¿Por qué es posible y hasta probable la victoria de Haddad sobre Bolsonaro en la segunda vuelta?
Quién defina la agenda en esta segunda vuelta, insertándola en una narrativa coherente, probablemente saldrá victorioso. El gran desafío de la campaña de Haddad/Manuela es construir esta agenda, potencialmente mayoritaria, y presentarse como quien, representando la herencia y el sueño de Lula, es capaz de vencer al gran enemigo de los derechos del pueblo brasileño que es Bolsonaro
A Otávio Dulci, compañero siempre
“Ahora es fácil”, dice el panfleto: una foto de Bolsonaro y otra de Haddad. “Escoja entre el policía y el bandido”.
Parece simplista, pero no lo es. Hay una narrativa, una agenda y un personaje. Hasta llegar a esta síntesis hubo un concepto, una larga inversión en una narrativa e, ahora, hay un personaje para encarnarla. El concepto de que el PT es “neopatrimonialista” (en lenguaje directo: asalta el poder para robar), formulada por Fernando Henrique Cardoso a partir de una interpretación fraudulenta de la obra de Raymundo Faoro , que organiza la cobertura de las grandes empresas de la mídia desde 2005. La narrativa de que el mal de Brasil es la corrupción encarnada por los “políticos” – principalmente por el PT – y actualizada al final de la primera vuelta por la asociación Moro/Globo, filtrando la delación premiada de Palocci. Bolsonaro es el gran actor (¿“mito”, “Mesías” o “héroe”?) que viene desde fuera del sistema político para limpiar Brasil y salvarlo de la crisis profunda en que se hunde.
La formula “bandido” hace el pasaje del primer Bolsonaro (el que creció en Rio de Janeiro con la bandera “bandido bueno es bandido muerto”) al Bolsonaro Presidente (el que va a salvar a Brasil de los bandidos del PT). Bolsonaro se establece como el gran heredero del antipetismo, construido bajo la dirección del PSDB , hoy ya embarrado por la imagen de la corrupción. Bolsonaro es limpio: el capitán y el soldado, el “policía” de Brasil: las Fuerzas Armadas, en medio al descredito de las instituciones, ¿no seria la más confiable?
Roger Griffin, el gran estudioso del fascismo clásico y contemporáneo, identifica el “fascismo genérico” exactamente a partir de esta noción central de una regeneración moral de una sociedad nacional en crisis: Bolsonaro viene a limpiar Brasil de los bandidos que asaltan en las calles, asaltan el Estado, asaltan los valores de la familia. “La contrarevolución”, afirmaba el reaccionario Joseph de Maistre, “no es lo opuesto de una revolución, es una revolución opuesta”.
Bolsonaro viene a dar continuidad al ideario de la Lava Jato, de forma más amplia y por otros medios. Lula y lo que el significa sobrevivió a la Lava Jato pero no sobrevivirá a Bolsonaro. La violencia es necesaria para extirpar de la sociedad su parte más enferma. La izquierda, en un sentido amplio, debe ser eliminada para que Brasil resurja sano. Sin corrupción, Brasil volverá a crecer y será posible tener dinero para hacer las políticas que el pueblo necesita: ¿no es esta la gran formula del cuadro popular “El Brasil que el pueblo quiere”, presentado diariamente a lo largo de los últimos meses por el Jornal Nacional ?
Nuestra agenda, narrativa y actor
En la primera vuelta, 90% o más del esfuerzo de la campaña de Haddad fue promover el traspaso de votos de Lula. Puede discutirse si, a partir de su llegada al 20% de las intenciones de voto, la polarización con Bolsonaro podría haberse iniciado. Pero este es el principal desafío de la segunda vuelta. Porque se trata, fundamentalmente, de disputar la narrativa, la agenda y el actor con la narrativa fascista de Bolsonaro. Quien venza esta disputa vencerá las elecciones.
En una expresión aproximativa (que se vale de una intervención del compañero Jacques Wagner ), se podría formular de la siguiente manera: el profesor que quiere continuar los sueños de Lula del Brasil feliz y en paz versus el mito del torturador que es enemigo de los derechos del pueblo brasileño.
Sí, es necesario fijar, dar a conocer más, expresar la autonomía de voz, construir el liderazgo político de Haddad. Pero seria un verdadero desastre pretender despegar su candidatura de la presencia central y polarizadora de Lula: Bolsonaro ya lo llama de “pelele” “prepuesto del bandido” desde el inicio de la campaña. El centro de su biografia es haber sido profesor de la USP y ministro de educación de los gobiernos Lula. Dejar Lula a un lado seria una verdadera quiebra de narrativa, una desorganización del centro de coherencia y de la imagen de la campaña.
La agenda central es: Quién defiende y va a extender, y quién es el enemigo de los derechos del pueblo brasileño. Son los derechos sociales y del trabajo, los derechos de las mujeres, negros y gays, los derechos a la libertad y a vivir en paz. No hay porque caer en el error de contraponer unos derechos a otros, como de forma apresurada concluyeron algunos: el rechazo de las mujeres a Bolsonaro, principalmente mujeres pobres, fue lo que aseguró la segunda vuelta (la diferencia de votos en Bolsonaro entre hombres y mujeres continuó siendo muy alta hasta el final) y continúa siendo fundamental. ¡Denunciarlo como racista continúa siendo fundamental: el brutal y cobarde asesinato del Maestro de capoeira bahiano es un símbolo dramático de la campaña!
Los derechos sociales y del trabajo deben ir al centro ahora. Amplio acuerdo: empleo, salario mínimo, salud, educación y seguridad son las principales reivindicaciones del pueblo brasileño según las encuestas. Bolsonaro voto con Temer contra el pueblo brasileño en todas estas cuestiones. ¡Voto a favor de no haber más inversión en educación, salud, seguridad y Bolsa Familia por veinte años!
Debemos, a partir de esta narrativa de izquierda y de esta identidad, acoger el deseo del pueblo brasileño de vivir en un país libre de corrupción sistémica. No es el centro, pero este compromiso debe ser suscrito. No subscribirlo es darle la razón, por omisión, a Bolsonaro. Es necesario combatir la mayor de la fake news de esta campaña: ¡presentarse Bolsonaro como líder del combate a la corrupción! ¿La conciencia del pueblo brasileño ya no tuvo la experiencia de Aécio ?
¿Por qué llamarlo de “mito torturador”? Pues porque el mito del “mito” es el torturador Brilhante Ustra . No se tiene noticias de Bolsonaro como torturador, pero como personaje político el se ha construido como heredero del coronel Ustra. La expresión “mito” en este caso vale como desconstrucción: el capitán no representa a las Fuerzas Armadas brasileñas, ni en su historia ni en su conjunto, pero sí en su peor momento y en sus facciones más tenebrosas. La agenda de la paz y la democracia contra la violencia y la amenaza de la dictadura debe ser estar siempre con nosotros.
¿Por qué es posible y hasta probable vencer?
Este artículo está siendo escrito cuando todavía no hay ninguna encuesta de segunda vuelta. Pero es probable que, así como en la última semana de la primera vuelta, con exposición en el Jornal Nacional, Ibope y Datafolha vengan a público para exponer la imposibilidad de una victoria de Haddad en esta segunda vuelta. Las dos encuestas no bajaron la votación de Haddad (convergiendo en el mismo error de previsión, coincidencia, créanlo si quieren) durante los últimos días de la primera vuelta, forzando la posibilidad de victoria de Bolsonaro en la primera vuelta, ¿contra todas las demás encuestas?
Pero esto no es verdad. Es exactamente lo contrario a esto: la victoria de Haddad es posible y hasta probable, si vence en la disputa narrativa y de agenda.
El único movimiento político que confronto a Bolsonaro hasta ahora ha sido el ¡#Elenão! El candidato Bolsonaro se inmunizó a la crítica, por el atentado criminoso que sufrió, durante un periodo decisivo. Alckim predicó contra él por ser un candidato fácil de ser derrotado por el PT. La campaña de Ciro estaba legítimamente volcada para disputar el voto útil contra Haddad. E la campaña de Haddad solo inició el ataque tarde, en la fase de ascenso final de Bolsonaro.
En la última quincena, hacia Bolsonaro ya convergía lo fundamental del sistema económico, político, mediático, de las iglesias conservadoras y una dinámica de voto útil. El 46% de los votos válidos a Bolsonaro en este contexto – 49 millones, un tercio del electorado brasileño – representan un estado óptimo de su desempeño. Ciertamente, parte nada despreciable de estos votos recientes son de un Bolsonaro todavía no sometido a la crítica e no están cristalizados.
En el Sudeste y Sur de Brasil la campaña de Haddad no contará con fuertes apoyos en la campaña de segunda vuelta para los gobiernos estaduales. Esta es su mayor dificultad. ¿Pero el apoyo de Dória ou Zema ou Witzel traerán nuevos votos a Bolsonaro? ¿En qué medida el voto a presidente, en una elección tan polarizada, no seguirá fundamentalmente una dinámica nacionalizada?
Haddad tiene ahora tres nuevas ventajas. El traspaso de votos de Lula, en su primer y necesario estadio, ya está realizado. Ahora su candidatura puede dedicarse integralmente a la polarización e a reafirmar su programa para el país. ¡Aún en el auge de la fake news, en la última semana de la campaña, su índice de rechazo en las encuestas era inferior a Bolsonaro!
En segundo lugar, recibirá el refuerzo decisivo de Ciro y sus electores además de la importantísima militancia de Boulos y del PSOL y el apoyo formal del PSB . Puede todavía contar con el apoyo, aún con mediaciones, de sectores democráticos del PSDB e de Rede . Contará, sin duda, con todo el apoyo de los sectores artísticos, intelectuales y de liderazgos religiosos. Tendrá a su lado toda la militancia de los movimientos sociales.
En tercer lugar, tendrá la mitad del tiempo de publicidad en la televisión, en el momento más decisivo de la disputa. Tiene todas las condiciones para salir con una importante ventaja de todos los debates a los que Bolsonaro acuda.
A ilusión es la esperanza sin razones. La esperanza se asienta, en momentos como estos, solo con una extraordinaria movilización de la voluntad, pero necesita razones. Y hay muchas para confiar que una victoria de Haddad todavía es posible y hasta probable.
Juarez Guimarães, es profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)
Este articulado fue publicado en primer lugar en Carta Maior (cartamaior.com.br)
Traducción y notas: Mauricio Benito Durá
NOTAS
1. Abogado e intelectual brasileño jugó un papel político importante en la transición a la democracia en Brasil. Es autor de Os Donos do Poder donde analiza la formación sociopolítica “patrimonialista” de Brasil.
2. Partido da Social Democracia Brasileira. A pesar del nombre, el PSDB es un partido de centro-derecha, teniendo entre sus líderes el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y los excandidatos a presidente José Serra, Geraldo Alckmin y Aecio Neves. Fue el principal opositor del PT en los últimos 20 años y articulador clave del golpe contra Dilma Rousseff.
3. El Jornal Nacional es el noticiero de mayor audiencia de la televisión brasileña y se emite por la cadena Globo. Durante los últimos meses ha contado con un espacio en que se recogen breves declaraciones de ciudadanos y ciudadanas, por lo general de zonas marginadas y rurales, que responden a la pregunta de que Brasil quiere el pueblo.
4. Jacques Wagner, dirigente del PT, fue diputado federal durante tres mandatos y gobernador del estado de Bahía en dos periodos. Ministro Jefe de la Casa Civil y de la Defensa durante el segundo gobierno de Dilma Rousseff. Fue electo senador en las elecciones del pasado 7 de octubre.
5. Por medio de enmienda constitucional, durante el gobierno Temer, se fijó el techo de gasto por 20 años restringiendo las inversiones en sanidad y educación.
6. Fue candidato del PSDB a la Presidencia de la República en las elecciones de 2014, perdiendo para Dilma Rousseff en la segunda vuelta. Fue uno de los principales articuladores del golpe a Dilma. Tras una campaña como abanderado de la lucha contra la corrupción acabó, en 2017, como reo de la justicia por corrupción y obstrucción de la justicia. En su contra pesan grabaciones filtradas donde se le escucha pidiendo soborno a un empresario y barajando la posibilidad de matar a su propio primo que sería el encargado de recoger el dinero. Fue elegido diputado federal el último 07 de octubre.
7. Coronel del Ejercito Brasileño, fue jefe del DOI-CODI (uno de los órganos de represión política durante la dictadura militar en Brasil. 1964-1985) en la región de São Paulo entre 1970 y 1974. La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de São Paulo recopiló 502 casos de tortura en su contra. En la sesión del Congreso Nacional en que se votó el impeachment de Dilma Rousseff, Jair Bolsonaro al votar lo dedicó a Ustra. Dilma Rousseff, presa política y torturada, estaba entre las víctimas.
8. Ibope y Datafolha son las dos principales empresas de encuestas de opinión en Brasil.
9. Geraldo Alckim, candidato presidencial en estas elecciones, obtuvo apenas el 4,76% de los votos válidos.
10. João Doria es candidato por el PSDB a gobernador del Estado de São Paulo en la segunda vuelta.
11. Romeu Zema del partido NOVO, candidato outsider que disputará la segunda vuelta al gobierno de Minas Geráis. Ha declarado apoyo a Bolsonaro.
12. Wilson Witzel del partido PSC, candidato outsider apoyado por Bolsonaro, disputará la segunda vuelta al gobierno de Rio de Janeiro.
13. Ciro Gomes, candidato de centro izquierda del Partido Democrático Laborista (PDT por sus siglas en portugués) obtuvo en la primera vuelta el 12,5% de los votos válidos. El PDT ha declarado su apoyo “crítico” a Fernando Haddad para “frenar las fuerzas atrasadas de Brasil”.
14. Guillerme Boulos, dirigente del Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo Sin Miedo (FPSM) fue candidato presidencial por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Boulos es un gran defensor de la inocencia de Lula y durante la campaña manifestó su intención de indultarlo en caso de victoria. Pese a haber obtenido apenas el 0,58% de los votos su apoyo a Haddad es valorado como muy importante por la fuerza militante que aporta a la campaña.
15. Partido Socialista Brasileño
16. Rede es el partido de Marina Silva que obtuvo el 1% de los votos válidos en la primera vuelta.
A Otávio Dulci, compañero siempre
“Ahora es fácil”, dice el panfleto: una foto de Bolsonaro y otra de Haddad. “Escoja entre el policía y el bandido”.
Parece simplista, pero no lo es. Hay una narrativa, una agenda y un personaje. Hasta llegar a esta síntesis hubo un concepto, una larga inversión en una narrativa e, ahora, hay un personaje para encarnarla. El concepto de que el PT es “neopatrimonialista” (en lenguaje directo: asalta el poder para robar), formulada por Fernando Henrique Cardoso a partir de una interpretación fraudulenta de la obra de Raymundo Faoro , que organiza la cobertura de las grandes empresas de la mídia desde 2005. La narrativa de que el mal de Brasil es la corrupción encarnada por los “políticos” – principalmente por el PT – y actualizada al final de la primera vuelta por la asociación Moro/Globo, filtrando la delación premiada de Palocci. Bolsonaro es el gran actor (¿“mito”, “Mesías” o “héroe”?) que viene desde fuera del sistema político para limpiar Brasil y salvarlo de la crisis profunda en que se hunde.
La formula “bandido” hace el pasaje del primer Bolsonaro (el que creció en Rio de Janeiro con la bandera “bandido bueno es bandido muerto”) al Bolsonaro Presidente (el que va a salvar a Brasil de los bandidos del PT). Bolsonaro se establece como el gran heredero del antipetismo, construido bajo la dirección del PSDB , hoy ya embarrado por la imagen de la corrupción. Bolsonaro es limpio: el capitán y el soldado, el “policía” de Brasil: las Fuerzas Armadas, en medio al descredito de las instituciones, ¿no seria la más confiable?
Roger Griffin, el gran estudioso del fascismo clásico y contemporáneo, identifica el “fascismo genérico” exactamente a partir de esta noción central de una regeneración moral de una sociedad nacional en crisis: Bolsonaro viene a limpiar Brasil de los bandidos que asaltan en las calles, asaltan el Estado, asaltan los valores de la familia. “La contrarevolución”, afirmaba el reaccionario Joseph de Maistre, “no es lo opuesto de una revolución, es una revolución opuesta”.
Bolsonaro viene a dar continuidad al ideario de la Lava Jato, de forma más amplia y por otros medios. Lula y lo que el significa sobrevivió a la Lava Jato pero no sobrevivirá a Bolsonaro. La violencia es necesaria para extirpar de la sociedad su parte más enferma. La izquierda, en un sentido amplio, debe ser eliminada para que Brasil resurja sano. Sin corrupción, Brasil volverá a crecer y será posible tener dinero para hacer las políticas que el pueblo necesita: ¿no es esta la gran formula del cuadro popular “El Brasil que el pueblo quiere”, presentado diariamente a lo largo de los últimos meses por el Jornal Nacional ?
Nuestra agenda, narrativa y actor
En la primera vuelta, 90% o más del esfuerzo de la campaña de Haddad fue promover el traspaso de votos de Lula. Puede discutirse si, a partir de su llegada al 20% de las intenciones de voto, la polarización con Bolsonaro podría haberse iniciado. Pero este es el principal desafío de la segunda vuelta. Porque se trata, fundamentalmente, de disputar la narrativa, la agenda y el actor con la narrativa fascista de Bolsonaro. Quien venza esta disputa vencerá las elecciones.
En una expresión aproximativa (que se vale de una intervención del compañero Jacques Wagner ), se podría formular de la siguiente manera: el profesor que quiere continuar los sueños de Lula del Brasil feliz y en paz versus el mito del torturador que es enemigo de los derechos del pueblo brasileño.
Sí, es necesario fijar, dar a conocer más, expresar la autonomía de voz, construir el liderazgo político de Haddad. Pero seria un verdadero desastre pretender despegar su candidatura de la presencia central y polarizadora de Lula: Bolsonaro ya lo llama de “pelele” “prepuesto del bandido” desde el inicio de la campaña. El centro de su biografia es haber sido profesor de la USP y ministro de educación de los gobiernos Lula. Dejar Lula a un lado seria una verdadera quiebra de narrativa, una desorganización del centro de coherencia y de la imagen de la campaña.
La agenda central es: Quién defiende y va a extender, y quién es el enemigo de los derechos del pueblo brasileño. Son los derechos sociales y del trabajo, los derechos de las mujeres, negros y gays, los derechos a la libertad y a vivir en paz. No hay porque caer en el error de contraponer unos derechos a otros, como de forma apresurada concluyeron algunos: el rechazo de las mujeres a Bolsonaro, principalmente mujeres pobres, fue lo que aseguró la segunda vuelta (la diferencia de votos en Bolsonaro entre hombres y mujeres continuó siendo muy alta hasta el final) y continúa siendo fundamental. ¡Denunciarlo como racista continúa siendo fundamental: el brutal y cobarde asesinato del Maestro de capoeira bahiano es un símbolo dramático de la campaña!
Los derechos sociales y del trabajo deben ir al centro ahora. Amplio acuerdo: empleo, salario mínimo, salud, educación y seguridad son las principales reivindicaciones del pueblo brasileño según las encuestas. Bolsonaro voto con Temer contra el pueblo brasileño en todas estas cuestiones. ¡Voto a favor de no haber más inversión en educación, salud, seguridad y Bolsa Familia por veinte años!
Debemos, a partir de esta narrativa de izquierda y de esta identidad, acoger el deseo del pueblo brasileño de vivir en un país libre de corrupción sistémica. No es el centro, pero este compromiso debe ser suscrito. No subscribirlo es darle la razón, por omisión, a Bolsonaro. Es necesario combatir la mayor de la fake news de esta campaña: ¡presentarse Bolsonaro como líder del combate a la corrupción! ¿La conciencia del pueblo brasileño ya no tuvo la experiencia de Aécio ?
¿Por qué llamarlo de “mito torturador”? Pues porque el mito del “mito” es el torturador Brilhante Ustra . No se tiene noticias de Bolsonaro como torturador, pero como personaje político el se ha construido como heredero del coronel Ustra. La expresión “mito” en este caso vale como desconstrucción: el capitán no representa a las Fuerzas Armadas brasileñas, ni en su historia ni en su conjunto, pero sí en su peor momento y en sus facciones más tenebrosas. La agenda de la paz y la democracia contra la violencia y la amenaza de la dictadura debe ser estar siempre con nosotros.
¿Por qué es posible y hasta probable vencer?
Este artículo está siendo escrito cuando todavía no hay ninguna encuesta de segunda vuelta. Pero es probable que, así como en la última semana de la primera vuelta, con exposición en el Jornal Nacional, Ibope y Datafolha vengan a público para exponer la imposibilidad de una victoria de Haddad en esta segunda vuelta. Las dos encuestas no bajaron la votación de Haddad (convergiendo en el mismo error de previsión, coincidencia, créanlo si quieren) durante los últimos días de la primera vuelta, forzando la posibilidad de victoria de Bolsonaro en la primera vuelta, ¿contra todas las demás encuestas?
Pero esto no es verdad. Es exactamente lo contrario a esto: la victoria de Haddad es posible y hasta probable, si vence en la disputa narrativa y de agenda.
El único movimiento político que confronto a Bolsonaro hasta ahora ha sido el ¡#Elenão! El candidato Bolsonaro se inmunizó a la crítica, por el atentado criminoso que sufrió, durante un periodo decisivo. Alckim predicó contra él por ser un candidato fácil de ser derrotado por el PT. La campaña de Ciro estaba legítimamente volcada para disputar el voto útil contra Haddad. E la campaña de Haddad solo inició el ataque tarde, en la fase de ascenso final de Bolsonaro.
En la última quincena, hacia Bolsonaro ya convergía lo fundamental del sistema económico, político, mediático, de las iglesias conservadoras y una dinámica de voto útil. El 46% de los votos válidos a Bolsonaro en este contexto – 49 millones, un tercio del electorado brasileño – representan un estado óptimo de su desempeño. Ciertamente, parte nada despreciable de estos votos recientes son de un Bolsonaro todavía no sometido a la crítica e no están cristalizados.
En el Sudeste y Sur de Brasil la campaña de Haddad no contará con fuertes apoyos en la campaña de segunda vuelta para los gobiernos estaduales. Esta es su mayor dificultad. ¿Pero el apoyo de Dória ou Zema ou Witzel traerán nuevos votos a Bolsonaro? ¿En qué medida el voto a presidente, en una elección tan polarizada, no seguirá fundamentalmente una dinámica nacionalizada?
Haddad tiene ahora tres nuevas ventajas. El traspaso de votos de Lula, en su primer y necesario estadio, ya está realizado. Ahora su candidatura puede dedicarse integralmente a la polarización e a reafirmar su programa para el país. ¡Aún en el auge de la fake news, en la última semana de la campaña, su índice de rechazo en las encuestas era inferior a Bolsonaro!
En segundo lugar, recibirá el refuerzo decisivo de Ciro y sus electores además de la importantísima militancia de Boulos y del PSOL y el apoyo formal del PSB . Puede todavía contar con el apoyo, aún con mediaciones, de sectores democráticos del PSDB e de Rede . Contará, sin duda, con todo el apoyo de los sectores artísticos, intelectuales y de liderazgos religiosos. Tendrá a su lado toda la militancia de los movimientos sociales.
En tercer lugar, tendrá la mitad del tiempo de publicidad en la televisión, en el momento más decisivo de la disputa. Tiene todas las condiciones para salir con una importante ventaja de todos los debates a los que Bolsonaro acuda.
A ilusión es la esperanza sin razones. La esperanza se asienta, en momentos como estos, solo con una extraordinaria movilización de la voluntad, pero necesita razones. Y hay muchas para confiar que una victoria de Haddad todavía es posible y hasta probable.
Juarez Guimarães, es profesor de Ciencia Política de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)
Este articulado fue publicado en primer lugar en Carta Maior (cartamaior.com.br)
Traducción y notas: Mauricio Benito Durá
NOTAS
1. Abogado e intelectual brasileño jugó un papel político importante en la transición a la democracia en Brasil. Es autor de Os Donos do Poder donde analiza la formación sociopolítica “patrimonialista” de Brasil.
2. Partido da Social Democracia Brasileira. A pesar del nombre, el PSDB es un partido de centro-derecha, teniendo entre sus líderes el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y los excandidatos a presidente José Serra, Geraldo Alckmin y Aecio Neves. Fue el principal opositor del PT en los últimos 20 años y articulador clave del golpe contra Dilma Rousseff.
3. El Jornal Nacional es el noticiero de mayor audiencia de la televisión brasileña y se emite por la cadena Globo. Durante los últimos meses ha contado con un espacio en que se recogen breves declaraciones de ciudadanos y ciudadanas, por lo general de zonas marginadas y rurales, que responden a la pregunta de que Brasil quiere el pueblo.
4. Jacques Wagner, dirigente del PT, fue diputado federal durante tres mandatos y gobernador del estado de Bahía en dos periodos. Ministro Jefe de la Casa Civil y de la Defensa durante el segundo gobierno de Dilma Rousseff. Fue electo senador en las elecciones del pasado 7 de octubre.
5. Por medio de enmienda constitucional, durante el gobierno Temer, se fijó el techo de gasto por 20 años restringiendo las inversiones en sanidad y educación.
6. Fue candidato del PSDB a la Presidencia de la República en las elecciones de 2014, perdiendo para Dilma Rousseff en la segunda vuelta. Fue uno de los principales articuladores del golpe a Dilma. Tras una campaña como abanderado de la lucha contra la corrupción acabó, en 2017, como reo de la justicia por corrupción y obstrucción de la justicia. En su contra pesan grabaciones filtradas donde se le escucha pidiendo soborno a un empresario y barajando la posibilidad de matar a su propio primo que sería el encargado de recoger el dinero. Fue elegido diputado federal el último 07 de octubre.
7. Coronel del Ejercito Brasileño, fue jefe del DOI-CODI (uno de los órganos de represión política durante la dictadura militar en Brasil. 1964-1985) en la región de São Paulo entre 1970 y 1974. La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de São Paulo recopiló 502 casos de tortura en su contra. En la sesión del Congreso Nacional en que se votó el impeachment de Dilma Rousseff, Jair Bolsonaro al votar lo dedicó a Ustra. Dilma Rousseff, presa política y torturada, estaba entre las víctimas.
8. Ibope y Datafolha son las dos principales empresas de encuestas de opinión en Brasil.
9. Geraldo Alckim, candidato presidencial en estas elecciones, obtuvo apenas el 4,76% de los votos válidos.
10. João Doria es candidato por el PSDB a gobernador del Estado de São Paulo en la segunda vuelta.
11. Romeu Zema del partido NOVO, candidato outsider que disputará la segunda vuelta al gobierno de Minas Geráis. Ha declarado apoyo a Bolsonaro.
12. Wilson Witzel del partido PSC, candidato outsider apoyado por Bolsonaro, disputará la segunda vuelta al gobierno de Rio de Janeiro.
13. Ciro Gomes, candidato de centro izquierda del Partido Democrático Laborista (PDT por sus siglas en portugués) obtuvo en la primera vuelta el 12,5% de los votos válidos. El PDT ha declarado su apoyo “crítico” a Fernando Haddad para “frenar las fuerzas atrasadas de Brasil”.
14. Guillerme Boulos, dirigente del Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo Sin Miedo (FPSM) fue candidato presidencial por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Boulos es un gran defensor de la inocencia de Lula y durante la campaña manifestó su intención de indultarlo en caso de victoria. Pese a haber obtenido apenas el 0,58% de los votos su apoyo a Haddad es valorado como muy importante por la fuerza militante que aporta a la campaña.
15. Partido Socialista Brasileño
16. Rede es el partido de Marina Silva que obtuvo el 1% de los votos válidos en la primera vuelta.
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