¿HÉROE O VILLANO?

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sábado, septiembre 17, 2011

COLONIALISMO MENTAL



Acerca de los “rankings” de universidades o del falso dilema entre calidad y equidad

Carolina Scotto (¤)
El miércoles 7 de setiembre algunos diarios argentinos difundieron los resultados de un ranking de universidades obtenido por un indicador denominado QS World University Rankings. La Universidad Nacional de Córdoba (UNC), como la gran mayoría de las latinoamericanas, no aparece en ese listado. Un artículo de La Voz del Interior afirmó que no nos fue bien en esa evaluación; peor aún, que estaríamos “fuera de juego”.
Es importante aclarar, en primer lugar, que por distintas razones la UNC no envió los datos que esas empresas requieren para hacer el ranking mencionado, pero en especial por no coincidir con este tipo de clasificación de las instituciones de educación superior.
Para el cálculo del índice, es necesario proporcionar datos de la institución -por ejemplo, correos electrónicos de docentes y de empleadores de graduados- con los que, suponemos, se conforma luego la población de encuestados. La UNC no facilitó esa información, por lo que desconocemos si fue o no evaluada y, si la evaluación se produjo, obviamente fue incompleta.
Por otra parte, vale la pena observar que los resultados que arrojan distintos rankings varían de manera considerable, porque cada uno de ellos mide o recolecta diversos datos o lo hace de diferente manera. Pero, más allá de la variabilidad de los resultados basados en criterios de clasificación heterogéneos, los indicadores que se toman en cuenta sólo tienen adecuada aplicación en otras realidades sociales y culturales y para otros perfiles institucionales, lo que es lógico porque están generados para medir, sobre todo, a las instituciones que participan de su diseño.
Trabajos científicos. Uno de los indicadores, por ejemplo, son los trabajos científicos publicados en revistas internacionales, principalmente en inglés, mientras que las publicaciones de los investigadores que quedan en el ámbito de nuestra comunidad lingüística no son tenidos en cuenta.
A la hora de medir la reputación de una Universidad entre los empleadores, las encuestas tampoco llegan de la misma manera a empresas locales que a empresas multinacionales situadas en los países centrales. En relación con otra de las variables, la movilidad estudiantil, es bastante evidente que, por distintas causas, son muchos menos los estudiantes extranjeros que eligen las universidades latinoamericanas y que el intercambio es siempre más intenso entre los países más desarrollados.
Por otra parte, es fácil comprender la enorme significación sociocultural que tienen nuestras universidades públicas gratuitas para el fortalecimiento de los lazos sociales y el aumento de la movilidad social: la educación superior consigue que más ciudadanos posean mejores herramientas para su inserción laboral y para aportar al crecimiento, sin otras restricciones que la idoneidad y la disciplina para el estudio.
La UNC aporta, cada año, 6.500 nuevos graduados, con parámetros de calidad cada vez más consolidados. A la vez, la inversión educativa del Estado financia la mayor parte de la producción de nuevo conocimiento científico básico, aplicado o de significación estratégica, algo que ninguna institución con fines de lucro tiene por qué proteger.
¿A alguien escapa que todos esos beneficios son esenciales para el fortalecimiento y la calidad de las instituciones democráticas y el desarrollo económico con mayor equidad social? ¿O es que no se advierte la transformación social que, gracias a la educación pública, permite que los hijos de padres analfabetos o apenas alfabetizados puedan acceder a una carrera profesional o científica y ganar un horizonte de crecimiento personal y laboral cualitativamente diferente al de sus progenitores? ¿O se ignora que la mayor parte de los mejores graduados, de nuestros más destacados científicos, son hijos de la educación pública, tanto por ser accesible como por tener una gran calidad?
Los defensores de los rankings son los mismos que pretenden confundir el debate sobre la educación superior presentándolo como un dilema entre calidad y equidad, cuando sabemos acabadamente que muchos de los modelos de mercado con los que se ha intentado medir o moldear el régimen universitario en distintos países no pueden exhibir ninguna diferencia cualitativa significativa frente a los sistemas públicos y sí, en cambio, son directamente responsables, por su carácter restrictivo, de la consolidación y, por lo tanto, del agravamiento de la inequidad social.
Son los mismos que invocan la autonomía universitaria sólo cuando los universitarios manifiestan vocación y compromiso social. En caso contrario, prefieren que las reglas del mercado y parámetros de eficiencia de las empresas privadas determinen la lógica de producción y criterios de evaluación de las universidades, mirando a la autonomía como una vetusta retórica burocrática y a la universidad como una empresa mal gerenciada que debiera aprender más del mercado.
Nuestra reputación académica merece un análisis más ponderado de factores como las culturas institucionales, las condiciones socioeconómicas, los objetivos sociales, el financiamiento, la cobertura, para luego medir, sobre esas bases, la calidad de procesos y resultados.
Evaluar el desempeño académico propio no se parece en nada a intentar participar de una competencia en la que sólo juegan los miembros de un club cerrado que fija las reglas y al que no se
pertenece.
(¤) Rectora. Universidad Nacional de Córdoba

Todos los años aparece este índice,estos titulares y las susodichas encuestas.
Las universidades del hemisferio norte juzgan como eurocentristas,como parte de la civilizacion del hombre blanco,a todos los que tenemosotra cultura,otros sueños y otros objetivos.
Nos miden con SU vara de medir.
Los imbéciles del planeta,que idolatran a las universidades de los EEUU,Gran Bretaña o Francia nos DESCALIFICAN.
Nos mandan a segunda B mundial de la Education.
Si seremos negros,brutos,ignorantes y boludos,que además de dejarnos saquear,robar las tierras y materias primas,les decimos"si Bwana"...
Copiamos su sistema de estudios,abandonamos nuestras tradiciones y nos echamos en sus manos de buenos colonizadores,nosotros que somos "buenos salvajes".
Y hay pelotudos que se lo creen haciendo "masters" y pagando miles de dolares en sus universidades mercantiles.
Que se metan los títulos y calificaciones por el tujes.

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