Ministerio de Asuntos Exteriores… o la estupidez recompensada siempre en España
Hay que reconocer que el actual ministro de Exteriores de España, Alfonso María Dastis, es un fiel continuador de la política de sus antecesores, fuera bajo los gobiernos de Zapatero, Aznar, Felipe González o del propio Rajoy:
la política exterior de España ha sido durante el Régimen del 78, una
mezcla de improvisación y de sumisión a la política exterior de otros
países, especialmente de lo que decidieran en las oscuras y siniestras
covachas de la Casa Blanca.
Si en
España hubiera libertad, independencia y soberanía, los ciudadanos
deberían esperar que nuestros representantes en el Ministerio de Asuntos
Exteriores estuvieran por todo el mundo, peleando cual soldados de los
Tercios, por defender los intereses nacionales de España.
La
opinión pública vería normal ver a nuestros diplomáticos cerrando filas
junto a nuestro ministro del ramo defendiendo el cumplimiento de las
resoluciones de las Naciones Unidas para la descolonización de
Gibraltar, ese emporio de militares, narcos, contrabandistas y
defraudadores que se refugia en el Peñón para mayor gloria de su Bajeza
Real, la Reina de Inglaterra.
La
opinión pública española se sentiría satisfecha si nuestros diplomáticos
hicieran propia la causa del pueblo saharaui e hiciera frente al
expolio y represión de las fuerzas del sultán de Marruecos, pues
seguimos teniendo la responsabilidad sobre la República Saharaui como
potencia administradora.
La
opinión pública española estaría junto a nuestros diplomáticos si
viéramos como España se alinea junto a aquellos que luchan
verdaderamente contra el terrorismo yihadista en sus guaridas de Irak y
Siria, apoyando a Damasco, Bagdad, a Irán y Rusia o al gobierno filipino
que sufre en estos momentos la lacra del Estado Islámico; y no hacerle
el caldo gordo a Arabia Saudita y las petromonarquías del Golfo.
La
opinión pública española aplaudiría a nuestro ministro de Exteriores si
se partiera la cara con los burócratas de Bruselas defendiendo a nuestra
agricultura en todos los frentes, entre ellos el de unas sanciones a
Rusia que nos están costando miles de millones de euros de pérdidas.
La
opinión pública española felicitaría a nuestro Gobierno y al señor
Dastis si en el mundo se escuchara nuestra voz ante la injerencia de las
potencias en Venezuela, el injusto embargo a Cuba, la ocupación de la
tierra de Palestina, la amputación de Kosovo a Serbia, una integración
mayor de España y Portugal o la provocadora presencia de tropas de la
OTAN en las fronteras del Este. Razones todas ellas de alcance
suficiente como para que nuestro Ministro de Exteriores viajara por los
cinco continentes y se llamara a consultas a muchos embajadores
acreditados en nuestro país…
Pero no.
La opinión pública española no podrá disfrutar de esa política soberana y
de altura de nuestro servicio de Exteriores. La opinión pública
española está obligada a asistir a la vergonzosa estupidez –por ser
benévolos- o al sometimiento a los intereses de otras potencias –si
pensamos mal… o bien, según se mire- de nuestra política exterior.
Así, el pasado jueves, el director general de América del Norte, Asia y Pacífico, Fidel Sendagorta, convocó al embajador de Corea del Norte en Madrid, Kim Hyok Chol, para trasladarle el rechazo del Gobierno de España al último ensayo balístico, realizado el pasado 4 de julio.
Según
el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores español, "se trata de
una escalada grave en el proceso por el que la República Popular
Democrática de Corea (RPDC) quiere dotarse de plena capacidad nuclear
militar".
Además,
trasladó al Embajador norcoreano la preocupación del Gobierno español
por estos ensayos, "que amenazan la paz y la seguridad regional y global
y pueden provocar un conflicto si no se toman de inmediato medidas
apropiadas".
Por
último, el director general recordó que los ensayos balísticos se
realizan en violación de las resoluciones pertinentes del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas y trasladó la petición al Gobierno de Kim Jong-un para
que las cumpla en todos sus términos, suspenda sus programas nuclear y
cree las condiciones para que un diálogo constructivo pueda tener lugar.
El lector
podría pensar que es un comunicado del Secretario de Estado de EEUU o
del mandamás de la OTAN… pero no. Es del Ministerio de Exteriores de
España, que como hemos visto más arriba, no tiene temas más importantes
que atender que una prueba normal de un misil balístico por parte de un
Estado soberano y miembro de las Naciones Unidas como es Korea del
Norte.
La
cuestión es que ese tipo de pruebas suelen ser habituales por parte de
los ministerios de Defensa de los países. Solo en las últimas semanas
hemos asistido a lanzamientos por parte de Israel (desde un submarino),
Irán, un ICBM intercontinental de EEUU, Rusia (también desde un
submarino), China, India o algunos países de la OTAN. ¿Y qué ha dicho
Dastis y su tropa?... Nada, por supuesto.
Para
mayor sarcasmo, el mismo 4 de julio, el Ejército de Pakistán (potencia
nuclear con un grave problema de islamismo) ensayó con éxito una serie
de lanzamientos de su misil balístico tierra-tierra NASR, según informó
el departamento de prensa de las Fuerzas Armadas del país (ISPR, por sus
siglas en inglés).
"Este
sistema armamentístico aumentará la capacidad de disuasión contra todo
un espectro de amenazas, incluyendo las defensas antimisiles", señaló el
jefe del Estado Mayor del Ejército, Kamar Javed Bajwa, en una entrevista con Samaa TV.
Bajwa
felicitó a los ingenieros y científicos que trabajaron en el proyecto
por ayudar a que Pakistán mejore su capacidad de disuasión. Además,
destacó la preparación y el nivel de operatividad de las Fuerzas Armadas
Estratégicas de la nación asiática.
"Son
nuestros héroes reales; los invisibles; les debemos nuestro
agradecimiento", subrayó Bajwa. El militar recordó que es necesario
evitar la guerra y agregó que las "armas estratégicas garantizan la paz
con un vecino altamente militarizado y que cada vez es más beligerante".
¿Se
enteró de esto nuestro Ministro de Asuntos Exteriores? ¿Piensa llamar a
consultas al embajador de Pakistán? ¿Y al de Israel, EEUU, India o Irán?
¿O quizás
la opinión pública española tiene que entender que en el caso de Korea
del Norte, nuestro Gobierno y el Ministro de Asuntos Exteriores, Sr
Dastis, simplemente cumplían órdenes?
No digan
nada… ya sabemos de dónde llegan esas órdenes. Y la opinión pública
española también, desde que cantara aquel pareado que decía:
“En el Cielo manda Dios,
y en la Tierra los humanos,
y en la España grande y libre,
mandan los americanos”.
Juan Antonio Aguilar
Director de Elespiadigital.com
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