¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, diciembre 12, 2015

A FRANCISCO NO LE GUSTA EL GARCA FARANDULERO CORRUPTO QUE SE LLAMA MACRI

Polémica por la ausencia de un mensaje del Papa argentino

Antes de las elecciones, Francisco solo dijo “ya saben lo que yo pienso, que voten en conciencia”

 Buenos Aires .

El papa Francisco, en la plaza de San Pedro del Vaticano. / CLAUDIO PERI (EFE)
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El Papa Francisco, un argentino de origen peronista, ha pasado de tener una enorme presencia en la política de su país a desaparecer por completo desde la victoria de Mauricio Macri. Tanto que su silencio está generando una cierta polémica periodística en Argentina y tiene molestos a algunos macristas, sobre todo los más cercanos a la iglesia, aunque oficialmente se insiste en que este no es un tema importante. El Papa no ha llamado a Macri para felicitarle, ni ha trasladado ningún mensaje, ni ha hablado sobre el asunto. Oficialmente el Vaticano señala que el Papa nunca llama a ningún jefe de Estado tras unas elecciones. Pero Macri no es cualquiera. Es el presidente del país del Papa, y además tuvieron una estrecha relación no exenta de momentos tensos cuando Francisco era obispo de Buenos Aires y Macri alcalde. El Papa se ha visto cinco veces con Cristina Fernández de Kirchner desde que fue nombrado, por eso muchos católicos que han votado a Macri se preguntan ahora por qué el Papa no tiene ese gesto. De hecho en Buenos Aires se prevé que pueda suceder en cualquier momento, aunque aún no lo ha hecho y eso que Macri ya ha recibido la llamada de felicitación personal de casi todos los mandatarios importantes del mundo, incluido Barack Obama.
Poco antes de las elecciones en su país, Francisco solo dijo "ya saben lo que yo pienso, que voten en conciencia", algo que muchos interpretaron como un apoyo al peronista Daniel Scioli. Aunque nunca lo ha expresado con claridad, en Argentina se da por hecho, incluso entre los macristas, que el Papa prefería a Scioli. "El Papa no mueve ni 10 votos en ningún país, aunque sea argentino", aseguró molesto Jaime Durán Barba, el principal asesor de Macri durante su largo camino hasta la Casa Rosada. "Nadie va a votar pensando en el Papa. Francisco no está contento con nosotros por nuestra apertura a los homosexuales", dijo Durán Barba.
Se refería a una polémica de 2009, la principal que hubo entre Macri y Francisco. Hubo una sentencia a favor de una unión de hecho entre dos homosexuales –entoces aún no existía la ley de matrimonio gay que promovieron los Kirchner y a la que Macri se opuso- y el ayuntamiento renunció a su potestad para recurrir el fallo. Bergoglio hizo una nota durísima en la que dijo que "Macri faltó gravemente a su deber de gobernante". Pero desde entonces pasaron muchas cosas y no parece que Macri y Francisco tengan una mala relación.
Algunos creen que el Papa en realidad lo que busca es alejarse de la política argentina, que tantos problemas le ha traído, para concentrarse en sus verdaderos problemas, esto es su batalla interna dentro de la Iglesia. De hecho su viaje a Argentina de momento parece pospuesto para 2017. Antes habrá ido a la mayoría de Latinoamérica pero no a su país, del que parece querer distanciarse un poco ante la evidencia de que cualquier gesto suyo le convierte en un gran protagonista en su patria.

El bastón argentino

La vara de mando de los presidentes se confeccionó durante muchos años en caña de Malaca, con puño y regatón de oro de dieciocho quilates, más dos borlas
El bastón de mando de los presidentes de la República Argentina se confeccionó durante muchos años en caña de Malaca, con puño y regatón de oro de dieciocho quilates, más dos borlas. Así fue hasta el final de la dictadura. Entonces el presidente Raúl Alfonsín decidió cambiar los materiales y el diseño, y le encargó el bastón nuevo a Juan Carlos Pallarols, el sexto vástago de una dinastía de catalanes emigrados que ha hecho hasta cálices para el Vaticano.
Como el país estaba arruinado, Pallarols sustituyó el oro por la plata, que es justamente la que da su nombre a la Argentina y además es más barata; y como la caña de Malaca era un producto de importación que traían los ingleses de sus colonias, eligió en cambio el urunday, un árbol autóctono que crece en el norte el país y que brilla por sí solo, simplemente con acariciarlo un poco, sin necesidad de lacas ni de barnices. Pallarols le puso además al puño un escudo de la República con veinticuatro cardos alrededor, uno por cada provincia, y tres pimpollos en representación irredenta de las Malvinas. A cambio pidió únicamente un peso en pago. Desde entonces, le ha tocado a él hacer, a ese precio y cada diez de diciembre de año preelectoral, los bastones de mando de los presidentes sucesivos: Menem, De la Rúa, Rodríguez Saá, Duhalde, Kirchner, Fernández?
Para el bastón de mando que debía empuñar el nuevo presidente Mauricio Macri, Pallarols decidió enriquecer todavía más su metáfora patriótica. Así que esta vez se llevó el bastón en el que estaba trabajando a un viaje por todo el país. Por donde pasaba invitaba a los argentinos a dar un golpe de cincel en la empuñadura, para que fuese la obra del pueblo. Lo que en su taller del barrio de San Telmo le hubiese llevado quince días le consumió de este modo un año de trabajo. Participaron miles de espontáneos, incluida una mujer que en vez de uno dio dos golpes de cincel: «Uno por cada hijo que perdí en las Malvinas», le dijo al platero. Este era el bastón que iba a estar entre las manos del nuevo presidente.
Y sin embargo no ha sido así. Como se sabe, el traspaso de poderes en Argentina ha acabado convirtiéndose en algo muy argentino también: en uno de aquellos dúos recriminatorios de Pimpinela. Cristina se negaba a entregar el bastón y la faja -la faja ceremonial, se entiende- en la Casa Rosada, y Mauricio no quería recibir estos atributos del poder en el Congreso. Y el bastón del catalán se encontró en medio de este pulso entre lo saliente y lo entrante. Unos le decían que no entregase el bastón, los otros se lo exigían? El caso es que, al final, el presidente Macri, que había encargado por su cuenta otros tres bastones por si acaso, decidió adoptar el de otro orfebre.
Por lo que sé, ese otro bastón de mando está hecho en otra madera argentina, el petiribí que crece en los claros de las selvas de Misiones, y lleva incrustaciones de turquesa, ónix y jade, además del viejo lema «En unión y libertad». No lo he visto, así que no sé si la Argentina gana con el cambio. Quizás el cambio, en esto como en lo demás, sea por sí mismo algo bueno. Pero había algo que me gustaba en el bastón de Pallarols: era esa idea de que lo habían hecho los argentinos, que solo se lo daban en préstamo al presidente. Y también me gustaba su valor didáctico. No se puede decir que haya funcionado muy bien para todos los presidentes que se han apoyado en él, pero el bastón constituía en sí mismo una advertencia. Porque la madera de urunday tiene otras características además de su brillo natural: es a la vez muy resistente y flexible, no se tuerce nunca, no la invade ningún parásito. Sobre todo, no se corrompe nunca.

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