Número de presos en Brasil supera los seiscientos mil

El Ministerio de Justicia divulgó este martes que las 1.424 prisiones que existen en el país tienen capacidad para 376.669 personas, pero reciben actualmente 607.730 presos, realidad que el titular de la cartera, José Eduardo Cardozo, calificó de “medieval”.

Daniel Bocalini

Las cifras muestran que la población carcelaria es la cuarta mayor del mundo, ubicándose detrás de Estados Unidos, China y Rusia. Al contrario de estos tres países, Brasil presenta un crecimiento en el número de presos, sin interrupción, desde 2000.
Según el informe del Ministerio de Justicia, hace 15 años Brasil contaba con 233 mil presos, en instituciones que tenían capacidad para 240 mil, lo que significa que el número de detenidos creció un 161%, a un ritmo superior al registrado en la construcción y ampliación penitenciaria.
Actualmente existen 300 presos en el país por cada 100 mil habitantes. La previsión es que, manteniéndose el ritmo actual, el país tendrá más de un millón de personas tras las rejas en 2022. Aproximadamente el 40% de los presos brasileros son considerados “provisorios”, es decir, aún no fueron juzgados definitivamente y no poseen condenas firmes.
Como en Estados Unidos, la gran mayoría de la población carcelaria brasilera está compuesta por negros. De los casi 610 mil presos en Brasil, cerca del 62% son negros. En ambos países, la actuación racista de la justicia y la policía persigue a los jóvenes negros por vivir en una situación de miseria social que les es impuesta desde el momento en que nacen.
La presentación del informe coincide con el debate sobre la reducción de la mayoría de edad penal de 18 a 16 años, que transita actualmente en el Congreso. Los grandes medios de comunicación y la burguesía racista brasilera hacen campaña a favor de la reducción de edad, presentando esta medida como la única alternativa, y un mayor encarcelamiento de la población pobre, principalmente joven y negra.
José Eduardo Cardozo afirmó la semana pasada que las prisiones del país son “verdaderas escuelas del crimen” y propuso como alternativa a la violencia cometida por jóvenes, el aumento del tiempo de reclusión para adolescentes que cometan crímenes graves y al mismo tiempo, doblar las penas para los adultos que coopten menores para cometer crímenes.
Odete Cristina, estudiante de la Universidad de San Pablo y militante de la agrupación Juventude às Ruas, declaró a Esquerda Diário que “el ministro de Justicia y el PT hablan de superpoblación carcelaria y contra la reducción de la mayoría de edad, pero los sectores más conservadores del Congreso que defienden el aumento del encarcelamiento son desde hace más de una década su base de gobierno. La política del gobierno del PT lejos de combatir la violencia y la desigualdad viene profundizando las bases que la sustentan”.