¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

miércoles, octubre 12, 2011

ESTOS GRONCHOS DE MIERDA....

Los indígenas quieren gobernar pueblos de Argentina

En algunas zonas los pueblos originarios son mayoría, pero hasta este año sólo un municipio argentino tenía como alcalde a un indígena

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La Marcha Nacional Indígena, a su llegada a Buenos Aires, el día de la conmemoración del bicentenario de la Independencia en 2010 / AFP

Los pueblos indígenas de Argentina representan alrededor del 1% de la población de este país que recibió a tantos inmigrantes europeos entre finales del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, en algunas poblaciones los llamados pueblos originarios son mayoría. Pese a ello, hasta este año sólo un municipio argentino tenía como alcalde a un indígena. En septiembre pasado fue elegido un segundo intendente (como se lo denomina en Argentina) de las etnias nativas y en las elecciones generales del próximo 23 de octubre puede llegar a sumarse un tercero.

En provincias con mayor población indígena como Jujuy (noroeste de Argentina), vecina de la Bolivia de Evo Morales, los indicadores de pobreza entre los pueblos originarios son mayores a los del resto de la población (33%, frente a 25%, de acuerdo con los cuestionados índices del Instituto Nacional de Estadística, que sólo relevan la mitad de los pobres, según la Central de Trabajadores de Argentina). En una de las ciudades más turísticas de Jujuy, Tilcara, en la quebrada de Humahuaca (considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), gobierna desde hace 16 años el diaguita Félix Pérez, que busca el 23 de octubre una nueva reelección. Pérez fue el primer alcalde indígena de Argentina y dice que se retirará dentro de cuatro años para comenzar a escribir en libros su experiencia.

Los indígenas también se enfrentan con petroleras, como sucede en la Patagonia entre mapuches y Repsol YPF

Pérez, afiliado a la Unión Cívica Radical, ha rebautizado la ciudad como Municipio Indígena de Tilcara. En sus años de gobierno ha fomentado el turismo y ha combatido la minería por su posible impacto medioambiental. Este enfrentamiento con las minerías le valió peleas con el gobierno provincial de Jujuy, tradicionalmente en manos del Partido Justicialista (PJ, peronista). También Pérez ha cosechado rivales entre los indígenas, como los kollas que denunciaron hace dos años la presunta invasión de sus tierras por parte de personeros del alcalde.

En septiembre pasado, la provincia de Chaco (noreste de Argentina) eligió su primer alcalde indígena. Se llama Ricardo Sandoval y logró la victoria en El Espinillo de la mano del peronismo, la misma fuerza que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. En Chaco no hay conflictos con la minería, que es uno de los temas que más preocupan a las comunidades indígenas, pero existen conflictos con los terratenientes que compran sus tierras para plantar soja transgénica y desconocen que pueblos originarios las habitan desde tiempos ancestrales. Los indígenas también se enfrentan con petroleras, como sucede en la Patagonia entre mapuches y Repsol YPF. Desde 2006 rige una ley nacional para evitar los desalojos contra indígenas, pero no siempre los jueces locales la aplican con diligencia.

Lucha por los derechos sobre las tierras

“Es la primera vez que la comunidad indígena va a tener un intendente de su misma raza, de su mismo color y un líder en este territorio”, destacó el toba qom Sandoval tras ser elegido. “Vinieron los grandes y jóvenes a pie o como fuera, y estuvieron presentes para dar su voto”, añadió el futuro alcalde, en cuyo municipio los indígenas tienen asegurado por ley provincial un porcentaje de cargos similar al de su participación en la población total.

Al mismo tiempo que Fernández busca la reelección como presidenta de Argentina, en el municipio de Humahuaca se presentará un candidato a alcalde por un partido puramente autóctono, el Movimiento de Participación Comunitaria Indígena. Sixto Quispe apoya a una candidata kirchnerista a gobernadora de Jujuy, pero en su lucha municipal buscó diferencias de peronistas y radicales porque recuerda que ambos nunca cumplieron en el pasado con sus compromisos con los indígenas: "Nuestra lucha es por la devolución de las tierras a sus verdaderos dueños, las comunidades originarias. Un derecho que nos corresponde por ley, pero no se cumple”.

No sólo la ley sino la nueva Constitución argentina de 1995 reconoció los derechos de los indígenas a sus tierras ancestrales. Ese reconocimiento y el avance de actividades económicas extractivas han llevado a un resurgimiento del indigenismo en ciertas zonas de Argentina, en sintonía con la llegada de Evo Morales al poder en Bolivia.



Groncho,negro,cabecita son las formas "cariñosas "en que los argentinos de "piel blanca"designan a sus compatriotas.Se creen descendientes de europeos,aunque un reciente estudio del adn de los argentinos muestre que por sus venas corre sangre indígena y negra en porcentaje muy elevado y cada día más.El 64 % de los argentinos no tiene sangre pura "europea",como se puede ver con los futbolistas que no son ni rubios,ni altos,ni de ojos celestes.

El mestizaje es la regla de toda América Latina.


EL DISCUTIDO ORIGEN DE PERON

Su fondo indígena se traslucía “en cierta oblicuidad fulgente de su mirada, cierta humildad de posturas, cierta gallardía brava… una agilidad mental de gaucho para adecuarse a situaciones y lenguajes populares".

Por Hugo Chumbita

El 8 de octubre es el cumpleaños de Juan Domingo Perón. Pero esta fecha, como casi todo en su vida y su obra, está signada por la polémica: ¿fue realmente ése el día y el año de su natalicio? ¿Cuándo y dónde nació, y qué importancia tienen estos datos?

“He nacido en la pampa y tengo el extraor­dinario orgullo de sentir dentro de mí algo de ese gaucho legenda­rio que luchó por noso­tros” escribió el presidente Perón, el 25 de octubre de 1953 en el Libro de Oro del Museo y biblio­teca justicialista que inauguró en Lobos, en su "casa natal" decla­rada monumen­to histórico. Aquel día, aniversario de la ciudad, la muchedumbre colmó las calles y hubo un gran desfile, el intendente lo declaró "hijo ilustre y dilecto de Lobos" y Perón habló desde el balcón de la Municipali­dad.

Según las crónicas, manifestó haberse criado entre los paisanos y haber nacido en “una humilde estancia de estos pagos”, algo incongruente con la oficialización de su "casa natal" en el centro de Lobos.

Medio siglo des­pués, en cuyo transcur­so la casa-museo fue clausu­rada, saqueada, devuelta a sus propie­ta­rios y reexpro­piada para volver a ser monumento nacional, una encendida polémica enfren­tó a vecinos, cronistas y autori­dades de Lobos con los de Roque Pérez ─localidad distante unos 30 kilóme­tros, al otro lado del río Salado─ pues el Dr. Hipólito Barreiro, quien fuera médico y embajador de Perón, sacó a luz documentos y testimo­nios cues­tionando que Perón hubiera nacido en Lobos, en aquella casa, y en la fecha que se daba por sentada.

En su libro Juancito Sosa, el indio que cambió la historia (2000), Barreiro afirma que Perón nació en un modesto rancho que se conserva hoy como museo en Roque Pérez, demuestra que aquel predio fue adquirido en 1893 a nombre de su madre, y explica que el niño fue anotado con dos años de retraso, acudiendo al Registro Civil y a la parroquia de Lobos porque todavía Roque Pérez no existía, y la localidad más cercana era Lobos.

¿Qué dicen los documentos? En la partida de nacimiento de Juan Domingo sólo figura como declarante el padre, Mario Perón, y en la fe de bautismo sólo figura la madre, Juana Sosa, que aún no se habían casado. Recién en 1901, en el acta de su matrimonio, lo reconocieron como hijo de ambos. Estos datos tenían que disimularse para que pudiera acceder a la carrera de oficial del Ejército, y es lo que hizo la abuela paterna, doña Dominga Dutey. En la solicitud de ingreso al Colegio Militar no se presentaron los documentos, invocando el pretexto de que estaban en el establecimiento donde cursó sus estudios anteriores, que se hallaba intervenido.

Doña Juana Sosa, hasta donde se sabe, era de pura ascendencia indíge­na: su madre Merce­des Toledo, oriunda de Azul, era tehuelche o aoni­ken según sostiene gente de esa etnia; y su padre, Juan Ireneo Sosa, de estirpe quechua, nació en Guasa­yán, Santiago del Estero, y fue puestero en una estancia cercana a Lobos. Cuentan que fue amigo de Juan Moreira, y es notable que tuvo un final parecido, hacia 1892, "en una pelea campal contra una partida de la brava policía de campaña".

Barreiro destaca en su libro los rasgos antropométricos de Perón: su corpulencia, los brazos cortos, la nuca recta, muy escasa barba, típicos de la etnia tehuelche. Un diplomático y escritor español, Giménez Caba­lle­ro, anotó que si bien "tuvo una forma­ción exquisi­tamente europea", su fondo indígena se traslucía “en cierta oblicuidad fulgente de su mirada, cierta humildad de posturas, cierta gallar­día brava… una agilidad mental de gaucho para adecuarse a situa­ciones y lenguajes popula­res".

El biógrafo oficial de Perón, Enrique Pavón Pereyra, describió a su madre como una "criolla de ley", que es lo que se creyó conve­niente decir cuando él era presidente.

Perón se franqueó con sus amigos después, en el exilio. El Dr. Enrique Oliva recordaba una charla con John William Cooke y otros compañeros en Caracas, en la que se mostró orgulloso de su sangre india, y mencionó el caso semejante de otros presidentes, Urquiza, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigo­yen, aunque agregó: "mejor no zamarrear ramas de otros árboles genealógicos ilustres, porque todavía subsiste mucha pacate­ría hipócrita". En 1954, bajo su gobierno, se reformó el Código Civil para equipa­rar los derechos de los hijos extra­matri­monia­les y él, defendiendo esa legislación, decía que "no hay hijos ilegítimos, sino padres ilegíti­mos".

Posteriormente, su amigo el empresario Jorge Antonio y su biógrafo Pavón Pereyra dejaron testimonios coincidentes. Perón grabó unas "confesio­nes" en Madrid entre 1972 y 1973, donde aclara que él nació en el campo en 1893, y que en su acta de bautismo se hizo a propósito un manchón de tinta para tapar la mención de “hijo natural”. Sin embargo, ese borrón se diluyó con el tiempo y hoy se puede leer perfectamente en la copia que se exhibe en el museo de Lobos. Con el material de aquellas confesiones, Pavón Pereyra elaboró un libro titulado Yo Perón (1993), donde se cuenta que su madre era "una joven natural de Lobos, Juanita Sosa, con sangre india".

Otro libro, Yo, Juan Domingo Perón (1986 ) de los periodistas españoles Luca de Tena y Luis Calvo y el argentino Esteban Peicovich, editado en Madrid y en Buenos Aires, incluye el testimo­nio de la esposa de Peicovich, quien conoció a doña Juana y ella le contó ser “india de padre y madre".

El eminente doctor Puig­vert, que operó a Perón en Barcelona, relata en su libro de memorias Mi vida… y otras más (1981), que el general le mani­festó tener dos años más de lo que figura­ba en sus pape­les; y cuando, sorprendi­do por la negrura de su cabello, le pregun­tó si se teñía, él respon­dió: "Nunca. Tengo mucha sangre india en las venas. Total, por parte de mi mamá. En esta raza se da muy poco el cabello blanco".

Todo indica pues que Perón nació en 1893, y falleció cuando ya había cumplido los 80 años. En cuanto al día, sería el 8 de octubre, como consta en su partida bautismal y como él mismo lo consideraba, aunque de su partida de nacimiento surge que fue el día 7, quizás por un error material en el acta que se inscribió tardíamente. También parece evidente que nació en el campo, en aquella casa de la que fue propietaria su madre, aunque es posible que más adelante habitara la casa de Lobos.

Los ocultamientos y misterios en torno a su origen fueron consecuencia de prejuicios injustificables que él y los suyos tuvieron que sortear: una clave para interpretar la profunda raigambre popular de un hombre situado en el centro de la historia argentina, que ascendió a las más altas dignidades del poder sin olvidar su compromiso con los más humildes paisanos de esta tierra.


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