¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

lunes, enero 31, 2011

DILMA


“La mandataria de Brasil es una ‘hija’ de las Madres”


Durante su breve estadía en Buenos Aires, la flamante presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunirá con las Madres de Plaza de Mayo. Toda una definición.

Previsiblemente, el encuentro entre Dilma y Hebe no será título de tapa en los diarios que ya sabemos. Habrá que buscar en otros medios la mirada que se detenga en este nuevo gesto simbólico de la mandataria en su primer destino oficial.

La Argentina es el primer país del mundo que Rousseff visita en calidad de presidenta, y entre la apretadísima agenda, la brasileña ha decidido reservarse un espacio para conversar con las luchadores del pañuelo blanco. Seguramente, repasarán sus puntos en común, que no son pocos.

Dilma forma parte de la generación de los hijos de las Madres. Cuando la abracen, las Madres estarán reivindicando la plenitud de una vida vivida sin dobleces, en el apasionante desafío de vivir multiplicado por los demás, junto a sus iguales, como la ahora mandataria aprendió en la cárcel adonde la confinó la dictadura de su país. Las Madres la saludarán por su actual función en la principal nación de la región sudamericana, y también por su historia personal.

Como Rousseff, muchos de los hijos de las Madres emprendieron el camino de la lucha armada porque buscaban “la palabra justa”, como dijo el poeta Franciso Urondo, él también un combatiente.

Luchaban por un país más justo, en un continente infinitamente más unido y hermanado. Los protagonistas de esas peleas intentaron todo lo que pudieron no poner por delante sus distintas estrategias de lucha. Unos con las armas, otros con la palabra; unos en el monte, otros en la universidad; junto a los obreros y los campesinos, porque ellos mismos lo eran: campesinos y obreros, miembros activos y conscientes de la clase trabajadora, que habían logrado sintetizar el sueño revolucionario, hacerlo carne y uña con el pueblo que componían, como nunca más ocurrió en la rica y compleja trama popular latinoamericana. Hasta ahora.

Las Madres aprendieron de esa enseñanza histórica y jamás los dividieron por sus pertenencias políticas. Los reivindicaron a todos por igual, llamándolos, simplemente, conmovedoramente, “nuestros hijos”, socializando su vínculo filial, que ahora alcanza hasta Dilma. Emociona decirlo así, pero sin dudas la presidenta de Brasil es una “hija” de las Madres.

Tantos años después de aquellas batallas, las circunstancias que atraviesa el continente permiten repensar los sueños revolucionarios y liberadores de los hijos de las Madres y los compañeros de Dilma, esta vez con posibilidades ciertas de verlos concretados.

Dos generaciones después, una mujer se estrechará con quien podría ser su hija en un abrazo profundo. Será muy cerca de la Plaza de Mayo. La transformación positiva y verdadera del continente está mucho más cercana que la palabra nunca.

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