¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

martes, octubre 08, 2013

CUIDEN A CRIS

CRISTINA EN LA FUNDACIÓN FAVALORO

La salud institucional

Hoy la Fundación Favaloro funciona a pleno, y no tiene las urgencias financieras de hace 13 años.

Hoy por la mañana, en las instalaciones de la Fundación Favaloro, pleno barrio de San Cristóbal y a tres cuadras del Congreso Nacional donde se desempeñó como diputada y senadora por espacio de una década, Cristina Fernández de Kirchner será sometida a una intervención quirúrgica. A criterio de los médicos, esto permitirá aliviar el hematoma cerebral que durante el último fin de semana la llevó a realizarse diversos estudios y que, finalmente, concluye con esta pequeña cirugía. Facundo Manes, el neurocirujano a cargo de la intervención y director del Instituto de Neurociencias de la fundación, es radical, como lo fue el padre de Cristina, Eduardo Fernández. Su madre, Ofelia Wilhem, en cambio, tiene larguísima militancia en el peronismo y tiene en común con René Favaloro –creador de la fundacion homónima– no solo ser platense, sino hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Favaloro fue un destacado hombre público que se quitó la vida el 29 de julio de 2000. Antes de dispararse un balazo, dejó una carta escrita unas horas antes pero que todavía repiquetea en las mentes de los médicos, de las oficinas públicas y de las grandes empresas dedicadas a la salud.
Fue a siete meses de haber asumido Fernando de la Rúa, y Favaloro le había enviado otra carta al flamante presidente en la que le pedía auxilio financiero. El descargo de De la Rúa fue que la carta llegó a sus manos después del suicidio de Favaloro.
La carta póstuma de Favaloro decía: "Debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos; como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto". Favaloro se despachaba contra las obras sociales sindicales y contra el PAMI, contra el sistema del "ana-ana", que en la jerga de los médicos significa el reparto de las coimas.
Hoy la Fundación Favaloro funciona a pleno, fue el lugar elegido por la presidenta y por su equipo médico para ser operada porque es un lugar de excelencia y porque no tiene las urgencias financieras de hace 13 años. Pero el grito desgarrador de Favaloro está olvidado por la corporación médica y política. Algunos de los comunicadores y políticos que machacan a diario con "la corrupción del populismo" deberían recordar qué aire se respiraba en la Argentina en esos años. Además, deberían entender un poco más las raíces estructurales de la corrupción en vez de pensar en el próximo escándalo.

EL CIMBRONAZO DE GOBERNAR SIN CRISTINA. Los mecanismos de información sobre la salud presidencial no tienen un protocolo predeterminado. Es cierto que la sorpresa del comunicado leído por le vocero Alfredo Scoccimarro ayudó a que aumentaran las preguntas formuladas en las primeras horas de conocido el diagnóstico de Cristina. Más allá de los oportunistas de siempre, es tan cierto como que todos los pasos posteriores despejaron cualquier duda. En primer lugar porque el segundo parte fue firmado ayer por el propio Facundo Manes, lo cual quita del medio las suspicacias de que un informe médico pase por el tamiz de la política. En segundo lugar, y cosa muy importante, porque ayer mismo al mediodía el vicepresidente Amado Boudou se hizo cargo formalmente del Poder Ejecutivo. El artículo 88 de la Constitución Nacional prevé que "en caso de enfermedad" y otra serie de tópicos es el vice quien debe remplazarlo. Desde ya, una vez que el presidente recupera sus capacidades, regresa automáticamente a la titularidad del Ejecutivo. No era preciso que Boudou asumiera ayer, podría haberse demorado, pero sin duda para evitar suspicacias, todo se hizo rápido y en forma.
De ahora en más, habrá que esperar las novedades médicas para ver la evolución de la jefa de Estado. De aquel primer "reposo por 30 días" a esta intervención no hubo nada extraño: simplemente que el domingo, dado que Cristina sintió un hormigueo en un brazo, con la conformidad de la paciente, los médicos decidieron cambiar de planes.

ENSEÑANZAS Y NEGOCIADOS. La velocidad en la toma de decisiones, la eventual corrección de medidas que pudieran resultar confusas y la utilización de procedimientos claros, ayudaron a que con el correr de las horas la única preocupación sobre la salud de Cristina sea solo la salud de Cristina. Esto puede servir para propios y ajenos. O, lo que es mejor, para comprender que no todo en la vida ni en la política puede dividirse entre propios y ajenos. Aquella corrupción estructural que denunciaba Favaloro, un hombre liberal que hasta fue condescendiente con la última dictadura, involucraba a sindicalistas y a médicos y empresarios de salud. La vergüenza del PAMI de la época de Víctor Alderete siguió vigente con la intervención de Cecilia Felgueras, Horacio Rodríguez Larreta y Daniel Tonietto. Ese trío supuestamente era para que tanto el radicalismo, como el peronismo y el Frepaso tuvieran un representante en la obra social de los jubilados. La realidad era que los negocios seguían y en todo caso había más invitados a la parte oscura del negocio.
La maquinaria de las auditorías, de las sobrefacturaciones, de las prestaciones inexistentes, de los juicios comprados, seguía existiendo. Siempre se supieron los nombres de los "operadores" de la caja negra de la salud. Víctor Alderete era ucedísta, del riñón del liberalismo gorila, pero llegó en un gobierno radical de la mano de Jorge Gándara, de la junta coordinadora y que había llegado a ser secretario de Coordinación Económica de ese gobierno. La consultora que luego creó Gándara era contratada por sindicatos peronistas. La mejor prueba es que, antes de pasar al PAMI estaba al frente del Instituto de Servicios Sociales Bancarios, dependiente del todopoderoso Juan José Zanola, ahora preso en solitario, como si en vez de haber sido un eslabón más de una fuerte cadena de corrupción se tratara de un lobo solitario. La vocera de Zanola era Alejandra Rafuls, esposa de Jorge Gándara y que tiene una influyente agencia de comunicación que sobrevivió los escándalos del PAMI y los de la Obra Social Bancaria. No son pocos los ministerios o gobernadores que hoy pagan suculentas sumas a la consultora de Rafuls por algo que ni los cronistas de décadas de oficio podrían entender. Siempre se dice que los medios pagan a los periodistas para que escriban artículos y que reciben dinero para publicidad de modo tal que esos artículos estén alrededor de los anuncios pagos. Que se sepa, Rafuls no emite publicidad ni escribe artículos, de modo que sus habilidades están en otra parte.
En el radicalismo podrán existir los Gándara y las Rafuls pero también existe Aldo Neri, un médico sanitarita que años antes de ser ministro del área de Raúl Alfonsín estuvo al frente de la cartera provincial de Salud de Río Negro. Eso fue durante el último gobierno de Juan Perón, cuando el cardiólogo Domingo Liotta, peronista, había armado el Sistema Nacional Integrado de Salud. La realidad es que a partir de los noventas se terminó de desintegrar completamente ese sistema, a través de la provincialización completa de los servicios –que habitualmente están desfinanciados-, con obras sociales sindicales que en muchos casos operan con la lógica de las empresas privadas y con sistemas privados que cobran cuotas mensuales desmesuradas y que, por supuesto, no incluyen todas las prestaciones. Según la Organización Mundial de la Salud, el gasto total en salud representa en la Argentina alrededor del10% del PIB. Alrededor del 20% de esos gastos son en los hospitales municipales, provinciales y nacionales, el 30% en obras sociales nacionales y provinciales. El 50% restante es del sector privado.
Además de los sueldos a trabajadores de la salud (incluyendo médicos), una parte sustantiva de los presupuestos del área va a adquisición de aparatos y de productos medicinales. Gran parte de la aparatología es importada y las auditorías podrían deparar tremendas sorpresas acerca de por qué se compra tal o cual equipo. Respecto de los medicamentos, la gran mayoría proviene de los grandes laboratorios. Ya una vez, cuando el médico Arturo Illia era presidente tuvo la peregrina idea de controlar la ganancia de esas empresas. Hubo una ley, se la conoció con el nombre del ministro de Salud de entonces, era la ley Oñativia. La foto del salteño don Arturo Oñativia no está desparramada al lado de la elegante señora de cofia que hace seña de silencio. Habrá que preguntarse qué entienden por hacer silencio en muchas oficinas donde se decide la salud de la República.

EGEA. Hace cinco meses, un viejo amigo y compañero, Daniel Egea, también platense, pero de Estudiantes, se cayó de una escalera y se le formó un coágulo que debió ser operado de urgencia. Hasta hace 15 días estuvo en terapia intensiva en una clínica privada, gracias a que Egea tiene un buen plan de una prepaga. Una cama de terapia intensiva vale entre cinco y diez mil pesos diarios. Egea está inmóvil, peleando entre la vida y la muerte, con muy pocos momentos de lucidez. Por consejo de un prestigioso médico neurocirujano fue trasladado a otro hospital. Victoria Egea, hija de Daniel, cuando fue a buscarlo para el traslado encontró todas las resistencias del caso. No le daban ni la historia clínica. Algunos allegados hacían las cuentas de lo que esa clínica había facturado con Egea.
No puede pasarse por alto que creció la inversión en la salud pública durante esta década. El prestigioso neurocirujano –cuyo nombre no debe publicarse porque es uno de los consultados a raíz del cuadro clínico de Cristina– en un momento en que pensaban en operar de nuevo a Egea dijo, sin dudar: el mejor lugar es El Cruce. Es un hospital nuevo, que tiene presupuesto público, de Nación y Provincia. Está en Florencio Varela, un lugar donde la desocupación en 2001 llegaba al 50%. Hoy, la nueva universidad Arturo Jauretche de esa localidad tiene una gran demanda de inscriptos para la carrera de Enfermería. Estas son pruebas de que desde el Estado se puede. Claro, siempre y cuando la claridad de procedimientos, el control de gestión y la planificación a escala nacional sean la meta. -

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