¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

viernes, junio 27, 2008

R U M B O A L A P L A Z A



El Futuro o El Asalto al Poder




In memoriam Crono Pio XIIII in memoriam


La máquina


Altamira Moreno Posadas Rapanelli y Fanjul








Caminando por Diagonal rumbo a la Plaza


No voy’ estar


Ese día final


ese día inicial del poder de la toma


La imaginación que me hizo caminar por allí tantas veces


Estará viva en otros contemplando otras cosas


La imaginación que movió mis dos pies y arenó mi garganta


No levantará mi brazo con el puño cerrado porque ya no estaré


Por que ya me habré muerto no estaré


No mirarán mis ojos ese cielo que tendrá color rojo sangre


No sentiré son hermanos los que junto a mi caminan


No tendré un gesto idéntico a los que marchan a la par ese día


En que todos contentos rabiosos o vaya a saber como


Ese día en este país donde tenemos todos los climas tenemos


Tomaremos por asalto el Palacio de las Cuatro Estaciones


Y las cuatro estaciones Chacarita Once Constitución Retiro



escrito por mi amigo Roberto Rapalo Blanco
La estupidez de la tensa calma*

*Luciana Peker24.06.2008

Estaba en 6º grado y no hablábamos con mis compañeras de divinas o populares sino si habíamos estado en la Plaza o en Campo de Mayo. Yo estuve ahí en la Semana Santa de una plaza realmente apiñada. Y supe después -mucho después- que lo de Felices Pascuas no fue para que comiera chocolates con orejas y confites adentro. Crecí con el terremoto de los tanques aliados que no llegaban a tiempo y con ese espanto parecido al miedo a lo desconocido que no deja dormir de noche en la infancia. Pero el terror era noticia.Yo llame a mi mamá para recriminarle que me había dejado en lo de mi abuela cuando hubo otro levantamiento militar y tenía miedo. Después no hubo zozobras, sino menemismo. ¿Lo habían votado por el salariazo? Bueno, ya sabemos. Y al que no le gustaba, se jodía. Después del menemismo -también- sabemos. En 2001 fui una de las errantes que creímos que en las calles que agolpaban cacerolas había algo más que el tilín tilín de los plazos fijos usurpados. Había fábricas recuperadas y una política deliberativa que no justificaba que un presidente elegido por el voto se vaya en helicóptero y no por las urnas.En este diario yo tengo la libertad de criticar a Cristina -porque no se ocupa de frenar el femicidio contra las mujeres ni la mortalidad materna- y leí alguna de las mejores críticas al Gobierno: Papel Prensa, con parte accionaria del Estado, contamina; la mortalidad infantil subió por primera vez en cuatro años; en Tucumán anotan a los nacidos vivos con bajo peso extremo como muertes fetales sólo para dibujar la mortalidad infantil; en Calafate, el intendente K está implicado en el asesinato de un pibe joven; no se está redistribuyendo la riqueza. Etcétera.Pero la Argentina no se paraliza por ninguna de esas noticias, sino porque un Gobierno que ganó por mayoría resolvió cobrar un impuesto a un sector del país al que le va bien y, claramente, le va mejor que antes. En conflicto tuvimos tiempo de enterarnos de que también hay pequeños agropecuarios y ya lo entendimos. También sabemos que casi ningún productor dejó de contratar pibes para la cosecha o de agravar el desmonte o saturar el suelo por iniciativa filantrópica. Digo: la mayoría de los que deberían pagar las retenciones no son angelitos que motu propio se encargan de redistribuir lo que ganan o de ganar menos si es necesario para garantizar el futuro cercano de la mayoría de los argentinos.También es lógico que si no están de acuerdo con que les hagan pagar más protesten. Igual de lógico como me parecía que protesten las enfermeras del Garrahan por ganar menos, los empleados del subte o los estudiantes secundarios cuando se les caen los techos. Sin embargo, éste es uno de los cortes con más consecuencias para los que no paran. Por la influencia directa (o indirecta) de la huelga, los alimentos aumentaron y van a terminar aumentando más. Eso lo vamos a pagar en la clase media y va a empobrecer mucho más a los pobres. ¿Estoy repitiendo los argumentos del Gobierno? Creo que así como la libertad de expresión es un derecho, también vale disentir con quienes disienten.
No estoy de acuerdo con que la Gendarmería intervenga en un corte de ruta ni con que se criminalice ninguna protesta social. Aun cuando -creo- hay diferencias entre los piqueteros que cortaban la calle porque la exclusión los había dejado en la calle y los ruralistas que ya ejercen su protesta a través de un lock out. Igual, no es un avance que ni a ellos -ni a nadie- la policía se los lleve por protestar.
Quedan menos de cuatro años. Parece una obviedad pero no lo es en un país con la garganta al cuello. Se puede volver a votar. Pero cuando vuelva a votar quiero poder elegir a un gobierno que si decide gravar las F100 para repartir hierro entre los menores de un año, pueda hacerlo sin que vuelva el juego de la silla con el sillón de Rivadavia.
El miedo a que un presidente, y una presidenta todavía más -porque en un país machista a una mujer se la prejuzga más frágil-, caiga no es, en la Argentina, chocolate por la noticia. Yo, al menos, quiero un gobierno con poder de decisión, sectores sociales con libertad de protestar y ciudadanos con capacidad de votar. Pero no más ese miedo con el que crecí de que los (y las) presidentes se muden antes de tiempo. Desde los 11 años que la historia en vivo y en directo me enseñó que el miedo no es santo: ¿la Argentina creció o sigue siendo un país en donde la democracia no deja de decir por la tele esa estupidez de la tensa calma?
Luciaba Peker es la hija de una amiga,Cristina Villanueva

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