Las pruebas nucleares norcoreanas son legítimas y necesarias
La República Popular
Democrática de Corea (RPDC, Corea del Norte) acaba de realizar de forma
espectacular su sexta prueba nuclear, el domingo 3 de septiembre. El Gotha de las élites político-mediáticas mundiales redobla su indignación contra lo que califica de “nueva provocación”. De
entrada, conviene recordar que contrariamente a una reiterada
afirmación este país no viola en absoluto el derecho internacional
puesto que en 2003 se había retirado del Tratado de No Proliferación.
Nadie, ni siquiera el Consejo de Seguridad, tiene el poder legal de
prohibir unilateralmente a un Estado elegir su armamento desde el
momento en que no lo utiliza para hacer una agresión.
En una situación mala
Solo esta unanimidad casi total, en cuyo seno la Unión Europea participa plenamente como acaba de invitar a hacer [el presidente francés] Emmanuel Macron, debería incitar a cualquier espíritu razonable a la prudencia crítica frente a este consenso obligado, tanto más cuanto que quienes se atragantan por la cólera y las amenazas están en una situación particularmente mala para condenar el programa atómico de Pyongyang: las cinco potencias miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU son precisamente quienes tienen el arma nuclear y en una cantidad evidentemente incomparable con la que prepara el gobierno norcoreano.
De estas cinco potencias los tres países occidentales (Francia, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos) son de sobra conocidos por su comportamiento pacífico y moderado. Jamas, nunca jamás, a sus dirigentes se les ha ocurrido atacar, llevar a cabo acciones hostiles, amenazar a un tercer país…
Por lo que se refiere a las otras potencias nucleares “oficiosas” (pero de las que nadie duda, ni cuestiona, que poseen la bomba atómica) son modelos de pacifismo. Así, hace solo unos días India y Paquistán estaban a un paso del enfrentamiento armado acerca de los territorios disputados de Cachemira. En cuanto a Israel, es muy simple: la mera mención de la fuerza militar contra sus vecinos o en los territorios [palestinos] ocupados provocaría un clamor de protesta generalizado tanto en el seno del poder como de la población...
¿Irracional e imprevisible?
Por consiguiente, Corea del Norte es el único país cuya nuclearización representaría una amenaza para la humanidad… Y con razón, se nos explica: como sus predecesores, su dirigente, Kim Jong-un, es irracional e imprevisible.
Se puede pensar lo que se quiera de la RPDC (y es muy aconsejable pensar lo peor de uno de los últimos países del mundo que ni siquiera es capaz de crear una Bolsa o mercados financieros), pero si hay un reproche que sin duda no se le puede hacer es el ser irracional. Desde el final de la guerra de Corea (1950-1953) este país tiene un objetivo fundamental en política exterior del que no se ha apartado un ápice: obtener garantías de seguridad y para ello firmar un tratado de paz con, en particular, Estados Unidos.
Y desde hace más de medio siglo Washington no quiere oír hablar en absoluto de ello. Los pocos intentos de distensión habidos han sido saboteados todos ellos por la parte estadounidense. En Pyongyang se ha llegado a la conclusión de que la posesión de la disuasión nuclear era el único medio de descartar la amenaza de agresión.
Y es que (¿hay que recordarlo?), a los dirigentes norcoreanos jamás se les ha ocurrido atacar, invadir u ocupar Japón más que Estados Unidos…La historia demuestra que la reciprocidad no está totalmente excluida.
¿Se sufre paranoia en los círculos de poder norcoreanos? Hace solo unos años los ingenuos podían apoyar esta tesis. Sin embargo, después de la invasión de Afganistán, la ocupación de Iraq y el ataque a Libia hay que constatar que si estos países hubieran tenido el arma nuclear sin lugar a dudas los estrategas occidentales se lo hubieran pensado dos veces antes de lanzar sus bombarderos y sus soldados...con los resultados ya conocidos.
Sin duda se puede desear un mundo libre de armas y de guerras. Lo menos que se puede decir es que esta perspectiva no está en vísperas de realizarse. Así pues, por insatisfactorio que sea el “equilibrio del terror” sigue siendo un factor disuasorio contra las agresiones exteriores. En ese sentido, la posesión efectiva y operacional por parte de la RPDC de cargas nucleares y de la balística asociada calmaría a todas luces las veleidades de agresión contra ella. Y, por consiguiente, por paradójico que pudiera parecer, sería un factor de apaciguamiento.
Fuente: https://ruptures-presse.fr/actu/rpdc-coree-nord-pyongyang-nucleaire/
En una situación mala
Solo esta unanimidad casi total, en cuyo seno la Unión Europea participa plenamente como acaba de invitar a hacer [el presidente francés] Emmanuel Macron, debería incitar a cualquier espíritu razonable a la prudencia crítica frente a este consenso obligado, tanto más cuanto que quienes se atragantan por la cólera y las amenazas están en una situación particularmente mala para condenar el programa atómico de Pyongyang: las cinco potencias miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU son precisamente quienes tienen el arma nuclear y en una cantidad evidentemente incomparable con la que prepara el gobierno norcoreano.
De estas cinco potencias los tres países occidentales (Francia, Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos) son de sobra conocidos por su comportamiento pacífico y moderado. Jamas, nunca jamás, a sus dirigentes se les ha ocurrido atacar, llevar a cabo acciones hostiles, amenazar a un tercer país…
Por lo que se refiere a las otras potencias nucleares “oficiosas” (pero de las que nadie duda, ni cuestiona, que poseen la bomba atómica) son modelos de pacifismo. Así, hace solo unos días India y Paquistán estaban a un paso del enfrentamiento armado acerca de los territorios disputados de Cachemira. En cuanto a Israel, es muy simple: la mera mención de la fuerza militar contra sus vecinos o en los territorios [palestinos] ocupados provocaría un clamor de protesta generalizado tanto en el seno del poder como de la población...
¿Irracional e imprevisible?
Por consiguiente, Corea del Norte es el único país cuya nuclearización representaría una amenaza para la humanidad… Y con razón, se nos explica: como sus predecesores, su dirigente, Kim Jong-un, es irracional e imprevisible.
Se puede pensar lo que se quiera de la RPDC (y es muy aconsejable pensar lo peor de uno de los últimos países del mundo que ni siquiera es capaz de crear una Bolsa o mercados financieros), pero si hay un reproche que sin duda no se le puede hacer es el ser irracional. Desde el final de la guerra de Corea (1950-1953) este país tiene un objetivo fundamental en política exterior del que no se ha apartado un ápice: obtener garantías de seguridad y para ello firmar un tratado de paz con, en particular, Estados Unidos.
Y desde hace más de medio siglo Washington no quiere oír hablar en absoluto de ello. Los pocos intentos de distensión habidos han sido saboteados todos ellos por la parte estadounidense. En Pyongyang se ha llegado a la conclusión de que la posesión de la disuasión nuclear era el único medio de descartar la amenaza de agresión.
Y es que (¿hay que recordarlo?), a los dirigentes norcoreanos jamás se les ha ocurrido atacar, invadir u ocupar Japón más que Estados Unidos…La historia demuestra que la reciprocidad no está totalmente excluida.
¿Se sufre paranoia en los círculos de poder norcoreanos? Hace solo unos años los ingenuos podían apoyar esta tesis. Sin embargo, después de la invasión de Afganistán, la ocupación de Iraq y el ataque a Libia hay que constatar que si estos países hubieran tenido el arma nuclear sin lugar a dudas los estrategas occidentales se lo hubieran pensado dos veces antes de lanzar sus bombarderos y sus soldados...con los resultados ya conocidos.
Sin duda se puede desear un mundo libre de armas y de guerras. Lo menos que se puede decir es que esta perspectiva no está en vísperas de realizarse. Así pues, por insatisfactorio que sea el “equilibrio del terror” sigue siendo un factor disuasorio contra las agresiones exteriores. En ese sentido, la posesión efectiva y operacional por parte de la RPDC de cargas nucleares y de la balística asociada calmaría a todas luces las veleidades de agresión contra ella. Y, por consiguiente, por paradójico que pudiera parecer, sería un factor de apaciguamiento.
Fuente: https://ruptures-presse.fr/actu/rpdc-coree-nord-pyongyang-nucleaire/
Esta
traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su
integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente
de la traducción.
Corea del Norte en el gran juego nuclear
Manlio
Dinucci señala que la crisis alrededor de Corea del Norte nos hace
perder de vista el verdadero problema. El problema no es que Pyongyang
tenga la bomba atómica sino las increíbles proporciones de los arsenales
nucleares que poseen las grandes potencias, que otros 35 países estén
a punto de adquirir armas atómicas y el hecho innegable que, ante la
estrategia de Estados Unidos, los poseedores de armamento nuclear están
realmente más protegidos que los demás.
- Imagen del film “Dr. Insólito o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba”.
Los proyectores político-mediáticos, enfocados en
los ensayos nucleares y balísticos norcoreanos, dejan –como siempre– en
la sombra el contexto general que rodea esos ensayos: el de una
creciente carrera armamentística que, mientras que mantiene un arsenal
nuclear capaz de borrar la especie humana de la faz del planeta, apuesta
por el uso de ojivas y de vectores de alta tecnología cada vez más
avanzados.
La Federación de Científicos Estadounidenses estima que Corea del Norte ya tiene «materia
fisible suficiente para producir 10 o 20 ojivas nucleares, pero no hay
pruebas disponibles de que haya puesto en disposición operativa ojivas
nucleares susceptibles de ser transportadas mediante misiles balísticos».También según la Federación de Científicos Estadounidenses, Estados Unidos posee 6 800 ojivas entre las que se cuentan 1 650 ojivas estratégicas y 150 no estratégicas ya listas para ser utilizadas en cualquier momento.
Agregando las 300 de Francia y las 215 del Reino Unido, las fuerzas nucleares de la OTAN disponen de 7 315 ojivas nucleares –entre ellas 2 200 ojivas listas para su lanzamiento– ante las 7 000 de Rusia, de las que 1 950 están listas para el lanzamiento.
Según la Federación de Científicos Estadounidenses, hay alrededor de 550 ojivas nucleares estadounidenses, francesas y británicas desplegadas en Europa, próximas al territorio de Rusia. Para ser más claros, es como si Rusia hubiese desplegado en México cientos ojivas nucleares apuntando hacia Estados Unidos.
Agregando las ojivas nucleares de China (270), Pakistán (entre 120 y 130), la India (entre 110 y 120) e Israel (80) el total de ojivas nucleares puede estimarse en alrededor de 15 000. Pero esos estimados son aproximativos, casi seguramente por defecto, y la carrera armamentista prosigue con la constante modernización de ojivas y vectores.
A la cabeza de esa carrera está… Estados Unidos, país que efectúa constantemente ensayos con los cohetes balísticos intercontinentales Minuteman III y se dispone a reemplazar estos últimos por otros más modernos, con un costo aproximado de 85 000 millones de dólares. El Congreso estadounidense aprobó en 2015 un plan –con un costo aproximado de 1 000 millones– destinado a potenciar las fuerzas nucleares con 12 nuevos submarinos de ataque –a un costo de 7 000 millones cada uno– que llevarán cada uno 20 cabezas nucleares. En ese mismo marco entra el reemplazo de las bombas atómicas estadounidenses B61, almacenadas en Italia y en otros países de Europa, por las nuevas B61-12, que son armas destinadas a asestar un primer golpe. La modernización de las fuerzas nucleares estadounidenses incluye además el supuesto «escudo antimisiles» que neutralizaría la respuesta del enemigo ante un primer golpe nuclear, como el que Estados Unidos ha instalado en Europa contra Rusia y en Corea del Sur, no contra Corea del Norte sino en realidad contra China.
Rusia y China están acelerando la modernización de sus fuerzas nucleares, para impedir que el otro bando tome ventaja. En 2018, Rusia desplegará un nuevo misil balístico intercontinental, el Sarmat, con un alcance de 18 000 kilómetros, capaz de transportar entre 10 y 15 ojivas nucleares y que, en el momento de su reentrada en la atmósfera –a velocidad hipersónica (más de 10 veces la velocidad del sonido)– puede incluso realizar maniobras evasivas para escapar a los misiles interceptores y penetrar así el «escudo».
En esa situación, en que un círculo restringido de Estados monopoliza las armas nucleares y en que quien posee ese tipo de armamento amenaza al que no lo posee, es cada vez más probable que otros Estados traten de obtener armamento nuclear y que lo logren. Además de los 9 países que ya disponen de armas atómicas, hay alrededor de 35 más capaces de construirlas.
Pero los periódicos y la televisión no hablan de eso, mientras que se dedican a sembrar la alarma sobre Corea del Norte, país al que se denuncia como única fuente de una amenaza nuclear. Y tampoco se habla de una lección que Pyongyang dice haber aprendido cuando recuerda que Kadhafi renunció totalmente a cualquier forma de programa nuclear y autorizó inspecciones de la CIA en territorio libio. Pero eso no salvó a Libia cuando Estados Unidos y la OTAN decidieron destruirla. En Pyongyang estiman que si Libia hubiese tenido armas nucleares, nadie se habría atrevido a atacarla. Y otros pueden hacer ese mismo razonamiento y llegar a la conclusión de que, en la actual situación mundial, más vale tener armas nucleares que no tenerlas.
Mientras que esa lógica peligrosa hace crecer las probabilidades de proliferación nuclear, el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares que la gran mayoría de los países miembros de la ONU adoptó en julio pasado está siendo ignorado por las potencias nucleares, por los miembros de la OTAN y por los principales socios de ese bloque militar (Arabia Saudita, Ucrania, Japón y Australia). Es necesaria una gran movilización para que nuestro país [Italia] también se sume al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y ordene, por consiguiente, que las armas nucleares estadounidenses sean retiradas del suelo italiano, donde su despliegue constituye de hecho una violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, ya ratificado por Italia.
A falta de conciencia política, deberíamos confiar al menos en el instinto de conservación.
Il Manifesto (Italia)
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