¿HÉROE O VILLANO?

¿HÉROE O VILLANO?

sábado, julio 31, 2010

LA DIVISION COBARDE DE AZULES



Estamos en vacaciones y todo cuela,desde despedir gente gratis,permitir que los patrones y la banca roben y se vayan de rositas,no dejar entrar abuelitas argentinas,mientras en Argentina dos millones de abuelas y abuelos españoles son protegidos y atendidos,además de cobrar una jubilación...
Mi viejo ,exiliado español,decía que los mayores traidores,mentirosos;HdP,corruptos,ladrones y peor calaña de España ,eran los socialistas.
Viejo,cuanta razón tenías.
Es que el gobierno ladrón de González,perdón,ups...Rodriguez,nos mete en la OTAN,nos pone en Afganistán,mienten y mienten.
El psiquiatra español,Guillermo Rendueles Olmedo,de quién publico en mi blog médico una excelente entrevista
http://orroresmedicos.blogspot.com/
opina que el pueblo español,en su conjunto,es "una mierda de gente",no tomado de a uno en uno,que hay muchos también....aclaración necesaria.
La verdad es que olvidan que emigraron y los recibieron con cariño,que les curaron enfermedades,que les dieron de comer.Que saquearon continentes,masacraron indios,que asco de gente.
Y para festejarlo,la ministra "rojilla"Carme Chacón,de Defensa(¿de quien tiene que defenderse como invasora en un país a miles de Kms...?)inaugura en el museo del ejército,una sala dedicada a la Division Azul,un cuerpo de delincuentes,asesinos y voluntarios nazis-falagistas españoles,que como me contaba Mirta Demianchuk,una hija de ucranianos que vivian en Argentina,se caracterizaban por jugar tirando niños"comunistas"al aire a ver quién acertaba destriparlo con su bayoneta.
Cuando en esas regiones empezó a actuar la guerrilla bolchevique,se rendían llorando de rodillas y juraban que cumplían ordenes.
Hoy inauguraron un salón de honor en Madrid.Un monumento a los cobardes.
Y hoy uno se pregunta.
¿Hacía falta ofender así a miles de ucranianos,rusos,bielorusos o polacos tan gratuitamente?
¿Quién gobierna en Spain?
No me extraña que agredan gratuitamente a los catalanes,repriman malamente a los vascos,denigren a los gayegos y digan que los andaluces son vagos.
Ellos no son españoles,son empleados del los milicos nazis que sigen dirigiendo este país,de los obispos pedófilos,de los banqueros ladrones,de los patrones como Diaz Ferrán.
El resto de los gayegos,son mis compañeros,pero esos deberían .........
Mejor no sigo,que a lo mejor vienen mañana los guardias civiles.




“c) Pruebas incontrovertibles demuestran que Franco fue con Hitler y Mussolini, parte culpable de la conspiración de guerra contra aquellos países que finalmente en el transcurso de la guerra mundial formaron el conjunto de las Naciones Unidas. Fue parte de la conspiración en que se pospondría la completa beligerancia de Franco hasta el momento que se acordara mutuamente”.

En estos contundentes términos se expresaba la famosa resolución de 12 de Diciembre de 1946 de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde se denunciaba la complicidad criminal de un régimen “fascista”, el de Franco, “impuesto al pueblo español por la fuerza con la ayuda de las potencias del Eje y a las cuales dio ayuda material durante la guerra”. Un régimen que, decía Naciones Unidas, “no representa al pueblo español”.

Y dicha resolución internacional se basaría, expresamente, en un par de acciones gravemente contrarias a la legalidad internacional del régimen de Franco, la primera de todas, adivínenla: “de 1941 a 1945, la División de Infantería de la Legión Azul, la Legión Española de Voluntarios y la escuadrilla Aérea Salvador, pelearon en el frente oriental contra la Rusia soviética”.

De tal modo que resulta que la División Azul es la única “unidad militar”, formada por nacionales españoles citada por su nombre y condenada en una resolución internacional.

Y digo unidad formada por nacionales españoles, que no unidad del ejército español, ya que el único ejército español legal era el de la República y, según el derecho vigente, lo de Franco no fue otra cosa que una banda criminal armada con “control efectivo” de amplias parte del territorio desde el mismo momento en el que traicionaron la Constitución española y se sublevaron.

Otro despiste de nuestra Ministra de Defensa que se ve que no tiene claro qué era y qué no era legalmente el ejército español igual que se le ha pasado por alto una pequeña condena histórica de nada. ¿Si alguna unidad se sublevase mañana a la Señora Ministra la seguiría considerando “ejército español” y le parecería bien que se le terminase poniendo en un museo como si tal cosa?. Espero que no.

Es sorprendente que toda una ministra del Gobierno de España no haya tenido más presente nada de esto, ya que la impactante inadmisión inicial de nuestro país en las Naciones Unidas – recomendación incluida a todos sus Estados miembro de retirada de sus embajadores en Madrid – fue precisamente debido a tales correrías de nuestros divisionarios y creo que es como para que la sociedad española tenga el derecho a conocer ese pequeño detalle cuando visiten el Museo de Carme Chacón.

Pero claro, ¿para qué mencionar nada de eso – los mayores actos criminales de nacionales españoles en guerra en la historia contemporánea–, en su Museo?

¿Para qué mencionar tampoco que en el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg tales andanzas en el este de Europa fueron calificadas como constitutivas de crimen de agresión, crimen de de conspiración, así como de distintos crímenes de guerra y contra la humanidad – incluido el Decreto “noche y niebla” por el que se inventarían con ocasión de tal invasión las desapariciones forzadas que llegarían después a Chile, a Argentina…–?

Esa sí que es toda una contribución española que había que llevar cuanto antes a un Museo, sí señor, la pena es que se olvidasen de mencionarla…como se han olvidado de mencionar la condena penal, y castigo, del propio Mariscal Keitel, máxima autoridad militar a cuyas órdenes sirvió la División…

Nada, nada, que pase la gente por ese museo y que se la mantenga consciente y deliberadamente en el desconocimiento informativo de la clase de unidad museizada que tienen delante, como si se hubiese perpetrado actos de guerra “normales” y no actos criminales de la peor calaña contra toda la comunidad internacional.

Porque ese es uno de los mayores problemas de todo este asunto – al margen del posicionamiento poco ético y honesto a este respecto de nuestra Ministra y la desafortunada elección del lugar –, la desinformación, toda esa gente, miles de personas, que pasen por allí sin tener porque haberse especializado en derecho internacional y a la que nuestra Ministra de Defensa pueda despistar con su despiste.

El lugar de la División Azul no es, de ninguna manera, un Museo del Ejército, sino la sección de crímenes internacionales de un Museo de los Crímenes del Franquismo, aún pendiente de ser construido en nuestro país. Aunque mejor que vayan preparando un buen solar para albergarlos. El Alcázar de Toledo hubiera ido de maravilla: ningún otro sitio mejor para ubicarlo y no el del Ejército.

Y que no se olviden, de paso, de incluir el relato de todos esos crímenes de guerra y sus víctimas, en los libros de texto de todos los niveles, empezando por los de formación en las academias de las fuerzas armadas y de orden público, como dice también con normalidad Naciones Unidas (“garantías de no repetición” lo llama, aunque con el caso que se le hace en nuestro país…).

Y ni me detengo a mencionar el proyecto nazi-fascista al que dicha unidad, la División Azul, sirvió y ayudó a sostener en el tiempo… su ineludible conexión con el holocausto y todos los demás crímenes perpetrados en la Alemania nazi cada día de existencia de ese régimen al que la División Azul defendió.

De modo que lo de Carme Chacón es, por partida doble, cosa de “mala memoria”: mala memoria y olvido, de las condenas internacionales a las hazañas criminales de la banda armada “División Azul”, pero también memoria histórica de la mala, de la equidistante y sesgada, de la que no pone a víctimas y a verdugos en su respectivo lugar, que los mezcla indebidamente.

Y si para ello hay que saltarse un poco, o del todo, Nuremberg y a las Naciones Unidas, pues se saltan.

Que a estas alturas, con más de 3000 fosas clandestinas todavía llenas hasta rebosar de cadáveres y con más de 100.000 asesinatos llamados “sentencias” sin anular siquiera, no se crean que eso de pasarse por las narices las resoluciones internacionales que haga falta va a ser mucho problema para nuestra Ministra o para nuestro Gobierno, ay.



La "menestra" Chacón fue una destacada militante del grupo maoista Bandera Roja,principal base de "suministros"de militantes del grupo Zapaterista del Partido Socialista Obrero Españo.Fué su ideóloga.





miércoles, julio 28, 2010

¿Se puede echar a D10S?


A veces el fútbol nos da algunas
lecciones de vida. Si hablamos
de España, por ejemplo, desde
tiempos inmemoriales oíamos
hablar de “La furia española”, como símbolo
de su equipo nacional. Cuando mirábamos
los resultados conseguidos en base
a esa furia, comprobábamos que los logros
internacionales eran escasísimos, casi nulos
y las frustraciones eran emparchadas
con el codazo de Tassotti, el gol fantasma
de Michel, el fallo de Cardeñosa, o de Julio
Salinas, o el árbitro egipcio. Era razonable
pensar que, más allá de la anécdota,
una persona “furiosa” difícilmente razone
y pueda usar la inteligencia. Un día España
decidió dejar la Furia a un lado, quizás
por una suma de casualidades, y comenzar
a jugar el fútbol, ése que nosotros conocimos
desde siempre en Sudamérica. Y
España fue el brillante campeón del Mundo
en Sudáfrica, superando a la “furia” de
Holanda y convirtiéndose en estandarte y
ejemplo del buen fútbol en el mundo. En
cambio Argentina demostró ser el peor de
los sudamericanos, pese a reunir a varios
talentos de primer nivel, y a diferencia
del equipo rojo, fue un elenco donde cada
uno tiró por su lado. Sin ideas, sin orden,
sin conceptos tácticos, sólo basado
en que a alguno de sus mejores jugadores
les saliera alguna genialidad. El supuesto
equipo técnico encargado de dirigirlos,
armar el equipo, distribuirlos en el campo
en base a un plan inteligente, convocando
a los mejores para cada puesto, fue la
mejor demostración del compincherío, de
la improvisación, de la incapacidad, del
palabrerío vacuo e insolente, ya demostrado
en el partido contra Uruguay donde
se obtuvo a duras penas la clasificación.
La selección argentina fue la real representación
del país donde la agresividad,
la lucha por los poderes, los golpes bajos,
la falta de idoneidad, la desconfianza,
el palabrerío inútil y soez, el cabreo de
los ciudadanos son nuestra actual seña de
identidad. Y tanto en uno como en otro
terreno el mensaje que vomitan los medios
de comunicación día tras día es lo
que provoca la furia de la gente que vive
cabreada con razón o sin ella. Argentina
se ha convertido en un país de “contras”.
Los mismos medios que apoyaron
a muerte a Maradona pese a su incapacidad,
sus agravios, los negocios montados
por él y sus amigos citando jugadores al
voleo ¡para probarlos!, negociando con
representantes y llevando a jugadores
mediocres o casi ex futbolistas, esperando
que Messi ganase sólo los partidos;
y siguen defendiéndolo, trabajan en los
mismos medios que pintan todo negro,
terrible, catastrófico, para soliviantar a la
población en contra de sus gobernantes.
Los barrabravas pueden viajar a Sudáfrica,
colocar algún futbolista entre los 23 y
en casos como los de Boca, por ejemplo,
manejar el turismo y los autobuses que
visitan la Bombonera o cobrar un porcentaje
por la recaudación de Serrat y Sabina
en sus conciertos en la Bombonera para
garantizarle la imposibilidad de eventuales
disturbios. El clima es asfixiante,
angustioso. Parece haberse extinguido
la joie de vivre. El poder de los medios
en el mundo es aplastante. Desinforman
a piaccere, juegan para sus intereses y se
venden al mejor postor. Son capaces de
hablarnos durante meses de un opositor a
Fidel Castro haciendo huelga de hambre
y sus avatares, y dejan a un lado, expresamente,
el golpe de estado en Honduras
que ya sido blanqueado por Estados Unidos
y toda la prensa. Los asesinatos políticos
¡diarios! en Guatemala, Honduras,
México o Panamá no tienen sitio en las
páginas de los “medios serios”, ni en los
informativos de radio o televisión, pero
las palabras de Chávez o Morales son
maliciosamente trastocadas para servir de
caldo de cultivo a futuros golpes militares
en la región. Curiosamente, mientras el
mundo occidental se desploma en la crisis
brutal que provocaron los bancos norteamericanos
y Wall Street, la economía de
los países sudamericanos está en alza y
no deja de crecer en los últimos años, una
vez desenchufados del Fondo Monetario
Internacional y la tutela del Tío Sam.
Brasil se ha transformado en toda una
potencia, comandada por un obrero: Lula.
Argentina sigue creciendo según todos
los indicadores y pese al catastrofismo
de Clarín, La Nación y sus subsidiarias.
Cuando el país se hundía y se malvendían
todos los bienes del Estado, esos
medios eran los que más aplaudían. Así
se quedaron con el monopolio de Papel
Prensa, después que los militares del
“Proceso” aplicaran gravísimos tormentos
a quien detentaba la mayoría de sus
acciones: Lydia Papaleo, obligándola a
firmar el traspaso y a exiliarse con sus
hijas. En cambio la viuda de Noble, propietaria
del emporio Clarín, beneficiada
por Martínez de Hoz, Cavallo, Menem
y Duhalde, recibió otro regalito: dos niños
a cuyos padres habían previamente
torturado y asesinado los obsequiantes.
Ella dice “que los encontró en una canastita
en la puerta de su casa”¿Qué
autoridad moral tienen estos medios para
predicar sobre los aciertos o desaciertos
de los gobiernos del país? ¿O para aconsejarnos?
¿Cómo podemos creer en sus
catastróficos editoriales diarios? Mariano
Moreno ya nos decía en La Gaceta:
“La verdad, como la virtud, tienen en sí
mismas su más incontestable apología;
a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen
en todo su esplendor y brillo…”

martes, julio 27, 2010

Para el frio del sur y el calorcito del norte

Espaguetis con pez espada, berenjena y tomatitos

Por: Mikel López Iturriaga

Espaguetis pez espada berenjena tomatitos

Puedo afirmar y afirmo que Sicilia es una de las regiones de Europa donde mejor se come. Sólo he estado una vez, hace año y medio y durante una semana, y el porcentaje de jamadas memorables fue más o menos de ocho sobre diez. No sólo cuentan con una materia prima excepcional, especialmente el pescado, sino que su cocina es un fantástico cruce de las tradiciones de la Italia sureña con la herencia de la dominación árabe.

De todos los platos que probé, hubo cuatro que me parecieron inolvidables: los arancine, una especie de croquetas de arroz rellenas; la caponata, ensalada cocinada de berenjena, tomate, apio, aceitunas, pasas y anchoas; una pasta con erizo de mar que tomé en el restaurante La Posata di Federico en Agrigento por la que podría llegar a asesinar, y varias sesiones intensivas a cual más gloriosa de espaguetis con pez espada, celebradas por toda la isla.

lunes, julio 26, 2010

COMO VIERON EN BRASIL LA MUERTE DE EVITA

26 de julho de 1952 – Argentina chora por Evita



No dia 26 de julho de 1952 o povo argentino ficou órfão de sua eterna mãe. Eva Perón, a primeira-dama do país, o mito, a protetora e representante fiel dos “descamisados”, morrera vítima de um câncer, gerando consternação geral. O povo chorou durante 14 dias, o tempo de duração de seu prolongado velório e, depois de ter se despedido da “Santa”, um vazio sofrido restou no coração argentino.

Junto com Juan Domingo Perón, Evita, como era chamada pelo povo pobre, era o símbolo do populismo na América Latina, em meados do século passado. Sua figura carismática, bonita e imponente apaixonou os “descamisados”, conseguindo o importante apoio para que seu marido fosse eleito à Presidência da República, em 1946. Na campanha eleitoral, Evita foi quase publicitária. Marchou junto aos pobres e popularizou a imagem do homem que a conquistou apenas com um olhar. Nascida em família pobre, Eva sempre sonhou em ser famosa: atriz ou cantora. Casar, só se fosse com um Presidente. Seu sonho se tornou realidade.


Quando Juan Perón ocupou o mais alto cargo do Executivo, Evita assumiu a Secretaria do Trabalho e, depois, criou a Fundação Eva Perón que rapidamente se transformou numa gigantesca organização de amparo social. Evita trabalhava horas a fio atendendo a filas de operários e pessoas humildes que iam à Fundação pedir ajuda de diversas naturezas. Foram surgindo hospitais, asilos, casas de trabalho para mulheres nas grandes cidades, abrigos para desabrigados, restaurantes baratos, cujos déficits eram cobertos pelos lucros de restaurantes de luxo. Evita tornou-se uma pessoa querida, uma mulher respeitada e admirada pela população.


Em 1950, no entanto, sua fortaleza começou a sofrer abalos. Evita sentia-se mal e a medicina da época não sabia diagnosticar sua doença. Dois anos depois, apenas, desconfiaram de câncer no útero, mas não havia nada que pudesse ser feito. Eva Perón, assim, foi vencida pelo mesmo mal que matara a primeira mulher de seu marido.

sábado, julio 24, 2010

EL SAINETE DE LOS "DEL CAMPO"


Por Alfredo Zaiat

Han pasado dos años del fracaso oficial de establecer por ley la Resolución 125 de retenciones móviles y compensaciones a pequeños productores. En la mayoría de los acontecimientos políticos, la evaluación sobre impactos económicos y sociales requiere de cierta perspectiva histórica, que no es otra cosa que el paso del tiempo. Dos años es un lapso breve para un análisis en ese sentido pero suficiente, en esta oportunidad, para revelar que esa medida hubiera sido beneficiosa en términos económicos para los pequeños productores. Esta conclusión no se descubre por algún informe del Gobierno sobre las alícuotas de las retenciones que estarían vigentes en caso de haberse aprobado la 125, sino por la propia acción parlamentaria de grupos políticos y patronales del sector que combatieron esa resolución y hoy proponen en el Congreso retenciones segmentadas.

La distancia permite, en cambio, observar con más nitidez que la reacción contra la 125 no fue un fenómeno espontáneo e inesperado, como entonces muchos analistas se tentaron de mencionar como explicación de lo que consideraron una improvisación del Gobierno que derivó en semejante conflicto. Esa violenta oposición a las retenciones móviles, con prolongados cortes de rutas y desabastecimiento de alimentos a centros urbanos, expresó la resistencia que se estaba acumulando contra la política de intervención estatal en un sensible mercado que afecta el presupuesto de la población vulnerable. Esto no implica minimizar ciertas deficiencias de la administración kirchnerista en su vínculo con el sector. Su política agropecuaria descansaba sólo en que un dólar alto, precios internacionales en alza y la licuación de pasivos bancarios actuarían como exclusivos dinamizadores, descuidando la necesidad de construir una estrategia específica para cada uno de los actores de esa actividad.

Ese masivo rechazo fue alimentado con insistencia por los grupos conservadores y más reaccionarios del campo desde 2004. Esto queda bien explicado en un esclarecedor libro de Sebastián Ortiz, La patria terrateniente. Entre los muchos y detallados relevamientos de opiniones y proclamas, este historiador rescata un editorial de La Nación sentenciando que “nuestra historia de la intervención del gobierno en los mercados es tan copiosa como nefasta. Mucho más cuando se trata de la carne vacuna” (29 de abril de 2006). Se señalaba que pese a las abundantes regulaciones estatales existentes en el pasado, remarcando las registradas en los gobiernos de Juan Domingo Perón, “nunca se había recurrido al sorprendente y altamente perjudicial expediente de prohibir las exportaciones”.

La constante agitación política iniciada en 2004 fue impulsada por las principales entidades patronales del agro con protestas descentralizadas a nivel regional. Ortiz explica que “la organización de una suma de acciones más radicalizadas desplegadas en diversos puntos del interior, y protagonizadas por los nucleamientos más cercanos a la base (niveles distrital, municipal o provincial), pero con apoyo abierto de las entidades nacionales (CRA y SRA), permite decir y hacer a estas organizaciones menores lo que las representaciones nacionales no dicen y hacen aún”. Esa estrategia fue hasta marzo de 2008. Ortiz menciona que, desplegándose en lo profundo de la Pampa Húmeda, “esa descentralización y el paso a la acción directa fueron en búsqueda de un clima propicio para una acción mayor”. Condiciones políticas y sociales que se presentaron en el momento del anuncio de la Resolución 125.

En el prólogo de ese libro, el historiador Norberto Galasso destaca que Ortiz observa con pertinencia los cuatro años de conflicto 2004-2008 para relatar “de qué modo se va iniciando la confrontación, de qué manera los altos precios de nuestros productos de exportación generan fabulosas ganancias y cómo el Estado ha debido intervenir pues de otro modo nuestros “esforzados hombres de campo” venderían toda su producción en el exterior, salvo que los argentinos estuviésemos dispuestos a pagarles internamente los altos precios del mercado mundial”. Galasso observa lo que es evidente, aunque oculto por el poder hegemónico que moldea el sentido común: para los empresarios, del campo y de la industria, un gobierno funciona bien si permite que ellos se queden con ganancias extraordinarias y funciona mal si formula una política económica que interviene para afectarla en una pequeña porción para redistribuirla. “Se advierten, además, no sólo los rasgos corporativistas del planteo de los terratenientes –que arrastra tras de sí a los medianos productores–, sino también de qué modo la mayor parte de la dirigencia política se convierte en portavoz de sus intereses”, ilustra Galasso.

Esa compleja dinámica económica y social alcanzó su clímax en la frustrada 125, con su posterior expresión política en la elección de medio término del año pasado que culminó en la constitución de un bloque de agrodiputados. La sucesión de pronósticos apocalípticos para instalar miedo en la sociedad y confundir sobre la situación sectorial fue –y sigue siendo– la característica más notable de los dirigentes agropecuarios. El archivo es una potente herramienta para rescatar de esa nebulosa agromediática los casos del trigo, la ganadería y la lechería. Esas actividades enfrentarían un año terrible, según las proyecciones realizadas por los máximos dirigentes de la ahora agrietada Mesa de Enlace, derivando en la necesidad de importar trigo carne y leche. Vale la pena realizar el ejercicio de contrastar pronósticos con realidad en cada una de esas actividades productivas:

-Trigo.

Pronóstico: En junio de 2009, Biolcati pronosticó que en 2010 el país iba a tener que importar trigo y que la intención de siembra sería “la más baja de los últimos años”. “Difícilmente se llegue a las 2,5 millones de hectáreas sembradas”, afirmó en La Nación del 9 de junio de 2009.

Realidad: De acuerdo con el informe de Estimaciones Agrícolas Mensuales del Ministerio de Agricultura, a junio de 2010, en la presente campaña el área sembrada se ubicará en 4,4 millones de hectáreas. Se proyecta que la producción actual casi duplicará a la anterior, que se ubicó en 7,5 millones de toneladas. El total se ubicaría en 12 millones de toneladas. O sea, no se importará trigo.

-Carne.

Pronóstico: A mediados de 2009, los máximos dirigentes de la SRA y FAA aseguraron que este año se iba a tener que importar carne. “La Argentina va a celebrar el Bicentenario comiendo carne uruguaya”, aseguró Biolcati en La Nación del 20 de julio de 2009. Por su parte, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, dijo que “Argentina tendrá que importar carne en 2010”, en la revista Noticias de ese mismo día.

Realidad: Hay una recuperación de precios de la hacienda liviana, con valores que llegan a los 9,0 pesos/kg vivo, cuando el año pasado ese valor se ubicaba cerca de los 3,5/kg. También se verifica una mejora en la oferta forrajera debido a las condiciones climáticas favorables. La ganadería es un negocio rentable, lo cual se evidencia en la reversión de la faena de hembras y en el inicio de un proceso de retención de vientres: en mayo la proporción de hembras en la faena total descendió a 43,8 por ciento. Esas condiciones permitirán recomponer el stock ganadero en el mediano plazo. El mercado interno, a su vez, está plenamente abastecido sin necesidad de importar carne.

-Leche.

Pronóstico: Buzzi sostuvo que “no alcanzará la leche para abastecer la mesa de los argentinos en el mediano plazo” y pronosticó que “estaría en peligro el abastecimiento local en 2011”. Responsabilizó al Gobierno por esta situación, a quien acusó de implementar “malas políticas” que llevan al cierre de tambos, en declaraciones a la revista Noticias del 20 de julio de 2009.

Realidad: Luego de atravesar en 2009 un período de fuerte sequía y precios internacionales bajos, este año la lechería recuperará terreno gracias al repunte del mercado internacional y las mejores condiciones climáticas. La producción de 2010 se ubicará alrededor de los 10.300 millones de litros, lo que permitirá abastecer plenamente al mercado interno, cuyo consumo total se estima en 8000 millones de litros. No habrá necesidad de importar leche.

La 125 ya es historia, con las enseñanzas, debilidades y sorpresas que dejó como balance un conflicto traumático. Pero no lo es la persistencia de los representantes patronales de los grupos económicos y sociales privilegiados, con el acompañamiento de fuerzas políticas conservadoras, de adulterar el estado de situación de uno de los sectores más rentables y dinámicos de la economía local.



viernes, julio 23, 2010

LOS GAYEGOS SE RAJAN(y ahora que hacemos...?)

Cien mil españoles abandonaron el país por la crisis.....y ahora que hacemos?

Los mismo no los dejamos entrar como hacen ellos o a lo mejor expulsamos a los tres millones de Argentina.

Según informaron los medios hispanos, 102.432 españoles abandonaron el país en 2009, en medio de la fuerte crisis económica internacional y antes de los anuncios realizados este años por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero de fuertes ajustes. América sigue siendo el destino favorito de los emigrantes.

La crisis española y la falta de empleo provocó un éxodo masivo.
El diario El Mundo informó que 102.432 españoles abandonaron el país en 2009, en medio de la fuerte crisis económica internacional y antes de los anuncios realizados este años por el presidente Zapatero de fuertes ajustes. América sigue siendo el destino favorito de los emigrantes.

Según informó el diario español, el continente americano es el elegido por seis de cada 10 españoles. Europa es el segundo lugar favorito de emigración y ya recibe a más de medio millón de emigrantes.

Pero Asia pisa fuerte y es el continente donde la comunidad emigrante creció un 16%.

Kirchner y Menem, un solo corazón

El editor del blog no coincide con este artículo,pero recuerda una frase que repetía su padre,andaluz de Jayena(Granada),un pueblo con larga tradicion de cestería de mimbre.
""Las mejores cestas se hacen usando mimbres secos y mimbres podrídos,solo que hay que saber trenzarlos""
En el libro del refranero popular andaluz figura textual.


Carlos Reymundo Roberts
LA NACION

Probablemente el país no termine nunca de valorar y agradecer lo suficiente el extraordinario aporte del peronismo a la unión de los argentinos.

Es sabido que su fundador ha cobijado, bajo el manto omnicomprensivo del gran movimiento, a grupos que iban de la extrema derecha a la extrema izquierda, a familias patricias de Barrio Norte y a descamisados sin apellido, a López Rega y a Firmenich. Sólo el peronismo es capaz de haber tenido a su servicio, simultáneamente, a los Montoneros y a la Triple A. Todas las razas y religiones políticas encuentran su lugar en la barca de Perón, a excepción de yanquis y marxistas (que tienen que ponerse en lista de espera).

Qué notable: Rucci era recontra peronista y también se decían peronistas los que lo acribillaron a balazos. Desde el principio de sus tiempos, en el PJ hay lugar para todos y para cualquiera, porque no hay diferencia que no pueda ser superada por el apellido común: peronista.

En esa barca han viajado, o viajan, Isabelita Perón y Cristina Kirchner (bueno, esta última sin excesivo entusiasmo), Hugo Moyano y Domingo Cavallo, Guido Di Tella y José Pablo Feinmann, Carlos Kunkel y Aldo Rico.

Guillermo Moreno es peronista y a Mauricio Macri, que está en las antípodas, le encantaría serlo. Aníbal Fernández y Francisco de Narváez son peronistas. Scioli fue peronista con Menem y con Duhalde, y ahora es peronista con Kirchner y con el que haga falta. Cobos quiso ser peronista, y durante un tiempo casi lo consiguió. El diputado Federico Pinedo está cerca: es pronista. Alfonsín soñó con la pata peronista para su tercer movimiento histórico. Todos los caminos, en fin, conducen a la Roma de Perón, tierra de coincidencias, de amalgamas, de sintonía.

El último ejemplo de la fuerza aglutinadora del PJ es la flamante convergencia de Néstor Carlos Kirchner y Carlos Saúl Menem, dos almas distintas, dos hombres incluso opuestos, dos espíritus genéticamente enfrentados. Todo los distanciaba y nada los unía hasta que, otra vez, el imán irresistible del efluvio peronista -un fenómeno difícil de definir, pero de poder innegable- los puso en la misma vereda. Así, donde antes había lucha ahora hay conjunción, donde había distancia hay comunidad de intereses.

Néstor Carlos y Carlos Saúl, dos caudillos hechos en la bravura del interior profundo, de pronto deponen armas y se reconcilian en el Senado (como volvió a quedar demostrado la semana pasada a propósito del debate sobre el matrimonio gay), y no queda otra explicación, para los que seguimos el espectáculo desde afuera, que la fuerza beatífica de la doctrina común.

La dimensión de este gesto está dado no tanto por el aspecto más personal -finalmente, hasta el impetuoso de Batman se llevaba bien con el fino de Robin-, sino más bien por lo que viene detrás. Con ellos, con Carlos y Néstor, se reconcilian -y la historia se pone de pie- el neoliberalismo con las Madres de Plaza de Mayo, la década del 70 con la del 90, los indultos con el museo de la ESMA, la Sociedad Rural con Carta Abierta, Bernardo Neustadt con Horacio Verbitsky, el cohete intergaláctico con el tren bala, María Julia con Cristina, Alberto Fernández (ex funcionario de Menem) con Alberto Fernández (ex jefe de Gabinete de los Kirchner), el 1 a 1 con el 4 a 1, el mercado con el Estado. El que la tiene más fácil es Amado Boudou: él fue liberal en los 90 y ahora le sale con toda naturalidad ser exactamente lo contrario.

Carlos y Néstor han indicado, pues, con su actitud, el camino por seguir: a partir de ahora se borran las diferencias entre los Bush, amigos del riojano, y Chávez, amigo de los Kirchner; entre Anillaco y El Calafate, entre Aerolíneas Argentinas privatizada y AA reestatizada. ¿Cuánto falta para que Zulemita se sume a las huestes de La Cámpora, comandada por el hijo de los Kirchner? ¿Cuánto para que los viernes en Olivos no se juegue un picado de fútbol sino unos hoyitos de golf? ¿Cuánto para que Carlos Corach se convierta en Karlos Korach? Alberto Kohan sorprenderá en cualquier momento: "Yo siempe fui K".

Es cierto que hay otras cosas, tan propias de las dos eras, que no cambiarán: los helicópteros y aviones privados, las fortunas amasadas no gracias al poder sino a un esforzado trabajo de sol a sol, el sacrosanto respeto por la independencia de la Justicia, el celo para no interferir en el Congreso, el uso de los fondos reservados de la SIDE sólo para tareas de alta inteligencia.

Qué maravilla: los dos viejos líderes vienen a descubrir, a la vuelta de tantas batallas, que en realidad tienen muchísimas cosas en común y que finalmente la historia los va a encontrar más unidos que dominados (por la ira). Es sobrecogedor: Néstor, que le dio vuelta la cara cuando Carlos juró como senador, últimamente, ante las decisivas batallas en el Senado, lo hace llamar, cuidar, proteger. Aníbal Fernández, antimenemista serial durante todos estos años, vuelve sobre sí y nos dice que siempre tuvo un enorme respeto por el ex presidente. Entrañable actitud.

El video de YouTube que muestra al gobernador Néstor elogiando al presidente Menem y poniéndolo a la altura del mismísimo Perón, pornografía política durante todo el pingüinato, probablemente será rehabilitado. Y difundido una y otra vez en 6,7,8 .

Ya lo dijo el General: para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Para Carlos no hay hoy nada mejor que Néstor, y para Néstor, nada más necesario que Carlos. El gesto debería ser visto como musa inspiradora en los faustos del Bicentenario. Si ellos pudieron, el país puede. Néstor y Carlos, un solo corazón. Perón lo quiso. Perón lo hizo.

martes, julio 20, 2010

ESPAÑA,HIJA DE LA "NUESTRA"


Por Luis Soto


El nuevo campeón mundial y la historia de “la nuestra” a “la vuestra”





















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Transcurrieron infinidad de amaneceres desde la noche del 2 de febrero de 1536 en que Pedro de Mendoza, sofocado por 41grados de fiebre, hizo efectiva la fundación de Santa María de los Buenos Ayres. El reino de España se erigía en manoseado lugar común: la Madre Patria, pues la ciudad estaba destinada a ser “cabeza de Goliat” del virreinato y lo sería de la nación. Exactamente 173.162 días pasaron hasta el 7 de julio de 2010. La selección española de fútbol enfrentaba a la alemana en una semifinal del Campeonato del Mundo. Eliminado el equipo argentino, el cronista se prendía al encuentro. Luego del traspié ante Suiza había vuelto a apreciar el estilo de juego que ha erradicado los ventarrones de “La Furia”, característicos de España hasta su victoria en la Eurocopa 2008. Ahora el juego se basa en combinaciones de pases que llegan a ras del suelo al pie del compañero, depurada, elegante técnica para conservar la pelota, variedad de toques, de pronto una pared, una corrida, el centro hacia atrás. Con Iniesta y Xavi, con sus miradas y su aire de curitas de sotana arremangada.
“La nuestra”. Una invitación a gozar de las jugadas a la par de los goles. Bebió un sorbo de jerez el cronista y en ese momento surgió el hallazgo: España se ha convertido -futbolísticamente y sin sentido peyorativo- en Hija Patria. Por el contrario, significa un ascenso. Y conduce a una reflexión: ¿en qué medida ha obrado en esta metamorfosis la actuación en el Camp Nou o el Bernabeu de decenas de calificados especialistas argentinos?
El ingreso de Alfredo Di Stéfano al Real Madrid (1953-1964) marcó una trasformación del fútbol español. Hasta esos años los ídolos de la afición eran el “Divino” Zamora, legendario guardameta, y Telmo Zarra, un extraordinario goleador vasco de furibundos shots con ambas piernas y bestiales cabezazos. Di Stéfano creció hasta alcanzar estatura de crack. Quienes admiraron su capacidad de lograr un quite en posición de zaguero y, tras un pique fantasmal, aparecer en el área rival para rematar la maniobra, no dudan en situarlo entre los cinco mayores futbolistas de todos los tiempos. Maradona, Pelé, Cruyff, la “amenaza” de Messi, son nombres ante los que no empalidece el de Di Stéfano, considerado maestro y genuino prócer del deporte hispano.
Entre las derrotas de nuestra selección de 1958 y las de 1974 sobrevendría un período de estancamiento del fútbol argentino. Déficit registrado sólo en certámenes de selecciones internacionales, ya que Estudiantes de la Plata, Independiente y Racing obtuvieron resonantes triunfos en los más importantes torneos interclubes. Los lauros mundiales de 1978 y 1986 facilitaron el acceso de la selección blanquiceleste a la elite europea. Y llovieron las contrataciones.
Arribaron Brindisi, Maradona, Ortega. Las tácticas férreamente defensivas llevaban a los DT de la época a reclamar el riguroso cumplimiento de funciones de destrucción del juego adversario a la par de las creativas y de ataque. Dualidad que asqueaba al entonces rebelde jugador argentino. Maradona padeció obsesión y rebeldía, no rindió pleno en Barcelona. Liberado de esas ataduras su genio deslumbró en Nápoles
Favorecido por su posición en la cancha -un número cinco sui generis de los “merengues”- Fernando Redondo brindó auténticas lecciones en materia del trato de la pelota. Quite, pisada, amague, caño necesario, pase de distracción o de gol, siempre de cabeza alta y con porte y garbo de elegido. Después asomaron los pibes de José Pekerman: Aimar, Cambiasso, Sorín, Ibagaza, Agüero. La embajada mostró un ejemplar inédito: Juan Román Riquelme. Otra víctima en Cataluña de la severidad de un coach. El “Nápoles” de Riquelme fue el Villarreal, modesta entidad de provincia a la que su talento -rodeado por transpiradores de camisetas y algún diestro partenaire- elevó a un cuarto puesto en la Champion League. ¿Cuál hubiera sido el rendimiento de estos jugadores en un equipo dirigido por Josep Guardiola, y qué decir si los juntaban a Iniesta, Xavi y Messi? Por la cercanía en el tiempo de sus carreras quizás hayan sido Redondo y Riquelme los referentes que sustentaron este cambio. Uno y otro fueron vistos y son citados por esta camada de excelentes jugadores españoles.
En el orden histórico y cultural la influencia ejercida por España sobre nuestro país ha sido poderosa y a menudo negativa. Sectores indigenistas mantienen su lucha para que el llamado Día de la Raza no se reduzca a un canto a la conquista. Hubo muertes en masa, explotación, desprecio y persecución de las culturas nativas. Nos han dado mucho: desde el obispo Lué a Joan Manuel Serrat, pasando por Margarita Xirgu y amables almaceneros de notable parecido físico a Vicente del Bosque.
Por nuestra parte, dimos angélicos Quijotes, generosidad filial entre 1936 y 1950, espléndidos escritores (para muchos críticos insospechables, Borges ocupa la cumbre de la literatura castellana) y mediocampistas de toque y ponga. No ha sido España una madre ideal. Lo que hemos gastado en honorarios a los Pichón-Rivière y Pavlovsky, empeñados en ordenar esa relación… Pero es nuestra vieja. Y este desdoblamiento en Hija Patria nos reconforta y da revancha
Un asturiano que veía España-Holanda en un barsucho de Avenida de Mayo sintetizó el fenómeno: “Eso que llamáis ‘la nuestra’, pues ha dejado de ser sólo vuestra”.

QUE TE DEN MORCILLA....


Hay países curiosos,donde pasa de todo.
Este donde vivo,de momento,España,es uno de esos.Y no digo que no haya otros,que haberlos,hailos,como las meigas gallegas.
Veamos un ejemplo.
La "mítica"Marbella(mítica para una legión de descerebrados argentinos que se creen que alguna vez deben peregrinar a esa mierda de "ubre",que no urbe)tuvo un alcalde delincuente llamado Jesús Gil,que le cedió el mando a otro tarumba también mítico,de nombre popular "Pachuli".
Este robó todo lo que pudo y debido a ellos una tonadillera de poca monta, se acercó a él y constituyeron una también"mítica" pareja.
En España todo es "mítico",desde el asesino que los gobernó,llamado Franco,hasta las putillas que rodean a los futbolístas.
Hasta ahí,me dirán,hay lugares peores,como la Carla Bruni con Sarkozy o el Berlusco con las velinas..............
Nada,todavía hay algo más difícil en Spain,y es que ese delincuente ex-alcalde cobre por posar en pelotas en la revista más famosa del país,la "mítica"Interviu,estando de permiso penitenciario,porque debería estar preso por chorizo,chorro,ladrón,estafador,mentiroso y mil cosas más.
El sujeto de marras,sesentón largo,con prominente busarda,lleno de grasa,analfabeto porque antes de ser alcalde fue un simple camarero de chiringuito de playa(con perdón de los camareros),que no sabe firmar,estampa el pulgar,y es ya"leyenda".
Vengan a España,a Marbella y así lo ven antes volver a entrar en prisión.
España es "mítica",si señó.

Italo Calvino: El reposo del viajero. Por Juan Forn

Italo Calvino: El reposo del viajero
Por Juan Forn

El veneciano Marco Polo en realidad era croata. Por eso le simpatizaba tanto al sanremés Italo Calvino, que en realidad era cubano, aunque antes de cumplir los dos años volvió con sus padres a San Remo, ciudad que por entonces era tan poco italiana que los diarios de Niza llegaban cada mañana antes que los de Milán o Turín. Tan poco italiana era San Remo que el padre de Italo Calvino cultivaba allí (en la Estación Experimental de Floricultura que fundó) pomelos y paltas. Marco Polo volvió de la China con frutas igualmente exóticas, pero los genoveses, que no querían nada a los venecianos y los acusaban de mentirosos incorregibles, mandaron a Marco Polo a la cárcel, y allí él dictó un detallado relato de sus viajes. En su lecho de muerte, cuando sus seres queridos le rogaron que confesara si de verdad había llegado hasta la China y tratado con el Khan (el honor de la familia estaba en juego), Marco Polo tuvo tiempo de lanzar una última carcajada y decir: “Es todo cierto. Pero sólo les conté la mitad de lo que vi”. Cualquiera que haya leído Las ciudades invisibles sabe que Italo Calvino reunió en ese libro la otra mitad de los viajes de Marco Polo, tal como éste se los relató al Khan. Pero también Calvino se abstuvo de incluirlo todo. Dejó fuera cuatro ciudades, que pertenecían a cuatro órdenes imperiales diferentes: el soviético (con Moscú como epítome), el norteamericano (con Nueva York como síntesis), el Japón (con Tokio como summa) y París, la ciudad europea por antonomasia.

Italo Calvino no tuvo lecho de muerte. Murió sentado, escribiendo, de un derrame cerebral que no le produjo ningún sufrimiento, pero lo privó de soltar una última sonrisa desde el lecho antes de confesar a sus seres queridos dónde había dejado el relato de esas cuatro urbes no incluidas en Las ciudades invisibles. Por suerte, los seres queridos de Calvino, su esposa argentina Chichita Singer, y la hija francesa de ambos, la bellísima Giovanna, reunieron en un libro póstumo sus papeles autobiográficos, que titularon Eremita en París. Y así fue como sus lectores pudimos saber dónde había camuflado Calvino el relato de las últimas cuatro ciudades invisibles que el Khan habría querido que Marco Polo le describiera.

Como se sabe, Calvino se hizo comunista con los partisanos de las montañas del Norte de Italia, a quienes se sumó cuando tenía 16 años. Terminada la guerra, cuando hizo su primer viaje por los países socialistas (ya había decidido ser escritor, por influjo del gran Cesare Pavese, quien también le aconsejó que dejara testimonio de aquel viaje a Rusia), “anoté casi exclusivamente observaciones mínimas de la vida cotidiana en el socialismo. Esa manera no monumental de presentar la realidad soviética me parecía la menos conformista y, al mismo tiempo, la más útil para transmitir lo que veía allá a mi generación. Ese lenguaje no-oficial, que intenté que fuese sereno, apaciguador, atemporal y hasta apolítico, era en realidad mi manera de defenderme de una realidad a la que no sabía dar nombre, en la que presentía drama, tensión, desgarramiento. Mientras recorría las ciudades socialistas me sentía raramente a disgusto, extraño, hostil. Pero cuando el tren me devolvió a Italia, me pregunté: en esta Italia ¿qué otra cosa podría ser, si no comunista?”.

Poco tiempo después, ya convertido en el autor de la exquisita trilogía Nuestros antepasados (conformada por El Vizconde Demediado, El Barón Rampante y El Caballero Inexistente), Calvino recibe una invitación para conocer Estados Unidos. Lo primero que pide es conocer Wall Street. En una visita guiada a Merryll Lynch ve su primera computadora (“increíble que hayan inventado un cerebro electrónico y lo usen para acumular capital”) y pronostica a sus amigos: “El día que surja una generación que no coloque el dinero por encima de todo, Estados Unidos saltará por los aires”. En la fábrica de IBM se sorprende de que no haya sindicato y sí, en cambio, fotos por todas partes del fundador y director general de la empresa. En una visita al Departamento de Estado, un jefe de relaciones públicas le explica así su rol: “Nuestra tarea es crear noticias y lograr que se publiquen. En la oficina de al lado hay otra agencia cuya tarea es prevenir y reducir el impacto de noticias desfavorables”. El año es 1959. Los soviéticos ya han sofocado en Hungría el sueño de un socialismo con rostro humano y Calvino es uno de los tantos europeos de izquierda que han roto su carnet del PC. Cuando le piden en Nueva York que se defina políticamente, dice: “Me considero un ciudadano ideal de un mundo basado en el entendimiento entre los EE.UU. y la URSS. Si entre ambos pudieran ponerse de acuerdo para resolver los problemas del mundo subdesarrollado, su pregunta sería ociosa”.

Para Calvino había una relación directa entre su incapacidad para vivir más de diez años en la misma ciudad y su necesidad de escribir libros que fuesen lo más distintos posible entre sí (“Además del libro que voy a escribir, cada vez debo inventarme también al autor que lo escribe”). Después de San Remo, Turín, Roma y Milán, Calvino se instala con su mujer y su hija en París. Su departamento tiene acceso tan directo al aeropuerto de Orly que le lleva menos tiempo llegar a Milán que hasta el centro de París en hora pico. “Las ciudades se están transformando. Está próxima la época en que se podrá vivir en Europa como en una única ciudad, en que los pequeños desplazamientos tomen más tiempo que los viajes a otro país.” Los viajes, el espíritu Marco Polo, han quedado atrás. Calvino vivía en París como alguien vive en su casa en el campo: retirado del mundo. La ciudad sólo le funcionaba ya como libro de consulta: entrar en una vinería o quesería era como sumergirse en una enciclopedia de quesos o vinos del mundo.

Esa actitud se hace patente cuando tiene la oportunidad de conocer Japón, un par de años antes de morir. Las aglomeraciones, los rascacielos, los adelantos tecnológicos le llaman menos la atención que un templo en las afueras de Tokio que ofrecía una vista maravillosa sobre el mar hasta que el gran maestro del té Rikyu hizo plantar dos setos que ocultaban enteramente el paisaje y a sus pies hizo instalar un bebedero de piedra. Cuando el visitante se inclinaba para tomar agua, primero veía su propio reflejo en el agua que sostenían sus manos. Y al alzar la vista mientras bebía, encontraba el único punto entre los dos setos que dejaba ver en la lejanía la inmensidad del mar.

Al final de Las ciudades invisibles, el Khan decía que todo relato era una distracción inútil ya que la última ciudad que todos conoceríamos era el infierno. A lo que Marco Polo contestaba: “El infierno no es algo que será. Ya existe aquí; lo habitamos todos los días; lo conformamos todos juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera, fácil, es aceptar el infierno, volverse parte de él hasta ya no verlo. La segunda exige aprendizaje continuo: consiste en hallar quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y darle espacio, y hacerlo durar mientras vivamos”.

lunes, julio 19, 2010

LA JUSTICIA DA RISA

LAS CIFRAS SON SIMILARES EN EL CASO DE LA EXPRESIÓN "HABEAS CORPUS"

El 85% de los jueces españoles no sabe qué significa “con la venia, señoría”

Publicado el 16 de Julio de 2010 por Kike García

Una aplastante mayoría de jueces españoles reconoce ignorar qué significa la expresión “con la venia, señoría”. Lo revela en un comunicado la Fundación para el Estudio de los Jueces Españoles (FEJE), que ha realizado encuestas anónimas a 321 jueces de todo el país. De entre los letrados que “creen saber” qué significa la expresión, al menos un 70% sostiene que es “algo de leyes” mientras que el resto cree que hace referencia a un cóctel y es algo así como “a su salud de usted”.

Una aplastante mayoría de jueces españoles reconoce ignorar qué significa la expresión “con la venia, señoría”. Lo revela en un comunicado la Fundación para el Estudio de los Jueces Españoles (FEJE), que ha realizado encuestas anónimas a 321 jueces de todo el país. De entre los letrados que “creen saber” qué significa la expresión, al menos un 70% sostiene que es “algo de leyes” mientras que el resto cree que hace referencia a un cóctel y es algo así como “a su salud de usted”.

Los datos, sin embargo, cambian radicalmente cuando las respuestas dejan de ser anónimas. En este caso, ningún juez parece ignorar el significado de “con la venia, señoría”. “La venia es la idea de justicia. Algo muy bonito y difícil de explicar. De hecho, dudo que alguien que no fuera un juez pudiera entenderlo”, dice un encuestado de Málaga que asegura que también entiende el significado de “receso”. “Viene del César, porque el derecho romano es muy importante”, aclara.

El informe de la FEJE certifica que las respuestas obtenidas por parte de los letrados son todas dispersas e incoherentes entre sí. “El significado de ‘con la venia’ parece ser un secreto que pasa de boca de juez a oreja de juez. Te lo revelan el día en que te dan las mangas de ganchillo que te acompañarán durante toda tu vida profesional”, explica un juez catalán.

De hecho, un 5% de los jueces asegura que “la venia” se refiere precisamente a la prenda de ganchillo que sus señorías llevan en los puños. Otros creen que es el mote de la señora de la limpieza del Tribunal Constitucional. “La queremos mucho y por eso la citamos en los juicios, a modo de homenaje y para que vea que siempre la tenemos presente. Estar con la venia es estar con las clases menos pudientes”.

Algunos expertos aventuran que “con la venia” es un código que usan los letrados para dirigirse al juez y que en realidad lo que quiere decir es “me estoy orinando”. Cuando se ha dicho varias veces, el juez entiende que es necesario hacer una pausa o terminar el juicio con premura.

¿EL MUNDIAL LO GANO FRANCO?


La furia española
Marcos Roitman Rosenmann

El franquismo creó un relato mítico del cual se valió para justificar el alzamiento contra la Segunda República. Los españoles, se dirá, están imbuidos de una sustancia que les hace inmunes al desaliento. Las grandes gestas de su historia sólo se pueden explicar recurriendo a dicho relato. Por consiguiente, el comienzo de la reconquista por don Pelayo, en el año 718, tendrá continuidad en la figura de don Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como Cid Campeador, cuyo triunfo en Valencia (1094) lo convierte en gran señor de la lucha contra los moros. De su persona se extrae un compendio de virtudes, las cuales pasarán a formar parte de la historia explicada a los niños durante la dictadura. Fuerte, leal, justo y valiente, prudente y templado, guerrero y culto. Así, el mito cobra fuerza. Más tarde, la reconquista, tras ocho siglos, llega a su fin con el triunfo de los reyes católicos al tomar Granada, último fortín musulmán. Desde ese momento, España, como Estado, tiene una misión que cumplir y los españoles una razón para vivir. La conquista de América le dará esa necesaria cuota de mesianismo. La espada y la cruz. Es el destino que alumbra el nacimiento de una identidad suprahistórica. El propio Francisco Franco se encargará de reforzar el mito de la furia. Bajo el seudónimo de Jaime de Andrade, escribe un guión adaptado para el cine, donde se refleja el espíritu valiente, abnegado que identifica al español de virtudes católicas. Su título es expresivo: Raza.

Los esfuerzos no caerían en tierra baldía. La furia se transformó en una cruzada santa contra el comunismo internacional y sus sempiternos aliados, la masonería y los judíos. El destino obligaba a realizar otra gesta. Evitar la ruptura de España. Tras el fin de la guerra civil, Franco se convirtió en caudillo de España por la gracia de Dios. El golpe de Estado de 1936 se puso al mismo nivel que las acciones emprendidas por Pelayo, el Cid y los reyes católicos. Franco era la unidad de destino en lo universal de la raza española. Tenía poderes sobrenaturales. España podía sentirse orgullosa y segura. Ni las condenas internacionales, ni el aislamiento, eran obstáculos para mantener el camino de muerte y represión trazado por el régimen fascista. Como dirían sus acólitos: después de los reyes católicos, Francisco Franco. Bajo su égida, los españoles retomaron la senda de la espiritualidad. España se convertía en una grande y libre. No existían medias tintas.

Esta interpretación grotesca pero efectiva, encontró un campo abonado para crecer en las lides deportivas. Los triunfos de los atletas españoles en la esfera internacional caerán bajo el paraguas del tesón, la raza y la furia española. El ejemplo más claro de esta manipulación lo encarna Federico Bahamontes, conocido con el mote del Águila de Toledo. En 1959 se convirtió en el primer español capaz de ganar la carrera ciclista, por etapas, más dura y completa del circuito, el Tour de Francia. A su regreso, fue recibido por el caudillo y las calles de Madrid y todo el país se llenaron de gente para festejar el triunfo de la raza y la furia española sintetizadas en Bahamontes. Sin embargo, en los 40 años de dictadura, hubo pocas alegrías. Los atletas españoles participantes en las olimpiadas o en los campeonatos del mundo de futbol, baloncesto, etcétera, se teñían de frustración. Para explicar las derrotas se comenzó a urdir un argumento cuyo eje era el fatalismo y la mala suerte. La furia seguía actuando, pero los elementos jugaban en contra. Siempre había una justificación y se encontraba en factores aleatorios. A falta de triunfos de las selecciones y atletas que representaban a España, se buscó un sustituto. Los clubes de futbol ocuparon el lugar. El Real Madrid se convirtió en la marca España. Sus triunfos en Europa fueron un buen sucedáneo. Así, la furia se rencarnó en las seis copas de Europa ganadas durante la llamada generación ye-ye de los años 60. Igualmente, sus éxitos serían vitoreados en las calles y sus futbolistas y dirigentes recibidos por el caudillo. No fueron los únicos. En deportes individuales, también emergieron figuras esporádicas capaces de ser la viva encarnación de la raza y la furia. Las excepciones también existen. Paquito Fernández Ochoa en esquí, Orantes y Santana en tenis, y Angel Nieto en motociclismo. El mito se nutría de cualquier expresión existente en la estructura social. El orden de la vida social sea el religioso, económico, político, familiar o militar. En la canción, el arte, la pintura, el cine. Los triunfos se vivían como parte de la furia y la raza española. Como es natural, comunistas y opositores al régimen fascista serían despojados de tan dignos atributos, pasando a ser enemigos de la patria.

Hoy, este concepto bastardo de la furia española, aparentemente dormido, se alza para explicar el triunfo de la selección de futbol en el mundial de Sudáfrica. Es el factótum que une. El presidente de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es el primero en recuperarlo para explicar el éxito: la furia se ha transformado en una entrega apasionada e inteligente que acompaña un estilo hermoso. Esta selección nos muestra bastante de lo que debe ser nuestro país... Un colectivo sin complejos dispuestos a superar y a dejar atrás, y casi en el olvido, los fatalismo del pasado. Pero, Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular, no se queda atrás: Han demostrado que la furia española es mucho más eficaz cuando va acompañada por la paciencia, la perseverancia y el control.

Con estas declaraciones, una ola de nacionalismo ramplón invade las calles. El mito de la furia española goza de buena salud y se reacomoda en la España monárquica y constitucional. Los ideólogos del franquismo pueden estar satisfechos, más allá de sus iniciales connotaciones fascistas, el mundo comparte la caracterización propuesta por el nacionalcatolicismo, los españoles se caracterizan por su raza y la furia contenida en ella. El fascismo gana una batalla más en la guerra por la palabra.



El autor es periodista español y trabaja en La Jornada de México

sábado, julio 17, 2010

¿VINICIUS ERA ARGENTINO?


Vinicius sigue siendo nuestro
El poeta brasileño, unido para siempre a los años de la bossa nova, a Jobim y a la canción "Garota de Ipanema" estuvo ligado al público rioplatense y a la noche porteña. Un libro de Liana Wenner reconstruye su relación con la Argentina y su personalidad aún viva, a la vez brillante y melancólica

Por Fernando López
Para LA NACION - Buenos Aires, 2010

Si "romance" es, según la séptima acepción que le asigna la Real Academia, una relación amorosa pasajera, habría que inventar otra palabra para definir el entrañable lazo afectivo que ha unido a Vinicius de Moraes con más de una generación de argentinos. Comoquiera que se llame, el fenómeno -mezcla de admiración, cariño, simpatía, respeto, confianza, afinidad- nada ha tenido de pasajero. Más: a treinta años de la muerte de quien se definía como "el blanco más negro del Brasil", todavía perdura. Y todavía goza de ese privilegio reservado a las figuras populares, pero raramente concedido a un poeta: puede prescindir del apellido. Sigue siendo Vinicius, a secas. Nuestro Vinicius , como lo llama Liana Wenner en el título del libro que ha dedicado a reconstruir la historia de sus numerosas visitas al Río de la Plata entre mediados de la década de 1960 y fines de la del 70 y a recopilar testimonios de las marcas que dejó su presencia aquí. Algo así como la historia de ese romance -con perdón de la Academia- y de las circunstancias que contribuyeron a forjarlo.

Difícil establecer cuándo comenzó, si bien está claro que fueron tan decisivas las legendarias actuaciones de Vinicius, Toquinho y Maria Creuza en La Fusa (la porteña, la marplatense y la de Punta del Este) como el disco grabado en 1970 que logró el milagro de reproducir no sólo el programa, sino también el clima de íntima comunicación que distinguía a tales encuentros. Precisamente, ese álbum, ya convertido en uno de esos clásicos que nunca pasan de moda, como lo prueban sus numerosas reediciones, está en la génesis del volumen de reciente aparición: "Ese long play alquímico que hizo que yo escribiera este libro", lo llama Wenner en el prólogo.

* * *

Para ponerle una fecha inicial a la relación entre el poeta carioca y el público rioplatense habrá que remitirse a su primera presentación en Buenos Aires, aquella memorable noche de 1968 que significó también el demorado encuentro del público local con Dorival Caymmi (sólo había estado aquí en 1948 para un congreso de autores y compositores) y el descubrimiento de una guitarra renovadora e inolvidable: la de Baden Powell.

El show formaba parte de una movida publicitaria, la llamada "guerra del café". A la campaña que Colombia había emprendido, con el emblemático e imaginario Juan Valdés a la cabeza, respondió Brasil con una serie de espectáculos musicales. Entre ellos, el de Vinicius-Caymmi, llamado Sabor y color del Brasil , que superó todas las previsiones. Las dos únicas funciones del 8 de agosto en el Ópera resultaron insuficientes para albergar a la multitud que quiso presenciarlas; el estruendoso éxito se volvió legendario, a tal punto que con el tiempo fueron multiplicándose por cientos los que aseguraban haber sido afortunados testigos del acontecimiento. Los organizadores -el Instituto Brasileiro do Café- habían evaluado mal la difusión que había alcanzado en nuestro medio la bossa nova , así como el peso que tenía un nombre como el de Caymmi, casi una leyenda de Bahía. La radio se había encargado de promover sus éxitos, desde los tiempos de Carmen Miranda hasta "Maracangalha" y el "Samba da minha terra" recuperado por João Gilberto.

En cuanto al nombre de Vinicius de Moraes, que había publicado sus primeros poemas en los años 30 y no era, por lo tanto, desconocido para los círculos académicos y los interesados en la literatura brasileña, sonaba bien familiar desde la llegada de los discos de bossa nova (el primero, en 1959, fue el que se toma como fundacional: Canção do amor demais ) y del debut porteño de su más genuino representante, João Gilberto, que había viajado a estas tierras en 1962 para presentarse en vivo y en televisión.

Ya en agosto de 1968, había muchas canciones de Vinicius de Moraes y Tom Jobim que estaban instaladas en la memoria de los argentinos, desde las de la película Orfeo negro , Palma de Oro en Cannes y Oscar al mejor film extranjero en 1959 ("Se todos fossem iguais a você" y "A felicidade", por ejemplo), hasta las que habían constituido el núcleo mismo de la bossa nova ("Chega de saudade", "Eu sei que vou te amar") y las que las sucedieron: "Insensatez", "O amor em paz", "Garota de Ipanema".

Además, el desembarco de la delegación brasileña en el Ópera coincidió con la publicación de Para vivir un gran amor , compilación de crónicas y versos reunidos por el propio autor cuatro años antes y el primero de los cinco libros del poeta carioca cuyas versiones en español daría a conocer Ediciones de la Flor a lo largo de tres décadas. Para colmo, estaba todavía muy fresco el recuerdo de Un hombre y una mujer , el gran éxito de Claude Lelouch, premiado en Cannes en 1966, que había puesto en primer plano la poesía sabia y luminosa de Vinicius (y la música de Baden) en una secuencia que había prendido con fuerza en el espectador, aunque viniera adaptada al francés y en la voz de Pierre Barouh, y aunque no se llamara, como decían los discos, "Samba saravah" sino "Samba da bênção".

Pronto se supo, no obstante, que su texto contenía una de las claves de la personalidad del carioca, la que guió su paso por este mundo y la que mejor explica por qué tantos rioplatenses lo hicieron, desde el primer contacto, su favorito: "La vida no es broma, amigo./ La vida es el arte del encuentro/ aunque haya tanto desencuentro por la vida".

* * *

El encuentro era tan indispensable como las mujeres bonitas, los amigos y el whisky en el mundo de Vinicius y, claro, en sus actuaciones. Amigos y música nunca le faltaron. Mucho menos en la infancia, dividida entre el mar (nació en Río, no muy lejos de la playa) y el campo del abuelo, donde escuchaba la música de los antiguos esclavos y la guitarra bohemia de sus tíos maternos. Tampoco le faltaron música y amigos en sus tiempos de estudiante en un colegio jesuita, donde a los 14 años formó un conjunto con un grupo de compañeros para tocar en cumpleaños y fiestas familiares. Ya en esa época cortejaba invariablemente a las amigas de sus hermanas y a las hermanas de sus amigos. Ya era el eterno perseguidor del amor y ya mostraba ese corazón abierto y esa misteriosa condición magnética que lo convertían en el centro de todas las reuniones.

En cuanto a la poesía, había nacido con él. "Casi desde que aprendí a leer supe que quería ser poeta", solía recordar. Había descubierto el verso (la forma del verso) en El tesoro de la juventud , lectura de infancia, y ahí nomás se había puesto a garabatear los suyos, "copiando a poetas como Castro Alves, Casimiro de Abreu o Gonçalves Dias, haciendo pastiches...".

Las noches regadas con whisky e inspiración vendrían unos años después, cuando su poesía, esencialmente lírica, dejara a un lado las cuestiones trascendentes y religiosas de los primeros libros para apuntar a temas sociales y amorosos. Cuando compartiera rondas literarias con Mário y Oswald de Andrade, Manuel Bandeira y Carlos Drummond de Andrade; cuando empezara a preferir la bohemia de los artistas a la formalidad de la diplomacia -en la que ingresó, ya abogado, en 1942- y, más todavía, cuando se atreviera a cruzar la barrera entre lo culto y lo popular y destinara sus versos a ser cantados en sambas, choros y valses.

* * *

Eso sucedió especialmente con Orfeu da Conceição . Su pieza de teatro musical, que trasladaba el mito de Orfeo a una favela carioca y que después daría origen al film de Marcel Camus (que no lo conformaría demasiado), marcó un punto de inflexión en su carrera, así como en la percepción de su imagen pública. ¿El bardo que en plena fase mística, con su segundo libro, Forma e exegese , había merecido a los 22 años el Premio Nacional de Poesía y era famoso por sus sonetos y sus elegías, el poeta cuyo lirismo había sido reconocido por las voces más autorizadas del país, el diplomático que había representado la cultura brasileña en Los Ángeles y en París, metido ahora a letrista de canciones populares?, se preguntaron en algunos círculos intelectuales y críticos, frunciendo la nariz.

"Poetinha", empezaron a llamarlo entonces, con cierto dejo de menosprecio. (El apelativo, que quería desacreditarlo, tuvo al fin su efecto contradictorio: para los admiradores de sus escritos y de sus futuros espectáculos, significaría una muestra de afecto, a pesar de que el propio Vinicius, según confesó en la intimidad, sobre todo en sus últimos años, detestaba ser llamado así: le parecía que "poetinha" definía a ese personaje folklórico que había terminado por construir él mismo a fuerza de repetir sus clásicos recitales hechos de anécdotas, canciones, poemas, bromas sobre el whisky, loas a la belleza femenina, sentencias sabias y saravahs distribuidos generosamente.)

En realidad, para Vinicius la mentada barrera entre lo erudito y lo popular nunca había existido ("No separo la poesía que está en los libros de la que está en las canciones", le dijo una vez a Clarice Lispector). Y no podía existir porque la rigurosa formación erudita y europea que había querido su padre para él no le había impedido seguir disfrutando del color expresivo del samba ni de la tierna melancolía portuguesa de las modinhas y serestas .

Orfeo da Conceicão , que se estrenó en el Teatro Municipal de Río en 1956, contaba con escenografía de Oscar Niemeyer, con la guitarra de Luiz Bonfá y (por primera vez en esa sala) con un elenco negro. Resultó un gran éxito y significó para Vinicius el punto de encuentro entre las dos vertientes que habían confluido en su formación y la primera señal de que había encontrado un camino para extender el alcance de su poesía mucho más allá del limitado dominio de los libros. Al mismo tiempo, con las melodías sofisticadas y las armonías renovadoras de Jobim, la pieza vendría a promover una renovación similar en la música, demasiado atascada entonces entre la tradición y el samba-canción, contaminado de bolero.

El lugar de la mujer traidora, vulgar, liviana o pérfida del dramático samba-canción de la época iba a ser ocupado pronto por otra mujer: más joven, linda, solar, llena de gracia. Al compás de un Brasil eufórico, que bajo el gobierno de Kubitschek vivía tiempos de desarrollo y modernización, estaba por llegar la bossa nova . Sólo faltaba João Gilberto.

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Es historia conocida. Con João y la bossa vendrían el canto susurrado, la informalidad de las reuniones de amigos, los espacios pequeños, el borroneo de las jerarquías entre escenario y platea. Un ámbito ideal para que ese intercambio entre creadores y oyentes se despojara de la clásica solemnidad de los recitales y se transformara en una tibia, acogedora fiesta entre cofrades, una celebración de la belleza compartida en un clima de concordia, casi confidencial. Vinicius fue convirtiéndose, con el tiempo, en el sacerdote máximo de esos ritos poético-musicales y el responsable de ese clima; el que entre versos, canciones, tragos, anécdotas e improvisaciones hacía sentir a cada uno destinatario de sus palabras.

Ese formato (si así puede llamárselo), esa libertad de acción y esa espontaneidad descendían, claro, de la propia idiosincrasia del carioca (y del brasileño en general), pero también de un rasgo de su personalidad: Vinicius conseguía llevarse bien con todo el mundo. ¿Cómo?, le preguntó una vez José Castello, autor de O poeta da paixão , la excelente biografía del poeta. "Tengo la armonía de las esferas: no tengo aristas, puntas ni filos que puedan lastimar."

Sin embargo, demoró en atreverse a cantar en público, y eso que lo había probado desde chico, en el coro del colegio San Ignacio, y que en su familia todavía perduraba la leyenda de que había cantado antes de hablar. Tal vez haya sido por una experiencia no muy feliz como cantor, que vivió durante una entrevista por televisión en 1955 (en una carta de lector publicada por O Globo , un espectador del programa sentenció: "Vinicius cantó con guitarra, mal y desafinado, el samba de su autoría ´Miedo de amar´"). También puede haber sido porque no lo habían convencido del todo los resultados de sus dos primeras grabaciones, un 78rpm lanzado para el carnaval de 1961 en el que interpretaba "Lamento no morro" y "Água de beber", y una versión suya en tiempo de samba de "Pela luz dos olhos teus" que se incluyó en el LP colectivo Bossa nova mesmo .

Pero la cuestión es que sólo en agosto de 1962 se animó a subir al escenario y cantar en un show considerado histórico por varias razones. Una, que fue el único que compartieron los tres padres fundadores de la bossa : João Gilberto, Tom Jobim y Vinicius. Otra, que durante la temporada, que duró cuarenta días en la boîte Au Bon Gourmet, en plena Copacabana, se oyeron por primera vez "Só danço samba", "Samba do avião", "Samba da bênção", "O astronauta", "Ela é carioca" y "Garota de Ipanema".

Al final de la nota con que la revista Veja celebraba la calidad del show y la presencia de Vinicius en escena, el autor recordaba que "Eu sei que vou te amar", samba de lacerante romanticismo, había merecido más de veinte versiones sólo en 1959, el año de su estreno, y se preguntaba: "Quién sabe si ´Garota de Ipanema´ y ´Ela é carioca´ serán capaces de conseguir semejante éxito".

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Cuentan que en las primeras noches Vinicius respetó las sugerencias de Itamaraty: aparecía de traje oscuro y bebía poco. En las últimas, en cambio -para inquietud de sus atildados colegas diplomáticos- había cambiado el saco y la corbata por una sencilla camisa negra con el cuello desabotonado y no llevaba la cuenta de las dosis de whisky ni, por supuesto, del número de cigarrillos que fumaba. Para algunos, fue el momento más brillante de la bossa nova en Brasil. También marcó el fin de la colaboración de Vinicius y Jobim (no de su amistad, que se prolongó por innumerables borracheras): nunca más volvieron a compartir la autoría de una canción, quizá porque los separaron los viajes. Tom se fue a Estados Unidos, de donde sólo regresaría esporádicamente; Vinicius, a París, a hacer equilibrio entre la obligación diplomática, la poesía y la colaboración con otros músicos. Quizá también porque, como el poeta solía decir, las parcerias se parecen un poco al matrimonio: sufren un desgaste...

El show de Au Bon Gourmet se llamaba -¿cómo, si no?- O encontro , y hay un motivo más por el que merece ser considerado histórico: Vinicius descubrió allí el mejor vehículo para expresarse como artista, como poeta y como hombre. En la intimidad, con mucha poesía y mucha música, como si todos -los del escenario y los de la platea- fueran viejos amigos. El whisky y las mujeres bonitas nunca le faltarían.

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Así llegó a esta parte del continente y encendió esa comunicación inefable que todavía se percibe cuando suenan las grabaciones. "Me ven como un padre-amigo -interpretó él una vez frente a Lispector, cuando ella le hizo notar la admiración que despertaba entre los jóvenes de su país-: un tipo que ha vivido mucho y tiene una experiencia por transmitir." Pero no eran sólo los jóvenes, y el escenario podía ser cualquiera. Por ejemplo, su casa de Petrópolis, adonde caían de improviso, al anochecer y a la manera de los viejos asaltos, músicos, cantores y grupitos de muchachos y chicas, con una guitarra debajo de un brazo y una botella de whisky debajo del otro, muchas ideas sobre nuevas canciones en la cabeza y muchas ganas de escuchar las últimas que Vinicius había concebido con sus nuevos parceiros : Carlos Lyra, Baden Powell, Francis Hime, Moacyr Santos.

Esas "viniçadas", como las llama Nelson Motta -el veterano periodista, letrista y productor responsable del lanzamiento de Marisa Monte-, se hicieron legendarias en 1963, año de excepcional cosecha creativa, y en su bohemia informalidad fueron completando el modelo relajado y acogedor que Vinicius llevaría en el futuro a todas partes. Podía ser un teatro de Portugal, en el que cantó junto a Amália Rodrigues, o en Italia, donde encontraría en Ornella Vanoni a una admiradora-intérprete incondicional y en Sergio Bardotti, al traductor perfecto para sus canciones, como lo venía siendo Giuseppe Ungaretti para sus poemas; en el Olympia de París o en Londres, donde lo sorprendió una inesperada cantidad de fans; en una sala universitaria de su país (circuito que recorrió durante largo tiempo en los años 70) o sencillamente en las casas de los amigos que lo albergaban dondequiera que estuviese. El formato era siempre el mismo, incluida la bendición final, al concluir el "Samba da bênção", extendida a todos los presentes.

"Nosotros lo escuchábamos como si fuera el oráculo de Delfos, y no me refiero sólo a sus canciones, sino a todas sus ideas", supo ilustrar -según consta en el libro de Wenner- el uruguayo Marcelo Acosta y Lara, que lo conoció cuando ocupaba el consulado brasileño en la capital uruguaya, entre 1957 y 1960.

Cómo no iba a ser fascinante escucharlo, si había vivido tanto y tenía tanto que cantar y contar. Cuando se presentó en Buenos Aires por segunda vez, en la desaparecida sala del Embassy, un año después del fenomenal éxito del Ópera, pero esta vez acompañado sólo por Dori Caymmi, ya había logrado el ámbito y el clima de intimidad que a él le gustaban. La creciente legión de adeptos que asistían a esas presentaciones quedaban tan fascinados con sus poemas como con sus anécdotas y sus canciones. Cuántas veces lo habrán oído decir el bello texto dedicado a su hijo Pedro ("... y pedí a todas las divinidades que clavasen en mi carne las banderillas hechas para la tuya"). O el largo poema "Día de la creación" (aquel que repite el verso "porque hoy es sábado"). Y cuántas más todavía el "Soneto de fidelidad" (el que dice del amor "que no sea inmortal puesto que es llama, pero sea infinito mientras dure"), eternizado por el disco con su voz sobre la voz de Maria Creuza cantando "Eu sei que vou te amar".

La muy bien recibida edición de su Antología poética , en una traducción que después fue revisada, a su pedido, por sus amigas María Rosa Oliver y Pirí Lugones, coincidió con la breve temporada del Embassy y confirmó que Vinicius ya se había adueñado del corazón porteño. Cada vez sus estadas se hacían más prolongadas, el círculo de sus amistades no paraba de expandirse y sus versos (los de los libros, los de las canciones) se volvían sentencias que se colaban naturalmente en la conversación.

Entonces sucedió La Fusa.

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El nombre de ese local y el de Vinicius quedarían asociados para siempre, aunque no hayan sido tantas las temporadas que los unieron y aunque uno y otro llegaran a ese encuentro trayendo su bien ganada fama, quizá porque el clima amigable e íntimo que imperaba en el acogedor boliche proponía, como la apasionada poesía del brasileño y el seductor balanceo de la bossa nova , un refugio cálido en tiempos en que la discordia, la violencia y el temor empezaban a adueñarse de la calle. El local traía la fama que había ganado en Punta del Este, donde Silvina Muñiz y Coco Pérez lo habían inaugurado en el verano de 1968-1969, según contaba hace unos años Silvina, y su éxito fue tan rotundo que a los pocos meses abrió el que hizo historia en Buenos Aires en la época de oro del café-concert, a pasos de Santa Fe y Callao.

Cuando lo conoció, a Vinicius lo cautivaron el lugar, el clima hospitalario e informal y el fervor de los anfitriones. Tanto que actuó en los dos locales: en el verano, en Punta del Este, con Dori Caymmi y una voz hasta entonces desconocida, Maria Creuza; en el invierno, en Buenos Aires, con Creuza y Toquinho, y en la primavera, con Marília Medalha en lugar de la joven cantante bahiana que había sido una revelación.

Para el verano siguiente, Silvina Muñiz concibió una plan más ambicioso: Vinicius y Toquinho -cuya estrecha amistad, así como la sociedad creativa que inauguraron entonces, se extendería hasta la muerte del poeta, en 1980- ocuparían el flamante local de La Fusa marplatense, en Playa Grande, durante enero y febrero, y tendrían diferentes invitados: Maria Bethânia, en la primera quincena de enero; Chico Buarque, en la segunda; Horacio Molina, en la primera de febrero, y Maria Creuza, en el cierre de la temporada.

De los recitales de junio quedó el famoso disco que Alfredo Radoszynski editó en el sello Trova hace ahora cuarenta años y que multiplicó la popularidad del creador de "Tomara" y de sus compañeros. De los de Mar del Plata, otro registro que los responsables de "Tarde em Itapoã", "Como dizia o poeta" y "A tonga da mironga do kabuletê", entre tantos otros éxitos, compartieron con Bethânia. Quien los haya escuchado habrá advertido que los shows de La Fusa mostraban cuánta agua había corrido bajo el puente de la música brasileña desde los tiempos de la bossa nova .

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Vinicius ya se había convertido en una figura casi legendaria porque -como escribe Wenner- conciliaba al poeta, al intelectual, al esteta, al profeta con el cantor, el hedonista, el decadente, el seductor compulsivo, el noctámbulo y el alcohólico. "En Buenos Aires ya lo tenían por una rara avis , sumamente encantadora y hondamente querible." Se lo demostraron cada vez que volvió desde entonces, aun cuando fuera perdiéndose un poco de la frescura inicial de aquellos encuentros en los que no había ceremonias ni protocolo ni programa, sino una especie de fiesta en la que el público ocupaba el espacio de los invitados y el anfitrión se sentía libre de compartir sus reflexiones o sus recuerdos.

¿Cómo no iba a ser fascinante escucharlo decir sus versos si éstos sabían transfigurar en poesía los hechos de lo cotidiano, hablar del amor, de la infidelidad, de los celos, de los dolores de la separación y aun del dolor que siempre trae consigo la felicidad, porque se sabe pasajera? ¿Cómo no rendirse a la fascinación de sus anécdotas, si el hombre que había estudiado en Oxford lengua y literatura inglesas, vivido en París, en Los Ángeles o en Roma y ejercido la crítica de cine antes de ingresar en el cuerpo diplomático, también había guiado a Waldo Frank en un recorrido por el Brasil profundo que terminó influyendo en sus ideas y en su obra y había frecuentado a amigos como Pablo Neruda, Orson Welles, Oscar Niemeyer, Norman Mailer, Gilberto Freyre, David Alfaro Siqueiros y Louis Armstrong, entre tantos otros personajes del arte y la cultura?

Así como el libro es bien ilustrativo acerca de la cambiante heterogeneidad del público que colmaba los locales en los que Vinicius actuaba, lo es también de la impresionante colección de amistades personales que cosechó por aquí desde los tiempos en que hacía frecuentes visitas durante su destino diplomático en Montevideo y, por supuesto, en las sucesivas temporadas, casi siempre prolongadas, que pasó en Buenos Aires cuando lo traían sus compromisos artísticos. Algunas de esas amistades (su editor, Daniel Divinsky, Radoszynski, Horacio Molina, Renata Schussheim, Mario Trejo, Egle Martin, Horacio Ferrer, Eric Nepomuceno, Henny Trailes y hasta una de las nueve mujeres con las que estuvo casado, la argentina Marta Rodríguez Santamaría) son las voces "cantantes y sonantes" que ocupan las páginas de Nuestro Vinicius . Por eso la autora apunta atinadamente que no se trata de una biografía sino de "un libro coral", un rompecabezas que se ofrece al lector para que él lo arme. Ellos aportan pinceladas para componer el retrato de Vinicius, dan testimonio de su generosidad, de su corazón apasionado y de su humor, pero asimismo de su íntima soledad, de su empecinada búsqueda de un ideal imposible: "Vivir la calma en el medio de la pasión".

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Resumía Carlos Drummond de Andrade: "Fue el único de nosotros que vivió como un poeta". Quizá los que quieran internarse en su poesía -que empezó influida por su formación religiosa y volcada hacia cuestiones metafísicas y fue cambiando después hasta convertirlo en lo que él llamaba "un poeta de lo cotidiano"- deban pasar por encima del personaje. O mejor, de esa especie de valla levantada por cierta mitología que fue creciendo en torno a su persona: su temperamento romántico, sus muchos casamientos, su desbordada generosidad, sus diminutivos, sus legendarias internaciones en una clínica donde intentaban reponerlo del exceso de alcohol, su famoso encierro creativo de 25 días con Baden Powell y veinte cajas de whisky que resultó en los afrosambas, su rechazo a la formalidad. Tal vez pueda decirse que paradójicamente, el personaje Vinicius, que conduce a su poesía, echa un parcial velo sobre ella. El autor de canciones prevalece: hay un tácito itinerario que induce a apreciar otra vez, oyéndolo o leyéndolo, aquello que la popularidad ya seleccionó dentro de su obra, trátese de canciones o poemas. Salirse del programa, dejar a un lado esa hoja de ruta y curiosear otra vez en sus libros o en sus discos tendrá su recompensa. Ya decía João Cabral de Melo Neto: "Con el talento de Vinicius y mi disciplina, tendríamos por fin el gran poeta brasileño".

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P.D. En 1966, tras el endurecimiento de la dictadura militar en Brasil, Vinicius fue despedido del servicio exterior por su comportamiento bohemio. Amnistiado por la justicia en 1998, fue oficialmente reintegrado a la carrera en 2006 y en junio de este año, se aprobó su promoción póstuma al cargo de ministro de primera clase. Es decir, embajador.

Lo había sido toda su vida, y de la mejor manera.

© LA NACION
Poema de Navidad

Para eso fuimos hechos:
para recordar y ser recordados,
para llorar y hacer llorar,
para enterrar a nuestros muertos.
Por eso tenemos largos brazos,
para los adioses,
manos para recoger lo que fue dado,
dedos para cavar la tierra.

Así será nuestra vida:
una tarde siempre por olvidar
una estrella por apagarse en la tiniebla
un camino entre dos túmulos.
Por eso necesitamos velar,
hablar bajo, pisar suave, ver
la noche dormir en silencio.

No hay mucho que decir:
una canción sobre una cuna,
un verso, tal vez un amor,
una oración por quien se va.
Pero que esa hora no olvide
ni se abandonen por ella
nuestros corazones, graves y simples.

Pues para eso fuimos hechos:
para esperar el milagro,
para participar en la poesía,
para verle la cara a la muerte.
De repente, nunca más esperaremos...
Hoy la noche es joven:
de la muerte recién nacemos, inmensamente.

Vinicius de Moraes