Revolución Rusa: mujeres que hicieron historia
La profesora de historia Patricia Lasca hace un repaso de la revolución más significativa del siglo XX y sus protagonistas.
Revolución Rusa: a 100 años de la toma del Palacio de Invierno
La Rusia zarista
En
1917 el Imperio Ruso ocupaba una sexta parte del planeta. Su estructura
funcionaba con la pesadez de rasgos políticos, económicos y sociales
muy atrasados respecto de Europa occidental. El Estado era una
autocracia, gobernado por el zar (CSAR, derivado del latín César) o
emperador.La economía era fundamentalmente agrícola, muy rudimentaria, representando los campesinos más del 80% de la población; la mayoría, en situación de extrema pobreza. Esta condición contrastaba con la de los terratenientes y la nobleza que eran una minoría rica y culta. En las ciudades, el proceso incipiente de industrialización llevó a que grandes masas de trabajadores se desplazaran desde el campo a las fábricas (textiles, siderúrgicas y químicas), escapando de la miseria rural. Sin embargo, su situación no mejoró.
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El día que se manifestaron en Petrogrado
Las
revoluciones o rupturas históricas siempre obedecen a un proceso previo
de causalidades, aunque lo cierto es que muchas veces aparecen como
acontecimientos inesperados y se desatan como una tormenta de verano.Cuando el 8 de marzo de 1917 -23 de febrero, según el antiguo calendario juliano-, en el Día Internacional de la Mujer, las trabajadoras de algunas fábricas textiles decidieron declarar una huelga reclamando "Paz y Pan", nada hacía predecir que este suceso precipitaría el fin del anquilosado imperio zarista. Pidieron a sus compañeros varones que apoyen sus demandas. Enviaron delegados a otras fábricas, se organizaron concentraciones masivas y salieron a las calles de la capital rusa; ese día 90.000 personas adhirieron a la huelga que también reclamaba por el fin de la autocracia y de la guerra.
La causa inmediata del movimiento fue la falta de pan. La gente en Petrogrado (hoy, San Petersburgo) se moría de hambre, y la carga recaía principalmente en las mujeres, que tenían que pasar horas en interminables colas en los helados días rusos esperando el pan. Cuando las condiciones de vida se hicieron humanamente insoportables por la falta de alimentos, la inflación y sus maridos luchando en la guerra, decidieron que era el momento de pasar a la acción.
El final menos pensado
El
movimiento espontáneo de las masas adquirió más fuerza en los días
siguientes al "23 de febrero" juliano, involucrando esta vez al conjunto
de la clase obrera. Las disposiciones del Zar fueron claras: ordenó
poner fin a todos los desórdenes. La multitud fue ametrallada, dejando
un saldo de más de ciento cincuenta muertos. En un hecho sin
precedentes, la sublevación militar se generalizó y empezaron a
confraternizar con los manifestantes.Ante el vacío de poder de un gobierno en retirada, incapaz de encausar los acontecimientos, los diputados se reunieron en la Duma (parlamento) e impulsaron la creación de un Gobierno Provisional, que pidió y obtuvo la abdicación de Nicolás II. Así, para asombro del mundo entero, el 3 de marzo la milenaria Rusia de los Zares se convirtió en una República.
La fascinante vida de las mujeres bolcheviques
Las
mujeres tuvieron un papel destacado en la antesala de la revolución.
Casi todas provenientes de familias nobles o aristocráticas, tenían una
formación académica que les dio la posibilidad de trabajar en periódicos
revolucionarios, editar libros, participar y ser elegidas en los
Soviets, abrir escuelas y, sobre todo, organizar a las mujeres
trabajadoras que, en su mayoría, eran analfabetas.Conocieron el exilio, la clandestinidad y la cárcel, muchas estuvieron junto a los bolcheviques en la preparación del Golpe al Palacio de Invierno que puso fin en octubre a la República de corte liberal burgués.
- Nadezhda Krúpskaya. Era hija de nobles empobrecidos. Estudió en un prestigioso gimnasio femenino en Petrogrado, donde después ejerció como profesora. Entró al Grupo por la Emancipación de la clase obrera, fue detenida y condenada al exilio en Siberia junto con Lenin; luego fue su esposa, colaboradora, secretaria y confidente en toda su obra. Trabajó incansablemente en el desarrollo del sistema educativo soviético, en el departamento de educación popular y en la creación de bibliotecas. Se interesó especialmente en la educación para adultos.
- Aleksandra Kollontái. Fue una de las figuras sobresalientes del proceso revolucionario, con ideas y actitudes muy liberales para la época. Fue considerada "una libertina" cuando publicó Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada. Anunció que la mujer nueva no renunciaría a su naturaleza femenina ni a los placeres sexuales. Vivió su exilio por países europeos y volvió a Rusia durante los hechos que dieron paso al gobierno bolchevique. Fue elegida para la Comisaría del Pueblo en el cargo de Asistencia pública. En 1923 se convirtió en la primera Embajadora de la Unión Soviética y en el mundo.
- Inessa Armand -escritora y revolucionaria francesa que vivió la mayor parte de su vida en Rusia-, Natalia Sedova -revolucionaria rusa más conocida por ser la segunda esposa de León Trotsky-, la escritora Larisa Reisner, la política ucraniana Yevgenia Bosch, y la lista puede seguir. Todas abrazaron por igual el ideal de mejorar la situación de las mujeres oprimidas por las largas jornadas de trabajo en pésimas condiciones laborales, por la pobreza, por la falta de derechos y por el analfabetismo.
Avances y retrocesos
La
Revolución Rusa significó una conquista para las mujeres sin
precedentes en la historia. Consiguieron derechos que no había en ningún
país capitalista de la época, como el derecho al voto, al aborto libre y
gratuito, al divorcio, la legitimidad de los hijos nacidos fuera del
matrimonio, la despenalización de la prostitución y de la
homosexualidad. Además, el gobierno de los soviets promovió liberar a
las mujeres de la "esclavitud doméstica" mediante la idea original de la
socialización del trabajo en el hogar, instalando guarderías y
comedores públicos, lavanderías, planes de alfabetización en el campo.Durante el gobierno de Stalin se volvió a la idea de familia tradicional, se hizo más difícil obtener el divorcio, se promovió la maternidad y la homosexualidad fue criminalizada otra vez.
Durante siete décadas la URSS lideró la alternativa al mundo capitalista pero, en 1991, incapaz de resolver la crisis, se disuelve. A cien años de la revolución, el debate entre los detractores e idealizadores de la revolución del proletariado (algunos dirán: sobre el proletariado) continúa, porque la historia nunca llega a verdades incuestionables. Lo que resulta incuestionable es, en todo caso, el papel de las mujeres que fueron y son valientes. Según Lenin.
Por Patricia Lasca, profesora de historia.
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