Es un juicio trascendente, con alto valor reparador, como cada una de las sentencias que se dictaron desde la derogación de las leyes de impunidad y la concepción de los juicios de lesa humanidad como política de Estado.
Comenzó el juicio oral que contribuirá a debatir ampliamente uno de los hechos más atroces cometidos por los jerarcas militares: el robo de niños, niñas y bebés. Es, tal vez, la violación que completa la estrategia del horror y el exterminio: separar a los niños de sus padres y sustituirles su identidad. Iniciada por las Abuelas de Plaza de Mayo, la causa se conoce con el nombre de “Plan Sistemático de robo de bebés”. Aquí se juzgarán no los casos particulares –que son tratados en otros juicios–, sino la existencia de un plan ideado por la dictadura militar para apropiarse de los niños nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres.
A partir del golpe y desatado el plan represivo, los militares crearon verdaderas “maternidades” clandestinas e implantaron criterios para la apropiación de los niños nacidos en cautiverio, que se fue sistematizando a medida que avanzaron sus prácticas represivas. La existencia de estos lugares del horror en Campo de Mayo, ESMA, Pozo de Banfield, Orletti, Vesubio, La Cacha y los niños inscriptos como hijos propios por policías y militares demuestran la voluntad sistemática de apropiarse de los hijos de los militantes que ellos mismos hacían desaparecer. Anularon su identidad, los privaron de vivir con sus familias, los utilizaron como “botín de guerra”.
El Tribunal Oral Federal N° 6 deberá escuchar a querellantes, fiscales y a 370 testigos que narrarán el horror cometido. Sus testimonios ayudarán a probar que el secuestro y apropiación de niños fue decidido desde la cúpula del Ejército como parte de un plan estratégico. Es un juicio trascendente, con alto valor reparador, como cada una de las sentencias que se dictaron desde la derogación de las leyes de impunidad y la concepción de los juicios de lesa humanidad como política de Estado. Esta construcción colectiva de justicia será el mejor legado hacia los jóvenes y el mejor homenaje a los padres detenidos-desaparecidos que concibieron a hijos para confiarles proyectos e ideales de justicia y libertad. Los documentos que la CPM enviará al TOF 6 han sido hallados entre los Archivo de lo que fue la DIPPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense). Desde el año 2003 fue abierto al público y usado prioritariamente por actores judiciales, familiares, víctimas e investigadores de ciencias sociales. La Comisión viene aportando documentos que ayudan a resignificar los testimonios de los sobrevivientes y contribuyen al esclarecimiento de los hechos y el dictado de condenas. En la investigación de esos documentos de la inteligencia estatal se ha podido reconstruir la estructura de la policía de la provincia de Buenos Aires durante la dictadura y ampliar la lista de los responsables civiles y militares. El Archivo de Inteligencia también sirvió para documentar las acciones de otras Fuerzas de Seguridad, como la Policía Federal, el Servicio Penitenciario y las Fuerzas Armadas.
El informe que se enviará al Tribunal Oral contiene documentos de la persecución y el control ejercido por la DIPPBA sobre las Abuelas de Plaza de Mayo. También se aportan las fichas de los niños secuestrados que la policía registraba minuciosamente y que comprueban el interés de las Fuerzas de Seguridad por mantener “bajo control” el secuestro de niños. Hay legajos que demuestran el espionaje sobre las actividades de denuncia de Abuelas y contienen información que las mismas recolectaron sobre los captores de sus nietos. Estos serán aportados la semana próxima a la causa. Otra línea de investigación giró en torno a la responsabilidad de la justicia en los casos de adopciones fraudulentas. En el Archivo existen expedientes enviados directamente por los tribunales de menores. Documentos judiciales de personas que buscaban a sus nietos se transformaron en material de inteligencia para la persecución de los familiares de las víctimas. La DIPPBA operó sobre la documentación. El dossier entregado por las Abuelas en el Tribunal de Menores ha sido foliado e intervenido por los agentes policiales.
Muchos de los casos investigados ocurrieron en el llamado Circuito Camps, donde la policía de la provincia de Buenos Aires jugó un papel fundamental en la detención y desaparición de niños y mujeres embarazadas. En el archivo que estos mismos agentes policiales construyeron se encuentran hoy las pruebas documentales para su condena. En el banquillo de los acusados están los responsables máximos de los secuestros de bebés y niños. El plan sistemático necesitó de los victimarios en maternidades clandestinas y la complicidad de apropiadores, militares o civiles. La justicia y la sociedad tendrán que seguir abriéndose paso hacia el conjunto de responsables. En los procesos históricos, el presente contiene el pasado y desde allí moldea el futuro como expectativa deseada. Construir un país para todos, con más y mejor democracia necesita transitar los caminos de la justicia. La impunidad que fijó los contornos del país hegemonizado por los llamados al orden y al olvido de las leyes de amnistía e indulto sólo podía ser la contracara del país de la exclusión, del autoritarismo, de altísimos beneficios de los diseñadores del genocidio. Neoliberalismo e impunidad en nuestro país fueron dos caras de la misma moneda. Niños apropiados y niños desnutridos en el país de las proteínas son parte de una sola historia (un pasado presente) que debemos cambiar (futuro). Cuando algunos gritan hoy por el orden frente a los conflictos de la democracia, piden sepultar los reclamos de justicia frente al genocidio, o nos enseñan a olvidar que son el peor pasado que se hace presente. Nos invitan a un país que por décadas que luchamos por superar. Queda mucha verdad por conocer, mucha justicia por impartir, muchos nietos por recuperar. Muchos caminos para andar con las Abuelas, las Madres, el Serpaj, la APDH, el CELS, la Liga, los Familiares, HIJOS, el MEDH, la Asociación de ex detenidos desaparecidos y tantos más. Estamos convencidos de que la vigencia de los Derechos Humanos, la justicia y la restitución de cada nieto, son tareas ineludibles de toda la sociedad democrática.
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