¿Polonia puede seguir en la Unión Europea?
El corresponsal en Alemania del prestigioso The Irish Times, el más viejo y conservador de Irlanda, Derek Scally, escribió esta semana una columna sobre el caso Polonia que resume la notable desconfianza europea hacia el nuevo gobierno de derecha. Scally explica que el partido Ley y Justicia cumplió parte de sus promesas sociales, particularmente la de mejorar la situación de los más pobres, con subsidios y asignaciones por hijo. Pero también se concentró en una unificación nunca vista del poder en las manos del primer ministro. La tendencia, mostrada en las recientes y amplias reformas institucionales, es la de eliminar la separación de poderes y los límites institucionales al Ejecutivo. Esto es lo que hace que los actos del gobierno polaco sean inaceptables para la Unión Europea porque anulan mecanismos que son la condición básica para entrar a la unión.
Bruselas vio con preocupación la purga de jueces, funcionarios y diplomáticos considerados opositores o al menos de lealtad sospechosa. En diciembre, la Comisión Europea comenzó el mecanismo de aplicación de sanciones contra Polonia porque las medidas del gobierno “vacían” la independencia de la justicia. El fallo de la jueza Aileen Donnelly, señala Scally, explicita la pregunta que muchos se hacen desde que asumió Ley y Justicia en 2015: “¿Polonia todavía adhiere a los valores del proyecto europeo?” Los efectos de la respuesta a esta pregunta pueden ser catastróficos para Polonia, ya que invalidarían o al menos harían más débiles los contratos comerciales y civiles del país en el resto del bloque. Polonia ya tuvo que aceptar varios sapos por orden de la Comisión Europea en casos que hacían tanto al aborto como la industria forestal. En todos los casos, Varsovia aceptó el fallo europeo.
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