¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

miércoles, mayo 31, 2017

CUESTA ABAJO EN LA RODADA DEL FINAL

Peridis

¿HABRA EMPEZADO LA CUENTA ATRAS?

M&D-31Mayo2017

NI UNA MENOS FRENTE AL CONGRESO ARGENTINO

Argentina: Mujeres se desnudaron contra la violencia de género (Foto: Claudia Acuña)

SAUDADES DA ARGENTINA

The New York Times

La culpa es de nuestra generación

Una reflexión sobre el rol de los jóvenes en los años 70.
La culpa es de nuestra generación
Postal histórica. Perón, Isabel y, delante, Cámpora, en la casa de Gaspar Campos.
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Ayer cumplí 60 años. Me insisten en que no es grave, que los 60 son los nuevos 40 o 25 o 37 y medio, pero lo cierto es que a menudo se sienten -y se viven- como los viejos 60. Cumplí 60 años y me llena de sorpresa, esa perplejidad que te causa saber que ya lo has hecho: que todavía podrás introducir algún detalle pero lo grueso es lo que hiciste. Envejecer es descubrir que ya no serás otro.
Hay algo raro, perentorio en la palabra cumplir, que también me incomoda. No me parece que haya cumplido mucho. Pero no se trata, aquí y ahora, de mí y yo mismo y mi persona; lo que me molesta es que no me parece que nosotros hayamos cumplido casi nada.
Digo nosotros porque digo yo; digo yo porque digo nosotros: argentinos, sesentones argentinos, mis coetáneos, mis compañeros de generación, los míos. Quizá ya sea la hora de preguntarnos cómo, cuándo, quizá, incluso qué y por qué: es hora, en síntesis, de ir haciéndonos cargo.
Es difícil definir una generación, caprichoso, impreciso. Digamos, entonces, por decir: los que nacieron un poco antes y después que yo, los que tuvimos 20 años en la Argentina de los años sesenta y setenta. Perón hablaba, entonces, de “esta juventud maravillosa” y, ahora, es fácil pensar que todos éramos jóvenes inquietos, preocupados por los destinos de la patria, dispuestos a vivir -y a morir- para ella.
Se instaló un mito: si digo mi generación muchos piensan en militancia y muertos y desapariciones y torturas. Los hubo, pero hubo tantos más que no hicieron nada de eso. Los que gobiernan ahora, sin ir más lejos, son parte de mi generación y no hicieron nada de eso. En esos días estaban -Mauricio Macri, Daniel Scioli, Cristina Fernández, Elisa Carrió- preparándose para ganar más plata. Y millones miraban sin saber qué decir o gritaban goles de Kempes o tarareaban a Spinetta.
Los que sí decidimos hacer esas cosas tuvimos -tenemos- un lugar excesivo cuando se habla de mi generación. Es cierto que la historia no se escribe con los miles y miles que el 25 de mayo de 1810 se quedaron en sus casas sino con los doscientos o trescientos que se reunieron en la Plaza. ¿Los que definen una generación son los pocos que actúan, no los muchos que no? Es probable, y es fácil para todos los demás. En cualquier caso, el mito sirve para cosas. Por ejemplo, un truco fácil: hablar de lo que algunos hicimos en los años setenta es un modo de no hablar de lo que hicimos todos en los cuarenta años siguientes.
La culpa es de nuestra generación
Juntar del terror. Videla, junto a Massera y Agosti: festejo del Mundial 78.
Y, sin embargo, empiezo por hablar de aquello: fueron años -como todos- raros. Empezamos nuestras vidas en un mundo convulsionado, esperanzado: todo debía cambiar, todo estaba cambiando. Cualquier muchacho más o menos decente sabía que aquel orden social era injusto y que había otros que debían remplazarlo; la discusión no era si la sociedad debía cambiar; era cómo, por qué medios, hacia dónde. Se supone que, de formas varias, muchos lo intentamos. Perdimos. Brutalmente perdimos, pero lo intentamos.
Aquella Argentina estaba llena de infamias. La manejaban generales que golpeaban en cuanto detectaban cualquier amenaza al poder de una burguesía rica que poseía sus enormes campos y sus medianas industrias, que explotaba a obreros y peones, que se alineaba con los imperios contra sus colonias, que controlaba la nación y su Estado para su beneficio. Decidimos, con razones, luchar contra eso. Pero en 1970 uno de cada treinta argentinos estaba “bajo la línea de pobreza” y ahora es uno de cada tres: diez veces más. Y aquella pobreza, solía suponerse, era un estado transitorio hacia una situación mejor, un puesto que permitiera hacerse una casita, mandar a los chicos a la escuela, ganar un poco más, ser mejor explotado, “progresar”.
El mito de la movilidad social seguía imperando. Era un país con una clase media amplia y más o menos educada, que nos desesperaba: un obstáculo para cualquier intento de cambio revolucionario. Una clase media que se forjaba en la escuela pública pensada como una herramienta para homogeneizar, para implantar ciertas bases comunes; donde aprendíamos todos los que no éramos ni exageradamente ricos ni exageradamente chupacirios ni exageradamente tontos. La diferencia argentina podía sintetizarse en sus escuelas del Estado. Hace 50 años solo uno de cada diez chicos iba a la escuela privada; ahora, tres de cada diez. Es otro dato decisivo.
Algunos quisimos cambiar aquel país, otros no; entre todos lo cambiamos para mal. Somos la generación de la caída. Ahora, ese tercio pobre de la población se ha congelado: vive en algún margen, en viviendas precarias, con empleos ilegales o sin ningún empleo, dependiente del Estado y sus limosnas, completamente afuera y sin expectativas de volver: a la intemperie. No tienen futuro. Y los demás, en general, tampoco creen en eso.
Hace 50 años el producto bruto per cápita era la mitad del de Estados Unidos; ahora es menos de un cuarto. Hace 50 años un 10 por ciento de inflación era un peligro; ahora sería un logro extraordinario. Que nunca conseguimos. Hace 50 años la Argentina tenía 40.000 kilómetros de vías férreas que armaban un país; ahora no tiene 4.000 y la mayoría no funciona. Hace 50 años la Argentina se autoabastecía en petróleo, gas y electricidad; ahora se endeuda para importarlos. Hace 50 años la Argentina fabricaba aviones y coches de diseño propio; ahora desequilibra su balanza de pagos para comprar autopartes y juntarlas. Hace 50 años los hospitales públicos atendían a la mayoría de la población; ahora solo atienden a los que no tienen más remedio.
No son solo los datos; lo brutal es que la vida de cada día se nos ha vuelto cada día más incómoda, más hecha de encontronazos que de encuentros, más disgustos que gustos, más impaciencia e impotencia que alegrías y satisfacciones. Y conseguimos un raro grado de violencia cotidiana.
Es obvio que la Argentina no cumplió con su promesa y se arruinó hasta un grado que nadie supo imaginar. Lo sabemos. Lo que no queremos saber es que fuimos nosotros.
La culpa es de nuestra generación
Perfil de Martín Caparros

Cristina Fernández, expresidenta, dijo, hace unos días, en Bruselas, que su partido perdió las elecciones porque “ahora la sociedad no está capacitada para leer lo que pasa detrás de las noticias; a los de nuestra generación nos decían algo y sabíamos distinguir lo que había detrás de lo que nos decían y lo que estaba pasando, porque estábamos instruidos intelectualmente”. Nuestra generación -la suya, la mía, la tan instruída- hizo esta Argentina. Y todavía algunos de sus miembros tienen la desvergüenza de suponer culpas ajenas.
Siempre es fácil echar culpas a los otros; siempre es difícil encontrar las propias. Pero si algo puede servir para algo es buscarlas: tratar de pensar cómo y por qué la Argentina actual es nuestra culpa.
Está, para empezar, la excusa heroica: aquellas muertes. Nos asesinaron a varios miles y nos hemos consolado pensando que el problema es que “mataron a los mejores”. Que quedamos los peores pero la culpa no es nuestra, sino de aquellos asesinos. Ni los mejores ni los peores: murieron los que tuvieron más insistencia, menos suerte, más coherencia, menos imaginación, más valor, menos cuidado; los que estaban en el lugar preciso en el momento justo, los que no estaban en el lugar preciso en el momento justo. Nos mataron a muchos y fue una tragedia. Pero el problema central no fue la falta de los que mataron; fue, más que nada, el efecto que produjeron esas muertes en los vivos. Fueron pedagógicas: nos demostraron que “ser realistas y buscar lo imposible” podía ser tan costoso que después preferimos no arriesgar y aceptar lo posible. Que siempre era un desastre.
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Es obvio que la Argentina se arruinó. Lo sabemos. Lo que no queremos saber es que fuimos nosotros.

Tratamos de acomodarnos: nos gustó cada imbécil que nos dijo un versito, los fuimos eligiendo. Dos o tres frases apropiadas, una sonrisa turbia, y caíamos en las fauces de bobos que, pocos años después, odiábamos con saña. Los odiábamos, supongo, porque nos odiábamos por haberlos amado, con perdón.
Así que la Argentina volvió a ser ese granero que había intentado dejar atrás un siglo, cuando algunos pensaron que no alcanzaba con exportar carne y trigo y decidieron impulsar industrias; ahora, soja mediante, somos de nuevo un campo grande y festejamos que sí podremos vender unos limones. Esa reconversión -esta vuelta atrás- es la decisión más importante que se tomó en todos estos años, y no la discutimos nunca, nunca la decidimos. Total, teníamos democracia.
Sin ideas, sin debate, sin futuros, la Argentina, en nuestros años, se volvió un país reaccionario: un país donde cada gobierno hace tantos desastres que el siguiente asume para deshacerlos. El gobierno de Alfonsín llegó para deshacer el entramado asesino de la dictadura; el gobierno de Menem, para deshacer el caos económico de la hiperinflación alfonsinista; el gobierno de De la Rúa, para deshacer la corruptela menemista; el gobierno de Kirchner, para deshacer el desastre neoliberal antiestatista menemistadelarruísta; el gobierno de Macri, para deshacer el tinglado corrupto-clientelar del kirchnerismo. Y seguirán las firmas: el gobierno actual ya está haciendo sus méritos. Porque el problema empieza cuando se les acaba la reacción.
Somos, más allá de las máscaras políticas, venales. Ávidos somos, afanosos. Nos gustan demasiado ciertos placeres chicos, la tele más grande, el coche más brishoso, el viaje de envidiar. Y nos subimos a cualquier carro que nos ofrezca esos caramelitos. Ya no nos gusta imaginar a largo plazo, fijarnos metas, buscar. Quizá porque vimos que cuando buscamos no encontramos, entonces no buscamos, entonces no encontramos, entonces no buscamos.
Cada vez más conductas anormales nos parecen normales: nos parece normal que tantos coman poco, que tantos vivan mal, que tantos mueran antes, que la violencia -verbal o físicasea nuestra manera; nos parece normal que nos engañen. Avanzamos por el camino de la rana: nos metieron en el agua tibia y nos la fueron calentando poco a poco y, con el tiempo, nos acostumbramos a vivir en un país que hierve; o casi hierve, porque tampoco es que haya suficiente gas.
La culpa es de nuestra generación
Es mía. Menem, con la famosa Ferrari, en la quinta de Olivos, a poco de asumir.
Somos la rana acostumbrada; somos, al fin y al cabo, gente que resopla. (Resoplar, decía el otro, solo sirve si después se sopla. Si no, se queda en el berrinche; y el berrinche es la costum- bre más argenta). Resoplamos y nos armamos un país a imagen del resoplo: un país que se grita cosas para sacarse el malhumor pero que está tan pagado de sí mismo, tan engañado de sí mismo que le pudo creer a aquella presidenta que dijo que tenía menos pobreza que Alemania. Un país que sigue imaginando que tiene un lugar en el mundo. Un país que trata de no ver lo que es. Nos ayuda, si acaso, ese mérito que no nos abandona: seguimos poniendo caras en la camiseta universal. Si antes fueron Ernesto Guevara o Eva Perón, después Borges o Maradona, ahora es Jorge Bergoglio: la proporción de personajes globales que produce la Argentina no tiene relación con su papel en la cultura y la economía del mundo. Aunque ahí hay algo que quizá nos defina: ser grandes de la máscara.
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Algunos quisimos cambiar aquel país, otros no. Entre todos, lo cambiamos para mal.
O mejor llamarlo por su nombre: la careta. Es difícil, por ejemplo, negar que los más exitosos de nuestra generación son esos dos cincuentones que el 90 por ciento de los argentinos votó, hace año y medio, para que nos mandaran. Es difícil soportar que nuestros jefes sean un señor que no habla cuando habla y otro que miente incluso cuando calla: dos señores de tan pocas luces. Y que otros estandartes sean un exfutbolista que fue extraordinario y se convirtió en un jubilado triste, y un músico que fue extraordinario y se convirtió en un jubilado triste. Mauri, Daniel, Diegote, Charly. Máscaras, lo nuestro son las máscaras. Y, cada vez más, los jubilados tristes.
Somos muy mediocres. O, por lo menos: nuestras acciones públicas son tan mediocres, producen resultados tan mediocres.En algunos años, algunos libros contarán -si es que hay libros todavía, si es que hay una Argentina todavía- que la nuestra fue la generación más fracasada de la historia del país. Que fuimos nosotros -no harán diferencias, hablarán de todos nosotros- los que lo llevamos a este punto. Por supuesto, la generación siguiente puede disputarnos la corona, pero creo que nos reconocerán la importancia de haber hecho camino. Y nuestra marca: la Argentina donde empezamos a vivir era tanto mejor que esta donde vamos terminando.
Alguno me dirá que es fácil hablar desde lejos, que me calle (en su manera más argenta: “Callate, puto, cerrá el orto”); ya me lo han dicho muchas veces. No sé si es fácil o difícil; sé, sí, que la distancia es condición de muchos. Y eso no me consuela. Pero es cierto que muchos dejamos la Argentina en estos años: desde los que salimos en el 76 por el terror hasta los que se fueron en 2002 por el desastre. Muchos aprovechamos que la Argentina es un país reciente -que nuestros padres o abuelos nacieron en otros- para poder decirnos que volvíamos a sus lugares. Yo, en todo caso, me fui obligado -a Francia- en el 76, volví entusiasta en el 83, me volví a ir -a España- en 2013. Esta vez fue distinto: nadie me forzó. No sé bien por qué me fui: me dije que el mundo era demasiado grande e interesante como para rechazar la tentación de cambiar ángulos, pero sé que también fue porque estaba cansado.
Tomé la mía, me escapé. Y también me siento responsable.
La culpa es de nuestra generación
Familia. Kirchner entrega en 2007 el bastón de mando a Cristina. Scioli Sonríe.
Hemos pasado: vivimos cuarenta, cincuenta años argentinos y no dejamos nada que valga la pena recordar (más que un país en ruinas, su eterna calesita, sus reacciones pobres). Debe haber logros, pero no logro verlos; vale la pena discutirlo. Es cierto que en algunos aspectos la vida es más libre que hace 50 años. Pero muchas de esas libertades que no existían entonces -sexuales, sobre todo- llegaron de otras culturas y nos limitamos a adoptarlas, ni siquiera del todo: el aborto, por ejemplo, sigue siendo ilegal.
Nosotros, mientras, la cagamos; es tan fácil saber que la cagamos. ¿Y qué se puede hacer cuando queda tan claro? ¿Mirar para otro lado, buscar a quién echarle culpas, negar todo, disimular o incluso convencernos de que la cosa no es tan grave? Ninguna de esas reacciones sirve para empezar a arreglar nada. Aunque, quizá, la idea de que los que la cagamos podamos arreglarla es otra forma de escaparnos. Quizá sea hora de que nos demos por vencidos -por nosotros mismos- y nos retiremos, dejemos el espacio a otros que, probablemente, lo puedan hacer aún peor. Pero es difícil: nadie se retira a los 60, a los nuevos 40 o 25 o 37 y medio.
¿Entonces? ¿Decidir que vamos a ser distintos, como se deciden cosas el día de fin de año, el día del cumpleaños? ¿Decidir que quizá no podamos ser distintos pero sí actuar distinto, buscar otras maneras? ¿Decidir que vale la pena dejar de lado estupideces y fanfarrias y hacerse cargo del desastre, sabiendo que construimos con barro, sabiendo que no se puede construir con barro si uno pretende que es cemento? ¿Aceptar que ya perdimos nuestra oportunidad, que si acaso, en esa construcción, ya serán otros los que lleven el ritmo, los que manden, pero aun así valdría la pena colaborar en lo posible? ¿Aceptar que deberíamos ayudar en una búsqueda cuyos resultados, si los hay, nunca vamos a ver?
Hay un país, lo reventamos. Negarlo es la manera más segura de seguir haciéndolo. Un país, pese a todo. Quizá valga la pena discutirlo, resignarse a pensarlo: reinventarlo.
Fuente: The New York Times

martes, mayo 30, 2017

SOLO UN MEDIO DIJO LA VERDAD,EL RESTO MINTIERON COMO MERCENARIOS,BELLACOS Y ESTAFADORES DE LA VERDAD

El huevazo que Iglesias y Domènech no esquivaron

El huevazo que salpicó a Iglesias

TODOS DIJERON QUE LOS TAXISTAS "CORRIERON"A HUEVAZOS A IGLESIAS...,HASTA LA SUPUESTA PRENSA DE IZQUIERDA COMO DIARIO.ES,INFOMEDIA O PUBLICA.

YA LOS COMPRO EL IBEX 


NUESTRO VECINO ARDE Y LA PRENSA DE ESPAÑA NO DICE NI UNA PALABRA,SOMOS LOS VIEJOS FASCISTAS Y COLONIZADORES Y ELLOS UNOS MOROS DE MIERDA

MARRUECOS

A siete meses de la movilizaciones en Marruecos

Hace siete meses, tras el asesinato de un vendedor de pescados triturado por un camión de basura, que la zona del Rif en Marruecos vive una etapa excepcional en la historia de la lucha de los oprimidos, desde los procesos del 2011.
Lo que comenzó como una protesta contra el asesinato de Muhsin Fikri se ha convertido en un polvorín que amenaza con extenderse a todo el norte de Marruecos, desde Tánger a la frontera con Argelia: con grandes manifestaciones y una huelga general en mayo tras una región envuelta en una profunda crisis y pobreza de las clases populares y trabajadora y la dura represión por parte de las Autoridades de Rabat.
Excepto la dinámica de luchas en el año 2011 tras las movilizaciones del movimiento 20 de Febrero, el país no ha vivido una situación de lucha similar, caracterizada por su expansión geográfica, el surgimiento de nuevas formas de organización y propaganda popular y sobre todo por su continuidad en el tiempo.
Como antecedente, en 2004 las masas populares del Rif se habían organizado alrededor de varias protestas en contra de las terribles consecuencias de gran terremoto en el mes de Febrero, 800 muertos y cientos de heridos más todo el desastre material que todavía persiste.
Las causas de las movilizaciones actuales en el Rif
Las causas de las manifestaciones actuales son varias. Las continuas agresiones por parte de las fuerzas de la represión policial contra la población, cuyo símbolo ha sido el asesinato de Karim Lachkar en mayo del 2014, en uno de muchos puntos de control policial permanentes en la entrada de la cuidad Alhuceimas.
La represión de todas las protestas y prohibición de cualquier forma de reunión y organización, unido a las consecuencias de una crisis económica profunda y la disminución en los ingresos que aportaba la clase trabajadora inmigrante que vive en Europa; uno de los sectores más golpeados por la crisis capitalista.
Y uno de los hechos de mayor impacto fue el asesinato de Muhsin Fikri en octubre del 2016, quien fue aplastado por un camión de basura que la policía marroquí previamente había ordenado. El comerciante de pescados de 31 años, se tiró al camión de la basura para recuperar su mercancía, tras ser tirada por la misma policía que obliga a los vendedores de Alhuceimas a pagar un soborno para poder vender. Muhsin Fikri se negó a pagarles, por lo que tiraron su pescado al camión de la basura, y la policía ordenó aplastar el pescado con lo cual se encontraba rodeado Muhsin.
El comienzo de las movilizaciones y la huelga general
Las primeras protestas se dispararon el día 28 de octubre de 2016 a las 20hs, unas horas después de la muerte de Fikri, cientos de manifestantes se concentraron en el mismo sitio de los hechos.
La concentración se convirtió en una asamblea abierta donde participaron mas de 3000 personas que decidieron por mayoría acampar esta noche en la plaza de los Mártires que fue transmitida en directo por las redes sociales. Esa noche las autoridades, a través del gobernador de provincia, se esforzaron mucho, sin éxito, en calmar y frenar las protestas.
El día siguiente se organizó una marcha multitudinaria de 50 mil personas. Los manifestantes marcharon por varias de las calles principales de la ciudad y volvieron a concentrarse en la céntrica plaza de Mohamed VI. Y así los manifestantes le cambiaron el nombre y actualmente esta calle se llama la Plaza de los Mártires.
Gritaron consignas en las que exigieron justicia para Fikri y denunciaron lo que consideran una política de marginación ejercida por las autoridades centrales contra esa región.
La brutal represión policial, en lugar de calmar los ánimos, ha enardecido a la población de Marruecos que ha dejado brutalmente de ser “la excepción de la primavera árabe”, para entrar en una zona de turbulencia política.
El pasado jueves día 18 de Mayo, la ciudad de Alhuceimas se echaba a la calle para protestar contra el gobierno que publicó un comunicado que añadió leña al fuego a una situación que ya por sí tensa.
En él acusaban al movimiento rifeño de “promover ideas destructivas que siembran la discordia en la región”, de “instrumentalizar las reivindicaciones de los vecinos de la provincia de Alhucemas para perjudicar a la integridad territorial del Reino”, es decir “fomentar el separatismo”. Esbozaban, por último, la sospecha de que las protestas son instigadas por “elementos exteriores “, acusación nada menor tendiendo en cuenta la política colonialista.
De nada sirvió que los partidos políticos marroquíes, probablemente arrepentidos, publicaran 48 horas después otro texto mucho más matizado sobre las protestas rifeñas a las que reconocen legitimidad. El daño estaba hecho y los rifeños se prepararon para movilizarse de nuevo. La manifestación fue precedida de una huelga general masivamente segundada por la clase trabajadora.
Por otro lado, era la primera vez desde 2005 que el Régimen recurría al ejército para mantener el orden establecido. Los activistas aseguran que se han desplegado en la zona unos 25.000 hombres uno por cada 12 habitantes adultos.
Este despliegue, sin embargo, no logró impedir la huelga. Tampoco impidió a los manifestantes de los pueblos vecinos de la provincia Rifeña que llegaban a la capital para engrosar la manifestación de la tarde, saltar los controles establecidos en las carreteras que les obligaban a dar media vuelta. Algunos optaban por caminar por senderos rurales y avanzar a la manifestación.
Este fin de semana, las manifestaciones retornaron frente a la represión y detenciones de la policía marroquí, principalmente a casi 40 activistas, entre ellos líder del movimiento, Naser Zafzafi.
Las causas históricas de las movilizaciones en el Rif
La marginación que ha sufrido y sufre todavía un gran sector de la población del Rif, frente a la falta de oportunidades de trabajo. La zona vive simplemente de las ayudas que envía la clase trabajadora inmigrante que vive en Europa hacia sus familiares, una zona sin ninguna infraestructura, ni carreteras, ni centros sanitarios ni educativos. Otras causas son el paro masivo entre la juventud, sobre todo la universitaria, que supera el 60%. La corrupción es una práctica común en todos los aparatos del Estado.
Toda esta crisis social está atravesada por una larga lucha histórica entre la resistencia Rifeña y la colonización española, y las autoridades españolas. La respuesta del gobierno fue lanzar gas mostaza para bombardear los enclaves, las casas, los mercados que sustentaban la guerrilla de Abdelkrim.
Según los investigadores Rudibert Kunz y Rolf Dieter Müller, las bombas de gas mostaza que está prohibida su venta- fueron vendidas por Berlín primero a España. Y es España que las produce en la fábrica de la Moroñosa (Toledo). Este bombardeo químico dejó un importante número de tumores cancerígenos en el Rif. En el año 1958/1959 el que después sera rey Hassan II, empleó Napalm contra los insurgentes Rifeños. La memoria histórica de las masas todavía conserva el recuerdo de las revueltas de los años 1981 y 1984.
Una gran experiencia del movimiento 20 de Febrero en esta zona con grandes capacidades de organización y movilizaciones y el recuerdo de la barbarie del régimen en su actuación contra los manifestantes: 5 jóvenes torturados y luego fueron quemados por la policía que asesinó también a Kamal El Hasnaoui, uno de los militantes del movimiento 20 de Febrero, tras detenciones con secuestros a líderes del movimiento.

DALE DURO HASTA QUE PIDA AGUA...

Estela de Carlotto: "Si pudimos con Videla, vamos a poder con Macri"

La presidenta de Abuelas formuló las críticas al ser homenajeada por la Legislatura tucumana.

Estela de Carlotto: "Si pudimos con Videla, vamos a poder con Macri"
Estela de Carlotto, el pasado 10 de mayo, en conferencia de prensa contra el 2x1 (Néstor Garcia)


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La presidenta de la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó hoy de "bochorno" al desfile militar realizado en celebración del 25 de mayo y formuló fuertes declaraciones contra el Presidente: "Si pudimos con Videla, vamos a poder con Macri".
"El gobierno actual está en contra de lo que nosotros hemos construido, aún durante la dictadura, cuando empezamos a luchar buscando a nuestros hijos, consultando a la Justicia que no existía, corriendo riesgo de ser asesinadas o secuestradas", aseveró Carlotto en conferencia de prensa, luego de reunirse hoy con el gobernador de Tucumán Juan Manzur, y antes de recibir en la Legislatura la medalla Bernardo de Monteagudo.
La dirigente de derechos humanos reivindicó "la lucha popular" contra la decisión de "borrar lo hecho", y ejemplificó su posición con la reacción en contra de la aplicación del beneficio del 2X1 para los condenados por delitos de lesa humanidad.
"Tuvieron que dar marcha atrás, con todo criterio. No se puede permitir que lo que ya está escrito, hecho, probado y comprobado se borre de un plumazo y la historia se repita. Lo que se construyó en estos años fue un ejemplo para todo el mundo, donde se llegaron a hacer juicios por la verdad cuando había leyes de impunidad".
"Pero ahora este gobierno —señaló— está mandándolos (a los condenados) a la casa porque son viejos, pero son peligrosísimos y mala gente, porque cometieron delitos de lesa humanidad y no merecen ningún tipo de prebenda o beneficio. Ya han mandado más de 300 a sus domicilios: vamos a ver si lo revertimos".
"Hay que tener respeto para las nuevas generaciones de las Fuerzas Armadas, pero con la educación democrática necesaria, pero siempre se infiltran algunos que han sido golpistas, como los carapintadas", concluyó.
La medalla provincial también será entregada a la vicepresidenta de Abuelas, Rosa de Roisinblit, y a su vocal, Delia Giovanola, y al ex secretario de Derechos Humanos de la provincia en la gestión de José Alperovich, Humberto Rava.

lunes, mayo 29, 2017

LES TRADUZCO PORQUE EL ALEMAN ES DIFICIL: DEJEN QUE NOSOTROS TOMEMOS EL DESTINO DE TODOS UDS,IMBECILES

s el G-7
Angela Merkel brinda con una jarra de cerveza. Angela Merkel brinda con una jarra de cerveza.

Merkel llama a los europeos a tomar su destino en sus manos,es decir,dejar que los alemanes consigan con la paz lo que nunca consiguieron exterminando judios,gitanos y al resto

LOS MAYORES ASESINOS DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD POR ENCIMA DE LOS YANQUIS,INGLESES ,ESPAÑOLES Y FRANCESES 

¿QUIEREN LLEGAR O HUYEN?



LA VERDAD ES QUE NO SE SABE,PERO SI ESTO ES LO QUE HAY PARA ECHAR A LOS QUE ESTAN.... 

EL QUE NACE BARRIGÓN,ES IMPOSIBLE QUE LO FAJEN

HASTA LUEGO HERMANO

DOS HORAS DE CONCIERTO Y 30 CANCIONES

Raimon dice adiós con 'Al vent': el cantautor abandona los escenarios en el Palau

El valenciano ofreció el pasado domingo el último de sus 'Doce recitales de despedida' en el Palau de la Música

Foto: Raimon, durante su último concierto (EFE)

domingo, mayo 28, 2017

EL EJEMPLO DE QUE EL GOBIERNO ARGENTINO NO ES ARGENTINO



EL GOBIERNO ACTUAL DE ARGENTINA TIENE UN PRESIDENTE ITALIANO Y VARIOS MINISTROS HOLANDESES,INGLESES,ALEMANES Y DE DIFERENTES NACIONALIDADES,TODOS ALTOS EJECUTIVOS DE LA BANCA Y EMPRESAS MULTINACIONALES Y COMO PUEDE OBSERVAR EL LECTOR,NO SABEN QUE ARGENTINA ES LIBRE DESDE 1810 Y NO SEIS AÑOS DESPUÉS,EN 1816.

TODOS LOS BARRIOS,EL BARRIO


A Dani mucha gente le llamaba Olmedo, porque su bar se llamaba Olmedo, pero no se apellidaba así. A mi madre mucha gente le llamaba Nuria, porque su tienda de ropa se llamaba así, por mi hermana, pero su nombre es Visi. En mi barrio la droguería era la de Valentín, la frutería era la de José Luis y la panadería era la de Mari. Todo era gente, hasta los negocios. Todos te influían y, en cierta manera, te educaban. Alguna lección recibí en el bar de Dani.
Por ese local, justo debajo de mi casa, pasaba a saludar al menos una vez todos los días. Yo era un enano de nueve años en un bar lleno de hombres con mono azul que pedían chatos de vino y hablaban alto. Ya saben cómo era: serrín y cabezas de gambas pequeñas en el suelo, botes de palillos de los anchos, barra de metal. Y foto del equipo de fútbol del bar, de cuando los bares tenían su equipo de fútbol. El del Olmedo iba de morado. La imagen de la plantilla, llena de chavales jóvenes y no tan jóvenes, unos delgados y otros con barriga, presidía el lugar. Resultaba que yo era el socio número uno del club, porque mi padre debió ayudar a fundarlo. Se murió cuando yo tenía dos años. Crecí con mi madre, mi tía y mi hermana. No tuve referentes masculinos. A su manera, Dani fue uno.
Era un hombre cariñoso y serio. Gracioso de barrio, de los que apuñala con la palabra y desmonta con sus pocas sonrisas. Recuerdo hablar mucho con él. Sin duda, el cariño que le tenía a mi padre muerto y a mi madre viuda era fundamental. Siempre sentí que me quería, ese amor colectivo de los barrios de antes, esa sensación de comunidad. Un día me invitó a una Coca Cola porque el Milan le había metido cinco al Madrid y Dani, atlético hasta el dolor, estaba eufórico. No recuerdo que pasara otra vez, porque en los bares donde no impera el postureo y se sobrevive, no se invita a nada. Pero siempre me daba vasos de agua fría. Y cariño a su manera.
Mi madre tenía su tienda de ropa tres locales más allá. Entre medias del bar de Dani y Confecciones Nuria estaban el videoclub de Conchi y la ferretería de Enrique. Pero con Dani era especial. Tanto, que mi madre tenía debajo del mostrador un botón que accionaba con el pie, y que, no sé cómo, instalaron para que sonara en el bar de Dani si le entraban a robar. «Anda que no vino veces con el cuchillo del jamón en la mano», recordaba mi madre el otro día entre risas. Dani había salido en la conversación porque me contó que se ha muerto. De una neumonía, parece. Se lo dijo una mujer del barrio. Y, cuando me lo contó, aunque igual hacía 20 años que no lo veía, me morí de dolor. Porque me jodió que se hubiera muerto Dani y porque ya no vivo en mi barrio. Y me di cuenta de la inmensa pena que me da no estar allí.

PARA MI LO MAS BELLO QUE CONOZCO

Tres vuelos semanales unirán Madrid y Cataratas del Iguazú a partir de mayo de 2018

A partir de mayo de 2018, tres vuelos semanales de Air Europa unirán Madrid y Puerto Iguazú, con escala en Río de Janeiro, anunciaron este sábado en Misiones los directivos de la empresa junto al gobernador provincial, Hugo Passalacqua, y el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos.

Por Corresponsal


El vuelo Madrid-Iguazú, vía Río de Janeiro, permitirá que los turistas no tengan que pasar por Buenos Aires para visitar las Cataratas, en una distribución más federal de las conexiones aéreas en el mapa argentino.

Desde Iguazú, los viajeros también podrán conectarse en vuelo directo con Córdoba, Rosario, Salta y Buenos Aires.
"Además, la escala en Brasil coopera con las acciones que se están emprendiendo a nivel regional para la consolidación de la marca sudamericana", señalaron desde el Ministerio de Turismo de la Nación (Mintur).

Por otra parte, un acuerdo de código compartido entre Air Europa y Aerolíneas Argentinas hará posible que los turistas lleguen a 37 destinos en todas las provincias del país.

“Estamos ante un hecho histórico, una nueva puerta de ingreso a la Argentina que conectará a Iguazú no sólo con Madrid sino con el mundo entero. Más conectividad es más turistas, más empleo, más divisas”, puntualizó Santos durante la firma de la carta de intención que puso en marcha la iniciativa.

“La conectividad y el precio hoy son variables fundamentales en la decisión de un viaje. Y hemos logrado muchos avances en términos de conectividad y facilidades en cuanto al precio para el turista, incluyendo el reintegro del IVA en alojamiento”, apuntó.
En la actualidad, Air Europa conecta Argentina con 25 destinos en nueve países europeos e Israel, y a través de Ryanair, con otros 49 nuevos destinos, multiplicándose así las conexiones a nivel global.

En el país opera un vuelo diario a Buenos Aires y cuatro frecuencias semanales a Córdoba, vía Asunción.

"Para este año se estima que operará 925 vuelos a Argentina, pondrá 275.000 asientos a la venta. y transportará unos 240.000 pasajeros, con un factor de ocupación medio de 87 por ciento", destacaron fuentes del Mintur.

"En 2016 -agregaron- más de 145.000 turistas españoles llegaron al país, con un gasto promedio de 1.700 dólares en sus estadías de 16,5 noches, y los destinos que más visitaron fueron Ciudad de Buenos Aires, Cataratas de Iguazú, El Calafate y Ushuaia".

Argentina viene desarrollando diversas acciones de promoción turística en distintos puntos de Europa y a través de las redes sociales, como la campaña lanzada para informar sobre los beneficios del reintegro del IVA por alojamiento a los visitantes extranjeros.

El Parque Nacional Iguazú, declarado Patrimonio Natural Mundial por la UNESCO, que tiene una de las nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo, las Cataratas, es el más visitado de los parques nacionales argentinos, con un récord de 1.272.028 personas en 2016.

Del acto de la firma de la carta de intención participaron el ministro de Turismo de Misiones, José María Arrúa; el intendente de Puerto Iguazú, Claudio Filippa; y el presidente de Globalia (Air Europa) junto a otros directivos de la empresa .

También estuvieron presentes el director ejecutivo de Yacyretá, Humberto Schiavoni, y el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Oscar Ghezzi.

Garganta del Diablo (Cataratas Iguazú)

SI LES CONTARA...PADRES ESPAÑOLES DESDE SIEMPRE PERO HUIDOS DE LA GUERRA,NACIDO EN ARGENTINA Y SOY TODAVIA EXTRANJERO

#profesracistas se convirtió en trending topic

'Microracismo' en el aula: "Te tratan como si fueses tonto o te felicitan por hablar español"

Muchos alumnos nacidos en España cuyos padres migraron a nuestro país se han acostumbrado a protagonizar escenas de 'microracismo'. También en el colegio

Foto: Manifestación contra el fascismo, el racismo, el machismo y toda forma de discriminación, en 2016. (EFE)
Manifestación "contra el fascismo, el racismo, el machismo y toda forma de discriminación", en 2016. (EFE)
A mí también me ha pasado. Jóvenes nacidos en España pero con raíces en otros países han aprovechado Twitter para contar sus experiencias en las aulas con comentarios racistas. ¿De sus compañeros? No, de los profesores. Bajo el hashtag #ProfesRacistas, muchos jóvenes aún estudiantes y otros que ya superaban la treintena dejaban en 140 caracteres sus vivencias.
La etiqueta de Twitter no fue espontánea. El periodista y presidente de SOS Madrid, Moha Gerehou, decidió ponerla en marcha a raíz de una denuncia de unos alumnos a un profesor de la Complutense. Por eso, y porque con 24 años, siente que todavía tiene que ir con su árbol genealógico debajo del brazo. “Era un clásico que cuando llegaba un profesor nuevo me dijera que había otro niño negro en otra clase. Y yo me preguntaba si eso se lo decía a todos los niños blancos”, narra. O que, tras trabarse con su apellido al pasar lista, soltara aquel comentario de “qué apellidos más raros tenéis”. “El problema es que esto son ‘microracismos’, muy arraigados, muy instalados. Es un tema presente del que no se habla cuando se le debe exigir mucho a los profesores en el compromiso contra el racismo; en su mano está perpetuar o no estas situaciones”.
Desirée Bela-Lobedde. (Facebook D. B.)
Desirée Bela-Lobedde. (Facebook D. B.)
Gerehou acordó con Desirée Bela-Lobedde agitar las redes. Esta catalana con raíces en Guinea Ecuatorial es una activa luchadora contra el racismo. Denunció que YouTube no consideraba el comentario “negra de mierda” en uno de sus vídeos como insulto. Tiene 38 años y lleva desde el instituto recibiendo comentarios referentes al color de su piel. “Me removió mucho la conciencia ser madre; quiero que la sociedad donde crezcan mis hijas sea mejor”. Y ya se ha enfrentado a la primera con la profesora de música de la mayor. En un encuentro casual en la calle, la profesora le llegó a decir que las mujeres negras “están más preparadas para el dolor y pueden parir en casa”. “Esta señora tiene la obligación de educar a los niños y soltó aquel comentario sin darse cuenta de lo que estaba diciendo”.
¿No se habla lo suficiente de este tema? Bela-Lobedde asegura que es probable que los chavales no digan nada en casa ni lo comenten fuera. “Yo recuerdo que no le contaba nunca nada a mi madre de lo que me pasaba. Simplemente quería aprobar la asignatura de turno y seguir con mi vida”. Y cree que todo irá disminuyendo con la renovación generacional del profesorado: “Si los que me daban a mi clase siguen en activo, supongo que seguirán pensando igual”.

"Profes que se ríen de los comentarios racistas"

"Tenía un profesor en sexto de Primaria que ya tenía maneras racistas con algunos compañeros latinoamericanos pero nunca se había metido conmigo. Hasta que mi madre, nacida en Ceuta y casada con mi padre marroquí, fue ha hablar con él. Al día siguiente el profesor me comentó que le había sorprendido que mi madre fuera tan moderna, sin velo, que hablara tan bien y fuera tan educada siendo...'ya sabes'". Wail Nassar no entendió aquel comentario y se lo dijo a su madre. Se montó una pequeña revolución en casa y quizá fue la primera vez que este alicantino tuviera consciencia de los comentarios racistas a los que se iba a enfrentar a lo largo de los años.
Reconoce que cuando era pequeño no sabía que nacionalidad tenía. Ha nacido en España pero sus compañeros le trataban como si fuera marroquí. Le llegaba a dar vergüenza hablar de sus orígenes así que, a veces, se los inventaba diciendo incluso que era francés. "Ahora me siento español, he nacido aquí, a pesar de que en mi casa haya raíces árabes. Pero me costó saber de dónde era".
"Tengo miedo de que esos marroquís a los que les acusan de ser terroristas, y que han nacido en España, al final, ya no se sientan españoles"
Algunos profesores se han reído de los comentarios racistas que han hecho los compañeros que le han llamado "moro" o "terrorista". "La broma de la bomba y el suicida siempre está", apunta. El día posterior a los atentados de Mánchester un alumno del mismo instituto donde estudia y que no conocía de nada se plantó delante de él y le preguntó si le parecía bien "lo que habían hecho". Tiene 17 años está en primero de Bachillerato y no hace tanto que una profesora le dijo mirandole a los ojos que 'España era un país avanzado no como otros'.
El primer día de clase este mismo año otro profesor decidió preguntar a todos los alumnos su nacionalidad. "Una de las chicas que parecía rusa le dijo que era española. El profesor le dijo que era imposible y estuvieron cinco minutos discutiendo. Cuando llegó mi turno quería ahorrarme todo aquello y dije directamente que era marroquí", cuenta. "Se que me van a tratar diferente siempre, en la escuela, en la calle, me pasa constantemente. Hay racismo en las aulas porque los profesores no son entidades perfectas y pecan de ciertas cosas".
Estos episodios también los sufre su hermana, de 9 años, a la que preguntan cosas sobre Marruecos y no sabe qué contestar. "Tengo miedo de que esos marroquís a los que les acusan de ser terroristas, y que han nacido en España, al final, sientan tanta rabia por los insultos que ya no se sientan españoles. Esto no es un problema banal, tiene una raíz más profunda", reflexiona.

"Tenemos que dar gracias por un genocidio"

Ha decidido no callarse. Génesis Alexandra Molina cada vez que oye un comentario de un profesor que no le cuadra, abre los ojos y decide rebatirlo. Llegó a España con 2 años de Ecuador, país al que no ha vuelto, y está cansada de oír en clase que Latinoamérica tiene que dar las gracias por haber sido conquistada. "Obviando que aquello fue un genocidio. Que se dijera en el pasado, bueno, pero ¿ahora?". Dice Génesis que algunos comentarios están tan interiorizados "que la gente que los dice no es mala persona, ni los dice por hacer daño, simplemente no se dan cuenta", pero que existen. "En esos casos pongo una analogía o les hablo del caso contrario porque lo que a veces falta es empatía".
Algunos comentarios están tan interiorizados "que la gente que los dice no es mala persona, ni los dice por hacer daño, simplemente no se dan cuenta"
Ha notado más racismo en el instituto concertado donde estudia ahora que en colegio "donde parecíamos la ONU, donde había niños de varias nacionalidades". "Y son varios los amigos que tengo de otros países que me cuentan lo mismo, que en el instituto ven más racismo. Creo que en cuando eres más pequeño no te das cuenta o que hacer daño a un niño es de insensibles".
Esta estudiante de primero de Bachillerato de 17 años no tiene acento de Ecuador y eso le ha evitado muchas explicaciones pero sí ha visto como a otros compañeros, nacidos en España pero con otro deje, los profesores le han preguntado si entendían bien la lección. "En algunos institutos ponen a todos los inmigrantes juntos en una única clase, dando por hecho ya que serán los peores".

“Me echó de clase por llevar velo”

Soraya Guenna no entendía por qué cuando tenía 9 o 10 años el profesor le preguntaba por política de Argelia, país de origen de su padre. O por qué la profesora de su colegio dio por hecho que ambos progenitores eran inmigrantes, trabajaban todo el día y ella estaba sola en casa. “Estas cosas me las ha contado mi madre cuando era ya más mayor, entonces no me daba ni cuenta”, explica Soraya de camino a clase en la universidad de Zaragoza.
Lleva velo desde los 16 años y recuerda que discutió con un profesor en segundo de Bachillerato cuando trataron el intento de asesinato de Malala. “El profesor de Filosofía empezó a hablar del tema. Tuve que rebatirle cuando aseguró que ‘los musulmanes la quisieron matar’, mirándome fijamente. No era justo”.
Sin embargo, el caso más grave de racismo en las aulas fue el año pasado, el primer año de facultad. Un profesor la echó de clase por llevar velo. “Me sacó fuera del aula y me lo dijo en el pasillo, que así no podía ir a su clase. Cuando entré a por mis cosas les conté a mis compañeros por qué me echaban”. Hubo otro encontronazo más: “Pasando lista le preguntó a una compañera marroquí por qué ella no llevaba velo como yo. La chica no sabía donde meterse”. El decanato les cambió de profesor y ella aprobó la asignatura sin problemas. Estudia magisterio de Primaria.
"Te tratan de tonta, de ignorante. No me deja de sorprender que me pasen estas cosas a estas alturas; otras veces me echo a reír"
“Han sido algunos profesores, afortunadamente no todos, son ‘microracismos’, pero cuando hablo con mis amigas -marroquíes o africanas- todas tienen alguna historia que contar”. La última vez que se ha enfrentado al problema ha sido en el colegio de su hermana. En la obra de teatro de fin de cursos se dio cuenta de que todos los papeles estaban interpretados por niños blancos, mientras que el resto de alumnos miraban sentados al lado del escenario.
Sukaina Hanna, también de 19 años, todavía ha tenido que aguantar en su módulo de grado medio de Administración que el profesor le pregunte si lo entendía todo bien o prefería que hablara más despacio. “Te tratan de tonta, de ignorante. No me deja de sorprender que me pasen estas cosas a estas alturas; otras veces me echo a reír. Pero si les contestas, se dan cuenta de la metedura de pata y no te vuelven a decir nada”. Sukaina quiere empezar a organizar actividades en el barrio para fomentar la multiculturalidad “porque siempre que nos ven con velo piensan que no somos de España. Yo nací a aquí”, reivindica.

“Hacia los chinos hay prejuicios positivos”

Susana Ye es periodista, nació en Alicante y con 25 años todavía oye aquello de “qué bien hablas español”. Sus padres llegaron de China cuando eran más jóvenes que Susana y ella se crió en Alicante hasta los 11 años. Allí nunca oyó ningún comentario despectivo o racista. Después se trasladó a Valdemoro (Madrid), donde, entonces, solo había dos familias de origen chino. “Lo más que hicieron los profesores fue pedirme disculpas cuando soltaban aquello de ‘naranjas de la China’, ‘esto me suena a chino’ o ‘una china en el zapato’. Pero a mí no me importaba, entendía que eran expresiones”.
Susana Ye.
Susana Ye.
Dice que sus compañeros sí utilizaron sus orígenes -“me gritaban china”- para insultarla. “Creo que iban a lo fácil” pero apunta a que no se lo tomó como algo racista. No haber sufrido 'microracismos' en clase se basa, en su opinión, en que tanto en Alicante como en Valdemoro, no había una migración masiva. “Siempre he estado en ambientes pequeños, de familia, y eso ha favorecido que no hubiera ataques”. A eso y a que siempre fue “una empollona”, dicen, una alumna aplicada que no daba problemas en clase.
“Creo que hay microracismos en todos los ámbitos, no solo en las aulas, pero en el caso de la comunidad china hemos pasado de la fascinación del exotismo, a una reacción negativa de que cocinabamos perros y, hoy en día, a unos prejuicios positivos gracias al 'milagro económico' que ha sufrido el país”.

NADA ES NUEVO BAJO EL SOL Y MI CASO ES MAS SANGRANTE.
NACI ESPAÑOL ANOTADO POR MI PADRE EN EL CONSULADO ESPAÑOL DE BUENOS AIRES.
MI PADRE ESPAÑOL DE GRANADA  Y MI APELLIDO FIGURA ENTRE LOS MAS VIEJOS JUDIOS CONVERSOS.
PERO COMO EN MI DNI DICE ""NACIDO EN ARGENTINA"",CADA VEZ QUE HAGO UN TRAMITE ME DICE LA IMBECIL O EL ESTUPIDO ESPAÑOL DE TURNO...""ESTO ES SOLO PARA ESPAÑOLES""
CUANDO GANE EL CONCURSO PARA JEFE DE SERVICIO COMO MEDICO,ME ECHARON PARA ATRAS DICIENDO QUE ESOS CARGOS SUPERIORES SON PARA ESPAÑOLES????
Y LOS PEORES SON LOS GUARDIAS CIVILES Y POLICIAS NACIONALES QUE TE MANDAN AL MINISTERIO PORQUE COMO EXTRANGERO NO PUEDES HACER MIL COSAS.
EL FONDO ES EL EUROCENTRISMO Y EL FASCIOFALANGISMO HISPANO.
TODO ESPAÑOL ,HASTA EL MAS PROGRE ES RACISTA HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO.
ASI SON Y SEGUIRAN SIENDO,BRUTOS,ANALFABETOS,IGN
ORANTES,CASPOSOS,CAPILLITAS Y TODO POR ESA RELIGION DE MIERDA QUE PROFESAN,IGUAL QUE LOS DEL ISLAM. 

sábado, mayo 27, 2017

LA DIAZ VOLVIO A LO SUYO

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SORPRESA DE CUMPLEAÑOS

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ESTA MAÑANA ME DESPERTE DESPUES DE LA FIESTA DE CUMPLE DE ANOCHE Y ME ENCONTRE CON ESTO AL ABRIR LOS OJOS...SERA UN ATAQUE DE DAESH?

viernes, mayo 26, 2017

EL GRUPO DE ALCALA DEL PSOE PREPARA LA EJECUCION DE LA CERDA

Aído aterriza en Andalucía pero descarta ser candidata para dirigir el PSOE-A

La exministra deja claro que seguirá con sus responsabilidades en la ONU y que no tiene previsto volver a la política en el corto plazo. La tensión en las filas andaluzas sigue subiendo

No saben donde tirar los desechos de la miarma trianera




Foto: Fotografía de archivo de la exministra de Igualdad Bibiana Aído. (EFE)

jueves, mayo 25, 2017

ja,ja,ja,ja,jahay,que me da algo!!!!!!!


La oposición andaluza restriega a Díaz en el Parlamento su derrota en las primarias

  • El debate estuvo lleno de pullazos: "No la quieren ni en su partido" (PP), "No haremos leña del árbol caído" (Podemos) y "Está aquí porque no le queda otra" (IU)
  • "Noto malestar. Será por mi permanencia aquí", responde la presidenta, que contó con la complicidad de C's.

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Susana Díaz interviene en la primera sesión de control tras su derrota en las primarias socialistas.
Susana Díaz interviene en la primera sesión de control tras su derrota en las primarias socialistas. 
Parlamento de Andalucía
Aunque las temperaturas frisan los 40 grados en Sevilla y el cielo luce un azul sin mancha, dentro del Parlamento andaluz estaba previsto un chaparrón. La oposición lo tenía en bandeja: Susana Díaz, presidenta de la Junta, comparecía en sesión de control tras su sonada derrota orgánica ante Pedro Sánchez, el mayor revés de la carrera política de una dirigente que presume de ganar. En efecto, la sesión de este martes abundó en pullazos, ante los que la presidenta respondió con una sonrisa y reiterando una y otra vez su compromiso con Andalucía, que la oposición ve como un compromiso "porque no le queda otra". Los portavoces de los grupos de la oposición –salvo Ciudadanos, socio de investidura del PSOE– restregaron a Díaz su frustrado ascenso a la secretaría general del partido del puño y la rosa, aunque sólo Juan Manuel Moreno Bonilla (PP) convirtió la cuestión en elemento central de su intervención. Los grupos no pidieron su dimisión –como había hecho el PP en días pasados–, pero le pidieron que aprendiese de la derrota y cambiase de rumbo y de actitud. El portavoz de IU, Antonio Maíllo, reclamó a Díaz que acometa un cambio de gobierno. Díaz afirmó: "Para mí no es una deshonra haber perdido una votación", afirmó Díaz.

Moreno Bonilla traía preparada una ristra de frases punzantes para arrojarle a la cara a su adversaria: "En Andalucía se agranda la brecha social y económica con España pero a usted sólo le preocupa otra brecha: el 36% de socialistas andaluces que no la han votado"; "Nadie quiere mirarse en el espejo del socialismo andaluz"; "¿Por qué vamos a darle aquí un crédito que no le dan ni sus compañeros de partido, que le han dado con la puerta en las narices?". Díaz le afeó a Moreno Bonilla que aprovechase la pregunta de control al Gobierno para cuestiones internas del PSOE y le recordó que con él el PP pasó de los 50 diputados que logró Javier Arenas en 2012 a los 33 que logró él en 2015. "Aprovecha una pregunta sobre convergencia en Andalucía para dar rienda suelta a sus frustraciones. Su única obsesión es que yo me marche para no tener que enfrentarse a mí", le dijo Díaz. Mario Jiménez, portavoz del PSOE, abundó en esta línea: que Moreno Bonilla "rezaba" para que Díaz ganase, en la confianza de no tenerla más como rival electoral. "Y está bien, no pasada. Pero que no se le note tanto", dijo Jiménez, para carcajada de la bancada socialista. Díaz también mantuvo la sonrisa durante toda la mañana. Es uno de los mensajes de estos días en las dolidas filas del socialismo andaluz: cabeza alta y mirar hacia delante. Hasta tal punto la vio crecida Moreno Bonilla que le dijo a Díaz: "Hablar de frustración precisamente hoy no es lo más adecuado. Pero usted es así, tiene esa soberbia, sólo falta que diga yo he perdido porque he querido perder. Y usted está aquí, simple y llanamente, porque no la han querido en su partido". Los diputados del PP también se rieron. Era un día para ajustar cuentas.

Antes Díaz había debatido con Antonio Maíllo (IU) y Teresa Rodríguez (Podemos) sobre autonomía municipal y ecología, respectivamente. Ambos habían dejado también sus picotazos. "Dice usted que ahora le toca Andalucía, porque antes no tocaba. Usted está aquí porque no le queda otra", le dijo Maíllo, que le pidió a Díaz un cambio de gobierno, porque éste –a su juicio– "está desfasado y obsoleto y es conservador". Y le reclamó también un cambio de actitud, a su juicio falta de "humildad". Teresa Rodríguez hizo referencia a la expectación que –suponía– habría por un posible "duelo" de ella con Díaz centrado en las primarias socialistas. Pero no tocó el tema. Simplemente se limitó a cerrar su intervención dejando dicho que no haría "leña del árbol caído", lo que era como abordar el tema diciendo que no lo abordaba. Díaz se levantó como un resorte con una risa. "Leña del árbol caído no sé, pero gritar, grita usted mucho", le dijo, subrayando el tono alto que suele utilizar Rodríguez en sus intervenciones. A Maíllo –a quien siempre lo presenta como líder de una formación "entregada" a Podemos con armas y bagajes– le dijo que quizás él estaba acostumbrado a que desde otra formación le dijeran lo que tenía que hacer, pero que ése no era el caso de "los socialistas", que deciden en "su casa".

Así fue la mañana. Los unos recordándole a Díaz que se acabó el cuento de la ganadora y la otra manteniendo la sonrisa para no mostrar debilidad ante los ataque. Sólo el portavoz de Ciudadanos, Juan Marín, que tiene la promesa de Díaz de acelerar el cumplimiento de su pacto de investidura ahora que toca "centrarse en Andalucía", dejó las primarias al margen de su intervención. La presidenta necesita ahora reforzar su asociación con Ciudadanos para garantizarse una legislatura tranquila. Los demás le van a recordar una y otra vez que, de haber podido, hoy estaría en otro lugar. Díaz afirma que el problema de la oposición es que preferirían que, de verdad, se marchase de Andalucía. Este mismo jueves ha bromeado con el asunto ante un murmullo durante una de sus intervenciones: "Veo malestar hoy en la oposición. Será por mi permanencia aquí".