El Frente Amplio, la tercera fuerza política en Chile
La revancha de los ninguneados
Atenta
a la posibilidad de negociar con el candidato Guillier algunos de los
ejes de su programa, como educación gratuita o fin a las AFP, Beatriz
Sánchez dijo que su coalición fijará posición a fin de mes de cara al
ballottage.
Beatriz Sánchez, líder del Frente Amplio, celebró el domingo la buena performance electoral.
Imagen: AFP
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Desde Santiago
No tenían ninguna posibilidad, se reían en su cara, cabros chicos, imberbes les decían, cero, nada, eso al menos indicaban los sondeos políticos en Chile, tanto los públicos como los privados al interior de los partidos, pero lo cierto es que las encuestas se vienen cayendo hace rato en el mundo y Chile no fue la excepción. Si bien la candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, no logró pasar al ballottage el domingo pasado en las elecciones presidenciales y parlamentarias, obtuvo el 20 por ciento de los sufragios, muy por encima del 8 por ciento que señalaban encuestadoras tan “reputadas” como la CEP, del Centro de Estudios Públicos y la Cadem, ambas dirigidas por gente cercana a Sebastián Piñera, que sigue liderando las preferencias en los análisis de votos, pero ya no con la ventaja y excesiva confianza que mostraban sus partidarios previos a las urnas.
Por eso lo que diga Beatriz Sánchez es clave. Ayer la líder se reunió con dirigentes y parlamentarios electos del Frente Amplio para analizar el escenario de cara a la segunda vuelta. Cabe consignar que el FA hasta antes de las elecciones tenía apenas tres diputados, hoy esa cifra se elevó a 20 e incluso, los hijos predilectos de las movilizaciones estudiantiles del 2011 (que le dio mucho dolores a Piñera), lograron instalar a uno de los suyos en el Senado, convirtiéndose en la tercera fuerza política en Chile y con cara de mandar prontamente a los cuarteles de invierno o al menos a los asilos a varios de los añejos, repetidos y rancios políticos chilenos que no se quieren jubilar como el caso del propio Piñera, que lleva 30 años en lo que denomina “servicio público”.
En el Frente Amplio, que está conformado por 11 asociaciones, muchos ven como una traición negociar con un representante de la política tradicional como Guillier. El movimiento que se destapó en las protestas estudiantiles de 2011, tiene sus mayores adherentes entre los jóvenes, y se proyecta como una alternativa a la política binominal que gobernó a Chile por los últimos 19 años.
Atenta a los acontecimientos y a la posibilidad de negociar con Guillier algunos de los ejes de su programa, como educación gratuita, fin a las AFP, derogar la ley de pesca, Sánchez insistió en que la coalición fijará su postura el próximo 29 de noviembre y declinó adelantar las decisiones que tomarán frente a distintos escenarios antes de esa fecha.
Frente a este tema también se refirió el diputado del Partido Liberal, miembro del FA, Vlado Mirosevic, sostuvo que “aquí hay que tener una posición común con el FA y no lo vamos a poner en jaque por una decisión de segunda vuelta”… Hay dos caminos que a mí no me gustan: el primero es un apoyo explícito a Alejandro Guillier que signifique participar del gobierno, una negociación de cargos, nosotros no estamos disponibles para eso, no nos gusta esa posición”.
En este sentido, aclaró que “tampoco estamos por el camino de un desprecio insultante hacia Alejandro Guillier como fue el apoyo que dio Marco Enríquez-Ominami el 2009 (a Eduardo Frei, que finalmente perdió ante Piñera).
El diputado explicó, en el diario La Tercera, que quien debe cautivar al electorado es el presidenciable de la centro izquierda.
“Es responsabilidad de Alejandro Guillier seducir a quienes confiaron en el Frente Amplio en primera vuelta. Va a depender de él, de su capacidad de asumir esas banderas que logre que esa gente vaya a votar por su opción. Es una responsabilidad de él, no una responsabilidad nuestra”, enfatizó Mirosevic, y agregó que aquellos que votaron por la coalición lo hicieron “en libertad” y no están “esperando instrucciones”.
No tenían ninguna posibilidad, se reían en su cara, cabros chicos, imberbes les decían, cero, nada, eso al menos indicaban los sondeos políticos en Chile, tanto los públicos como los privados al interior de los partidos, pero lo cierto es que las encuestas se vienen cayendo hace rato en el mundo y Chile no fue la excepción. Si bien la candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, no logró pasar al ballottage el domingo pasado en las elecciones presidenciales y parlamentarias, obtuvo el 20 por ciento de los sufragios, muy por encima del 8 por ciento que señalaban encuestadoras tan “reputadas” como la CEP, del Centro de Estudios Públicos y la Cadem, ambas dirigidas por gente cercana a Sebastián Piñera, que sigue liderando las preferencias en los análisis de votos, pero ya no con la ventaja y excesiva confianza que mostraban sus partidarios previos a las urnas.
El multimillonario empresario alcanzó el 36 por ciento de
los sufragios, lejos del 45 por ciento o un incluso triunfo en primera
vuelta que esperaban en sus comandos y si bien, Alejandro Guillier, la
carta de Fuerza de Mayoría, que agrupa a buena parte de la
centroizquierda, fue quien pasó al ballottage (con apenas un 22 por
ciento), es la voz de la periodista Beatriz Sánchez, la que tiene el
mayor peso específico, tomando en cuenta que si los miembros o
simpatizantes del Frente Amplio, se unieran en torno a la derrota de
Sebastián Piñera, los sueños de la derecha de gobernar por los
siguientes ocho años, se desplomarían de un plumazo. Era tanta la fe de
algunos opositores, que ya pensaban en ganar este y el siguiente período
presidencial (en Chile son de cuatro años), y ahora la realidad muy
distante a las que dibujaban las encuestas, les indica que deberán
redoblar los esfuerzos si quieren llegar a La Moneda en marzo de 2018.
Este escenario tampoco significa que Guillier y Fuerza de
Mayoría la tendrán fácil. Aunque ya recibió el apoyo de los ex
candidatos derrotados, la demócrata cristiana Carolina Goic y Marco
Enríquez-Ominami del PRO, los magros porcentajes que lograron en la
elección, no alcanza para cantar victoria, esto sin contar a quienes no
se identifican con Alejandro Guillier y que no lo apoyarán o simplemente
no irán a votar.Por eso lo que diga Beatriz Sánchez es clave. Ayer la líder se reunió con dirigentes y parlamentarios electos del Frente Amplio para analizar el escenario de cara a la segunda vuelta. Cabe consignar que el FA hasta antes de las elecciones tenía apenas tres diputados, hoy esa cifra se elevó a 20 e incluso, los hijos predilectos de las movilizaciones estudiantiles del 2011 (que le dio mucho dolores a Piñera), lograron instalar a uno de los suyos en el Senado, convirtiéndose en la tercera fuerza política en Chile y con cara de mandar prontamente a los cuarteles de invierno o al menos a los asilos a varios de los añejos, repetidos y rancios políticos chilenos que no se quieren jubilar como el caso del propio Piñera, que lleva 30 años en lo que denomina “servicio público”.
En el Frente Amplio, que está conformado por 11 asociaciones, muchos ven como una traición negociar con un representante de la política tradicional como Guillier. El movimiento que se destapó en las protestas estudiantiles de 2011, tiene sus mayores adherentes entre los jóvenes, y se proyecta como una alternativa a la política binominal que gobernó a Chile por los últimos 19 años.
Atenta a los acontecimientos y a la posibilidad de negociar con Guillier algunos de los ejes de su programa, como educación gratuita, fin a las AFP, derogar la ley de pesca, Sánchez insistió en que la coalición fijará su postura el próximo 29 de noviembre y declinó adelantar las decisiones que tomarán frente a distintos escenarios antes de esa fecha.
Frente a este tema también se refirió el diputado del Partido Liberal, miembro del FA, Vlado Mirosevic, sostuvo que “aquí hay que tener una posición común con el FA y no lo vamos a poner en jaque por una decisión de segunda vuelta”… Hay dos caminos que a mí no me gustan: el primero es un apoyo explícito a Alejandro Guillier que signifique participar del gobierno, una negociación de cargos, nosotros no estamos disponibles para eso, no nos gusta esa posición”.
En este sentido, aclaró que “tampoco estamos por el camino de un desprecio insultante hacia Alejandro Guillier como fue el apoyo que dio Marco Enríquez-Ominami el 2009 (a Eduardo Frei, que finalmente perdió ante Piñera).
El diputado explicó, en el diario La Tercera, que quien debe cautivar al electorado es el presidenciable de la centro izquierda.
“Es responsabilidad de Alejandro Guillier seducir a quienes confiaron en el Frente Amplio en primera vuelta. Va a depender de él, de su capacidad de asumir esas banderas que logre que esa gente vaya a votar por su opción. Es una responsabilidad de él, no una responsabilidad nuestra”, enfatizó Mirosevic, y agregó que aquellos que votaron por la coalición lo hicieron “en libertad” y no están “esperando instrucciones”.
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