Los socialistas portugueses no aprovechan toda la derrota conservadora en las municipales
Los independientes y los comunistas, las fuerzas más beneficiadas
Los resultados finales de las elecciones municipales celebradas el domingo en Portugal, que se conocieron el lunes por la tarde, confirmaron la victoria histórica de los socialistas y el peor resultado de su historia de los socialdemócratas (conservadores). El principal partido del Gobierno de Pedro Passos Coelho tiene previsto reunirse este martes en Consejo Nacional y quiere celebrar su congreso a comienzos de 2014. Ha sido una dura derrota, peor que la que vaticinaron los sondeos, una «hecatombe», como la definen muchos medios.
Las humillantes derrotas sufridas en las dos principales ciudades, Lisboa y Oporto,
dejaron al Partido Social Demócrata (PSD) en estado de «shock» al
comienzo de la noche electoral. Después se unió la pérdida de Gaia, Sintra, Coimbra, Portalegre y siete ayuntamientos en Madeira.
Se perdieron alcaldías, algunas emblemáticas, y votos. Aunque la fuerte
erosión en las ciudades no la ha sabido aprovechar totalmente el
Partido Socialista (PS) y quienes más han ganado son los independientes y los comunistas.
Abstención
La abstención también hizo historia al llegar al 47,41%, casi siete puntos más que hace cuatro años.
El nuevo mapa electoral es
más rosa (color de los socialistas) y menos naranja (de los
socialdemócratas). Ha habido cambios significativos en muchas alcaldías.
El PS pasa de tener 122 ayuntamientos a 148 (36,25% de los votos) y el PSD reduce su presencia en el poder local al pasar de 138 a 106 (26,45%), 20 de las cuales en coalición con otros partidos.
Como tercera fuerza municipal están los comunistas (CDU), que crecen de 28 a 34 ayuntamientos, presentes sobre todo en la zona del Alentejo.
La derecha, CDS-PP, que apenas presenta candidatos en solitario, se ha visto igualmente reforzada al pasar de una a cinco alcaldías. Y los independientes conquistan 13 ayuntamientos. El Bloco de Esquerda (BE), por su parte, se queda sin ningún ayuntamiento en las primeras elecciones sin su líder de referencia, Francisco Louçã.
Unindependiente, Rui Moreira, va a dirigir la segunda ciudad del país, Oporto, y servirá de prueba al futuro de los movimientos nacidos en la sociedad civil. El nuevo marco local puede tener consecuencias nacionales y
Oporto se convierte en el laboratorio político del país. La candidatura
de Moreira ha tenido el apoyo de un grupo de ciudadanos, la elite
cultural y económica de Oporto, que demostraron su ruptura con el
sistema partidario, con la forma de hacer política.
Tercer mandato
El otro gran vencedor de la noche fue el socialista Antonio Costa,
reelegido por tercera vez alcalde de Lisboa. Su victoria le abre otra
vez las puertas de su partido. Los analistas coinciden al señalar que
tras la contundente victoria de Costa, con casi el 51% de los votos, el alcalde lisboeta «tiene el partido y el país a sus pies».
Simbólica también fue la victoria socialista en Vila Real, distrito en el que nació el primer ministro, Passos Coelho.
En Madeira
se han producido igualmente cambios radicales porque los once concejos
han dejado de ser del PSD, que ha visto reducido su poder a cuatro. En
la capital, Funchal, un socialista preside una coalición de seis partidos.
El caso raro se ha producido en Braga, donde el PSD no ha perdido ayuntamientos sino que ha ganado dos a los socialistas y ahora tanto el PS como el PSD controlan siete alcaldías.
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