El Colegio de Médicos de Madrid tumba sus secciones pseudocientíficas
Cierra cursos y vocalías de homeopatía y otras pseudoterapias por carecer de evidencia científica
No son buenos tiempos para la homeopatía y otras pseudoterapias, al
menos desde el punto de vista institucional. En los últimos meses, los
representantes de estas prácticas sin aval científico
han visto cómo perdían cursos en universidades y capacidad de influir
en organizaciones médicas y sanitarias. Ahora, se suma a esta corriente
el Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) que ha decidido eliminar todas
sus secciones y actividades en el entorno de las llamadas terapias
alternativas. Y por una simple razón: porque carecen de evidencia
científica que demuestre que sirven para mejorar la salud de las
personas.
Desde que llegó al Colegio la nueva junta directiva hace un año, se tomó la determinación de alejarse de prácticas pseudocientíficas que habían tenido algún tipo de amparo, ya sea como secciones o con la realización de cursos o actividades en sus instalaciones. "Creamos un consejo científico que ha optado por disolver todas estas secciones, más de treinta, que iban desde homeópatas y acupuntores a medicina antroposófica, todos equiparados a cualquier otra especialidad médica reconocida" explica a Materia el presidente de Iconem, Miguel Ángel Sánchez Chillón. “Esta junta directiva está trabajando para que el Icomem tenga el carácter científico que le corresponde y este es un paso más que para nosotros es prioritario”, subrayó.
Ahora, por cumplir una formalidad, se les dejará enviar un formulario
para solicitar volver a integrarse aportando avales científicos. Pero
según Sánchez Chillón "ahora mismo, con la evidencia que hay, estas
secciones tienen pocas opciones de estar en el Colegio". La noticia la adelantó anoche Diario Médico.
Además, hasta la llegada de la nueva junta, las instalaciones del
Colegio estaban en manos de una empresa externa a la que "solo le
importaba el negocio", según el presidente de Icomem, y que por esa
razón dejaba que empresas y colectivos de pseudoterapias ligaran su
imagen a la del Colegio de Médicos de Madrid. "Eso se ha acabado", zanja
Sánchez Chillón.
Sin duda, el apoyo de estas instituciones había ayudado a sembrar la confusión en la opinión pública, con un resultado que se evidenció en la última encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología: la mitad de los españoles cree erróneamente que los productos homeopáticos funcionan algo, bastante o mucho. Y la portavoz de Sandidad en el Congreso por el PP evita desmarcarse de esta pseudociencia tras reunirse con su lobby.
En abril del año pasado, el Colegio de Médicos de Barcelona había cancelado todos sus cursos de homeopatía por no cumplir el requisito de contar con evidencias clínicas, aunque se mantuvo la sección de esta pseudoterapia por estar "arraigada en la sociedad". Un mes antes había sido la Universidad de Barcelona la que había cancelado su máster de homeopatía por "falta de base científica", algo que ya habían hecho en los últimos años otras universidades, como la de Sevilla, Córdoba o Zaragoza. A los pocos días, la Universidad de Valencia seguía los pasos de la de Barcelona tras no renovar su curso de posgrado.
En septiembre de 2016, por primera vez un grupo de farmacéuticos alzaba la voz contra estos falsos remedios y un mes después EE UU anunciaba que los preparados homeopáticos tendrían que indicar a los consumidores que "no hay evidencias científicas de que el producto funcione". Además, también en noviembre, tres sociedades farmacéuticas se posicionaban en contra de esta pseudomedicina. Antes de todo esto, fue decisivo el movimiento de la Organización Médica Colegial (OMC), que representa a todos los colegios de médicos españoles, al declararse en contra de prácticas "carentes de base científica". Hoy por hoy, la OMC cuenta ya con un Observatorio dedicado a velar por los pacientes frente a los engaños de las pseudoterapias.
Desde que llegó al Colegio la nueva junta directiva hace un año, se tomó la determinación de alejarse de prácticas pseudocientíficas que habían tenido algún tipo de amparo, ya sea como secciones o con la realización de cursos o actividades en sus instalaciones. "Creamos un consejo científico que ha optado por disolver todas estas secciones, más de treinta, que iban desde homeópatas y acupuntores a medicina antroposófica, todos equiparados a cualquier otra especialidad médica reconocida" explica a Materia el presidente de Iconem, Miguel Ángel Sánchez Chillón. “Esta junta directiva está trabajando para que el Icomem tenga el carácter científico que le corresponde y este es un paso más que para nosotros es prioritario”, subrayó.
“Esta junta directiva está trabajando para que el Icomem tenga el carácter científico que le corresponde y este es un paso más que para nosotros es prioritario”, subrayó el presidente
Sin duda, el apoyo de estas instituciones había ayudado a sembrar la confusión en la opinión pública, con un resultado que se evidenció en la última encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología: la mitad de los españoles cree erróneamente que los productos homeopáticos funcionan algo, bastante o mucho. Y la portavoz de Sandidad en el Congreso por el PP evita desmarcarse de esta pseudociencia tras reunirse con su lobby.
En abril del año pasado, el Colegio de Médicos de Barcelona había cancelado todos sus cursos de homeopatía por no cumplir el requisito de contar con evidencias clínicas, aunque se mantuvo la sección de esta pseudoterapia por estar "arraigada en la sociedad". Un mes antes había sido la Universidad de Barcelona la que había cancelado su máster de homeopatía por "falta de base científica", algo que ya habían hecho en los últimos años otras universidades, como la de Sevilla, Córdoba o Zaragoza. A los pocos días, la Universidad de Valencia seguía los pasos de la de Barcelona tras no renovar su curso de posgrado.
En septiembre de 2016, por primera vez un grupo de farmacéuticos alzaba la voz contra estos falsos remedios y un mes después EE UU anunciaba que los preparados homeopáticos tendrían que indicar a los consumidores que "no hay evidencias científicas de que el producto funcione". Además, también en noviembre, tres sociedades farmacéuticas se posicionaban en contra de esta pseudomedicina. Antes de todo esto, fue decisivo el movimiento de la Organización Médica Colegial (OMC), que representa a todos los colegios de médicos españoles, al declararse en contra de prácticas "carentes de base científica". Hoy por hoy, la OMC cuenta ya con un Observatorio dedicado a velar por los pacientes frente a los engaños de las pseudoterapias.
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