ARRASA AL SEVILLA (4-0) Y AMENAZA AL REAL MADRID
El mejor Atlético de Madrid recupera el orgullo perdido en 1999
Los jugadores del Atleti celebran uno de los goles ante el Sevilla.
Pase lo que pase en el Bernabéu, lo que está claro es que el Atleti ha llegado al final de una larga travesía del desierto. Como ya certificó la semana pasada, casi 14 años después jugará un derbi estando por delante del Madrid en la clasificación. La última vez fue en enero de 1999, y los merengues ganaron por 4-2. Esa derrota supuso el punto cronológico exacto donde comenzó una larguísima debacle atlética. La segunda vuelta en Liga fue lamentable, terminando decimotercero, y en la siguiente temporada se continuó con la inestabilidad deportiva e institucional que acabó con el descenso a segunda división.
También fueron 14 años los que duró la sequía de títulos, desde el doblete nacional del 96 hasta el europeo de 2010, pero éste fue más consecuencia de la inercia de un club de tan grandes características que de una planificación constante y ganadora como la que existe ahora con Simeone. El hecho de ir por delante del vecino de Chamartín, más allá de ganar el sano pique entre aficiones, es un símbolo perfecto de la altura de vuelo que ha alcanzado la entidad del Manzanares con el argentino en el banquillo.
Pueden dejar tocado al actual campeón
Es sencillo de explicar desde las sensaciones. De nuevo, y como ocurrió siempre hasta el citado 1999 -precisamente el año donde los rojiblancos ganaron sus últimos derbis- el conjunto colchonero disputará de tú a tú el máximo enfrentamiento de la capital de España. La racha negativa de 21 partidos sin ganarle al Real Madrid es el mejor reflejo de lo lejos que han estado las propuestas y objetivos de ambos clubes en lo que va de siglo XXI. Pero esta vez los de Simeone pueden manejar la situación con margen suficiente, e incluso dañar seriamente la realidad liguera del actual campeón.
Y todo gracias a que los rojiblancos se han convertido en una máquina de ganar. Al Sevilla le endosaron cuatro pero pudieron ser muchos más. En el Calderón han vencido los siete partidos esta Liga. Y atesora números (11 victorias en 13 partidos, 29 goles a favor y 11 en contra) para liderar cualquier torneo del mundo donde no estén ni Madrid ni Barcelona.
Falcao volvió a marcar las diferencias
Por todo lo anterior, es evidente que el partido ante los hispalenses supuso la comunión entre afición y equipo. Con las gradas abarrotadas, el Atlético imprimió de nuevo su alto ritmo, tras un par de jornadas donde dio cierto margen al rival. El Sevilla trató de no descomponerse pero el empuje de los locales y una genialidad de Falcao, bajando con el pecho y entre dos defensas un envío en largo, desequilibró la contienda. La jugada acabó en penalti a Koke y expulsión de Fazio. La falta fue clara, pero si la norma del último hombre ya es controvertida, el colegiado se encargó de hacerla aún más.
Falcaó convirtió la pena máxima, rompiendo su sequía, y el partido pasó a ser totalmente rojiblanco. Michel trató de cerrar la herida, pero de manera inevitable llegaron dos goles más antes del descanso. Spahic introdujo en su portería un centro-chut de Arda tras otra buena jugada de Falcao, y poco después Koke hizo el tercero a pase de Diego Costa. Estos dos jugadores fueron titulares tras revolucionar al equipo la semana pasada en Granada.
La segunda parte permitió que el Calderón disfrutara del momento que vive la parroquia atlética, alentando a su equipo de cara al derbi del sábado. Con la victoria asegurada, los de Simeone no hicieron sangre de un Sevilla roto y que terminó con nueve por expulsión de Rakitic a poco del final. Ya en el descuento, Miranda cerró el marcador y elevó aún más la satisfacción de los colchoneros. Y es que este proyecto ha logrado recuperar el orgullo de equipo grande de España, aquél que se vio por última vez en todo su esplendor allá por 1999. Y eso es mucho tiempo.
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