y la gasolina la pagaba el Estado. Él se montaba en el taxi sin poner un taxímetro, negociaba contigo el precio y se quedaba con el dinero. Ahora ya no puede hacer eso, tiene que pagar por el alquiler del vehículo".

Un socialismo "híbrido"

Pancarta socialista en Cuba
El socialismo en Cuba está experimentando cambios cuyas consecuencias están todavía por verse.
Ante estos cambios, muchos se preguntan si estas medidas y sus consecuencias -como la competencia y el surgimiento de nuevas clases sociales- están conduciendo a Cuba a un capitalismo incipiente.
"Sería demasiado decir que hay un nuevo capitalismo", opina Genova. "Preferiría decir que, como dice una colega, es socialismo, pero con cambios hacia un sistema híbrido".
Un sistema en el que los cubanos dependen tanto del sector estatal, como del no estatal (cuentapropismo) y del informal.
"Muchos cuentapropistas todavía trabajan para el gobierno. Son gente que tiene dos trabajos, cinco trabajos distintos para sobrevivir", apunta Genova.
"Creo que si las nuevas cooperativas funcionan de forma abierta y progresiva, sin muchos impedimentos, podemos ver algo interesante en Cuba, una economía híbrida, que no existe igual en otra parte del mundo", dice por su parte Armengol.
Pero estas reformas más profundas, dicen los expertos, todavía se harán esperar y, aseguran, se darán a un ritmo lento y calculado.
Aún así, cubanos como Jorge Peña ya se permiten el lujo de soñar con una Cuba de cambios, por muy inciertos que estos sean todavía.

 

¿Regresan los españoles a Cuba?

Willy Toledo (Foto: Raquel Pérez)
El actor español Willy Toledo asegura que en La Habana "he encontrado la ciudad más hermosa del mundo para pasear y la más segura de todas las que conozco con diferencia". (Foto: Raquel Pérez)
"Cada vez que defendía a la Revolución cubana me respondían: si tanto te gusta por qué no te vas a vivir allí", me cuenta el actor español Willy Toledo y agrega: "ahora que me mudé para Cuba están más histéricos porque se quedaron sin discurso".
A pesar de que algunos periódicos españoles aseguran que habita en una mansión, lo cierto es que vive en un barrio de cubanos, en un modesto apartamento alquilado al que no le vendrían mal algunos muebles más y una mano de pintura.
"No necesito más. Tengo mi cama, mi cocina y mi baño, y mis libros y con eso voy tirando, no echo de menos cosas materiales. A la gente sí, y a mi ciudad. Yo he nacido y vivido en Madrid toda mi vida y le tengo mucho cariño a pesar de que se haya convertido en una ciudad bastante invivible".
Turistas en el Malecón de La Habana
Turistas en el Malecón de La Habana, aunque Willy Toledo prefiere que no lo traten como tal.
La derecha española lo acusa de tener privilegios sobre los cubanos, pero lo cierto es que también en su país vivía mejor que la mayoría porque nació en una familia acomodada y además ganó mucho como actor. "Claro que entonces nadie me lo cuestionaba", me dice con una sonrisa.
Reconoce que en Cuba tener dinero puede abrir ciertas puertas y dar acceso a algunas comodidades pero no a todas. Vuelve a reír cuando me cuenta que, "te puedes pasar días buscando una sartén y no la encuentras por muchos euros que tengas".
Se siente mejor en esta Cuba que en la del turista. "Me está gustando mucho más vivir La Habana en el día a día, ir al cine, al teatro, a conciertos, a comer a casa de gentes. (Ahora) tengo tiempo para leer, que en Madrid no lo tenía y me lo estoy leyendo todo".
Le recuerdo que su ciudad es "la capital de la marcha" y le pregunto cómo se adapta a la tranquilidad de Cuba. Me responde que ahora sus juergas se reducen a comprar de vez en cuando una botellita e "ir a casa de un amigo o al malecón a hacer botellón".
Además en La Habana "hay mucha vida, todos los días hay cosas que hacer. Echo de menos una Guía del Ocio, como allá en Madrid, (…) pero al final siempre me entero, de hecho no tengo tiempo para ir a todas las cosas que me gustaría".
Jugando dominó (Foto: Raquel Pérez)
Para Willy Toledo "los cubanos son los más parecidos a los españoles, en la
manera de hablar, en el sentido del humor, en la manera de relacionarse".
(Foto: Raquel Pérez)
Al parecer no le está costando integrarse, en realidad "es bastante fácil, yo he viajado por todo Latinoamérica (…) y creo que los cubanos son los más parecidos a los españoles, en la manera de hablar, en el sentido del humor, en la manera de relacionarse".
Visita poco La Habana Vieja porque lo tratan como a un turista, pero "me encanta ir al puestecito de al lado de mi apartamento a tomarme un juguito por la mañana y al de en frente para comerme un pan con tortilla o sentarme en las terrazas donde se sientan los cubanos".
Me asegura que ni siquiera tiene problemas con la cocina nacional, "a mí me gusta mucho la comida criolla, siempre me ha gustado, no solo la cubana, sino la de todo el caribe. Lo que más me gusta es el arroz con lo cual aquí voy sobrado… ja, ja".
Más allá de sus conocidas simpatías por la Revolución Cubana, el actor confiesa que ha descubierto el encanto de La Habana. "Aquí he encontrado la ciudad más hermosa del mundo para pasear y la más segura de todas las que conozco con diferencia".
Willy puede ser el más famoso pero no es el único europeo que emigra a Cuba. A pocas cuadras de donde vivo llegó otro, casado con una cubana. Acaban de comprar una casita con el dinero de la venta de un negocio que apenas les daba para sobrevivir.
Años atrás su esposa había obtenido la residencia en la "Madre Patria" por estar casada con un español. Paradójicamente ahora es él quien aprovecha su matrimonio para residir en la isla, donde puede vivir mejor con mucho menos dinero.
Hace apenas unos días estuve almorzando raviolis caseros con un italiano cuya esposa cubana se repatrió para pasar en la isla la crisis europea. Aprovechando las reformas, planean crear una cooperativa para vender pastas frescas en La Habana.
Pero lograr la residencia en Cuba no es nada fácil, el inmigrante debe estar casado con alguien de nacionalidad cubana o ser contratado por una empresa que opere en la isla y, aun así, muchos vivimos por décadas con un permiso temporal que se debe renovar cada año.


 Las medidas de Obama lo permiten

Miles de niños de exiliados cubanos en Miami pasan las vacaciones en Cuba

Varias personas caminan por una calle de La Habana. | Efe
Varias personas caminan por una calle de La Habana. | Efe
Este lunes, muchos niños en Miami regresaron a clases con muchas aventuras que contar. Son los hijos de los exiliados cubanos que fueron a pasar las vacaciones de verano en la isla comunista.
"Me bañaba todo el día en el río de casa de mi abuela", dice a ELMUNDO.es, José Luis González, un joven de 12 años que regresó al país de sus padres por segundo año consecutivo para pasar el verano con la abuela materna.
El joven es uno de los miles de niños y adolescentes cubanos que fueron enviados en junio y julio a Cuba por sus padres, y volvieron maravillados con el ambiente que encontraron. "Claro que no tuve problemas, ¿qué problemas iba a tener? Estuve con mis primos de nuevo, fuimos al cine, a la playa, anduve a caballo", agrega.
Lo que le sucedió con José Luis puede parecer normal en algunos países del mundo, pero en Florida donde, sin contar las playas o Disneyworld, los padres no tienen muchas opciones para entretener a los hijos en los meses de verano, Cuba aparece como una alternativa seductora.
"Para nosotros es mucho más barato mandar a nuestro hijo a Cuba con mi madre", cuenta Luisa Menéndez, la madre de José Luis. Además, apunta, "es mucho más seguro, uno nunca sabe lo que pasa en esos campamentos de verano".
Todos los años cuando llega el verano, millones de padres se debaten con el mismo problema: ¿qué hacer con sus hijos? En una sociedad como la de Miami, donde generalmente tanto la madre como el padre trabajan, a menos que hayan unos abuelos jubilados que los cuiden en esos meses, el asunto es un dolor de cabeza.
"Los campamentos de verano son caros, unos 500 dólares por los dos meses. Ir a Disneyworld un fin de semana los tres no cuesta menos de 700 dólares. Yo mando a José Luis con mi madre por no más de 400 dólares, le envío dinero para que lo alimente y compre algunas cosas para el resto de la familia. Pero también es mucho más seguro. En Cuba no hay violencia, no hay drogas, los niños no son abusados. Yo sé que con mi madre, mi hijo está seguro", enfatiza Menéndez.
No hay una cifra exacta sobre la cantidad de niños cubanoamericanos que están viajando a Cuba para pasar el verano con sus familias. Pero no sólo los funcionarios de aduana en el aeropuerto de La Habana se han hecho eco del fenómeno, sino también los que viven en Miami. Es fácil constatar como durante el verano se ha incrementado notablemente el número de niños que viajan solos a Cuba.
Incluso, en supermercados, peluquerías y centros de trabajo, es común encontrar a personas hablando de los viajes de sus hijos a Cuba durante el verano, ya sea porque piensan enviarlos o porque han vuelto.
Curiosamente, en una ciudad altamente politizada como Miami, donde el exilio cubano anticomunista todavía tiene alguna influencia, este tipo de viajes no está levantando muchas críticas pese a que muchos exiliados de línea dura critican todos los nexos con la isla. Tampoco ha llegado a las radios locales siempre tan pródigas en aplastar a todo lo que huela a conexiones con Cuba. Hay varias interpretaciones.

Una tranquilidad

"Familia es familia. Ya pasó de moda eso de criticar los viajes familiares. Además, allá nadie se va a meter con los chicos. Y para los padres, nos gusten o no los viajes es una tranquilidad. Mire esto, sólo la semana pasada murieron cuatro niños en Miami por balas perdidas", comenta el abogado cubanoamericano, Carlos Gutiérrez.
No es lo que piensa, Piedad Montalvo, una jubilada cubana que se opone a todo tipo de "componenda con los comunistas" y para quien el culpable de todo esto es el presidente Barack Obama. "Ha abierto las puertas al régimen comunista. Está dejando que padres inescrupulosos manden esos niños a Cuba para adoctrinarlos y que vuelvan para destruir este gran país", dijo a ELMUNDO.es.
Hace dos años, Obama aprobó el levantamiento de todo tipo de restricciones en los viajes de los cubanoamericanos a su país de origen. Incluso, quitó todas las limitaciones al envío de remesas. Hace tres semanas, el Departamento de Estado anunció que pasará a conceder a los cubanos visas múltiples de ingreso a Estados Unidos válidas durante cinco años.
El 14 de enero entró en vigencia una reforma migratoria en Cuba, que acabó con los permisos de salida para los cubanos, con lo cual todos pueden viajar libremente al exterior a menos que se encuentren en libertad condicional ya sea por causas políticas o de delito común.
"Esto es un fenómeno muy interesante que se ha creado en menos de seis meses, muy rápidamente, sin que nadie lo pudiera anticipar. Los niños de acá está viajando allá. Pero ahora, los de allá también pueden venir a Miami a ver a su familia. Me pregunto qué influencia tendrá esto en el futuro de Cuba, porque los viejitos de acá ya no cuentan, lo más que pueden es suspirar", dice Gutiérrez.

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