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¿HÉROE O VILLANO?
sábado, abril 01, 2017
LOS CANARIOS YA NO CANTAN
El arte en tiempos de corrección política
La
decisión de tapar los cuadros del Parlamento canario sobre el
sometimiento de los guanches abre el debate sobre si se deben aplicar
criterios actuales para interpretar obras del pasado
'De español e india nace mestiza', de José Joaquín Magón (segunda mitad del siglo XVIII).Museo Nacional de Antropología
En 2009, Jaén inauguró el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa,
encargado al gestor cultural Manel Miró, quien recuerda: “Las cartelas
explicativas buscaron un lenguaje contemporizador, que no incidía en la
conquista de la España musulmana, sino que hablaba de reinos moros y
cristianos. Esto recibió muchas alabanzas, menos del entonces diputado
del PP Esteban González Pons, quien dijo en su blog que si él hubiera
vivido en aquella época ‘habría cargado contra los innumerables
guerreros del desierto y el parapeto de cadenas y diez mil esclavos del
califa”.
De cualquier modo, los héroes y los villanos cambian según las épocas. De ahí la polémica suscitada en el Parlamento canario
debido a dos pinturas que presiden su sala de plenos, en las que se
representa la conquista castellana de los guanches y la entrega de una
princesa, algo que ofende a algunos políticos. “A finales del siglo XIX y
principios del XX se hacían obras historicistas que reflejaban las
ideas del momento, y entonces estaba de moda ser español”, explica
Concha García, directora del Museo de América de Madrid.
“Juzgar con criterios de este siglo las obras de otros anteriores no
tiene sentido”, zanja García. Y recuerda que cuando Hernán Cortés llegó a
México le regalaron a una mujer india que ya antes había sido vendida.
“En el caso de Canarias, yo diría que hay más ofensa en el uso de la
mujer como moneda de cambio, ya sea indígena, insular o goda”. “Una
ofensa es una metáfora, no una descripción de la realidad”, dice el
catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia Jesús Mosterín.
“La gente se ofende en la medida en que se identifica con algo, por
ejemplo con los guanches”. “Lo único objetivo es la investigación
científica. Si vamos a la historia del arte y hacemos números, una gran
mayoría de las obras son políticamente incorrectas, ya que han sido
encargadas por dictadores tremendos”. Y mete en el mismo saco el
monasterio del Escorial, el Valle de los Caídos o las pirámides de
Egipto. Ni le ofenden ni aboga por su destrucción.
Concha García tiene la impresión de que detrás de todo esto “hay una utilización política más que un verdadero sentimiento”.
¿Qué se debe hacer entonces con los cuadros canarios? “Si se decide
taparlos tendríamos que empezar a poner cortinas en medio país”,
sostiene Antonio Tejera, catedrático de Arqueología de la Universidad de
La Laguna. Para la conservadora del Museo Nacional de Antropología
(Madrid) Patricia Alonso esas pinturas recuerdan lo que ocurrió en el
pasado, y cree que “lo importante es que se conserven bien, también se
puede añadir un texto explicativo”. El Rijksmuseum de Ámsterdam modificó en 2016 hasta 300 títulos de obras porque tenían palabras que podían herir sensibilidades: enano, negro, esquimal por inuit, etcétera.
ampliar fotoLa
mesa presidencial del Parlamento canario y los lienzos de la discordia:
'La entrega de princesa' (izquierda) y 'La fundación de las Santa Cruz
de Tenerife'.Manuel Armas
Tapar fue lo que hizo el Parlamento andaluz cuando inauguró su actual
sede en 1992. Un crucificado que pertenecía al edificio, antiguo
hospital católico, quedó tras un cortinón con el escudo autonómico. La
cosa religiosa en el edificio más público de toda Andalucía abre un
debate distinto: Xavier Collel, sociólogo de la Universidad Pablo de
Olavide, considera que no deben existir símbolos religiosos en
instituciones aconfesionales o edificios públicos en una sociedad tan
diversa como la actual. Entiende que no es una cuestión de arte, sino
religiosa.
El caso de Santiago Matamoros en la capital gallega también es
religioso, pero en esta ocasión lo políticamente correcto estalló tras
los atentados del 11-M en 2004. El santo está en un recinto católico,
pero el cabildo consideró entonces que no era muy edificante la figura
del santo a caballo pateando sarracenos. Unas flores intentan tapar hoy
ese suplicio.
El negro de Banyoles
Ocho años tardaron en enterrar en Botsuana al Negro de Banyoles desde
que saltó la polémica en 1992. El indígena africano embalsamado se
exponía en ese pueblo de Girona que ese año era subsede olímpica y aquel
negro allí... “Los museos antropológicos cuidamos mucho las cuestiones
éticas porque exponemos objetos sagrados y restos humanos”, dice
Patricia Alonso. El museo está cambiando parte de la cartelería “porque
hoy resulta racista”. Pero hay una pintura titulada De español e india nace mestiza
por la que han recibido críticas por el uso de la palabra india,
“cuando los movimientos indígenas la reivindican”, señala Alonso.
Los excusas para instaurar una corrección política surgen por
cualquier motivo. Después de Banyoles, Barcelona no ha parado con lo
políticamente correcto. En 2009 se cerró el Museo Militar de Montjuïc y
se retiraron valiosas piezas. En 2012 el Parlament tapó el escudo
borbónico de la fachada del edificio, construido por Felipe V. En
septiembre de 2016 se retiró un cuadro de la reina María Cristina y su
hijo Alfonso XIII del salón de la Reina, que pasó a llamarse, desde
septiembre de 2016, Carles Pi i Sunyer, alcalde republicano de
Barcelona.
Mosterín no se anda con tantos miramientos. “La mayor empresa de
automóviles europea es Volkswagen, impulsada por los nazis. Si yo me
compro un coche me importa un bledo si fue Hitler o el Papa quien le
puso nombre. Me fijo en otras cosas”.
Con información de Raúl Limón (Sevilla), Silvia R. Pontevedra (Santiago), José Ángel Montañés (Barcelona) y Octavio Toledo (Tenerife).
“La pintura no es ciencia, es ficción”
Ante la ofensa que puede causar una obra de arte o las sensibilidades
que pueda herir, el filósofo Jesús Mosterín defiende que lo que ocurre
en los cuadros o dibujos históricos, sencillamente, no es ciencia: “Hay
que distinguir: lo que sí que es objetivo es la investigación
científica, luego están las historias que se cuentan de algunos
personajes, que sean más o menos reales no impide que haya quien se
pueda sentir identificado con ellas, lo que lleva al agravio, que es
totalmente subjetivo”.
La polémica le parece absurda, lo compara con la posibilidad de
ofenderse o asustarse al ir al cine y ver cómo se mata a gente en una
película policiaca. “Ya sabes que has ido al cine. La historia del arte
no es ciencia. Los creadores pueden representar las cosas como quieran y
nadie tiene motivo para sentirse ofendido. La diferencia entre el arte y
la ciencia es que el primero es ficción. A diferencia de las revistas
científicas-históricas en las que lo que se afirma, ya sea verdadero o
falso, pasa unos mecanismos de control y al menos otro experto lo
revisa”.
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