A la hinchada de Podemos
¿No podían hacer un pequeño esfuerzo?
Querido amigo Iñigo Sáenz de Ugarte, deberías saber que no se puede poner en cuestión a nada ni nadie relacionado
con Podemos, porque los comentaristas de su fogosa hinchada se te
echarán encima, y eso que tu artículo es más bien moderado. Por ejemplo,
ni siquiera mencionas algo muy conocido: ningún profesor titular de
universidad que trabaje a tiempo completo puede poseer más del 10% de
una empresa, y Monedero tenía el 100%. Pero Monedero es un hombre
honrado. En cierto modo, podría hasta argumentarse que no incumplía el
espíritu de la ley, pues aquello no fue nunca una empresa de verdad,
sino una mera ficción fraudulenta construida para pagar menos impuestos.
¿Este individuo es el nuevo san Jorge que le cortará las cabezas al
dragón bicéfalo del bipartidismo? Pues vamos aviados.
La hinchada de Podemos es tan violenta y tan refractaria al simple
razonar como la de cualquier equipo de fútbol. Sólo utilizan unos pocos
chascarrillos pueriles (que no argumentos) repetidos con la testarudez
de un niño pillado con las manos en la masa. Veamos los cuatro más
frecuentes:
Uno. “Eso no tiene importancia, lo grave es lo que hacen los que están en el poder”.
Sin ninguna duda, pero, si esto hacen sin poder, ¿qué no harán en
cuanto lo consigan? Poner a tipos así a luchar contra “la corrupción de
la casta” es como poner al zorro a cuidar a las gallinas. A ello se suma
la desvergüenza de exigir a los demás lo que no se exige uno a sí
mismo.
Dos. “Eso es lo mismo que dicen la derecha, la caverna, los nazis y en general el Maligno, ergo de ex illis est! ¡Es uno de ellos, a la hoguera con él!”.
La estolidez de esta afirmación españolísima salta a la vista. Por
mucho que la derecha y el mismísimo diablo afirmen que existe la ley de
la gravedad, las manzanas seguirán cayendo de los árboles siempre hacia
abajo. Incluso si, en ataque de vesania o arbitrismo, Podemos derogara
la ley de la gravedad, mucho me temo que las manzanas seguirían cayendo
hacia abajo y no hacia arriba. He dicho españolísima porque nada hay tan
castizo como esa alineación a toda ultranza que lleva a anatemizar a
cualquiera que coincida en lo que fuere con un enemigo, ya que “los
amigos de mis enemigos son mis enemigos” y "al enemigo, ni agua".
Es una muestra más del talante entre talibán y legionario que promueve
el “siempre a favor de los amigos, con razón o sin ella”. Sustituir el
uso de la razón por la ley de la sangre o de la fratría, ¿no es el
epítome de la misma noción de casta? Dejo para otro rato la presunción,
para mí muy lejos de estar probada, de que Podemos sea de izquierdas.
Tres. “El verdadero enemigo es la derecha, no Podemos”.
De acuerdo. Pero, como suele decirse, amicus Plato sed magis amica veritas;
Platón es amigo, pero más amiga es la verdad. No es más que otra
instancia de la lógica castiza y su camaradería cuartelera que siempre
necesita enemigos a muerte, un ellos y un nosotros, y que al final
conduce a aquello de “será un hijo puta, pero es nuestro hijo puta”.
Sigo creyendo en lo que decía Karl Marx: “ El medio forma parte de la verdad, tanto como el resultado. Es preciso que la búsqueda de la verdad sea a su vez verdadera”. Cuando uno de los nuestros, o de los suyos de Podemos, comete un error o un fraude, también hay que censurarlo.
Cuatro, y la más repetida (hasta por el propio interesado, Monedero). “Van a por él, eso no es justo, es una persecución”.
¿Y qué esperaban? Cada vez que oigo tamaña sandez me cuesta creer que
no hayan visto nunca una película. En cualquier película, cuando alguien
se presenta como candidato a unas elecciones, llega esa escena en que
el asesor cierra la puerta, mira al candidato a los ojos y le dice:
“Nadie nos oye. No importa lo que haya, adulterio, pederastia, robo con
escalo, fraude o que por las noches vayas por ahí vestido de mujer; pero
si hay algo, necesito saberlo. Cuéntamelo todo. Van a ir a por ti, te
lo aseguro. Todo, dímelo todo, t-o-d-o. Tenemos que estar preparados”.
¿No tienen asesores en Podemos? No me sorprendería, en vista de lo que
cobra el propio Monedero por asesorar. Por supuesto que van a por él, ¿y
qué? El problema es que encuentren algo. Cuando a uno le ponen una
multa de tráfico, muy necio hay que ser para enfadarse porque no se las
ponen a otros que iban más deprisa.
Así que,
distinguidos comentaristas de la hinchada de Podemos, ésta es mi
pregunta para ustedes: ¿no podían hacer un pequeño esfuerzo?
Claro que pueden, ya verán que sí. Utilicen la inteligencia, en lugar
del castizo y castrense espíritu de cuerpo. Utilicen la cabeza, pero no
para embestir o al menos no siempre con las mismos topetazos de becerro
modorro en una plaza de aldea.
Y por supuesto, no olvido que no podemos juzgar a todo un equipo por su hinchada más virulenta.
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