Octubre está siendo un mes negro para la economía. Las pérdidas totales en las bolsas de EEUU, de Asia y de Europa superan los cinco billones de euros. Se trata del mayor colapso desde 2008. El índice estadounidense S&P 500 ha registrado el peor resultado de los últimos diez años.
El Nasdaq —el índice de las grandes tecnológicas— ha caído un 9,2% y se ha situado en niveles de noviembre de 2008. El índice MSCI World, en el que cotizan las monedas de 23 países, ha caído un 15% en lo que llevamos de año. Y precisamente el colapso de las bolsas es el primer motivo que los economistas achacan al posible inicio de una nueva crisis. Los grandes bancos advierten: el mercado ha entrado en una fase de alta volatilidad y la economía podría ir cuesta abajo y sin frenos tan pronto como en 2020.
¿Qué está pasando?
¿Por qué las bolsas están vendiendo como si no hubiese un mañana? La razón principal es el miedo de los inversores por que aumenten los tipos —las tasas— de interés en Estados Unidos y que las relaciones comerciales entre Washington y Pekín sigan empeorando.
La Reserva Federal está endureciendo su política, lo que ha hecho que aumenten las tasas hipotecarias y que, por tanto, se compren menos bienes inmuebles, explica Natalia Dembínskaya en su artículo para Sputnik.
También los analistas avisan: las tasas continuarán subiendo y con ellas llegará la inflación. Desde la Universidad de Yale estiman que el ciclo inflacionario de EEUU está entrando ahora en un periodo de crecimiento, incluso debido a las crecientes contradicciones en la economía. En otras palabras: la Reserva Federal tendrá que subir más las tasas, lo que empujará al mundo a una crisis en 2020, aseguran los economistas.
Que EEUU se convertiría en el desencadenante de una nueva crisis ya lo había señalado el mayor banco de inversiones de EEUU, el Bank of America Merrill Lynch. De hecho, durante todo 2018 los inversores han ido vendiendo valores de los mercados emergentes por el propio aumento de los tipos de interés de la reserva, lo que ha contribuido a que el dólar siga fuerte.
El economista estadounidense James Rickards también señala que el actual auge de las economías estadounidense y europeas podría devenir en un colapso bursátil similar al de 1929.
"El miedo a que la economía de Estados Unidos se 'sobrecaliente' ha llevado a que los bonos rindan más y a que se produzca una potente ola de volatilidad en el mercado bursátil" recoge el Wall Street Journal.
Las víctimas están preparadas
JP Morgan Chase estima que la crisis económica mundial asomará en 2020, y que estará precedida por una serie de caídas en los índices estadounidenses.
Se prevé, además, que este próximo colapso no sea tan grande como el de 2008 porque el valor de los activos de los países en desarrollo es mucho menor que entonces. Y si bien los mercados emergentes tienden a ser los primeros en sufrir procesos globales negativos como este, según un reciente estudio elaborado por economistas de la Universidad de Harvard (EEUU), las economías de los países en vías de desarrollo ya no son tan vulnerables a los golpes externos. ¿Por qué?
Primero, porque los Estados con una elevada deuda han podido transferir parte de esas obligaciones a largo plazo en condiciones más favorables. Segundo, porque los países en desarrollo con un alto riesgo de entrar en 'default' se han vuelto más resistentes al endurecimiento de las políticas monetarias gracias a haber reducido sus déficits comerciales y presupuestarios.
Así que la crisis de una economía en particular —incluso de la estadounidense— ya no causará una reacción en cadena que no se pueda controlar, concluye Dembínskaya.
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