Grito ciudadano en Barcelona contra el terrorismo y las políticas belicistas
Medio millón de personas llenan el centro de
Barcelona bajo el lema "No tengo miedo", pancartas contra las políticas
que promueven la violencia y banderas 'esteladas'. El rey y el gobierno
español han sido recibidos con abucheos.
"Los que hoy estamos
aquí hemos venido para gritar bien fuerte, como una sola voz: 'No tengo
miedo". Así se ha expresado la actriz Rosa Maria Sardà, que ha
protagonizado el acto final de la manifestación de condena de los
atentados yihadistas de La Rambla y Cambrils. Así se ha expresado Sardà
en la Plaza de Cataluña, acompañada de la portavoz de la asociación Ibn
Battuta, Míriam Hatibi. Un acto austero, brevísimo -en catalán y castellano- en que no ha intervenido ningún político,
y en el que se han condenado unos "crímenes que sólo persiguen provocar
el terror a través de la muerte y la devastación, para intentar romper
nuestro modelo de convivencia ".
"Ninguna expresión de racismo ni de xenofobia tienen cabida en nuestra sociedad"
"No vamos a consentir que nos humille ni nos venza el terrorismo, porque cuando ellos golpean, en lugar de dividirnos nos encuentran más unidos que nunca en la defensa insobornable de la libertad y la democracia,
desde nuestra diversidad de culturas y creencias" , ha afirmado Sardà,
en nombre de los organizadores. "Somos muchos millones de personas los
que rechazamos la violencia y defendemos la convivencia", ha señalado,
entre los aplausos del público -que todavía ha aplaudido más cuando se ha alabado el papel de los cuerpos de seguridad tras los atentados.
Además de conjurar el peligro de una reacción intolerante ante el
terrorismo yihadista, cuando ha dicho que "ni la islamofobia, ni el
antisemitismo ni ninguna expresión de racismo ni de xenofobia tienen
cabida en nuestra sociedad".
Barcelona no tiene miedo. Lo han querido dejar claro este sábado medio millón de manifestantes que han llenado el centro de la ciudad,
en una gran manifestación convocada por el Ayuntamiento de Barcelona y
la Generalitat para condenar los atentados yihadistas de la semana
pasada que costaron la vida a 15 personas y dejaron más de un centenar
de heridos, de los que 27 permanecen aún en diferentes hospitales
catalanes. Una manifestación en la que no han faltado ni la polémica ni
los silbidos, especialmente dirigidos al rey Felipe VI.
La marcha, con un carácter a la vez institucional y ciudadano, ha contado con una masiva presencia de autoridades y representantes políticos, con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el presidente del gobierno central, Mariano Rajoy, y el rey Felipe VI, como grandes protagonistas. Pero en un calculado segundo término.
Sin políticos en la cabecera
La manifestación ha estado encabezada por 75 representantes de diferentes cuerpos de seguridad y de emergencia
-Mossos d'Esquadra, Guàrdia Urbana, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia
Civil, policías locales de Cambrils, Alcanar y Ripoll, Protección Civil
y bomberos-, por miembros de entidades vecinales y de la comunidad
musulmana, que han llevado una gran pancarta blanca con un único lema:
"No tengo miedo". También han formado parte de esta cabecera personal
sanitario de los ocho grandes hospitales catalanes, trabajadores de la
limpieza, taxistas y comerciantes de La Rambla. Inmediatamente detrás,
ha marchado una delegación de entidades que trabajan por la paz, los
derechos humanos y contra el racismo, así como familiares de las
víctimas. Y sólo después, los líderes políticos.
Varios sectores habían rechazado la posibilidad de que el monarca encabezara la manifestación
Esta
solución salomónica se adoptó tras una cierta polémica por el lugar que
debía ocupar Felipe VI -que confirmó su presencia hace sólo dos días-.
Varios sectores, principalmente de la izquierda -y muy en particular, la
CUP y Podem Catalunya-, habían rechazado la posibilidad de que el
monarca encabezara la manifestación, aludiendo a los vínculos de la casa real española con la monarquía saudí, al que acusan de financiar el salafismo a nivel internacional.
Dos horas antes de la marcha, además, unas
170 entidades han celebrado una concentración alternativa entre la
Rambla de Catalunya y la calle Aragó, en protesta por la presencia de
Felipe VI y de Rajoy en la manifestación. "Para mi solo ha habido una
cabecera", han dicho Puigdemont y Colau. La alcaldesa ha añadido: "si fuera por nosotros, a las autoridades ni se nos hubiera visto".
Abucheos contra el rey y el gobierno central
Algunos de los manifestantes han portado pancartas contra el monarca,
y su llegada y la de Rajoy ha sido recibida con una sonora pitada, que
se ha ido repitiendo regularmente, alternando -o simultaneando- los
gritos de "no tengo miedo". Estos silbidos contrastan con los aplausos
unánimes que han recibido los cuerpos de seguridad.
Es la primera vez que un rey español participa en una manifestación.
Felipe de Borbón, cuando era Príncipe de Asturias, ya había desfilado
en la manifestación de condena contra el atentado yihadista del 11 de
marzo de 2004 en un tren de cercanías de Madrid, y aquella fue la
primera vez que se manifestaba un miembro de la familia real española.
Los días previos a la manifestación también
han visto otras polémicas, con acusaciones cruzadas entre soberanistas y
unionistas sobre la utilización política de los atentados, tanto a los
medios como por parte de los gobiernos catalán y central. Y también ha
habido rencillas por la presencia de banderas en la marcha, con Colau
pidiendo que esta no fuera "en ningún caso, una manifestación de
banderas", y con el vicepresidente del gobierno catalán, Oriol Junqueras,
considerando "compatible" la marcha con las banderas. Una disputa que
se ha extendido en las redes sociales, con más contundencia. Finalmente,
la mayor parte de manifestantes ha optado por no llevar ninguna
bandera, con la excepción de la parte inicial de la marcha abierta a los
asistentes en general, donde sí se han visto numerosas 'esteladas' y
algunas -muchas menos- banderas españolas.
Una gran pancarta que decía "Gracias Majestad, España contra el terrorismo", ha provocado tensión
Al final de Paseo de Gracia, muy cerca de Plaza de Catalunya, una gran pancarta que decía "Gracias Majestad, España contra el terrorismo", ha provocado tensión
y decenas de Mossos d'Esquadra han rodeado al grupo que portaba la
pancarta. Una gran cantidad de manifestantes les abucheaban "Vosotros,
fascistas, sois los terroristas". Finalmente los agentes han hecho un
pasillo de protección para que los que portadores de la pancarta
pudieran salir de la concentración.
Polémicas aparte, la clase política catalana y española ha respondido unánimemente ante la convocatoria. Por parte del gobierno central, además de Rajoy, han estado presentes la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y buena parte del consejo de ministros, con los titulares del Interior, Juan Ignacio Zoido, de Justicia, Rafael Català, de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y de Defensa, María Dolores de Cospedal,
entre otros. Por parte del Ejecutivo catalán, han acompañado Puigdemont
el vicepresidente Oriol Junqueras y sus consellers, y por el
Ayuntamiento han acompañado a Colau numerosos concejales. También han
estado presentes todos los presidentes autonómicos, la presidenta del
Parlament, Carme Forcadell, y los presidentes del Congreso y del Senado. Igualmente han acudido el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, y los líderes de diferentes partidos de ámbito catalán y estatal.
Lleno aunque sin desbordar
La manifestación ha transcurrido a partir
de las seis de la tarde a lo largo de todo el Paseo de Gracia de
Barcelona, desde los Jardinets de Gracia, donde tenía su teórico lugar
de partida, hasta la Plaza Cataluña, al lado de donde se cometió el
atentado de la Rambla. Previendo una respuesta masiva de los ciudadanos,
la marcha se ha convertido más bien en una concentración: la
cabecera se ha situado en la Gran Vía, a sólo tres calles de Plaza
Cataluña, y el recorrido se ha hecho a velocidad extremadamente lenta,
con paradas regulares.
Se ha leído una loa de Federico García Lorca a La Rambla, "la calle más alegre del mundo"
En
las horas previas, Colau había llamado a los barceloneses a "desbordar"
las calles. A pesar de la fuerte afluencia a la manifestación, que
llenaba el Paseo de Gracia media hora antes del inicio de la marcha, en
ningún momento ha habido problemas para incorporarse a la marcha
-excepto en los tramos más cercanos a la cabecera- , y se podía caminar
con cierta comodidad por las calles adyacentes, incluyendo la parte
exterior de la Plaza de Cataluña.
Terminados los breves parlamentos en Plaza Cataluña, se han leído dos textos de dos poetas. El primero, omnipresente estos días, una encendida loa de Federico García Lorca a La Rambla, "la calle más alegre del mundo". El segundo, un poema de Josep Maria de Sagarra en el que define el paseo barcelonés como "la sala de baile de Barcelona". Para acabar con otro clásico: la interpretación del Cant dels Ocells, a cargo de Peter Thiemann y Guillem Gracia.
Una interpretación que se ha escuchado en un respetuoso silencio, roto
nada más por los gritos de "No tengo miedo". Y por nuevos silbidos
posteriores.
En el escenario, una decoración floral a
cargo del Gremio de Floristas de Barcelona, simbolizando un elemento
tradicional y característico de La Rambla. Y los mismos floristas
también han participado repartiendo gratuitamente 70.000 flores, "contra la violencia y el terrorismo". Sin ninguna intencionalidad política, en este caso.
Unidad pese a las diferencias
La manifestación se ha vivido bajo un
ambiente de tensión que, al mismo tiempo, ha sido superado por una
proclama conjunta de unidad contra los atentados. Ha habido abucheos en
diferentes puntos del recorrido, especialmente al rey. A pesar de
algunos momentos puntuales de tensión, el clamor mayoritario ha sido de
repulsa a los atentados. Informa Guillem Amatller.
Jonás Corrons se ha desplazado hasta Paseo
de Gracia, donde ha explicado sus motivos para salir a la calle. "Busco
la paz. Estoy en contra de los terroristas que quieren imponer su
doctrina de manera violenta ", ha dicho. "También lo hago en solidaridad
con las víctimas". Enrique, otro manifestante, nos atiende con una
bandera española rodeándole el cuello: "creo que hoy es un día para
dejar de lado la ideología y, a pesar de que hay 'esteladas' y banderas
de España, creo que de momento están conviviendo bastante bien ", ha
dicho. Jordi Seguer, en la misma línea, ha quitado hierro a las
diferentes banderas mostradas y ha defendido la libertad de expresión
para exhibirlas: "que cada uno se exprese como quiera", ha dicho.
"Este es un acto cívico en reconocimiento a las víctimas. No debería haber banderas"
La presencia del rey era uno de los elementos más polémicos de la marcha.
"No me parece bien que el actual jefe del Estado se haga fotos con
dirigentes de Arabia Saudí. Al margen de otros debates, no me gusta su
presencia por este motivo ", explica María Arias. Como ella opinan
muchos de los que han asistido a la manifestación.
Alba Ruiz es miembro del Encuentro Europeo
de Jóvenes por la Paz. Para ella "los hechos llevados a cabo por los
terroristas yihadistas van en contra de la Paz, y los condenamos". Lluis
Ros, presidente de la Plataforma de afectados por la Crisis, ha
criticado que se centre el debate exclusivamente en los autores de los
hechos: "es de vital importancia ir a las causas que provocan el terrorismo. No es un tema que se pueda solucionar sólo policialmente, sino que también hay que revisar lo que lo provoca ".
Hacia las 18:00 entre Gran Vía y Paseo de
Gracia, un grupo de personas con banderas españolas ha increpado a otro
sector que llevaba 'esteladas' bajo el grito "banderas no". Rafael ha
visto la polémica de cerca. "Este es un acto cívico en reconocimiento a
las víctimas. No debería haber banderas. Ni de las unas, ni de las otras.
Si unos llevan las suyas, los demás también las llevarán. Solución:
banderas no ". La escena ha vivido su momento máximo de tensión cuando
los portadores de 'esteladas' se han encarado con manifestantes que les
gritaban. Después de un intercambio de opiniones, el conflicto se ha
dado por zanjado.
La jornada ha estado marcada también por un
fuerte dispositivo policial y por el difícil acceso a puntos clave de
la comitiva. El desplazamiento dentro de la manifestación ha sido fluido
y no se han tenido que lamentar incidentes. La salida de Barcelona se
ha visto marcada por ciertas aglomeraciones en puntos clave, por
lo que Rodalies de Catalunya ha recomendado marchar escalonadamente,
aunque poco a poco se ha ido recuperará la normalidad también en el
transporte público.
Concentración en Ripoll
A la misma hora que comenzaba la manifestación en Barcelona, se celebraba en la ciudad de Ripoll otra concentración en favor de la convivencia.
Ripoll ha sido, como se sabe, la localidad en la que residían la mayor
parte de los miembros de la célula yihadista responsable de los
atentados de Barcelona y Cambrils.
Los concentrados en Ripoll este sábado han
afirmado que tienen "su corazón y su pensamiento" con las víctimas de
los atentados, y han enfatizado la necesidad de apoyar la educación
multicultural.
La hermana de uno de los presuntos terroristas detenidos
se ha dirigido a los concentrados con palabras de agradecimiento por su
presencia en el acto de solidaridad con las víctimas y de rechazo a la
xenofobia. En su discurso emocionado ha explicado la necesidad de hacer autocrítica todos juntos para evitar que otros jóvenes abracen ideologías extremistas "que nada tienen que ver con el Islam".
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