Ofenden más los políticos bajo sospecha de corrupción que el tono de Rufián
AGUSTIN CATALAN
Gabriel Rufián, en el pleno del Congreso, el pasado mes de diciembre.
Carmen Pérez Béjar
No entiendo que se hayan producido tantas quejas por el tono utitilizado tanto por Gabriel Rufián como, días atrás, por Pablo Iglesias, máxime cuando los principales quejumbrosos son los que se ríen de nosotros a diario con sus comentarios, con sus gestos, con sus muecas y con sus actitudes.
A mí me ofende mucho más que parlamentarios bajo la sospecha de la corrupción (digo sospecha para que nadie se pueda ofender, dada la piel tan fina de algunos) se permitan seguir calentando el escaño y cobrando de todos nosotros. Eso sí que es vergonzoso y tendría que hacerles pensar, a ellos y a nosostros.
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