Luchar contra el proteccionismo comercial. Fue el principal compromiso al que llegaron China y España durante la visita que realizó el presidente, Xi Jinping, a Madrid. Se firmaron muchas cosas, pero la joya de la corona quedó afuera: España rechazó firmar el acuerdo por la Nueva Ruta de la Seda, a remolque de lo que dictan desde Bruselas.
Mucho ruido y pocas nueces. Es en definitiva el corolario que dejó la visita histórica a España del presidente de China, Xi Jinping. Histórica por tres motivos: primero, porque hacía trece años que un mandatario del gigante asiático no visitaba el reino; segundo, porque este año se cumplen 45 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países; y tercero, porque entre la batería de acuerdos que estaba previsto que se firmaran, figuraba el de la Nueva Ruta de la Seda.
La que sin dudas era la firma por excelencia que se esperaba estampar, sobre todo por parte de China, aunque también redundaría en una gran ventaja comercial y geopolítica para España, según varios analistas, quedó sin efectuarse.
Como si los trenes de las oportunidades de este calibre transitaran con mucha frecuencia, el Ejecutivo español matizó que "de momento", no se suman al proyecto. Aún está por ver, que si algún día sienten que llegó ese momento, aún es posible estampar la firma, y sobre todo, si las condiciones siguen siendo igual de buenas, o son otras.
En este sentido, el presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, no oculta su decepción con esta decisión del Gobierno de su país.
"Lo que más le importa a Xi Jinping es la Nueva Ruta de la Seda, ese proyecto global que es para todo el siglo y que va a interconectar con todo tipo de infraestructuras, Eurasia con una parte de África, incluso posteriormente América Latina, con lo cual es un proyecto global".
"A nivel de UE la orden que se ha dado es, por el momento, que 'ni sí, ni no'. Es decir, mantenerse a la expectativa, pero no firmar acuerdos para entrar como han hecho muchos países, no sólo asiáticos: hay más de noventa países que han firmado el acuerdo de apuntarse a la Nueva Ruta de la Seda, entre ellos en el caso de Latinoamérica, Uruguay", explica el analista.
"A esto es a lo que España se ha negado", expresa Moragón con gran descontento. "Aquí en España 'hacemos siempre el Quijote', es decir, somos los más tontos de Europa. Porque muchos miembros de la UE, como Polonia, Hungría, prácticamente todos los países de Europa Oriental, y países occidentales como Grecia, han firmado ese acuerdo. Es decir, que los propios miembros de la UE no hacen ni caso, como en muchas otras cosas ya, de las directrices de la UE, porque como todos sabemos, la UE ya es un organismo en proceso de descomposición, empieza a oler ya", ironiza el experto.
Moragón incide en que si el Gobierno de Pedro Sánchez hubiera firmado el acuerdo sobre la Nueva Ruta de la Seda, España hubiera tenido "mucha más capacidad para poder pedirle a los chinos muchas más cosas, y sin embargo como siempre, 'hacemos el Quijote', porque al final sabemos que los que mandan son EEUU y Alemania porque no tenemos una política exterior independiente", se lamenta.
Respecto a las conclusiones que saca sobre la visita de Xi a España, el analista opinta que ha sido buena en sí misma.
"Se han firmado cosas importantes, pero digamos que no hemos terminado de rematar una jugada. Por usar un símil futbolístico, hemos hecho una gran jugada, pero al llegar a puerta, que lo importante es el gol, no lo olvidemos, ni siquiera hemos disparado. Nos hemos negado a disparar a puerta. Y nos han quitado el balón", concluye Fernando Moragón.
Trump y Xi declaran una 'tregua' en su guerra comercial tras una "increíble" reunión en Buenos Aires
Xi Jinping y Donald Trump llegaron a esta decisión tras reunirse la jornada de este sábado en Buenos Aires (Argentina), en el marco del G20.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han acordado este sábado al término de su reunión en Buenos Aires una 'tregua' de 90 días en su disputa comercial, mientras los dos países intenten ultimar un acuerdo duradero sobre la propiedad intelectual, el robo de tecnología y las barreras comerciales no arancelarias.
Washington acordó suspender, al menos de momento, sus planes para aumentar las tarifas a partir del próximo 1 de enero, mientras la parte china aceptó comprar "una cantidad aún no acordada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales" de EE.UU. para reducir el enorme déficit comercial entre ambos países, según un comunicado de la Casa Blanca.
Condiciones de la 'tregua'
"El presidente Trump y el presidente Xi acordaron comenzar de inmediato las negociaciones sobre cambios estructurales relacionados con la transferencia forzada de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, las intrusiones y los robos cibernéticos, los servicios y la agricultura", reza el comunicado.
"El presidente Trump acordó que el 1 de enero de 2019 mantendrá los aranceles a productos por un valor de 200.000 millones de dólares a una tasa del 10%, y no los elevará al 25% en este momento", afirmó la Casa Blanca. Sin embargo, si los dos países no logran llegar a un acuerdo en un periodo de 90 días, los aranceles existentes se incrementarán, aseveró.
"Posibilidades ilimitadas"
El mandatario estadounidense, que calificó la reunión de "increíble y productiva", se refirió a las "posibilidades ilimitadas tanto para EE.UU. como para China" que puede conllevar su colaboración, y añadió que es "un gran honor trabajar con el presidente Xi".
En el arranque de la cena, el jefe de la Casa Blanca subrayó que tiene una relación "muy especial" con el presidente Xi, y expresó la esperanza de lograr "algo que será bueno para China y bueno para Estados Unidos".
Por su parte, Xi subrayó que la cooperación entre ambos países contribuye a la paz y la prosperidad mundiales, razón por la que -dijo- esperaba "con interés" esta reunión.
"Ambiente amistoso y sincero"
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, enfatizó que las negociaciones se llevaron a cabo "en un ambiente amistoso y sincero" y que las dos partes acordaron que "pueden y deben tener relaciones bilaterales correctas".
"La discusión sobre temas económicos y comerciales fue muy positiva y constructiva", sostuvo el jefe de la diplomacia china, subrayando que "los dos jefes de Estado llegaron a un consenso para detener el aumento mutuo de nuevas tarifas".
Asimismo, expresó que China está dispuesta a aumentar las importaciones "de acuerdo con las necesidades de su mercado interno y las necesidades de la población", incluidos los productos de EE.UU., de tal forma que se pueda "aliviar gradualmente el desequilibrio en el comercio bilateral".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario