¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

martes, diciembre 11, 2018

COMO SIEMPRE,MAESTRO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

ENTREVISTA A JULIO ANGUITAJulio Anguita: "Ahora toca reconquistar el electorado de Vox con medidas sociales"

Ocho días después del terremoto político del 2-D, el que fuera líder de IU no quiere hurgar en la herida de la izquierda, pero sí se atreve a abordar sin paños calientes la llegada de la extrema derecha al Parlamento andaluz. Reflexiona en voz alta y llega a una conclusión: "El disparate nacionalista ha servido para darle alas a nuestro fascismo"
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El excoordinador federal de IU Julio Anguita, en un bar de Córdoba. (Rafa Alcaide | EFE) |
Ocho días después del terremoto político del 2-D, Julio Anguita accede a reflexionar en voz alta ante una grabadora. No quiere hurgar en la herida de la izquierda, noqueada por un retroceso electoral inesperado.
Pero sí aborda sin paños calientes el fenómeno de Vox, que ha puesto patas arriba el tablero político andaluz y abre un horizonte inquietante sobre las citas electorales de 2019.
Primero, sostiene Anguita, hay que aceptar su irrupción parlamentaria como un elemento normal del juego democrático. Segundo, es contrario a la imposición de un denominado "cordón sanitario" en torno al partido de extrema derecha. Y, tercero, es hora de pensar cómo "reconquistar" el voto perdido. Así que vayamos por partes.

¿Cuál es su radiografía del 2-D?

La de la izquierda es una cultura muy empantanada en hacerse la autocrítica con una dosis de masoquismo bastante alto. Yo lo prefiero leer en positivo. ¿Qué hay que hacer? Se ha sido alarmista en poner el punto de mira en Vox. Para nosotros, Vox es una fiel infantería del bloque que intenta hacer FAES, José María Aznar, Pablo Casado y Albert Rivera. Es resucitar la CEDA [la coalición conservadora de la II República]. Vox está llegando a aquellos sitios que por su situación de marginalidad, PP y Cs no llegan. Es un discurso de tipo patriotero, esencialista, de desfiles, romerías, procesiones, que constituyen todo ese franquismo sociológico que la izquierda no ha sabido superar.

¿Es pertinente remitir a la CEDA? ¿A contextos de hace 80 años?

No es exactamente la CEDA. En la mente de Aznar, que es quien está intentando hegemonizar esta idea, se trata de asumir lo que está avanzando en Europa en un proyecto donde estén todas las fuerzas del pensamiento de derecha.

¿Qué causa está detrás de la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz?

A mí lo que me provoca más preocupación es el aumento de la abstención en lo que denominamos con ligereza el campo de la izquierda. Hay antecedentes en Francia cuando se votó a Le Pen en detrimento del voto comunista. O cuando en la Barcelona de los 80 Jordi Pujol arrasó en el cinturón rojo. La izquierda ha dejado de ser hace tiempo una posición política y cultural de valores alternativos. Y se ha limitado a sindicalizarse desde una concepción muy salarial y no del horizonte de la clase obrera como constructora de un mundo distinto. Una parte de la izquierda está en la consecución de espacios electorales como horizonte único olvidando que las elecciones pasan y los horizontes permanecen. Estamos en momento de grandes decisiones. En un cambio civilizatorio. El petróleo se acaba. Hay que preparar una alternativa civilizatoria de otras formas de vida, otros valores, con los inconvenientes que tiene una vez instalados en la economía de consumo. Y hacer que los sindicatos recobren su posición. Son los grandes callados. No los escucho.

Todo ese debate parece suspendido en un gran atasco identitario en Europa y el mundo. Hay un repliegue identitario. Los analistas subrayan el tema inmigratorio y la crisis catalana en España como factor desencadenante del cambio electoral en Andalucía. 


No parece que vaya a haber un consenso futuro sobre este asunto ni entre la izquierda ni, por supuesto, con los partidos conservadores. Sí parece que hay una reactivación del nacionalismo español.
Aparte del disparate nacionalista e independentista, que consiste en sostenella y no enmendalla sabiendo que no tienen la mayoría de la población, es una falta de perspectiva que ha servido para darle aire a nuestro fascismo. Un fascismo hispánico en tono menor. Ahora bien: la izquierda tiene que decirle al país con serenidad que el derecho de autodeterminación está en nuestra Constitución indirectamente. Artículo 10. La Constitución se inspira en los documentos de las Naciones Unidas. España firmó en 1966 pactos económicos, sociales, políticos y culturales y ahí se contempla en el artículo primero, punto 3, el derecho de libre determinación "incluso" en los territorios en régimen de fideicomiso y administración territorial. Dice "incluso". Hay un problema en España y hay que asumirlo, le guste o no le guste a la población. Y para eso hace falta un discurso didáctico.
Del nacionalismo castizo, muy ligado a determinadas formas del XIX: una visión taurina, de las romerías, del folclore, del señoritismo. Ha vuelto la cultura señoritil, arropada por el folclore popular, que la iglesia ha acogido. La iglesia nunca ha estado conforme con las procesiones, pero ahora que está perdiendo la vivencia sacramental de sus fieles y sus dogmas, se refugia en el espectáculo procesional.

Es evidente que ante la amenaza del independentismo, la derecha está asumiendo la defensa de los valores patrióticos mientras la izquierda está en situación de 'impasse'. 

La izquierda ha tenido miedo a hablar de la España de la República. Hay otra visión de España, que representa Juan Luis Vives, Miguel Servet, los ilustrados españoles, Joaquín Costa. Hay otra España de la regeneración que acabe con esa sempiterna propiedad de los latifundios españoles, de las familias enquistadas en los Presupuestos Generales del Estado. Esa España existe. Hay que plantear la España plurinacional y hay que hacerlo con gallardía y con datos. Lo del Valle de los Caídos es el cuento de nunca acabar. Se ha hecho improvisadamente, sin rigor. Eso implica la debilidad de la izquierda.

¿Como evalúa el problema de la inmigración como elemento electoral distorsionador?

Hay que abordarlo con valentía y serenidad. Ha habido una inmigración altísima porque le convenía al capital español. Ahí están los plásticos en Almería. ¿Un país puede abrir sus puertas a la inmigración? ¿Hasta cuando? ¿Hasta qué número? Los inmigrantes entran en la UE y es un problema de todos. Y después es una cuestión de derechos humanos.

¿Y hasta cuanto?, en su opinión. ¿Cuáles son los límites tolerables de la inmigración?

No lo puedo dilucidar. Si hay un proyecto europeo podríamos discutir. Pero quiero que la UE se moje de verdad. Y que lo asuma Hungría, Polonia, Ucrania. Todos su parte correspondiente. Esa gente no puede estar en las pateras muriéndose. Es de humanidad.

Tras el resultado del 2-D, ¿estamos más en un fenómeno de inflamación identitaria o ante la indignación de los desheredados sociales de la globalización?

Hay de todo. Es la reacción de la gente ante los problemas que ve: ese paro endémico, esos contratos basura, esa pérdida de horizonte.

En el fenómeno de Vox parece que hay más banderas españolas que reclamaciones sociales.

Las banderas son una manera de sublimar la angustia. La situación de marginación, de pérdida de horizonte. Hay símbolos que sirven para evadir. La bandera, los desfiles, la Legión. Salen en momentos críticos ante la falta de ética y la corrupción. Nos anclamos en posiciones fetales. Y llega la derecha fascista con su simbología. Es un pensamiento facilón. No quieren que tú pienses.

¿El término "fascista" es adecuado para definir todo este fenómeno?

No. Todavía no. El fascismo es, en ultima instancia, una trinchera del capitalismo en crisis. Y tiene un corpus teórico que aquí no existe. Puede que en algún momento desemboque pero todavía no.

¿Y qué le parece que una parte de la izquierda recurra a la retórica antifascista?

Yo creo que deberíamos analizar qué está pasando y qué hemos hecho mal. Hemos abandonado la lucha ideológica. Hemos creído que la lucha era puramente electoral. Craso error. Las elecciones son la consecuencia del trabajo hecho. El salario mínimo es un combate que no hay que abandonar jamás. Hay que hablar de la pensión mínima.

Gran parte de esos temas están siendo abordados en el proyecto de Presupuestos del Gobierno.

Sí, pero sin firmeza.

¿Sin firmeza o sin apoyo parlamentario?

Cuando no tengo apoyo parlamentario me lo busco en otro sitio. Hay que sentar a los sindicatos. Estamos entrando en el juego parlamentario, que es fundamental, pero el apoyo social es muy importante. Hay que luchar con las medidas legales y las paralegales, no digo extralegales.

¿Y esas qué medidas son?

Las que dimanan de la calle. Y de la interpretación de la ley con la visión del derecho alternativo. Hay modos de ver la legalidad distinta. Si tengo que reducir el déficit, en lugar de recortar gastos aumento ingresos. Significa una reforma fiscal, un combate con los paraísos fiscales sancionando empresas. Hay mil y un caminos.

¿Es partidario de activar lo que muchos han llamado “cordón sanitario” en torno a Vox?

No. Eso es darle vida. Vox está ahí. Es una organización que ha llegado al Parlamento y entra en el juego parlamentario. Y ahora comenzamos la reconquista de su electorado con medidas sociales y lenguaje claro. Con tanta firmeza como la que ellos ponen. Y si nos acusan de estar a favor de Venezuela, tenemos que decir: "Sí, ¿qué pasa?" No tengo miedo. "¿Somos comunistas? Sí, ¿qué pasa?".

¿Por qué Adelante Andalucía no ha captado ningún voto del PSOE y se ha desangrado en 300.000?

Voy a pasar por ahí con cuidado. La confluencia es una política adecuada pero exige tiempo. La política de convergencia la trasladó Gerardo Iglesias y su plasmación tuvo lugar en Convocatoria por Andalucía en 1984. Desde ese momento, hubo un equipo del PCE que se recorrió la comunidad autónoma hasta el último pueblo. Nuestra gente no entendía que había que juntarse con otros para hacer programas. Que aquello no era el Partido. Ahora no hay un esfuerzo organizado con IU, Podemos y Equo para trabajar juntos.

Pero hay una realidad matemática inexorable: Podemos en 2015 sacó más de 5 millones de votos en un techo que duplicaba la base tradicional de IU. Ahora en la confluencia, uno más uno no suman dos sino uno y medio. ¿Qué ha pasado?


En IU hay una resistencia a renunciar a sus señas de identidad.
No lo sé. Pero sí sé que en las generales anteriores IU y Podemos perdieron 687.724 votos. Hubo gente de IU que no votó. Hubo un rechazo, incluso de altos dirigentes, a la operación. Eso es un error y una responsabilidad. Se hubiese producido el sorpasso. ¿Qué ocurre? Que se ha visto a Podemos en parte de IU como los advenedizos que han irrumpido en un campo reservado.
El PCE se diluyó en IU.

El PCE siguió siendo hegemónico.

A mí no me importa no controlar. Si estoy seguro de lo que soy y de lo que hago no me importa estar en minoría. Porque estoy organizado y pendiente de hacer la mejor propuesta. A veces, la identidad oculta una dejación del pensamiento. Es una referencia en un símbolo, en un estar, pero no en un hacer. ¿Que tengo que cambiar de simbología? Yo cambio. Pero tengo que tener claro quién es mi enemigo. Nunca se puede perder de vista.

¿Y se pueden construir alternativas hegemónicas en el siglo XXI manteniendo símbolos antiguos?

Yo soy comunista y no sé por qué alguien me va a decir que no tengo derecho. Es un exceso inquisitorial. De pobreza intelectual. Otra cosa es que los comunistas no tengamos más referencias que nuestros símbolos. Esa lucha no la comparto. Hay un momento en que ante la no comprensión de lo que está ocurriendo me refugio en lo seguro. En el símbolo. Esa es una señal de muerte y no la acepto.

¿La confluencia es ya inevitable?

Sin alianzas no hay cambio. La izquierda es plural y tiene que llegar a un punto de encuentro programático.

¿Y qué le parece la alianza política con el Gobierno de Pedro Sánchez?

Voy a ser franco. La alianza con el PSOE realmente existente puede ser interesante y correcta en cuestiones tácticas. Del momento. Es muy difícil que se pueda hacer una alianza estratégica. No estoy de acuerdo con esta UE. Ni con la globalización. Ni con la economía de los mercados. Ahora bien: en el combate con la derecha más rancia o más dura, se pueden establecer alianzas tácticas con una formación política como el PSOE. Coyunturales. Estoy de acuerdo con el apoyo a los Presupuestos Generales por parte de Unidos Podemos.

¿El PSOE sigue estando en la otra orilla?

Para decir la otra orilla, tengo que situar el río. Si no sería un caprichoso. En el río que acabo de decir, sí está en la otra orilla.

¿Su combate histórico con la UE le puede llevar a acercarse tácticamente a movimientos antiglobalización de derechas? Pienso en la carta con Manuel Monereo en la que defendieron el "Decreto Dignidad" del Gobierno italiano, uno de los más conservadores de Europa. 

Es un Gobierno no tan conservador, porque hay dos partes muy contradictorias. Está el Movimiento 5 estrellas.

El Movimiento 5 Estrellas es muy difuso.


Admitirá que como mínimo era un artículo provocador. Llama la atención que no utilizaran otros referentes de gobiernos que tomaron decisiones de calado social importante, como Portugal.
 Sí, pero no es Salvini. Y no hablemos de difuso en la España que estamos viendo. Aquella carta despertó los ataques más iracundos de gente que no leyó lo que habíamos escrito. Tuvo que venir Vicenç Navarro a dejar los puntos sobre las íes. Dijimos que las medidas que tomó el Gobierno italiano nos parecían correctas. Una persona malvada puede hacer una buena acción. Y si digo que hace una buena acción no lo estoy exonerando de la maldad. Hay gente que va con el prejuicio por delante.
De Portugal ya hemos escrito. Y en esa lógica hablamos bien de los Presupuestos que se pactaron en España. Siempre que vea una acción correcta la voy a defender. Venga de donde venga. Y pido que la gente sepa leer lo que he dicho. Hubo una reacción en tromba y no vea lo bien que nos lo pasamos.

¿Unidos Podemos ha tocado techo?

Yo no creo que haya techos para nada. Estamos llegando al fin de una civilización y hay que optar. Primero, hay que explicárselo a la gente. Con datos, con argumentos. Segundo, planteas una opción, un programa, unas alianzas, unas culturas, un cambio de mentalidad para abordarlo. Si no hace eso, Unidos Podemos no tendrá futuro. Solo hay un campo donde no veo que haya receptividad: los sindicatos. No sé qué pasa. Además, están perdiendo afiliación y pueden morir como se extingue un braserito.

Lo que sí parece es que Podemos, que impugnó el eje izquierda-derecha en beneficio de arriba-abajo, ahora está volviendo a referentes clásicos.

Yo participaba también del tema arriba-abajo. Es una manera de explicar las cosas. La izquierda, para mí, es el motor que impulsa la construcción de la mayoría. Estar metido en un gueto no me gusta. La izquierda debe crear una mayoría para superar a la derecha. Que la gente de la derecha se sienta bien en un proyecto de izquierdas.

Eso pasó aquí en Córdoba. Usted fue el primer alcalde transversal.

Yo creo que hay mucha gente en la derecha por torpeza de la izquierda. Si la farola que ha propuesto la derecha está bien, ¿por qué no voy a decir que está bien hecha? Yo tengo el proyecto y todo el que venga hacia el proyecto me parece bien. 

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