TOMA BANANA!!!!!!!!!!!!!!!

UN VACÍO LEGAL LE PERMITE DECLARARSE AUTOR DEL GESTO

Un empresario español patenta el corte de mangas

El empresario Enrique Guzmán ha registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas el tradicional gesto conocido como “corte de mangas”, consistente en superponer un antebrazo sobre el brazo contrario elevando el puño de éste al aire. Dicho gesto, generalmente usado para mostrar indignación o reforzar expresiones como “y una mierda”, era hasta ahora de dominio público. Guzmán argumenta que no lo ha registrado por el simple afán recaudatorio sino con la intención de “forzar a la gente a recuperar las buenas maneras”.

Según Modesto Cabellos, director del Instituto Nacional de Estadística, cada día se realizan en España cerca de 2 millones de cortes de mangas. “Desde 2009, con la subida del paro, la cifra se incrementó casi un 20% y hemos alcanzado unos números que no se veían desde 1975, cuando murió Franco”, explica. Estos datos del INE auguran beneficios millonarios para Guzmán ya que, cuando un español quiera expresar su malestar realizando un corte de mangas, tendrá que pagarle 5 céntimos. El empresario reconoce que ha aprovechado un vacío legal para declararse autor de ese gesto tan tradicional, cosa que hasta ahora no había hecho nadie.

En señal de protesta ante esta argucia, muchos españoles pretenden concentrarse en algunas plazas de las principales ciudades españolas para realizar cortes de mangas sin pagar y dedicándoselos al propio Guzmán. “Nadie puede saber quién lo ha inventado, es algo que pasa de padres a hijos. Es un derecho que tenemos como españoles y no puede ser que, sólo porque un espabilado lo registre, los demás tengamos que quedarnos con las ganas. Faltaría más”, protestaba ayer una mujer en Palencia. “Si ahora ya no puedo hacer eso, ¿cómo voy a comunicarme con mi suegra? Espero que saquen un corte de mangas de esos de marca blanca para la gente sin posibles, que es la que tiene más motivos para protestar”.

Hace cinco años, en Suecia, una conocida marca de pañuelos intentó registrar el acto de escupir. Sin embargo, el Gobierno acabó impidiéndoselo y alegó que se estaba poniendo en peligro la salud de los ciudadanos, que durante dos meses se vieron obligados a tragarse sus propios salivazos.