¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

viernes, abril 12, 2013

Y PARA LOS ALEMANES LAS ESPAÑOLAS SON PUTAS Y LOS HOMBRES VAGOS...LOS EUROPEOS SE AMAN.

EXPERIENCIAS DE UNA ESPAÑOLA EN ALEMANIA

"Los alemanes son guarros, misóginos y muy excluyentes"

"Los alemanes son guarros, misóginos y muy excluyentes"
La dificultad para entablar relaciones con alemanes es el primer obstáculo con el que se encuentran los emigrantes. (Corbis)
“La sociedad alemana no se parece nada a la imagen idílica que los españoles tienen de ella. No es recomendable irse a la aventura, y mucho menos si no se domina el idioma a la perfección, por muy bilingües que seamos en inglés”. Son las palabras de Fátima Casaseca, una española que conoce de cerca la realidad del país teutón, donde lleva varios años viviendo. Primero en Berlín y ahora en la pequeña localidad de Baden Württemberg, cercana a Baviera. Allí vive con sus tres hijos y su marido alemán. Cuando fue madre decidió escribir sus experiencias en forma de diario, pues dudaba entre “cortarme las venas o desahogarme un rato”. Evidentemente, eligió la segunda opción, cuyo resultado ha salido a luz en forma de libro: Una mamá española en Alemania (Planeta).
Con un estilo irónico, “para linchar complejos”, y dedicado “a los que creen que los teutones son todos altos, rubios y amarran a sus perros con jugosas longanizas”, Casaseca no deja títere con cabeza. Y es que Una mamá española en Alemania  promete convertirse en la contraguía de referencia para la emigración española que está reeditando el clásico “¡vente pa’ Alemania, Pepe!”.

“Los dos primeros años que uno echa en Alemania suelen ser muy duros a nivel social, sobre todo para los españoles. Aquí la gente se relaciona de manera diferente, es menos extrovertida y espontánea. Al principio te desesperas porque es difícil hacer amigos, aunque también es cierto que cuando los haces son para toda la vida”, explica la escritora. Es por ello que Casaseca habla de la “barrera de los dos años”. El tiempo que marca la diferencia entre los emigrantes españoles que acaban tirando la toalla y los que no. A partir de este tiempo, dice, la vida en Alemania comienza a ser “más normal”.

Willkommen sí, pero solo donde sobra trabajo

La barrera temporal de la que habla Casaseca nunca podrá superarse sin un buen nivel de alemán. “Son muy cerrados y si no hablas su idioma es imposible que te acojan bien. El inglés no es suficiente, a no ser que seas un ingeniero altamente cualificado y una multinacional necesite de tus servicios”, cuenta. Además, los españoles jugamos con desventaja porque “la imagen que tienen de nosotros es la misma que tienen del resto de gente del sur de Europa; es decir, consideran que nos metimos solitos en la crisis y que solitos tenemos que salir de ella, sin su ayuda”.
No es recomendable irse a la aventura, y mucho menos si no se domina el idioma a la perfección
La generalización del mito de que “los españoles nos roban” conlleva un cierto rechazo en algunas ocasiones. “En las ciudades donde no hay mucho empleo y llegan profesionales sin cualificación pueden darse reacciones de rechazo; aunque este no es el caso de mi localidad, donde hay bastante trabajo y todos los españoles que vienen tienen carreras técnicas que aquí escasean”. Es por ello que no entiende por qué todo el mundo quiere irse a Berlín. “Es cierto que es una ciudad con mucho encanto, pero para buscar trabajo es mejor irse a ciudades de Alemania Occidental donde hay más trabajo o, incluso, a pequeños pueblos donde se concentra la actividad industrial”, recomienda Casaseca.
Si los alemanes tienen injustos estereotipos sobre los españoles, en nuestro caso es todo lo contrario, pues “creemos que son como nosotros en versión formal y rica, pero no es así. Algunos de los aspectos “desconocidos” de los alemanes que más sorprendieron a la escritora cuando llegó a Alemania fueron su falta de higiene, su desapego a la familia, su machismo, su “acelguismo emocional” y su pasión por la homeopatía. “Es curioso el miedo que le tienen a la ducha, la suciedad de las calles o la falta de higiene de los restaurantes”, relata Casaseca. Tampoco van al médico no vacunan a sus hijos, añade, “porque prefieren ir al homeópata”.
Mucho esfuerzo para convertirse en la excepción
De todos los prejuicios de la sociedad alemana, contra el que más ha tenido que luchar la escritora es el machismo: “Las madres trabajadoras estamos muy mal vistas, hasta el punto que tienen un concepto para definirnos que, traducido al español, significa ‘madre-cuervo’”. La escritora sigue explicando que todas las responsabilidades familiares se les cargan a las madres, por lo que “o haces malabarismos o es imposible trabajar”.
Creemos que son como nosotros en versión formal y rica, pero no es así
Precisamente, las madres de familia son carne de cañón para los famosos minijobs, que copan mayoritariamente junto a los universitarios y jóvenes recién licenciados. Una opción “muy mal pagada que lleva a muchas madres a preferir quedarse en casa, ya que tampoco tienen ayuda doméstica”.
Fátima Casanova ha logrado convertirse en la excepción. Es madre de tres hijos, trabaja, tiene muchas amistades y vive felizmente con su maromen (compañero sentimental en alemán). Tampoco le falta su grupo de amistades españolas, de quienes vive cerca y con las que tiene la suficiente confianza como para contrastar sus impresiones sobre los alemanes. “Por ejemplo, si mi marido está loco o solo se trata de que es alemán”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un comentario muy real. Coincido en un 80 %.

Así son. Pero te faltó decir que se levantan muy temprano (incluso en invierno) que trabajan a conciencia y que la palabra vago está fuera de su diccionario.

Por ello, miran a los países con dificultades económicas con muchas aprensiones y razonan de una manera muy simple (y quizás a nuestra manera de ver poco solidaria): "¿Por qué, si yo me deslomo trabajando, me jubilo a los 65 años y no evado impuestos, tengo que ayudar con mis contribuciones al fisco a países que tocan la guitarra todos los días de la semana hasta altas horas de la noche, o poner plata para países que se jubilan con 50 años y menos aún, o que viven engañando a la renta, pagando nada o mucho menos de los que les corresponde?".

Pero como dice la autora, hacer amigos es muy difícil, pero una vez que te aceptan: ES PARA TODA LA VIDA.

Vivir en Alemania a un latino le será siempre, y al principio muy difícil. Pero en la medida que acepte que vive en un país que quiere seguir viviendo y que se respeten sus constumbres y lo aceptas, todo te será más más fácil. Hasta podrá llegar un momento que los aceptarás y valoraras su manera de ser.

En cuanto a machistas disiento totalmente. Los alemanes puedes machistas hasta los 40 a lo sumo, después de esa edad son esclavos de sus mujeres que los tratan casi como esclavos. Una alemana vieja y arrugada los tiene muy cortitos y manda en su casa y fuera de ella. Quien sabe la autora, por ser españolo, le resulte un cambo difícil, pero que observe a su alrededor y me contará.

En cuanto al idioma. Coincido mucho con ella, pero vale una aclaración. A los alemanes les revienta que les quieran hablar en inglés. Todos los medianamente cultos lo hablan pero muy a desgano y por necesidad.

Así que el que quiera vivir en Alemania que pase por la Goethe urgente, sino no le va a ir muy bien. FIN.